Capitulo 18

Calma antes de la tormenta...

Los días habían transcurrido bastante lentos después de la celebración de Upendi y aun más para dos jóvenes leones. Ya había pasado una semana pero Chaka aun seguía sin ánimos por lo que le había pasado, no salía de la cueva y si salía solo llegaba al árbol donde lo había encontrado Nama, a no ser que tenga que ir por agua, tampoco dormía del todo bien se le notaba por sus grandes ojeras, no estaba comiendo como se debía y eso se le notaba aunque no poseía una desnutrición severa para que se le noten sus costillas, sí se le veía más delgado que de costumbre.

Su familia se estaba preocupando por él, especialmente su madre, pero el macho no daba explicaciones y esto solo hacía que sus preocupaciones aumentaran. Chaka no hablaba y se distanciaba de ellos excepto con alguien, Nama. La leona de ojos verdes era la única que conocía la razón de su actitud y la única con la cual podía llegar a decir más dos palabras, obviamente su hermana menor estaba preocupada pero sabía que forzarlo a "recuperarse" no era la mejor opción, por ahora era su compañía, su apoyo, su hombro para llorar y él se sentía bien al estar con ella porque era la única que no le intentaba sacar información a la fuerza y eso lo agradecía. Su familia, al saber que Nama era con la única que hablaba, pensaban que podrían sacar información obviamente para poder ayudar a Chaka mas ella se negaba a darla y solo respondía que no sabía, que solo lo apoyaba, que no le decía el porqué estaba así, etc, etc, con tal de no revelar el porqué.

Por otro lado Wema no estaba en mejores condiciones, la leona de ojos celestes estaba destrozada, destrozada por destrozar a alguien ¿acaso eso era posible? Por supuesto que lo era y Wema era un claro ejemplo. Se sentía horrible por haber lastimado a su amigo, por haberle roto el corazón en mil pedazos, porque todo lo que Chaka sentía, soñaba y anhelaba fue tirado por la borda y ella fue quien lo tiro.
Ahora la dulce y amorosa Wema que conocíamos había cambiado, ya no sonreía, era distante y algo fría y todo eso solo porque había lastimado a Chaka, su amigo, su compañero, su héroe, su hermano, sí, para ella Chaka era todo eso porque el macho logro demostrarle en muchas situaciones que lo era y por eso sufría tanto, por haberlo hecho sufrir.

Su familia estaba preocupada, ellos eran cuatro en total y claramente se daban cuenta de cuando uno estaba mal y aun más con Wema sabiendo que era la más expresiva. Intentaban acercarse a ella y preguntar que le pasaba pero la leona se negaba a contestar, no quería decir que había hecho sufrir a alguien y tampoco podía. Ray era el único que sabía la historia y el único con el cual la de ojos celestes compartía más de dos palabras, sus padres se habían dado cuenta de esto, aunque no era anormal, sus dos cachorros siempre fueron muy unidos desde que nacieron, pero de igual forma intentaron poder sacarle algo de información a Ray con tal de ayudar a su pequeña pero él intentaba encubrir a su hermana diciendo que no sabía nada, que ella no le conto, que solo la apoyaba, etc, etc. Por suerte al ser un buen hijo y confiable, ninguno de los dos se dio cuenta de sus pequeñas mentiras blancas.

...

Era de mañana, el sol inundaba las praderas con su fuerte luz y su calor tenue, el cielo se encontraba mayormente despejado y las aves volaban y cantaban por los cielos de las amplias tierras, en cuanto a los terrestres, algunos descansaban como los hipopótamos en el manantial y otros buscaban ricas hierbas para almorzar, como las cebras, en cambio algunos carnívoros estaban al acecho para poder conseguir algo de comer. Todo estaba tal cual debería estar, respetando el ciclo de la vida.

Bajo la sombra de un árbol dos siluetas se encontraban conversando o más bien planeando. Tanto Ray como Nama habían quedado esa mañana para poder armar algún tipo de plan para ayudar a sus respectivos hermanos, a ninguno de los dos le agradaba verlos tan tristes y tan distantes, sabían perfectamente que necesitaban verse para poder arreglar las cosas aunque ninguno tuviera la valentía para hacerlo. Así es, tanto Nama como Ray sabían volver a verse, Wema para poder disculparse, muchas veces le decía a su hermano mayor que quería hacerlo, y Chaka para soltar lo que tenía guardado y enfrentarse a la realidad.
¿Podían llegar a que sus hermanos los odien por esto? Posiblemente, pero se arriesgarían de todas formas.

