capitulo 23

Dia dos 1/2...

Narra Mane.

Mi primo y yo habíamos terminado de hablar con el rey, para luego dar una leve reverencia y empezar a seguir a las dos leonas que resultaron ser ¡Las hijas del rey! No puedo creer que nos encontráramos con las princesas, esto es asombroso. Claro, si dejamos de lado el hecho de que Zira nos matara si se entera que fallamos a su regla principal.

Bajamos por la roca, las dos hermanas iban delante de nosotros mientras hablaban de quien sabe que, aproveche el momento para poder preguntarle a Maumivu la duda que tenía desde hace ya un buen rato.

- ¿ahora qué haremos Mau? Nos han descubierto y se nota que el rey no nos ve con buenos ojos.- le susurre.

-lo que debemos hacer, seguir el plan.- contesto él del mismo modo y agrego.- tendremos que ser más cuidadosos, será difícil ya que no quiere vernos cerca de La Roca del Rey pero podremos hacerlo.-

-podríamos utilizar a sus hijas como ayuda.- le propuse.- la de ojos violetas no creo que nos ayude pero la otra podría darnos información si somos lo suficientemente cautelosos.-

-aunque tengas una buena idea, y sabes que detesto eso, no podemos arriesgarnos y lo sabes.- mi primo dejo de hablar después de eso ya que nos acercamos a un grupo de cinco leones, dos machos y tres hembras.

-hola chicos.-saludo la princesa de ojos rojizos que supongo es la mayor.- ¿Cómo están?

-nosotros bien... ¿Quiénes son ellos?- respondió una leona de ojos verde oliva y con aspecto forastera.

-¿estos tontos? Los encontramos mientras mi hermana estaba de casería, dicen que andaban buscando territorios, no me caen.- respondió la princesa de ojos violetas. 

Su hermana la golpeo levemente el costado ante lo último que había dicho.- se llaman Maumivu y Mane, se quedaran en las Praderas por un tiempo.-

-un gusto, mi nombre es Nama.- dijo la tal Nama acercándose a nosotros, sobre todo a mi.-ellos son mis hermanos, Shani y Chaka- y señalo a la misma leona de ojos verde oliva y a un león de pelaje tostado, ojos rojizos y melena marrón rojiza.-y ellos son unos amigos, sus nombres son Ray y Wema.- esta vez apunto a un león de ojos celestes, pelaje grisáceo y melena marrón y a una leona de ojos celeste y pelaje marrón claro.

-es un placer.- contesto mi primo en tono serio ¿no puede mostrar un poco de sentimiento? Cada vez más se parece a su padre. Aunque no sé porque lo critico, yo puedo ser igual.

-sí, sí, un placer.-dijo el tal Ray intentando sacar a la leona de ojos verdosos que se encontraba delante de mí. Puedo oler celos.

-iré a llevarlos al lugar en donde se quedaran ¿alguno de ustedes quiere acompañarme?- le pregunto la princesa de pelaje anaranjado a sus amigos. Pude notar como todos desviaban la mirada y no decían ni una sola palabra, incluyendo a su hermana de ojos violáceos. Se ve que no les caíamos del todo bien, excepto a la tal Nama que pude ver que bajo la mirada en forma de disculpa.

-yo puedo acompañarte Tani, claro si quieres.- la leona de ojos celestes dio un paso al frente y... ¡espera! ¡Dijo el nombre de la princesa! Tani, me gusta, le queda bien.

-claro, vamos Wema... y ustedes también.- los cuatro empezamos a caminar, cuando nos íbamos pude escuchas como los dos machos hablaban algo preocupados por la leona de ojos celestes. Estoy seguro que el de melena rojiza gusta de ella, cuando estábamos con ellos la miraba de reojo todo el tiempo, y cuando se acerco para acompañarnos dio un gesto de disgusto.

Abrí mis ojos disipando los recuerdos del día anterior, me encontraba debajo de la sombra de un árbol. Maumivu se había ido a intentar averiguar algún qué otra cosa que nos sirva y me había pedido que me quedara aquí y no me moviera, a veces pienso que no me cree capaz de poder cumplir con esta "misión" aunque por otro lado tampoco me quejo, no hacer nada es mejor que hacer algo.

