Capitulo 24

Día dos 2/2...

Narra Kovu.

Eran aproximadamente las dos de la tarde, el día anterior pude recorrer un largo camino para llegar al reino de los amigos de Simba y Nala, y aunque aun me faltaba un poco para llegar no era demasiado.

El reino de este tal Chumvi no se encontraba demasiado lejos del de nosotros pero al ir con calma me tarde más de lo que debería, y es que me había tomado mi tiempo, al no conocer el camino decidí ir despacio y concentrarme en las indicaciones que me dieron mis suegros. Cuando había caído la noche pare a descansar, intente cazar algo para la cena y recobrar energías para continuar.

Hoy me había levantado temprano, aun así no me apure, salí cuando el sol estaba casi por ponerse en su punto más alto. Abre estado caminando unas dos horas cuando comencé a distinguir ciertos arboles a la distancia, Simba nunca había venido al reino de su amigo pero por las leonas tenía entendido que su reino estaba cercano al desierto, y así parecía, desde que salí de Las Tierras del Reino y me encamine por donde me indicaron había encontrado tierra árida y seca hasta ahora. Decidí acercarme a los arboles que percibí, no se encontraban muy alejados de mi posición, ya más cerca de ellos distinguí a lo lejos hierba, plantas y una cueva de tamaño mediana que se encontraba al ras del suelo "debe de ser el lugar correcto" pensé, y me adentre al supuesto reino de Chumvi.

Aunque el lugar se veía más verde a lo que había visto anteriormente, aun así se apreciaban zonas secas que carecían de hierbas, lo extraño era que no percibí ningún animal rondando en los alrededores y eso me hacía dudar.

Mientras caminaba los arboles se incrementaban, y aunque no llegaba a ser un bosque, alcanzaban a cubrir parte del cielo. Me había despistado por un momento mirando a mí alrededor y sin darme cuenta había chocado con algo, volví mí vista al frente para ver de qué se trataba, mi sorpresa fue grande al saber que con lo que me había topado era un león adulto.

Era de mi estatura, más o menos, su pelaje era dorado oscuro, el color de su melena era castaño claro, mientras que sus ojos poseían un azul cielo. Fije mis ojos sobre su melena, una avecilla azul se encontraba allí, observándome.                                                                                                            Trague saliva, no quería que pensara que venía para conquistar o algo por el estilo, parecía amable, seguramente podría hablar con él sin problemas.

-¿Qué haces aquí? Estas tierras ya tienen dueño, vuelve por donde viniste y no habrá problemas.- me aconsejo el extraño en un tono neutro.

-señor ¿Quiénes son los reyes de estas tierras?- pregunte con tal de obtener respuesta.

-del rey Chumvi y la reina Kula.-

-¡necesito verlos! Vengo de Las Praderas, tengo que proponerles algo importante a ellos.-

El ojiazul levanto una ceja y creo que el ave también lo hizo, me miro detenidamente y luego hablo.- ¿de Las Praderas? ¿Cómo puedo estar seguro de que no mientes?-

-confié en mí por favor, Simba me ha enviado hasta aquí para hablar con su rey.-

-¡Simba! Cuanto tiempo sin verle, muy bien amigo... confió en ti, ven, te llevare con los reyes.- se veía emocionado, de seguro es algún viejo amigo de ellos.

-muchas gracias.- le dije empezando a caminar a su lado y recordé que aun no me había presentado.- por cierto, mi nombre es Kovu-

-un gusto Kovu,... soy Tojo, uno de los amigos de Chumvi y claro, de Simba y Nala.- se presento.

Caminamos un trecho no tan largo hasta que llegamos a la cueva que había divisado momentos antes, a lo lejos pude ver a dos figuras fuera de esta, parecían ser dos leones machos adultos de la misma edad de Simba. Ya al estar frente a ellos los pude distinguirlos mejor, el primero poseía un pelaje crema oscuro, una melena negra que extrañamente poseía partes en tono morrón, mechones negros que sobresalían de sus orejas y ojos rojo-naranja. Mientras que el segundo era de una coloración más oscura, muy parecida a mi tono de pelaje, una melena marrón y ojos rojizos, similares a los de Simba. Según su físico, ese debía de ser el león que buscaba.

-compañeros, me encontré con este desconocido en los límites del reino y me ha dicho que ha venido desde Las Praderas hasta aquí para decirte algo Chumvi.- les explico Tojo a sus amigos.

-Señor, me presento, soy Kovu y mi rey me ha mandado a decirle algo muy importante.- le digo dando una reverencia.

-muy bien... Kovu ¿Qué es eso tan importante?- pregunto él.

-se trata de una propuesta y le agradeceríamos que acepten.-

-ya veo, ¿y de que trata esa propuesta?- volvió a preguntar. Iba a contestar su duda hasta que unas voces nos interrumpieron.

Los cuatro volteamos en dirección a la cueva, de allí salían tres leonas, parecían tener alguna conversación animada ya que se veían sonrientes y soltaban algunas carcajadas. Se acercaron un poco a nosotros, iba a saludar por cortesía pero la leona que iba en medio, de pelaje amorronado, un poco más claro que el de Chumvi, y ojos marrones rojizos se quedo observándome detenidamente, había borrado la sonrisa que poseía en su rostro y, a paso lento, camino hasta donde me encontraba quedando en frente de mí.

-¿hola?- salude confuso, su mirada me incomodaba un poco. Parecía tener la misma edad de Nala, y por las descripciones que me dieron creo que se trata de la esposa de Chumvi.