Los dos amigos quedaron que el lugar del encuentro seria en el árbol de Rafiki ¿Por qué allí? Ninguno de los dos sabia el porqué, solo fue una elección al azar. Acordaron que se verían antes del atardecer y obviamente ellos estarían escondidos observando lo que pasaba solo por precaución. Ya todo planificado era hora de ir con sus hermanos y decirles sobre el encuentro.

Nama se dirigió a su hogar, ya ahí observo el lugar para poder divisar a Chaka quien se encontraba en la punta de la roca, sonrió levemente y subió por la piedra para poder llegar a él.

-¡hola Chaka!- saludo alegre la ojiverde cuando se encontraba a un metro de distancia de él.

-hola Nama.- saludo este sin apartar la vista del suelo, su voz carecía de vida se notaba apagada.

-es un bello día ¿no?- la felina intentaba animar a su hermano aunque sea en vano.

-supongo.-

-hey, puedes ir al árbol de Rafiki hoy.- Chaka levanto la vista para poder observar a su hermana por primera vez desde que llego, la morena lo miraba con ojos brillantes, parecía una cachorra pidiendo salir a jugar.

El macho carraspeo ¿Por qué su hermana le pedía tal cosa?- Nama, no quiero ir.-

-por favor Chaka, hazlo por mí si.- contesto rápidamente ella alargando la "i".

Suspiro.- ¿Por qué quieres que vaya? ¿Qué es tan importante?- cuestiono el de pelaje caramelo, sentía que había algo más.

-es una sorpresa, no te puedo decir.- dijo mientras guiño el ojo, el macho dio un largo suspiro ante tal respuesta.

-bueno, iré.- termino ya dándose por vencido, su hermana dio pequeños saltitos en su lugar.

-perfecto, te espero allí antes de que se oculte el sol.- le informo antes de irse a lo que el macho asintió.

Nama empezó a retirarse de allí, estaba contenta había logrado convencer a Chaka ahora faltaba Wema, mas antes de poder bajar por la roca se topo con su padre, Kovu, él había escuchado la conversación de ambos hermanos y las palabras "sorpresa" y "árbol de Rafiki" dichas por su hija le hacían ruido en su cabeza mas no podía sacar falsas conclusiones. Nama al ver a Kovu a solo unos metros de donde estaba con Chaka hizo que se sintiera bien consigo misma, después de todo sabía que su padre los había escuchado, y debería de sentirse orgulloso por hacer que Chaka por fin saliera de su hogar, sin dar muchas vueltas la ojiverde le dedico una cálida sonrisa al mayor para luego retirarse.

Kovu seguía el camino imaginario que dejaba la menor mientras bajaba por su hogar y se dirigía quien sabe dónde, suspiro pesadamente, la hembra parecía que no se dio cuenta de la seriedad que inundaba el rostro de su padre pero quien la puede culpar, la leona estaba feliz de que al menos, su parte del plan salía bien. El moreno negó con la cabeza repetidas veces y poso su vista sobre su hijo mayor que aun se encontraba allí, en la punta de la roca, dándole la espalda, observando el suelo debajo de sus patas y seguramente perdido en sus pensamientos, pensamientos que el mayor no conocía.

Se acerco sutilmente hacia él, lo que menos quería era que se alejara, decidió sentarse a su lado y observar el paisaje. Ninguno de los dos pronuncio palabra alguna pero a Kovu no le molestaba, estaba feliz con tan solo estar cerca de su hijo después de que este lo evadiera por una semana. A Chaka no le agradaba mucho su compañía, no por el silencio que los cubría, sino que de todos sus familiares su padre era con el que menos quería sentirse débil, después de todo Chaka conocía su historia de pies a cabeza, todo lo que sufrió por tanto tiempo y lo fuerte que fue ante eso, para el menor derrumbarse frente a él sería como una humillación y es por eso que lo había estado evitando a él y a todos los demás.

-¿Qué quieres?- pregunto ya arto del silencio.