Aunque mi relajante momento de soledad fue interrumpido ya que había escuchado un ruido parecido al de una ramita romperse detrás de mí, al principio pensé que se trataba de algún animalito que andaba por allí buscando comida pero decidí voltearme solo para asegurarme. Me sorprendí al ver quién era, se trataba de la tal princesa Tani ¿Qué estará haciendo aquí? Pensé que su padre no quería que se acercaran a nosotros y que nosotros no nos acercáramos a su manada.

-hola.- hablo ella al darse cuenta de que la estaba viendo.

Alce una ceja confundido manteniendo un semblante serio.- ¿Qué haces aquí?- conteste.

-aa.. .pues, quería saber si el lugar les quedaba cómodo o si preferían otro.-

-solo estaremos aquí tres días,.. En pocas palabras, nos vamos mañana.- le recordé.

-claro, se me olvido. No quiero sonar mal pero ¿Dónde está tu primo?-

Claramente no podía decirle que se encontraba espiando a su familia así que decidí decirle lo primero que se me vino a la cabeza.- cazando ¿Por qué?-

-solo quería saber.- se acerco un poco más a mí y se sentó a mi lado.

Yo la mire desconcertado, no me molestaba su compañía pero no era bueno que se relacionara con migo, al fin de cuentas atacaremos este lugar.- ¿Qué haces?-

Ella me miro sorprendida y luego bajo la mirada.- lo lamento, no quería invadir tu espacio, si quieres me puedo retirar.-

Por alguna razón eso me dejo confundido, no quería que se fuera pero al mismo tiempo no quería que se quedara.-... supongo... que puedes quedarte un rato.- la princesa levanto su mirada encontrándose con mis ojos, tenía una amplia sonrisa en su rostro.

Nos quedamos en silencio un buen rato observando cómo los antílopes, cebras y gacelas pastaban a una distancia no muy lejana de nosotros. Nunca pensé decir esto pero, su compañía era bastante agradable, siempre creí que la supuesta princesa de este reino seria una de esas leonas creídas que tratan a los demás como inferiores y que siempre te miran con superioridad, Tani no parecía ser de ese tipo. En todo momento, desde que nos encontramos hasta ahora, ha intentado ayudarnos y, por lo que puedo deducir, en una de las pocas que no nos ven como extraños y eso que tiene todas las razones para no confiar en nosotros.

Sentí su mirada en mí, no era la primera vez que la sentía, anteriormente también me había mirado. Lo hacía de reojo, disimulando, y cada vez que me percataba de ello y era yo el que la veía apartaba su vista volviéndola al frente mientras formaba una sutil sonrisa en sus labios.

-pensé que tu padre no quería que estén cerca de nosotros.- comente, debía de saber porque estaba aquí.

Ella dio una pequeña risita, me pareció muy tierna.- el no sabe que estoy aquí.-

Eso me sorprendió.- ¿Con que desobedeciendo eh? ¿Quién lo diría, princesa?- dije en tono burlón.

La leona bajo su mirada un tanto apenada.- es verdad, le desobedecí, pero mi padre está algo tenso por lo que está pasando en el reino.- ella abrió sus ojos sorprendida y apretó sus labios, como si hubiese dicho algo demás ¡Bingo!

-¿Qué ocurre?- esta vez lo hable en un tono más comprensible, debía de sacar información para la causa y, además, demostrarle a Maumivu que yo también puedo ser útil.

-¿prometes no decir nada?- yo asentí lentamente con la cabeza.- bien, hace ya unos días atrás dos hienas amigas de la manada llegaron con noticias importantes, ellas nos comentaron que dos de sus miembros habían escuchado una conversación de un grupo de leones que decían querer atacar este reino lo más pronto posible.- ¡No puede ser! Ellos ya están al tanto de nuestra emboscada ¿será que también saben nuestro plan? ¿Y el hecho de que Tani esté aquí es solo para intentar sacarme información? La mire sorprendida y ella bajo la mirada.- toda la manada está alterada desde esa vez, no saben más que eso y que se aliaran con algunos cuantos animales más, por eso mi padre esta de ese modo y los trato así el día anterior, solo quiere proteger a su familia y manada.- levanto su mirada encontrándose con la mía.- se que ya te lo pregunte pero ¿puedes prometerme que no le dirás a nadie lo que te acabo de contar?-

Me mordí el labio inferior y luego conteste.- sí, te lo prometo.- mentí.

Ella sonrió.- ¡Gracias!- acto seguido se abalanzó sobre mí para abrazarme, yo me sobresalte.- tengo miedo de que esto suceda, no quiero perder a nadie de mi familia.- sentí como se acurrucaba en mi frondosa melena.