-no puede ser.- logre escuchar de sus labios, ya que susurro.- ¡Eres tú, de verdad eres tú!- grito alegre... ¿Qué yo era quien? No entendía, busque con las mirada a los demás presentes, algunos tenían miradas confusas como la mía y otros miraban con algo de... ¿tristeza?- después de tanto tiempo, no puedo creer que sigas vivo, pero mírate, todo un león hecho y derecho, dime ¿Cómo encontraste el camino?- ¿de qué estaba hablando? necesitaba que alguien me ayude, por suerte el rey Chumvi se acerco.

-querida, no asustes a nuestro invitado.- rio levemente.- es Kovu y ha venido desde Las Praderas a proponernos algo.-

-¿De Las Praderas?- los dos asentimos.- ¿Allí estuviste todo este tiempo? ¿Pero como no se nos ocurrió ir a buscar allá Chumvi? Solo espero a que no hallas pasado hambre en ningún momento.- dijo la leona entre asombro, frustración y tristeza.

-perdone mi atrevimiento, pero no estaría entendido lo que pasa aquí.- decidí hablar, capas solo así terminaría esta locura.

-disculpe a mi esposa, ella piensa que seguramente eres nuestro hijo ya que hace muchos años atrás alguien lo robo y pues ha estado muy angustiada desde entonces.- me explico el rey, eso hacía más claras las cosas.

-yo no pienso ni creo nada amor, se que él es mi hijo.-

-Kula...- la voz de una de las leonas fue la que se escucho, de pelaje crema, ojos naranjas y un curioso flequillo en su cabeza muy parecido al de mi hermana solo que el de ella era más arreglado que el de Vit.- cálmate si, seguramente solo crees que se le parece.-

-¡No Tama! Solo mírenlo, su pelaje, su melena, su nariz angulosa, esos extraños ojos verdes que obtuvo. Yo jamás olvide esos ojos.- decia la morena convencida mientras yo cada vez me ponía mas incomodo.

-por favor Kula, el no puede ser nuestro hijo perdido. Recuerda que se extravió cuando apenas tenía unos días de nacido ¡ni siquiera le habíamos puesto nombre! Sus posibilidades de sobrevivir eran muy escasas, es posible que él...- no pudo continuar, se quebró en la ultima parte, de seguro aun le dolía su perdida.

-Chumvi por favor.- hablo ella, acercándose a su esposo.- párate a su lado.-

El macho suspiro pesadamente.- ¿si lo hago, dejaras de incomodar a nuestro invitado?- la leona asintió.- bien, perdóname chico.- acto seguido se posiciono a mi lado.









-lo ven, lo sabía, el es nuestro hijo, nuestro hijo perdido, mi instinto de madre me lo dice.-

Los demás miraban asombrados, susurrando cosas como: "increíble" "no puede ser" "imposible". Sin embargo, yo estaba en shock, pensar que esta podría ser mi verdadera familia hacia que me temblaran las patas. Desde hace mucho tiempo sabía que Zira no era mi madre, ni que Nuka y Vitani eran mis verdaderos hermanos pero los trataba como tales ya que no tenía a nadie más, cuando conocí a Kiara y mi manada se unió a la suya la hice mi familia, Vitani para mi siempre fue como mi hermana aunque fuera o no de sangre, a Simba lo considere un padre cuando hicimos las paces, Nala fue como mi verdadera madre y los hermanos de Kiara los considere mis amigos, aunque tuve mis roces con Kion.

Desde ese entonces no pensé en buscar a mi familia verdadera ya que para mí esa era mi familia, y si esto llegara a ser verdad, si verdaderamente llegara a ser hijo de Chumvi y Kula no sabría qué hacer.

-¿Kovu? ¿Chico, te encuentras bien?- no, no lo estaba, mi mente aun no procesaba tanta información.- Kovu, no te estreses, no hay posibilidad de que seas mi hijo.-

Baje la cabeza mirando el suelo, si que había una posibilidad.- si la hay, yo... soy adoptado, nunca conocí a mi verdadera madre ni verdadero padre, fui criado en las Lejanías en una pequeña manada, de seguro conocen a su líder, era Zira.- mire a mi alrededor, todos guardaron silencio, preocupados.- allí crecí, junto con mis "hermanos" Nuka y Vitani,... yo era el elegido, iba a vengar a Simba por la muerte de Scar, pero nunca paso, me enamore de la hija del rey y gracias a eso hubo paz entre las manadas. Ahora Zira no está más con nosotros, fue derrotada en la batalla, mas yo siempre supe que ella no era mi madre, Nuka se encargo de hacérmelo saber.- mientras relataba las imágenes de mi infancia volvían a mi mente, el dolor, sacrificio, sudor y sangre derramados en cada entrenamiento y castigo, no podía olvidar lo que viví pero si pude construir algo mejo de ello.- no puedo negar que tengo un leve parecido a ti, mas no puedo estar seguro de nada ya que no me han dado ningún dato de como se veían mis padres. Ni mi hermana ni mi hermano lo sabían.- concluí.

-no puedo creerlo.- susurro Kula, pero por su cercanía la escuche.

Todos quedaron en silencio, seguramente analizando los detalles de mi historia y es que, las coincidencias son varias, en primer lugar ellos perdieron un hijo o mejor dicho se lo robaron mientras que yo fui adoptado, al parecer esto paso unos cuantos años atrás y las fechas parecen coincidir, además el parecido que tengo con Chumvi no es menor.

Todos me observaban y compartían miradas entre ellos, el ambiente se sentía tenso, necesitaba algo que me sacara de allí.

-en fin.- hablo uno de los leones alargando la primera palabra,... mis plegarias fueron escuchadas.- dejando este pequeño asunto "familiar" de lado, ¿no era que este chico te traía noticias, Chumvi?- ¡por poco y se me olvidaba a que venía!

-tienes razón, Malka. Kovu ¿Qué era eso tan importante?- pregunto rápidamente el moreno.