Las pupilas del de ojos verdes se achicaron, la voz de su hijo lo tomo por sorpresa, no pensó que Chaka sería el primero en hablar y eso por alguna razón lo hizo feliz.
- ¿acaso no puedo observar el bello paisaje?- pregunto de forma burlona pero de una forma natural para no hacer enojar a su hijo.

-no vienes a ver el paisaje, solo quieres saber qué me pasa.- hablo en un tono frio, sin duda ese no era el Chaka que conocían.

Kovu volvió a sonreír, no le importaba como le hablara que lo hiciera ya era mucho.- ¿y acaso está mal que un padre se preocupe por su hijo?- nuevamente volvió a hablar en un tono juguetón, por alguna razón era el que mejor le salía en esta situación.

Silencio. El menor quedo completamente mudo ante tal pregunta, miro al suelo con la mirada triste, perdida, y después de unos cuantos segundos pudo responder.-no...-

Su padre sonrió levemente.-sabes que puedes confiar en mi hijo.- le aconsejo ya en un tono mas comprensivo.

-lo sé.... Pero tú nunca has tenido miedo.- el pequeño no sabía en realidad lo que decía o si lo que decía tenía sentido pero lo que si sabía era que no quería sentirse vulnerable en frente de su padre porque en realidad tenía miedo... miedo a que su padre piense que no era lo suficientemente valiente para enfrentar la realidad o que se riera por lo tonto que sonaría decir que estaba triste porque había sido rechazo.

Mas el moreno no sería capaz de hacer tal cosa con su hijo pero eso Chaka no lo sabía. Kovu sonrió al saber que su pequeño poco a poco se abriera aunque no sepa aun lo que le pasaba sabia que debía de ayudarlo de alguna manera, lo miro de reojo, Chaka tenía la vista perdida en el suelo parecía no poder despegarla de ahí, el ojiverde miro nuevamente al horizonte y suspiro.- si lo he tenido.- contesto, rápidamente el de ojos carmesí levanto su vista para ver a su padre, Chaka no podía creer lo que sus oídos oían ¿su padre tuvo miedo? Imposible ¿verdad?- hijo, tú conoces mi historia a la perfección y sabes que no te he ocultado nada y no me avergüenzo de habértela contado a ti y a tus hermanas pero creo que nunca mencione que sí sentí miedo... miedo a lo que me pasara, miedo a que Simba me odiara para siempre, miedo a que mi exilio sea permanente y sobretodo tuve miedo de llegar a perder a lo que más he amado en toda mi vida.-

-a mamá...- susurro el menor.

-así es, tuve miedo de que nunca más pueda volver a ver a tu madre de nuevo y es por eso que cuando nos encontramos nuevamente tenia las ganas de huir con ella hasta el fin del mundo si era necesario con tal de que estemos juntos, pero por suerte ella me hizo entrar en razón ¿si huía, que cambio habría? Ninguno, y es por ello o mejor dicho por ella que ahora todos estamos unidos en una gran manada.-

Chaka no había formado ninguna sonrisa desde que Wema lo rechazo hasta ahora, y aunque no sea cien por ciento genuina era un intento pero poco a poco se fue convirtiendo en una sonrisa triste, lo que su padre le contaba le hizo acordar a Wema.- pero mamá te amaba, ella correspondía lo que sentías.-

-así es, y eso me hace estar muy agradecido con ella porque fue la única que confió en mí en ese momento aunque yo ni siquiera halla confiado en ella... pero supongo que, aunque ella no hubiera sentido lo mismo que yo, yo hubiese hecho todo lo posible para conquistarla.- concluyo con una sonrisa, mirando fijamente a los ojos de su hijo que se veían humedecidos, y aunque su hijo lo negara Kovu había encontrado el porqué de su tristeza.

Chaka sonrió, sonrió de verdad aunque sus labios seguían pegados y en un susurro dio un "gracias". En ese momento sus instintos reaccionaron por su cuenta, se abalanzo sobre Kovu en un abrazo el cual fue correspondido por el ya mencionado, eso lo hizo sentir mejor, necesitaba ese abrazo de su padre, saber que él estaba ahí para apoyarlo y aunque no quería llorar unas lagrimillas traicioneras abandonaron sus ojos.

...

Minutos antes, en una parte alejada de la Roca del Rey, en una cueva que no era demasiado grande ni demasiado pequeña que estaba rodeada por detrás por un pequeño rio era habitada por una familia no muy numerosa pero que tenía mucho amor para dar.