Acaricie su espalda con una de mis patas.- no te preocupes, ya verás que si sucede no perderás a nadie.-

-¡no mientas! ¡No soy una cachorra!- me reclamo, yo no puede evitar reír, parecía una cachorra diciendo eso, Tani se contagio y también dio unas cuantas carcajadas, luego se separo de mí y me miro fijamente.- eres una buena compañía, sé que no te conozco mucho pero,... te voy a extrañar cuando te vayas mañana.- aunque fuera de día sus ojos brillaban como lucero y, por un segundo, mi mente imagino cómo se verían si fuera de noche.

-yo también, princesa.-

-mira, que te parece si nos encontramos esta noche.- me propuso Tani, no pude evitar reírme internamente.

La vi con una de mis miradas encantadoras.- ¿no me voy y ya me extrañas? ¿Quién lo diría? Soy todo un casanova.-

La princesa frunció el ceño, se veía tierna con el rostro todo enrojecido mientras se formaba un puchero en sus labios.- ¡Cállate! .... Solo quiero mostrarte un lugar, en fin, si aceptas te estaré esperando detrás de la Roca del Rey, asegúrate de ir antes de que la luna este en su punto más alto.- me sugirió para luego marcharse del lugar dejándome con muchas dudas en mi mente

Narración normal.

...

-¡no es justo!- reclamo Haraka, el hijo mayor de Kion, saliendo de la cueva real junto con sus tres hermanos, el padre de los cuatro cachorros también salió de la cueva, detrás de ellos.- ¿Solo por ser unos cachorros no podemos pelear contra los enemigos?-

-deja de insistir cabeza hueca.- le dijo su hermana menor, Huruma, que iba detrás de él junto con Aibu.

El mayor rodo los ojos y comenzó a bajar la roca mientras intentaba ser calmado por Prank, Aibu y Huruma también bajaban del lugar. Kion suspiro aliviado, sus hijos o mejor dicho Haraka y Prank, fueron a preguntarle unos minutos antes si ellos también podrían ayudar en la pelea que se avecinaba y, como buen padre, el pelirrojo negó las peticiones de sus dos hijos aunque eso le allá llevado un buen rato.

-¿Qué buena forma de empezar la mañana, no?- Kion busco con la mirada de quien provenía la voz, se trataba de Kiara, quien estuvo presente todo ese tiempo pero que el pelirrojo no noto.

-muy chistosa, hermanita.- la leona sonrió ante el comentario del menor, él hizo lo mismo.

-¿acaso no te trata bien la paternidad?-

-Ash, ni siquiera me hables de eso.- el macho volvió a suspirar pesadamente, sus ojos se veían cansados y perdidos, tristes quizá.

La leona noto esto en su hermano y dedujo que algo no andaba bien, tenía el presentimiento de saber lo que era.- ¿Qué paso con Fuli?-

-fui un tonto, eso fue lo que paso...- Kion no presto mucha atención a la pregunta de Kiara, había respondido lo que se le cruzo por la cabeza pero, después de contestar analizo la duda de su hermana.-...espera, ¿tu como sabes que paso algo entre Fuli y yo?- y era verdad, Kion no había dicho nada sobre su discusión con la chita ya que no quería que los demás se preocuparan.

-Kopa me lo conto, se que discutieron.- respondió ella como lo más obvio del mundo.

-y Kopa como...-

- larga historia, después te la cuento.- se adelanto. El macho miro algo asustado a su hermana ¿y si alguien más de la manada lo sabía? ¿Y si sus hijos lo sabían? ¿Qué iba a decir al respecto? La leona noto la incertidumbre que adornaba el rostro de su hermanito, sonrió y negó con la cabeza.- no te preocupes, nadie más lo sabe, decidimos guardarlo como un secreto entre hermanos.- mintió, ya que en realidad Koni lo sabía. El macho suspiro aliviado.