-¡Cierto! Verán, Las Praderas parecen estar amenazadas por un ataque de leones y demás animales que desconocemos, no sabemos quiénes son, por que nos atacan o cuando atacaran, pero según nos informaron es que será muy pronto y debemos de prepararnos, para esto nuestros reyes decidieron en juntar a la mayor cantidad de animales para contraatacar. Su buen amigo Simba se acordó de su reino y la posibilidad de que puedan ayudarnos, por esto el rey Kopa les pide, por favor, que si nos pueden ayudar, nos brinden una pata.- concluí, intentando ser lo más respetuoso y convincente posible.

Todos se miraron, como analizando las palabras que acababa de decir, verificando si eran ciertas, cuando dejaron de mirarse la leona morena de ojos rojizos hablo.- acaso dijiste... ¿rey Kopa?

...

Narración normal.

El sol comenzaba a caer, los colores del horizonte se tornaban rosados y esto indicaba que el atardecer estaba empezando. Kion había terminado con los entrenamientos del día, el pelirrojo aprovecho la oportunidad para disculparse con sus compañeros por lo del día anterior, especialmente con Chaka por como lo había tratado.

Todos habían aceptado sus razones, más las cosas no estaban del todo resueltas, aun debía una disculpa, tenía que encontrar a Fuli.

Empezó a caminar antes de que siguiera atardeciendo pero recordó que antes de ir por su amada debía de buscar a sus pequeños cachorros antes de que anocheciera, no podía dejarlos fuera mucho tiempo. Así que teniendo eso en mente empezó con la búsqueda de sus cuatro hijos.

Camino por unos cuantos minutos, diviso a lo lejos el Manantial en donde los animales se reúnen frecuentemente a beber, se veía vacio, no había muchos animales allí, pero cuatro de ellos captaron su atención, se trataba de sus cachorros, estaban bajo la sombra de un árbol y parecían estar hablando o tal vez discutiendo.

Empezó a caminar hasta el lugar y cuanto más se acercaba mejor escuchaba lo que decían los pequeños, al estar a medio camino la conversación era ya muy clara.

-¡Ya Huruma, cálmate, solo fue una broma nada más!- se trataba de Prank.

-¿¡SOLO UNA BROMA!?¡ME HAS ARROJADO AL AGUA!, TE HE DICHO MIL VECES QUE ODIO MOJARME.- La voz de Huruma resonó por todo el lugar, al escuchar esto, Kion pensó en Fuli y en las discusiones que tenían con Bunga cuando eran cachorros, provocándole una mueca de alegría.

-no se ve lindo a una cachorra gritando así.- volvió a hablar Prank con una sonrisa burlona, Huruma ya estaba soltando humo por la rabia.

-chicos, no deberían de pelear, papá o mamá podría enterarse.- la voz del silencioso Aibu se escucho en los oídos de sus tres hermanos. De los cuatro, él era el más tímido y miedoso, rara vez se le escuchaba.

-debo de estar de acuerdo con el callado, no quiero que me castiguen por culpa de ustedes.- menciono Haraka mostrando su punto de vista.

-¡deja de llamar a Aibu así! ¡Tiene nombre!- Huruma podía ser una bola de energía que llegaba explotar en cualquier momento, sobre todo si se trataba de sus dos hermanos Haraka y Prank.

El oji-verde rodo los ojos.- él sabe que se lo digo con carriño, además, todos saben que como el mayor puedo decirle como se me plazca, después de todo soy el más veloz, genial y valiente.- decía el manchado con su pecho inflado de orgullo mientras era observado por sus hermanos de tan distintas maneras.

Kion había llegado justo en el momento en que su hijo mayor daba su discurso, se quedo en silencio detrás de él, no le agradaba ni una sola palabra de lo que decía, tenía que darle una lección.- con que valiente ¿he?-

El cachorro palideció al escuchar la voz de su padre detrás de él. Miro a sus tres hermanos que se encontraban al frente, mientras Huruma ahogaba una carcajada, Prank y Aibu lo miraban preocupados, no era nada bueno.- pa,. Papá.- balbuceo, al voltearse se encontró con el rostro serio de su padre, observándolo.- ¿q-Que haces aquí?-

-vine por ustedes y resulta que me vengo a enterar que andas de altanero.-

-yo...-

-Haraka ¿acaso tu madre y yo te educamos de esa manera?- con su cuerpo recto, su mirada fija y su rostro serio, Kion podría hacer temblar a cualquiera.

El acusado bajo sus orejas al igual que su rostro, mostrando así su arrepentimiento.-no...-

-creo que ya sabes lo que tienes que hacer.-

El cachorro asintió, se dirigió a su hermano menor y mirando al suelo dijo.- lo... siento Aibu, perdóname por tratarte... así, prometo no llamarte más de ese modo.- su hermano de ojos rojizos dio una pequeña mueca parecida a una sonrisa, era muy leve pero sincera.

Tanto Prank como Huruma ahogaban carcajadas, ver a su hermano mayor disculpandoce no ocurría todos los días, lo estaban disfrutando hasta que el mayor de ambos dejo escapar una de ellas, se cayó de inmediato y trago saliva, los ojos de Kion se posaron instintivamente en él.

- tú no te salvas, no creas que no escuche lo de tu hermana, quiero que te disculpes.-

El dorado suspiro, no le quedaba de otra, miro a su hermana quien se encontraba a su lado mostrando una expresión de pocos amigos, con una ceja levantada y los labios rectos. Prank parecía poder escuchar el "¿y bien?" que diría ella en esos momentos pero que se estaba reprimiendo.- supongo que... lo siento.- no fue suficiente, ella lo seguía mirando del mismo modo, solo que ahora golpeaba el suelo con su pata delantera.- okey... perdón por tirarte al agua.- la cachorra lo fulmino con la mirada, aun no era suficiente.- ¡Bien, perdón por asustarte con una piel de serpiente para que te caigas al agua!-

-lo pensare.- dijo ella sin ningún tipo de sentimiento, para luego dirigirse frente a su padre quien emprendía la vuelta a su hogar. Prank suspiro con pesadez y los siguió.