Allí, en la orilla del rio a unos metros de la cueva, se encontraba el miembro más joven de la familia, una joven leona la cual no le faltaba mucho para llegar a la edad adulta, su pelaje era de un color arena y sus ojos eran del mismo color que el cielo, así es, se trataba de Wema. La felina se encontraba mirando su reflejo en el agua, divagando en sus pensamientos, ahogándose en su tristeza. En su transe, la leona no se había dado cuenta de la presencia que se encontraba sentada a su lado no fue hasta que diviso el reflejo extra que se formaba en la superficie de la corriente del río.
Levanto la vista mirando a su costado encontrándose allí con un joven león de melena amorronada algo crecida, pelaje gris oscuro y ojos celestes como los de ella, no cavia duda, era su hermano mayor.

Dio un pequeño sobresalto, no se esperaba su visita.- Ray, no me asustes así.-

-perdón hermanita.- se disculpo.- pero es que estabas tan entretenida observando el agua que pensé que habías encontrado algo.- bromeo el mayor dando unas leves carcajadas.

-no seas tonto.- dijo volviendo su vista al rio.- ¿Qué se te ofrece?-

-me preguntaba si te gustaría ir al árbol de Rafiki hoy.- dijo sin muchos rodeos.

La ojiceleste lo miro extrañada ¿Por qué tendría que ir allí?- ¿y eso porque?-

-es una sorpresa, no puedo decirte.- contesto él.- así que... ¿iras?-

La menor soltó un suspiro de cansancio, su hermano sabía bien que no se encontraba bien esos días ¿Por qué quería que vaya a pasear?- bueno.-

-perfecto.- pronuncio parándose de un salto.- te veo allí antes de que se ponga el sol.- su hermana asintió ante tal orden, el ojiceleste sonrió y dio media vuelta para retirarse.

Camino unos cuantos pasos y se topo con su madre quien había escuchado toda su conversación, miro a su hijo mayor con intención de saber la tal "sorpresa" que había mencionado mas el grisáceo le dio una sonrisa de satisfacción al saber que su parte del plan estaba resultando, su madre sin más remedio devolvió la sonrisa para que el menor pueda retirarse.

Maua observo a su hija que aun se encontraba sentada frente al rio observando su reflejo, decidió acercarse a ella con cuidado, no quería que se fuera cuando ya la tenía tan cerca, se sentó a su lado y miro al horizonte. El silencio era el que inundaba el momento más para la mayor no se le hacía incomodo, le era suficiente estar compartiendo ese momento con su hija aunque la menor no sepa de su presencia.

Wema seguía perdida en sus pensamientos, divagando y torturándose con lo que había hecho, no se había percatado de la presencia de su madre no hasta que nuevamente se encontró con el reflejo de alguien más a unos centímetros a su lado. Ladeo sus ojos observando uno de sus costados para efectivamente, toparse con cuatro patas que claramente no eran de ella, subió un poco más la mirada para encontrarse con el rostro de su madre que tenia la vista puesta en el horizonte. El silencio siguió por unos cuantos minutos más hasta que a Wema se le hizo insoportable y decidió hablar.

-¿Qué necesitas?- pregunto algo distante.

Maua sintió como su corazón daba un salto, no pensó que Wema vaya a ser la primera en hablar pero eso no le molestaba, al contrario le gustaba escuchar la dulce voz de su hija.-observo el paisaje.-

Nuevamente el silencio las envolvió mas esta vez no duro mucho.-solo quieres saber qué me pasa.- replico en un susurro que pudo ser escuchado por la mayor.

-¿y acaso está mal que una madre se preocupe por su hija?- la pregunta de su madre la había dejado en silencio, con los ojos pegados a su reflejo y es que en realidad sabia la respuesta lo que sucedía era que le dolía decirla

-no...- contesto en un volumen bajo después de unos cuantos segundos.

Su madre sonrió de lado, esto podría llegar a ser un inicio.- sabes que puedes confiar en mi.-

Wema suspiro con pesadez, claro que podía confiar en su madre, ella era como la leona más perfecta que conocía si es que la perfección existiera. Pero el hecho de porque no podía decir lo que le pasaba era porque tenía miedo, miedo a que su madre la juzgara por haber herido el corazón de alguien, después de todo Maua le había enseñado a que debía de ser una buena leona e intentar nunca hacer daño a alguien y solo hacerlo si era sumamente necesario.