-que suerte, por poco creí que ya lo sabían todos.- Kion dejo salir una carcajada de alivio, luego volvió la vistaa a su hermana, ahora poseía una expresión más seria.- ¿tú qué crees que deba de hacer?-

-Kion, yo no sé qué paso entre ustedes o porque pelearon pero si te tengo que aconsejar, te diré que vallas y arregles las cosas. Tú y Fuli se aman, han pasado muchas cosas juntos, no dejes que una discusión sea lo que los separe.-

Él bajo su mirada.- no fue la discusión, fui yo, fue mi culpa. Ella solo estaba preocupada por mí y yo decidí alejarme, ¡todo por esas tontas pesadillas! Si hubiese hablado con ella desde el principio esto no hubiera pasado.- Kiara escuchaba a Kion atentamente, y aunque no llegaba a entender del todo lo que pasaba, decidió acercarse y brindarle apoyo emocional.- quien sabe ahora donde esta, me desperté y no la vi por ningún lado de la cueva... ¿y si desaparece y no vuelve? No quiero que me odie.-

La leona sobaba la espalda de él dándole animo.- tranquilo Kion, escucha, anoche la vi salir de la cueva a altas horas. Yo tenía problemas para conciliar el sueño y note que salió cuando todos estaban dormidos, pensé que fue por un poco de agua pero después no la vi regresar, creo que me quede dormida para ese punto.-

-¿Dónde pudo haber ido?-

-Kion, tú la conoces mejor que nadie. Solo piensa ¿Dónde podría estar?-

-en donde nadie la encuentre.- murmuro él.- hay demasiados lugares para buscarla ¡debo de comenzar ya!- dijo gritando esto último y se paró de un brinco.

-¡esa es la actitud!- le apoyo Kiara, pero al ver que al macho iba a salir disparado decidió detenerlo.- ¡espera!- grito ella logrando captar la atención del pelirrojo quien ya estaba por bajar la roca.- recuerda que tienes que dar los entrenamientos, en un rato irán tus "estudiantes".- el macho se dio una golpiza mental ¿Cómo no se acordó de eso?

-¡cierto! Gracias hermana.- dijo el volviendo su mirada a ella quien le sonreía con un poco de tristeza, él lo noto, sabía lo que le pasaba.- no te preocupes, pronto vendrá, sabe cuidarse solo.- acto seguido comenzó a bajar la empinada roca, la leona solo sonrió de felicidad.

...

Wema, Ray y Chaka se dirigían a los entrenamientos de Kion que se realizaban detrás de la Roca del Rey, los dos hermanos salieron de su hogar y en el camino se habían topado con Chaka a quien invitaron para que los acompañe, cosa que el moreno acepto.

No les quedaba demasiado para llegar, de su posición se podía ver la gran Roca Real, aunque aun tenían un buen trecho por caminar.

Wema iba delante de los dos machos, se encontraba pensativa, muchas cosas le rondaban por la mente,.. Principalmente se encontraban los dos extraños leones que habían llegado ayer, uno de ellos se le hacía muy conocido y es que esa combinación de colores que tenía en sus pelajes se le hacía tan inusual que hubiese afirmado que ya lo había visto antes.

La segunda cosa importante que le daba vueltas en su cabeza y que quería solucionar involucraba a los dos machos que se encontraban detrás de ella, y es que el día anterior había sido seguida por ambos cuando decidió acompañar a Tani, aunque Shani también fue con ellos a Wema solo le importaban Chaka y Ray porque sabía de antemano que la hermana menor de su amigo fue a vigilar a Tani y a los extraños, mientras que su hermano y Chaka la estaban vigilando a ella para que no le pasara nada. ¡Era increíble que aun la trataran como una cachorra!

La leona pensó que sería bueno arreglar ese tema en ese preciso instante así que decidió frenar el paso, los machos, que iban unos pasos detrás de ella hablando de quien sabe que, se detuvieron al notar que la oji-celeste no avanzaba. Se miraron confundidos, se acercaron unos dos pasos más y decidieron hablar.

-¿pasa algo Wema?- pregunto Ray preocupado para luego voltear la vista a su amigo, quien lo miraba de la misma forma.

La leona se volteo para mirarlos de frente, ya en esa posición hablo.- ¿Por qué lo hicieron?-

Nuevamente los amigos cruzaron miradas de confusión ¿a qué se refería con eso?- Wema, creo que no entendemos.- respondió su hermano.

-¿Por qué me siguieron ayer cuando acompañe a Tani?- cuestiono nuevamente, su voz sonaba seria, lo que decía que iba en serio.

-Oh, era eso, jeje. Chaka y yo estábamos preocupados, por eso lo hicimos hermanita.- la voz de Ray sonaba nerviosa, intentaba convencer a su hermana que no era algo grave.

-¿cuántas veces te lo he dicho Ray? ¡Ya no soy una cachorra, no necesito de tu protección!- los dos se sobresaltaron, Wema no era de alzar la voz y, aunque Ray conocía perfectamente los gritos de su hermana, mayormente no gritaba cuando estaba frente a terceros.