...

El de melena rojiza ya había dejado a sus cuatro hijos en La Roca del Rey con su familia, ahora se encontraba buscando cerca de las Lejanías a su querida Fuli, debía de darse prisa, la luz del sol no duraría para siempre. Ya había ocupado mucho tiempo yendo por sus cachorros que, al igual que él, deseaban saber dónde estaba su madre ya que no la habían visto en todo el día.

El macho suspiro cansado, ya había buscado por todo el límite de Las Lejanías y no había rastro de la chita, debía de encontrarla, les había prometido a sus hijos traerla a su hogar y no podía fallarles. Miro en dirección a las Tierras del Reino, a unos cuantos metros de su posición se encontraban dos siluetas, una más alta que la otra, eran felinos y poseían un pelaje manchado. El macho sonrío alegremente, esperaba que uno de ellos fuera su amada ya que debido a la distancia no percibía bien de quienes se trataban.

Camino hacia allí y, con cada paso que daba, las siluetas se hacían más conocidas. Una de ellas, alta, con cuerpo ligero y ojos verdes hizo que le brincara el corazón de felicidad. Era ella, era Fuli, la había encontrado después de tanto buscar pero, su felicidad callo por los suelos al observar a su compañía. Cuerpo robusto, ojos verdosos y esa mirada que para el león era sencillamente asquerosa, "Makucha" pronuncio él.

Se quedo viendo la escena unos segundos, sus músculos se tensaron mientras tenía un tic en su ojo izquierdo. "Desquiciado" pronuncio él con repugnancia mientras sus colmillos se asomaban.

Camino firmemente hacia donde estaban, el sol ya no se veía en el cielo pero aun permanecían los colores naranjas. Al llegar se puso entre ambos, mirando fijamente al contrario, su tic no terminaba y un ardor se apodero de su ojo izquierdo, mas no le dio importancia.

Con voz firme y amenazante hablo.-¡Gato manchado! ¡COMO TE ATREVÉS! ¡Ella aun es MÍ esposa, y si te vuelvo haber cerca de ella te juro que no la cuentas!-

El leopardo le vio con cara confusa para luego ver a Fuli por encima del hombro del león, buscando respuesta, esta negó con la cabeza y se encogió de hombros. Suspiro, se puso frente a Makucha dándole la espalda al león.- será mejor que te vayas, yo... tengo asuntos de que hablar.-

-bien, luego me das tu respuesta.- ella asintió. El manchado se retiro.

Fuli resoplo para luego darse la vuelta y quedar frente a Kion quien la veía con enojo. La oji-verde no se intimido, más bien le veía con mirada acusadora, esperando respuesta. Kion, al ver esto, recordó el rostro de su pequeña hija hace ya unos cuantos minutos, su rostro serio con una ceja levantada era idéntica.

El macho seguía en posición defensiva, su ardor en el ojo aun no se iba. Tenía sus garras fuera y sobresalían sus colmillos, mientas que en el cielo las estrellas empezaban a brillar.

-¡No me mires así, tu eres la que me debe explicaciones y no yo!- silencio.- ¡¿Qué se supone que hacías con ese descarado?!-

Fuli no contesto, si tan solo Kion tuviera un espejo podría darse cuenta de la estupideces que decía.- ¡Respóndeme cuando te hablo, Fuli! ¡¿Qué hacías con él?! ¡Que hayamos peleado no te da derecho a que andes de cariñosa con cualquiera!-

El ardor en su mejilla fue inmediato, Kion no la vio venir, alzo su pata para sobarse el lugar del golpe mientras Fuli sacudía la suya.- ¡¿QUIEN TE CREES,KION?! ¡¿Si quiera te escuchas?! ¡¿Cómo te atreves a tratarme de esa manera!?-el pelirrojo trago saliva.- ¡Pensé que me conocías Kion! ¡¿A qué bienes, si solo es para despreciarme?!-

-VIENE A BUSCARTE Y ME ENCUNTRO CON QUE ESTAS CON MAKUCHA.-

-¿Y A TI EN QUE TE AFECTA?-

-¡En que me afecta! ¡EN QUE ME AFECTA! NO TE HEMOS VISTO EN TODO EL DÍA ¿Y ME VIENES A PREGUNTAR ESO?-

-¡ME ALEJE PORQUE NECESITABA ESTAR SOLA! ¡No quise que se preocuparan y por eso no dije nada, estuve todo el tiempo en los límites de Las Lejanías además, creí que también lo necesitabas!-

-¡¡Si estuviste todo este tiempo sola ¿Qué hacías con él?!!- reclamo Kion.

-¡¡Solo nos encontramos!! ¡Él estaba de cacería y me vio, hablamos un rato, eso es todo!-

-¡¡Que fue eso entonces, "después me das tu respuesta"!! EXPLICAME.- volvió a reclamar imitando la voz del leopardo.

-LE CONTE SOBRE LA POSIBLE AMEZA, ME OFRESIO SU AYUDA, CONOCE A OTROS LEOPARDOS QUE PODRIAN AYUDARNOS. LE DIJE QUE TENDRIA QUE CONSULTARLO CON KOPA Y KIARA ¿CONTENTO?-

-Makucha ofreciendo ayuda, pff ¿quieres que me crea tal cosa?-

-Tks, cree lo que quieras, Makucha se vio obligado a cambiar si no quería se desterrado aquella vez que ataco a nuestros sobrinos, lo veas o no lo está intentando. No como otros.- esas últimas palabras apuñalaron el corazón del león, nuevamente fue un tonto.