- lo sé... pero tú nunca has lastimado a alguien.- de la nada y sin mucho sentido la menor pudo decir lo que de alguna forma guardaba.

Su madre sonrió tristemente, era lindo pensar que su hija la viera como alguien tan pura.- en realidad... si lastime a alguien muy especial.- Wema no pudo evitar levantar su vista que solamente reflejaba confusión ¿su madre lastimando a alguien? Imposible ¿verdad?- veras, cuando yo tenía más o menos tu edad había alguien muy especial en mi vida que intentaba en todo momento llamar mi atención con tal de que yo le diera una oportunidad para estar con él.- empezó a relatar Maua pero Wema la interrumpió.

-¿Papá?..- pregunto esta en un susurro.

Maua suspiro.- así es, Amani no me dejaba ni un minuto.- dio una pequeña risita.- éramos amigos desde muy pequeños y él se había enamorado de mí, cuando reunió todo el valor para poder confesar sus sentimientos yo... lo rechace, en ese momento yo tenía pareja pero creo que tu padre no lo sabía, aunque difícil que lo sepa después de todo nuestra relación era secreta.- volvió a carcajear, Wema solo prestaba atención al relato.- aunque ese león y yo no duramos mucho, antes de que cumpliéramos un año terminamos.-

La ojiceleste intentaba procesar la información que su madre le había otorgado esa mañana, miles de preguntas empezaron a inundar su mente mas solo pudo llegar a hacer algunas.-pero ¿Papá se entristeció? ¿Qué paso después? ¿Cómo llegaron a estar juntos?-

-después de que rechace a tu padre se alejo de mi por un tiempo, yo no sabía nada de su vida, se aisló completamente y eso me hacía sentir horrible, creo que ese fue uno de los motivos por los que termine con la relación aunque siendo sincera este león termino con migo, luego de eso habrán pasado uno o dos meses más o menos cuando pude volver a ver a tu padre, él se había enterado de mi ruptura, creo que solo se hizo a un lado porque luego volvió a intentar conquistarme y esa vez lo logro, hizo que me enamorara perdidamente de él y aun lo sigue haciendo.- Maua había finalizado con su historia y por alguna extraña razón sintió que había encontrado la razón de la tristeza de su hija sin que ella se lo diga directamente.

La menor sonrió, no sabía bien el motivo de su sonrisa pero se sentía feliz, abrazo a su madre con fuerza, la mayor correspondió al acto de afecto. Después de tantos días de tristeza esto para Wema era como una dosis de felicidad que le inyectaron, capaz no podría hacer feliz a Chaka como a él le gustaría pero podría intentarlo de alguna otra manera y eso la ponía feliz.

...

Las horas pasaron y tanto Ray como Nama se reunieron en lo que es el hogar de Rafiki, ambos aseguraron que su parte del plan salió a la perfección sus hermanos estarían ahí a la hora acordada, ya el sol estaba empezando a bajar aunque aun no llegaba a ser el atardecer, los dos amigos decidieron esconderse entre los altos pastos para poder observar mejor la escena.

-¿crees que tardaran mucho?- pregunto un Ray muy impaciente.

-no creo.- contesto la morena mientras observaba hacia un costado.- mira Ray, ahí viene Chaka.- el nombrado miro hacia la dirección que Nama le indicaba y sí, a lo lejos se podía ver a Chaka.

-y allí viene Wema.- agrego el grisáceo apuntando hacia el lado opuesto a Chaka.

-silencio.- murmuro la ojiverde.

Tanto Chaka como Wema se dirigían al mismo destino, ninguno de los dos sabia para que, solo tenían una pista y esa era una "sorpresa". Ninguno de los dos mencionados prestaba atención en su camino ya que ambos se encontraban perdidos en sus pensamientos con la mirada pegada al piso, divagando en cosas que solamente ellos sabían. Mas sus miradas se cruzaron, ya se encontraban a unos dos metros de llegar al árbol y los dos levantaron su vista topándose con la contraria, caminaron los últimos pasos que los separaban de una forma lenta y temerosa.