-Wema... creo que lo que tu hermano quería decir es que estábamos preocupados por ustedes y...- lo interrumpió.

-¿por nosotras... o por mi?-

-bueno..., podríamos decir que estábamos más preocupados por ti.-

-¿estabas preocupado... o celoso?- los dos quedaron callados, Ray decidió no decir nada, después de todo esto se trataba de ellos.

Chaka trago saliva, ¿Cómo respondía a esta pregunta sin tocar el tema de que aun le gustaba? Lo había hecho por las dos cosas pero ¿Cómo explicaba eso? Su amiga lo seguía mirando de forma acusadora, esperaba una respuesta y eso le ponía nervioso.- yo.....- balbuceo.- estaba preocupado.-

-¡Mientes!-

-¡Esta bien! ¡Sí, estaba celoso y que! ¡No me caen bien esos dos, sobretodo el callado! ¡Estaba preocupado y por eso te seguí!- había estallado, camino unos pasos más cerca de ella quien aun lo seguí mirando sin apartarle la mirada de los ojos.- Mira, sé que me has dicho que tu no sientes nada por mí pero, déjame decirte que yo aun no pudo olvidarme de ti. Wema, para mi tu eres especial...-

-Chaka, detente, no lo hagas más difícil.- dijo ella, las lágrimas asomaban en sus ojos pero no les iba a dar el privilegio de salir, no de nuevo.

El suspiro pesadamente, la leona no daba el brazo a torcer.- está bien, solo déjame darte algo antes de irme.- dio un paso más, prácticamente podía sentir la respiración de la leona.

-¿Q-que cosa?- Wema lo miro confundida y asustada, sus instintos se apoderaban de su cuerpo formando una batalla dentro de ella. Quería huir pero sus patas no respondían a tal petición.

-esto.- murmuro el oji-rojo y lentamente acerco sus labios a los de ella pegándolos suavemente. Wema abrió sus ojos sobresaltada, Chaka había puesto una de sus patas en la mejilla de ella, reconfortándola, poco a poco serró sus ojos. Pero el beso solo duro unos cuantos segundos y lentamente Chaka se fue apartando de le oji-celeste.- sé que no debí de hacerlo, pero si esto puede llegar a ser la forma de llegar a ti, decidí arriesgarme.- el macho le sonrió alegremente separándose más de ella.- cualquier cosa, tú ya sabes dónde encontrarme.- acto seguido empezó a encaminarse al lugar de entrenamiento, ya estaba llegando tarde.

La leona se quedo mirando al horizonte, perdida, si antes estaba confundida ahora lo estaba el doble ¿¡Por que Chaka lo hacía tan difícil!?- hermana, estas... bien?-era Ray, intentaba llamarle la atención moviendo su pata delante de su rostro.- ¿Wema?-

Ella sacudió su cabeza, despejándose, luego miro a su hermano.- ve a entrenar, di que no podre ir y no hagas preguntas, quiero estar sola.- él asintió y decidió irse, aunque aun estaba preocupado por ella era mejor no presionarla.

Cuando Wema se percato que se encontraba completamente sola dejo salir un largo suspiro. Si su cabeza antes era un lio ahora era un caos total, pensamientos, emociones, sensaciones, todo eso recorría el cuerpo de la leona.

Por un lado estaba enojada, ¿Cómo Chaka pudo besarla sin su consentimiento? ¿Acaso pensaba que porque él gustaba de ella tenía derecho de hacer tal cosa? Por supuesto que no. Pero, por otro lado se sentía ¿bien? No lo sabía, el recuerdo de sus labios juntos al de los del león volvió a su mente, eran suaves y cálidos, negó con la cabeza quitando todo recuerdo ¿Qué debía de hacer ahora? La idea de que Chaka solo era un amigo ahora no estaba tan clara, más bien se encontraba en duda.

Wema volvió a suspirar ¿Qué debía de hacer? Se pregunto nuevamente. No tenía ganas de ir a entrenar, no podría ver a Chaka a los ojos, volver a su hogar tampoco era la mejor opción, sus padres le preguntarían que habría pasado. Opto por dar una caminata y pensar, capas no estaría en condiciones para ir a entrenar pero al menos podría observar a los demás hacerlo desde lejos.

...