La chita lo vio con desaprobación y le dio la espalda en señal de enfado. A Kion le ardía el pecho, las lágrimas asomaron por sus ojos para luego mojar la tierra bajo sus patas, apretó sus dientes mientras observaba el suelo. Quería arreglar las cosas y ahora estaban mil veces peor, y... ¿si Scar tenía razón? "yo soy tu, vivo en ti y no me quieres dejar salir" las palabras del villano aparecieron en su mente, desde que había tenido esas pesadillas había actuado como un idiota, todo por miedo a hacer daño a su familia y, sin darse cuenta, le hizo daño de igual manera. La rabia y la impotencia se adueñaron de su cuerpo "¡No, yo no soy como tú, y lo demostrare!" pensó y luego levanto su vista, la chita seguía dándole la espalda con la mirada pegada al cielo, observando la bellas estrellas que lo adornaban.

Él sonrío, capas podía arreglar las cosas.

Kion suspiro, tenía una idea para poder volver arreglar las cosas con Fuli pero no sería fácil.

~sé que a veces hablo mucho, que a veces no te escucho, pero te conozco bien.
Tengo mala geografía y aun sin mapas te encontré.~

Fuli volteo la mirada hacia él, Kion estaba cantando, y no cualquier canción, sino la de su boda.- esa es...?- el asintió y siguió cantando.

~pero aunque tenga mil defectos y jamás seré perfecto quiero amarte como un loco, solo espérame otro poco y veras.
No hay reglas para amar, no existe un manual que pueda enseñar lo que es un beso de verdad.~

Kion seguía cantando y, aunque Fuli aun seguía enojada no podía ocultar la sonrisa de su rostro al escuchar al león.

~que todo va estar bien si sientes tu también lo que yo siento y que importa si no soy perfecto.~

Kion se acerco un poco más a Fuli, ella no se lo impidió.

~sé que tengo en mi pasado secretos que he guardado y que algún día te contare. Yo no sé bailar pegado y tanto te he pisado, no me dejes de querer.
Pero aunque tenga mil defectos y jamás seré perfecto quiero amarte como un loco, solo espérame otro poco y veras.
No hay reglas para amar, no existe un manual que pueda enseñar lo que es un beso de verdad. Que todo va estar bien si sientes tú también lo que yo siento y que importa si no soy perfecto. Y que importa si no soy perfecto...~

-Kion...- el macho estaba a milímetros de Fuli y, para sorpresa de la chita, esto no le enojaba.

-sé que he sido un tonto y que no puedo arreglar lo que hice pero... me sentiría mejor si me perdonaras, prometo no volver a ser un idiota.- Fuli observaba el rostro de su amado, sus brillantes ojos verdes brillaron con la luz de la luna al escuchar esas palabras pero aun quería algo mas para poder perdonarlo.

-Kion... prométeme algo ¿sí?- el mencionado acepto algo preocupado, tenía miedo de que no le perdonara y si no lo hacía ¿Qué pasaría después? ¿Cómo les dirían a sus cuatro hijos que ya no podían estar juntos? ¿Cómo se lo diría a su familia y que le dirían ellos? Las dudas comenzaron a abrumar la mente del león quien solamente pensaba en posibles escenarios negativos pero todas las dudas que tenia se disiparon al sentir el suave cuerpo de su amada rozando su melena, al darse cuenta se sorprendió, mas no quería que se fuera.- prométeme contarme todo lo que te abruma ¿okey?-

...

Ya era tarde en Las Praderas y en la Roca del Rey todos dormían... o bueno, casi todos. Tani aun estaba despierta esperando la hora en que tendría que salir, había pasado ya mucho tiempo fingiendo que estaba durmiendo y ahora por fin podría salir, ya quería mostrarle a Mane ese lugar, claro.. Si es que el león al final aparecía pero la joven princesa sentía que sí lo haría.

La leona abrió sus ojos para poder asegurarse de que nadie la estaba viendo, ya al darse cuenta de que todos dormían decidió levantarse del frio suelo y empezar a caminar hasta la salida de la cueva. Desde allí podía observar la luna que ya casi se encontraba en lo más alto del cielo, se le hacía muy extraño salir a estas horas ya que nunca lo había hecho, era como si un torrente de adrenalina le corriera por el cuerpo.

-¿A dónde vas?- la dorada pego un salto del susto y suprimió un gritito, al darse la vuelta observó a su hermana menor quien la veía con cierto enfado.

-yo... solo... voy a dar un paseo ¡si eso! No puedo dormir y pensé que salir un rato a tomar aire me ayudaría... jeje.-

La del flequillo entrecerró sus ojos y la observó de patas a cabeza, no le creía.- bien, no te tardes.-

-claro que no, tu solo... vuelve a dormir, yo puedo cuidarme sola.- dio una risa nerviosa y salió lo más pronto del lugar, desde que habían llegado estos dos leones Koni era demás desconfiada.

-si.. Un paseo.- dijo la de ojos violáceos para regresarse por donde vino. Busco a su prima Shani entre todos los leones y fue hacia ella, la sacudió con su pata para intentar despertarla mas no parecía haber caso.- Shani, despierta. Necesito tu ayuda.-

-mmm.- murmuro la mayor con los ojos cerrados. La del flequillo resoplo y volvió a moverla con más fuerza.- mmm... Koni, ya estas grande para tenerle miedo a la oscuridad y dormir con migo.-

Koni se sonrojo al instante, miro a su alrededor desesperada para asegurarse de que nadie haya escuchado. Se suponía que ese era un secreto que solamente compartía con Shani y con su hermana.-¡Shani, has silencio!- murmuro ella.- pero por favor ven, mi hermana salió a dar un "paseo". Sé que miente.- rogo la princesa.

Su prima abrió sus ojos y, aun algo adormilada respondió.- si voy ¿me dejaras en paz?-

-si vienes te dejare en paz y te daré la mitad de mi comida hasta la próxima estación lluviosa.- respondió la de ojos violetas. Shani lo pensó y saco rápidamente las cuentas, sería un buen tiempo de obtener el doble de comida.

La de ojos verde oliva acepto así que ambas salieron de la cueva para ver si había algún rastro de Tani. Al salir apreciaron la gran luna llena, eso les ayudaría a la visibilidad.-bien, ¿para donde se fue?- pregunto la mayor, observando a su alrededor.

-no lo sé, no vi para donde se fue.- contesto la menor.

Shani resoplo, se estaba arrepintiendo de su decisión.- ¿Cómo piensas encontrarla si no viste para donde se fue?- estaba frustrada y enoja, su sueño era sagrado y ahora tendría que ir en busca de su prima menor cuando podría estar acostada, durmiendo, soñando con cazar alguna cebra.

-podríamos separarnos, no debe de estar muy lejos.-

-bien, pero no podemos tardarnos tanto porque si tus padres o los míos se enteran estaremos en problemas.-

-okey, entonces tu toma aquel camino.- dijo la del flequillo señalando la parte trasera de la Roca del Rey.- cubre todo ese terreno mientras yo iré por el lado contrario y cubriré el resto.- concluyo, acto seguido se separaron para empezar su búsqueda.

...

-me alegra saber que hallas aceptado mi invitación.- dijo una leona de un pelaje dorado naranja y ojos rojizos mientras caminaba.

-no te emociones, lo hice solo por intriga.- respondió un macho de pelaje amorronado y melena negra quien le seguía el paso.- mas te vale que valga la pena, porque puedo tener consecuencias por esto.- agrego seriamente.

-¿le tienes miedo a mi padre?- pregunto ella en tono burlón.

-¡Ja! Claro que no, al que le tengo miedo es a Maumivu. Cuando se enoja es de lo peor.- respondió él divertido.

-ya veo, él es algo serio por lo que vi.- menciono Tani con una ligera sonrisa.

-él... antes no era así, en realidad era un cachorro algo tímido y miedoso.- carcajeo Mane.- pero... el lugar donde vivimos, nuestros padres, la crianza que tuvimos, llevo a que cambie su forma de ser.- suspiro, todas esas cosas fueron ciertas pero Mane sabia que él tenía la verdadera culpa.

-valla, no han tenido una buena vida.- su compañero resoplo, era un si.- bueno, espero que lo que tengo para mostrarte te alegre, se que nos conocimos hace poco Mane pero, me caes muy bien, no sé porque pero me gusta tu compañía.-

Él sonrío, nunca había sentido que le agradaba a alguien, era nuevo y distinto para el macho ya que al único que había tenido a su lado toda su vida fue a su primo Maumivu. Pero sus ánimos decayeron al recordar que el día de mañana se irá de Las Praderas para luego volver con el ejército que Zira estaba armando y además, la "promesa" que le había hecho hoy a la mañana seguía en pie, aun no le había dicho nada a Maumivu pero tarde o temprano debería decirle. Estas cosas hicieron entristecer al león, no quería perder a la única amiga que había hecho en su estadía en el reino pero, que mas podía hacer, todo ya estaba planeado. Lo mejor sería actuar fríamente, sin sentimientos de por medio porque, al final, eso solo le traería problemas a él.

-¿falta mucho?- pregunto Mane de forma seria.

-tranquilo, nos quedan solo unos cuantos metros.- respondió su compañera.

...

Las dos primas se habían separado y empezado su búsqueda, Shani fue detrás de la roca para asegurarse de que Tani estuviera allí. Observo y recorrió el lugar mas no encontró a la menor aunque, algo llamo su atención.

Un aroma peculiar fue sentido por sus fosas nasales, respiro hondo, se trataba de ella, era el aroma de Tani pero este no era el único olor que pudo percibir. La de ojos oliva volvió a olfatear y esta vez lo que sintió fue distinto, el aroma de su prima se mezclaba con el de alguien más, no podía identificar de quien era pero se trataba de un león unos meses mayor que la princesa. No perdió tiempo y siguió el rastro de olor que habían dejado.

...

Koni, al igual que su prima, se había puesto a buscar a su querida hermana mayor. Si la llegaba a encontrar ella misma se encargaría de que nunca más saliera de la cueva porque bien sabía que Tani estaba mintiendo.

Se encontraba cerca del manantial, vio algunos animales nocturnos bebiendo agua mas no quiso molestarlos, de seguro ya estaban muy ocupados en lo suyo. A lo lejos vio una manada de cebras, estaban descansando, entre la maleza, diviso una silueta que se acercaba a ellas. Al principio pensó que se trataba de un leopardo, pero esta parecía ser más grande que estos felinos.

"Un león" pensó, "espero que seas tú, Tani". Lentamente, se fue acercando a la silueta.

...

-mira Mane, ya llegamos.- hablo Tani.

El mencionado observo lo que se encontraba delante sus ojos, una gran selva frondosa en donde la luz de la luna no atravesaba los grandes árboles. El trago saliva ¿A dónde lo llevaba esa leona?- tranquilo, lo mejor está dentro.- dijo ella al notar su nerviosismo. Maldijo para sus adentro, no le gustaba verse débil frente a los demás.

Empezó a caminar siguiendo de cerca los pasos de la leona, mientras más se adentraban parecía que la luna iba apareciendo entre las copas de los arboles, esto le dio tranquilidad.