Maumivu se encontraba en su tarea de espionaje, hace unos cuantos minutos atrás había escuchado a los dos hermanos hablar sobre una tal Fuli. Él se había escondido entre las altos pastos y de esa posición pudo escuchar la conversación, por lo que pudo oír, esta felina es pareja del hermano menor de los dos reyes y al parecer han tenido una discusión. Esto, para oídos ajenos, no tendría mucha importancia, pero para él era una ventaja para la emboscada.

Si esta desigualdad seguía entre ambos, a la hora de atacar, se encontrarían debilitados emocionalmente y les aria mas difícil el defenderse. Aunque pareciera tonto, él sabía muy bien que lo emocional pesaba bastante, después de todo, lo sufrió.

Aunque este detalle no fue el único que llamo su atención en esa conversación, sino el hecho de que la supuesta reina había mencionado algo sobre unos entrenamientos que el macho tenía que ir a dar. Para el moreno esto se le hizo extraño ¿entrenamientos para qué o quién? ¿Debería de preocuparse por ello? Estas dudas se habían planteado en su mente y decidió ir a despejarlas por sí solo, siguió al pelirrojo hasta detrás de la roca del rey y, escondido entre las hierbas, observo.

En su posición pudo ver a Kion quien iba llegando al lugar, allí también se encontraban un hipopótamo, un tejón melero, una garza, que si no se equivoca era el consejero del rey, las princesas Tani y Koni, además de los demás leones que habían conocido ayer, Nama, Shani y Chaka quien iba llegando junto con Ray. Le pareció extraño no ver a la hermana de este último ¿Dónde estará?

El pelirrojo había empezado hablar ante los allí presentes, Maumivu no escuchaba del todo bien en donde se encontraba pero llego a oír unas disculpas de parte del león dorado seguido de unas palabras de motivación.

El oji-rrojo intentaba prestar la mayor atención al discurso de Kion pero algo lo había interrumpido, alguien lo choco por el costado y al voltear la mirada para insultar a quien sea que le haya interrumpido se encontró con unos brillantes ojos celestes. El macho frunció el ceño.

-¿¡que se supone que haces aquí?!- susurro enojado.

-perdón, no te vi.- se disculpo Wema.- ¿pero qué haces tú aquí?-

El macho miro para un lado y luego para el otro, debía de encontrar una excusa convincente.- los vi reunidos allí y me dio curiosidad, como el rey no quiere que me acerque a su manada me escondí en la maleza.- respondió él en un tono sereno pero manteniendo su seriedad.- no has respondido mi pregunta.

Ella mordió su labio inferior y miro a los demás.- se supone que debería de estar allí, pero paso algo y pues... no tengo ganas de ir.-

-ajam...- el oji-rrojo no presto mucha atención ante lo mencionado por la leona y siguió observando lo que pasaba, parecía que Chaka y Shani estaban peleando.

-por cierto, soy Wema.-

El macho la volteo a ver con una expresión de "¿en serio?", acaso pensaba que no tenia memoria.- lo sé,.. Nos presentaron ayer, ¿recuerdas?-

-claro, lo siento Maumivu.- ese nombre, la leona sentía haberlo escuchado antes pero ¿en dónde? Intento hacer memoria, miro al león que estaba de su lado, sus ojos rojos al igual que su melena, su pelaje marrón oscuro y esa coloración de gris claro en su hocico, vientre y patas. Tan inusual y a la vez tan familiar.- siento,... que te vi antes.-

Él la volvió a mirar, esta vez con una cara de confusión y algo de fastidio ¿no se podía ir acaso?- mira, no sé qué has comido pero jamás en la vida tu y yo nos hemos visto.-

En ese momento los recuerdos de la leona hicieron un clic, ahora lo recordaba, lo había visto de cachorro, él junto con su primo habían llegado a Las Praderas como "exploradores".- ¡Claro! Tú eras el cachorro que se encontró con migo cuando estaba durmiendo debajo de un árbol, hace ya unos años atrás ¿lo recuerdas? Habías llegado junto con tu primo "explorando" y luego regresaron a su hogar.-

El macho levanto una ceja, claro que recordaba esa huida con su primo a Las Praderas. Se habían topado con una cachorra y Mane le había retado a que le hablara, claro, en ese tiempo aun ara un miedoso y tímido. Pero ¿acoso esa leona podía ser la misma con la que se encontraron? En eso un recuero pasó por su mente.

...

Este fue con cautela, no quería despertarla ya que para él se veía muy bonita estando en ese estado, volteo su mirada a donde estaba su primo quien le hizo una seña con su pata para que la despierte. El mayor volvió su vista a la leona y dio un pequeño suspiro, con su pata movió levemente a la cachorra, esta al sentir el movimiento empezó a abrir los ojos poco a poco.