Llegaron a un claro, allí había un pequeño estanque redondo donde la luna se reflejaba, él sonrío, iba a beber pero la leona lo detuvo.- yo que tu no lo haría, créeme.- él alzo una ceja en señal de confusión mas decidió hacer caso, después de todo por algo se lo decía ¿no?

El de melena negra siguió nuevamente los pasos de la leona, así hasta llegar a un lugar que lo dejo boquiabierto.

-pero que es este lugar.- menciono asombrado, era difícil mantenerse en un estado serio y frio al presenciar lo que sus ojos veían.

Era un lugar sumamente bello, varias cascadas caían sobre un lago, distintos tipos de plantas adornaban el panorama y en la parte alta, donde el rio terminaba para convertirse en cascadas, había unas cuantas rocas que servían como escaleras para subir y bajar del lugar.

(Imaginen que es de noche)

-el lugar se llama Hakuna Matata y este...- dijo señalando lo que estaba en frente.- es mi lugar favorito.

-wow...- fue lo único que pudo mencionar el oji-rojo para luego caminar por el lugar.

...

La leona de ojos violetas se encontraba agazapada observando a la silueta que estaba en frente, aunque había luna llena y eso ayudaba en la visibilidad no era suficiente para que Koni pudiera distinguir de quien se tratase. La princesa pudo escuchar que su "presa" se estaba moviendo entre la hierba así que decidió apurarse.
Ágilmente se movió entre los pastos sin hacer mucho ruido, al estar ya detrás de lo que parecía ser un felino, y que ella pensaba que era su hermana, salto sobre esta tumbándola al suelo. Las cebras, al escuchar el ruido, huyeron.

-te tengo Ta... ¡¿Tú?!- exclamo ella con asombro al darse cuenta que quien se encontraba bajo sus cuatro patas, aplastado, no era su hermana.

-tú...- hablo una voz masculina con algo de aburrimiento.

-¿Qué se supone que estás haciendo aquí?-dijo ella con cierto enojo.

-podría hacerte la misma pregunta.- contesto él con el mismo timbre de voz.

-¡Yo pregunte primero! Además, eso no te incumbe.-

-si no me incumbe, entonces a ti tampoco te incumbe que este aquí.-

-¡León de...! Agh. Estoy buscando a mi querida hermana ¡y mas te vale no estarla siguiendo!- contesto ella con cierto desagrado.

-pff, como si lo estuviera haciendo.- aclaro él en forma burlona.- para tu información estaba buscando a Mane, pero las cebras se veían mejor.-

Ella rodo los ojos con exasperación, ese león era simplemente un dolor de cabeza. No le agradaba ni un poco, ni él ni a su primo, aun no podía comprender como su padre había dejado que se quedar en Las Praderas. Esperaba con ansias el día de mañana ya que por fin se irían de allí.

-princesa, ¿sabe usted que sigue arriba de mi?- dijo nuevamente el castaño con cortesía pero aun manteniendo una voz seria. La leona resoplo enfadada y, de mala gana, salió de su espalda, el macho aprovecho para ponerse en pie.- mira, se que tu no me agradas y yo no te agrado pero, por esta vez, hagamos equipo para buscar a tu hermana y a mi primo.- la leona lo pensó por un momento, la verdad le serviría un poco de ayuda pero ¿podría confiar en Maumivu? Al final decidió aceptar, pero solo por hoy.

...

-esto... es... ¡Bellísimo!- exclamo el de pelaje castaño claro mientras pasaba por debajo de una cascada, Tani lo seguía por detrás.

-Si...- pronuncio ella en un suspiro.- este lugar es tan... romántico.-

-¿romántico?- cuestión Mane volviendo su vista hacia atrás para poder observarla.

-bueno... mis abuelos me contaron que aquí fue donde se reencontraron y se enamoraron.. siempre soñé con vivir una historia así, claro, sacando de lado la muerte de mi bisabuelo y la toma del poder por parte del tío de mi abuelo.- concluyo ella ya más relajada.- aunque aún no he encontrado ese alguien especial.-

-no te preocupes Tani, ya llegara ese alguien.-

-¿Cómo lo sabes?-

-por lo poco que pude conocerte hasta ahora me di cuenta que eres una leona muy divertida, amable, cariñosa, con carácter y muy bonita.- el macho sintió sus mejillas arder al pronunciar esa última palabra, y es que, la leona parecía verse mucho más bonita que antes, no sabía si era por el bello lugar o por la luz de la luna que los iluminaba pero, los ojos de la princesa parecían brillar con más intensidad, su pelaje se veía más suave de lo que recordaba y su voz sonaba más dulce para sus oídos.

Ella dio una risa nerviosa.- gracias Mane, tu tampoco te quedas atrás.-

-lo sé, soy todo un galán.- dijo el macho pasando su pata por sobre su melena. La leona rodo los ojos divertida y una idea se le vino a la mente.

Empezó a rodear al macho con su cuerpo, mientas con su cola acariciaba su rostro. Mane sacudió su nariz al sentir los mechones de pelo sobre su cara, miro a Tani confundido, ella lo veía con una sonrisa de lado, él también sonrió. Se acerco a la leona de manera elegante.

Tani sonrió internamente, todo salía de acuerdo a su plan. Ella se encontraba dándole la espalda al agua y el macho no parecía sospechar nada.

Mane se acerco con una sonrisa elegante en su rostro.- Tani...- menciono el de melena negra.

-¿Si... Mane?- contesto la contraria con voz dulce mientras por dentro moría de risa.

-tú eres muy...- no pudo terminar. La leona "resbalo" con la roca mojada y cayó al agua. Mane preocupado, se asomo para ver si se encontraba bien.- ¿Tani?.. ¡Tani!.. TANI.. ¡¿Estás bien, princesa?!... si el rey se entera que su hija cayó al agua y no da respuesta... no quiero ni pensar en eso.- dio vueltas en el lugar preocupado mientras se mordía el labio.- ash, lo que hago para salvar mi pellejo.- acto seguido se lanzo al agua fría.

Al entrar en contacto con esta, un escalofrió cruzo por todo su cuerpo, abrió los ojos y pudo percatarse que el lago era mucho más profundo de lo que se veía. Miro para todos lados mas no veía a la princesa, preocupado y aterrado pensó en subir a la superficie por algo de aire y luego volver a sumergirse, pero antes de poder hacerlo, a unos metros frente a él, se veía a la silueta dorada de la leona. Nado hasta ella, para su sorpresa no se encontraba inconsciente ni lastimada, es más, le veía con cara divertida y daba pequeñas carcajadas.

No podía creerlo, había sido víctima de una broma, que para él no fue nada graciosa. Frunció el seño mostrando su molestia, pero a la leona no parecía importarle, haciendo una seña con su cabeza, ella le sugirió ir a la superficie.

Ambos salieron del agua tragando grandes bocanadas de aire para recuperar el aliento. Ya cuando ambos podían hablar correctamente Tani comenzó a reír muy fuertemente.

-¡No puedo creer que hayas hecho eso! ¡Pensé que te habías ahogado!- reclamo el más alto mostrando su enojo.

Tani intentaba controlar sus risas para poder contestar a su amigo.- hubieras.. visto.. tu cara.. de preocupación..- decía entre carcajadas mientras se tumbaba en el suelo boca arriba.- no sabía que te preocuparías tanto por mi.-

El macho aparto la vista al escuchar eso, sus mejillas empezaron a arder.- eres... eres la hija del rey, como crees que quedaría frente a él si se enterara que su hija mayor se fugo de noche con el desconocido y que termino "cayendo" al agua... saca tus propias conclusiones.- intento aclarar el macho. Ella dio unas últimas carcajadas para luego pararse y sentarse a su lado.

-bueno, al menos de alguna manera te preocupaste por mí.-

-no puedo creer que hallas armado todo una escena para una simple broma.- mascullo él con cierto enfado mas la leona pudo escucharlo.

-oye, tenía que hacerte caer de alguna manera ¿no?- explico ella.- hablando de eso, ¿qué me ibas a decir antes de que me tire al agua?-

A Mane se le encendieron todas las alarmas del cuerpo, no podía decirle nada de eso. Trago saliva.- yo... no... no lo recuerdo...-

Ella suspiro.- está bien, deberíamos de volver, no quiero que te metas en problemas por mi culpa.-

-bien, andando.- contesto él mientras se levantaba del suelo para luego sacudirce. Tani hizo lo mismo, pero antes de empezar a caminar, se acerco al macho para luego lamerle la mejilla, este se sobresalto por el acto de la leona. Ella sonrió, después susurro un "Me gusto pasar tiempo contigo" en el oído del león.

Mane no dijo nada y comenzó a seguir a la leona para volver a Las Praderas.

Lo que ambos no sabían es que dos ojos verdes los observaban hace tiempo, escondida de la vista de los dos.- Wow... ¿debería de decirle a Koni? Mañana lo pensare, ahora ya es muy tarde.- dijo la hija menor de Kiara mientras salía del escondite encaminándose hacia su hogar.

...

-¡no puedo creer que hemos buscado toda la noche y no hayamos encontrado a ninguno de los dos!- exclamo frustrada la de ojos violetas mientras se tumbaba en el pasto.- espero que Shani allá tenido más suerte.- bostezo.- estoy agotada.

El de melena rojiza resoplo. Habían estado buscando a Mane y Tani unas dos horas más o menos y aun no habían rastro de ambos, estaban muy cansados.

Recorrieron medio reino y hasta llegaron a las Lejanías, cuando Mane apareciera se llevaría una buena paliza por desaparecer de ese modo. Volteo la vista a su compañera, iba a decirle que se levantara para volver a su hogar pero la leona se encontraba durmiendo en la hierba.

Maumivu sonrió, se veía muy tranquila en ese estado pero no podía dejarla ahí y mucho menos llevarla a La Roca del Rey ¿Qué le dirían si alguien lo veía entrar a la cueva real con la princesa Koni en sus hombros? Pensó un poco, la única opción que se le ocurría era llevarla a su lugar de descanso y despertarla antes del amanecer para que vuelva a su hogar a primera hora. Con esa idea en mente, agarro a la del flequillo y la coloco sobre su espalda comenzando a caminar hasta donde se estaban quedando.

-mmm.. suave..- escucho el macho de parte de la felina, había hablado dormida. Volvió a sonreír, inconscientemente le dijo que tenía un pelaje suave.



Hola de nuevo, hace mucho no publicaba un cap y es que tarde bastante en terminar este que se encuentra dividido en dos. En fin espero que les hayan gustado y aquí les dejo algunas preguntas...

¿Que pasara entre Tani y Mane?
¿Mane le contara a su primo el secreto de su amiga o decidirá guardarlo?
¿Hay algo entre ambos?

¿Kion le contara a Fuli lo que le agobia? 

¿Chumbi, Kula y Kovu descubrirán que son verdaderamente familia?
¿Y si lo logran... como se enterarán? ¿Como reaccionará el ojiverde?
¿Que pasara cuando Chumbi y Kula vean nuevamente a Kopa?

¿Que pasara ente Wema y Chaka?
¿La oji-celeste descubrirá que gusta de su mejor amigo o solamente es eso, un amigo?

He dejado varias preguntas para que piensen lo que puede llegar a pasar en los próximos y últimos capítulos (es probable que queden entre dos o tres más para que la historia termine) si quieren pueden llegar a contestar alguna de ellas en los comentarios.

Bueno eso es todo bye.

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