Ya cuando los abrió por completo se sorprendió al ver un león de pelaje marrón oscuro, mecho rojo intenso y unos ojos de igual color que la observaba con asombro, ella se asusta y se para de un salto.

-¿qui...quien eres?- tartamudeo del susto.

El cachorro quedo en un estado de shock, no podía dejar de observar los hermosos ojos celestes de la leona, sacudió su cabeza para poder despejarse.- aaaa... ¡hola! Soy Maumivu, un gusto y ¿tú eres?-pregunto curioso al saber el nombre de tan bella cachorra.

-¿Maumivu? Lindo nombre.- sonrió siendo correspondido por el dueño de tal nombre.- yo soy Wema.- termino la felina.

...

¿Sería posible? ¿La leona que estaba frente suyo podría ser la misma cachorra que se encontró hace ya unos años atrás? Mismo tono de pelaje, misma sonrisa encantadora y los mismos ojos celeste que le cautivaron aquella vez. No había dudas, ella era la misma cachorra de león, después de todo ¿Cuántas leonas de ojos celestes puede haber en toda África llamadas Wema? Para Maumivu, debía de ser un número muy reducido.

-yo...- balbuceo él, estaba estático, algo nervioso.

-olvídalo, seguro me he confundido. Sería una total locura que fueras el mismo león de hace años.- dijo ella en un tono de tristeza que intento disimular.

El macho vio como ella se levantaba para retirarse, pero antes de que pueda irse la detuvo.- espera, yo... sí soy el cachorro del que hablas.- hablo con cierta timidez que intentaba ocultar, Wema lo noto.- es que paso tanto que... no te reconocí.-

Wema sonrió, tenía la esperanza que él sea ese cachorro, podría llegar a sonar tonto para los demás ya que solo lo había visto una sola vez en la vida pero, le había caído bien hace ya unos cuantos años aunque ahora parecía haber cambiado. Claro que no lo conocía como para saber si su actitud era la de siempre o no, después de todo, cuando lo conoció era un cachorro... pero algo le decía que su forma de ser tan seria y fría no era la de él.

-no puedo creer que nos volvamos a ver, el mundo es tan pequeño jaja...- bromeo ella, intentando romper el hielo.- en fin... creo que debes de estar ocupado, después de todo mañana se irán... de nuevo.- la leona se dio la vuelta dispuesta a marcharse pero nuevamente Maumivu la detuvo.

-anteriormente me habías dicho que te había pasado algo y no te vi bien ¿necesitas hablar?- no sabía por qué lo había dicho, las palabras simplemente salieron de su boca, quería que se quedara un rato mas y esa fue la única escusa que encontró, capas y simplemente por querer sacar más información... o eso era lo que creía creer.

Sin lugar a dudas esto le pareció extraño a la leona, hace unos minutos atrás el macho se comportaba de una forma distante, hasta pensó que no le estaba prestando atención, sin embargo ahora parecía ser mas ¿amable?- ah... eso.... No... Creo que te interese... son solo... olvídalo.-

-oye ¿confías en mí? Puedo ayudarte si lo necesitas.-

Siendo sincera consigo misma, Wema no estaba muy segura si confiar en él. Claro, hace unos minutos está contenta de haber visto nuevamente al tan "misterioso" cachorro, que ya no era tan cachorro, que se había encontrado de pequeña, aunque por otro lado capas y Maumivu podía ayudarle. Decidió arriesgarse.

-okey, ¿pero prometes no reírte?-

Maumivi ahogo una carcajada.- no prometo nada.- terminó diciendo en tono burlón.

La oji-celeste bufo, al menos no miente, todos se terminan riendo cuando les hace esa pregunta.- vez allí?- dijo ella acercándose entre los arbustos y árboles para poder observar mejor los entrenamientos de Kion y los demás.- allí se encuentra mi problema.-

El oji-rojo se posiciono a su lado, observando donde ella había indicado, mas no entendía que debía de ver.- no entiendo.-

Wema señalo a Chaka con una de sus patas.- ¿ves a ese león? ese es mi problema.-

Su compañero se mantuvo observando con los ojos entrecerrados al de pelaje tostado por un rato.- ¿acaso te hizo algo?- pregunto, con la misma voz seria de hace rato.

-algo así.- contesto ella con la cabeza gacha al igual que las orejas.

-¿Qué te hizo? Va a ver lo que le espera a ese....-

-tranquilízate, no me lastimo ni nada de eso.-

El moreno levanto una de sus cejas al no entender lo que sucedida, Wema decidió hablar.- él... me beso.-

Las cuencas del macho se abrieron de par en par al escuchar tal declaración, no le cavia en la cabeza lo que la leona le decía, no podía ser posible ¿o sí? Se dio una bofetada mental, ella misma se lo estaba asegurando ¿Cómo no va a ser posible?

-dices que él... y tu... son...-

La oji-celeste lo interrumpió.- no, no somos nada.-

Maumivu soltó un suspiro, pero aun le quedaba una duda.- ¿Cuál es el problema entonces?-

Ella subió la mirada, encontrándose con los dos rubís rojos que poseía él, se mostraba confundida ante tal pregunta ¿Cómo no lo entendía?- el problema es que somos amigos, bueno.. Él ya me dijo lo que en realidad siente por mí pero yo no puedo corresponderle, no lo veo como otra cosa más que un compañero, o eso creía hasta que hoy me... beso. ¡Estoy confundida!-

-y tu ¿le correspondiste?-

Ella se sonrojo ante tal pregunta y entre nervios pudo responder un sí.

El más alto la miro con ternura, algo extraño en él, aunque por alguna extraña razón le dolía el hecho de saber que la leona ya tenía a alguien que la amaba en ese momento se sentía como el hermano mayor que debía de ayudarla.

-mira, debes de hacer lo siguiente, ve a dar un paseo a solas, piensa en todo lo que paso hoy, en ti, en ese tal león y en lo que sientes por él cuando están juntos. Recuerda, debes de ser sincera contigo misma, no niegues lo que sientas o no sientas por él, después de todo, si hay una mínima posibilidad de que tú también gustes de él ¿Qué perderías? Si sabes que él te ama no estarías perdiendo nada.-

Ella sonrió, de verdad había hecho bien en contarle su inquietud, debía de agradecerle. Así que, abalanzándose sobre él le dio un gran abrazo, este al principio se sorprendió, nunca había recibido algo así, pero al poco tiempo correspondió al acto.

-gracias.- murmuro ella aun en el abrazo.- eres genial... ¿amigos?-

-no hay de que... amiga.- respondió él guiñándole el ojo ya separados.

Al terminar su charla ambos se despidieron, Wema decidió hacer lo que Maumivu le había dicho y él seguiría en su deber, espiar. Antes de que se pudiera voltear para seguir en lo que estaba una voz femenina lo interrumpe nuevamente, provenía de detrás de él.

-con que ahora das consejos de amor, eh?- se volteo para ver de quien se trataba, al hacerlo se encontró con la herma menor de la futura reina, la princesa Koni. Quien se había escabullido del entrenamiento al notar el extraño movimiento que había entre los arbustos, encontrándose así con Maumivu y Wema, había decidido observar al par por si pasaba cualquier cosa.

Maumivu volvió a su estado de seriedad absoluta y hablo.- ¿Qué haces aquí? ¿Me estabas espiando?-

-sabes... yo podría preguntarte lo mismo.-

-¿entiendes que no es bueno andar de acosadora?- se defendió él.

-cállate torpe, no te ando acosando, eso es lo último que podría hacer.-

-no te conviene meterte con migo cachorra, además ¿no te encontrabas con los demás?-

-además de espía un tonto, no vez que me estas asegurando que nos espiabas. Mira extranjero, te he estado observando y más vale que tengas cuidado.- amenazo la de ojos violáceos.

El macho sonrió de lado.- y que harás ¿decirle a tu papi?- se burlo.

Mas Koni no se inmuto, sabía cómo librarse de esas situaciones, respondiendo de la misma forma.- ¿Por qué? ¿Le tienes miedo?-esta vez, ella fue la que dio una sonrisa ladina.

Maumivu decidió pensar en algo rápido para quitársela de en sima, por suerte se le vino un buen argumento.- no, solo demostraría que dependes de él, cachorra.- Koni gruño ante la respuesta, Maumivu tenía dominado el terreno.- mejor vete, no querrás que al rey le lleguen noticias de que su querida hija andaba acosando a uno de los extranjeros ¿verdad?- la del flequillo gruño nuevamente pero decidió marcharse, podría espiarlo más tarde. El macho sonrió con soberbia, era divertido discutir con ella.

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