Ya al estar frente a frente el silencio inundo el momento volviéndolo casi incomodo para ambos felinos. Ninguno de los dos entendía ¿Por qué allí no estaban sus respectivos hermanos? ¿Acaso era una broma de mal gusto? Tanto Wema como Chaka no sabían esas respuestas y tampoco querían saberla en ese momento.

-¿Qué haces aquí?- su voz salió cortante y fría, como si la presencia de la menor le molestara.

-yo podría hacer la misma pregunta.- respondió de igual manera la de ojos celestes.

-yo pregunte primero.- se defendió el mayor.

-Ray me pidió que viniera ¿contento?-
¿Ray? ¿Cómo era eso posible? Nama le había pedido que él valla al árbol de Rafiki ¿Acaso era una coincidencia? ¡No! Aquí había gato encerrado.
-¿me estas escuchando?- la voz de Wema lo saco de sus pensamientos.- te pregunte porque estás aquí.-

-Nama me dijo que venga.-

Silencio. El aire estaba tenso cualquier movimiento, sonido o vibración podría ser suficiente para que este se cortara como un papel, los dos "amigos" intentaban por sobretodo no mirarse a los ojos. Chaka no podía hacerlo, si lo hacia lo trasportaría inmediatamente al recuerdo de su rechazo y eso lo destruiría nuevamente, Wema era incapaz de mirarlo no después de haberle roto el corazón en mil pedazos y eso hacía que la culpa la persiguiera y no la dejara tranquila.

-lo siento.- se escucho salir de los labios de la ojiceleste, de una forma tan suave que parecía arrullar los oídos del macho.- nunca tuve la intención de hacerte sentir mal Chaka, y cuando te alejaste de mi pensé que había perdido a mi mejor amigo, a mi hermano, a mi héroe.- las palabras abandonaban su boca de una forma tan sentimental y pura que era imposible pensar que lo que decía era mentira.

-¿héroe?- se pregunto el mayor ante la última palabra, ¿Cómo que era su héroe? Las mismas preguntas rondaban en la mente del grisáceo.

-así es, siempre has sido un héroe Chaka, nos salvaste de las garras de Makucha cuando solo éramos unos cachorros, hiciste frente a la leona cuando fuimos al bosque abandonado, aunque hallas estado muerto de miedo.-carcajeo.- siempre has mostrado tu valentía, junco con tus hermanas. Son mis héroes, y no quiero perderte Chaka no quiero perder lo más valioso que tengo de ti, tu amistad.- pequeñas lagrimas resbalaban de sus ojos que no despegaban la vista del suelo.

Ray miraba la escena con tristeza, no podía ver a su hermana en ese estado, no quería, por un momento quiso levantarse para poder ir a ayudarla pero Nama lo detuvo antes de que haga algo que después se arrepienta. Chaka observo a Wema con cariño ¿de verdad pensaba eso de él? con su pata levanto el mentón de la leona para poder ver sus hermosos ojos celestes.

-Wema, te quiero, te quiero de una forma tan especial que no puedo explicar, para mi tu eres la leona más bella y hermosa que hayan visto mis ojos, creo que eres el animal más perfecto jamás creado pero por favor, dame tiempo para digerir esto, si los reyes del pasado no quieren que estemos juntos es porque tanto tu como yo tenemos a alguien más. Solo te pido que me des una oportunidad ¿sí?- sus palabras eran sinceras, no había frialdad ni tristeza en ellas por un momento el Chaka que todos conocían volvió.

La leona sonrió mas no sabía que contestar ante tales palabras ¿era acaso esto una segunda declaración? Su estomago no podía con tanta presión.- yo... amm.- tartamudeo ¿Qué le podía decir? ¿Rechazarlo nuevamente? ¿Aceptar su propuesta? ¿Correr hasta el fin del mundo para no enfrentarse a la realidad? Para ella la ultima era la mejor opción.- no lo sé.-

-entiendo.- concluyo el macho, deposito un beso en la frente de su amiga y empezó a caminar.- hasta mañana, amiga.-

En la mente de la ojiceleste solo había espacio para una pregunta: ¿¡Que rayos había pasado!? La leona, más confundida que antes, empezó a caminar en dirección a su hogar.
El atardecer estaba dando paso y los colores naranjas, amarrillos y morados empezaban a verse en el horizonte. Esa noche iba a ser la más larga de su vida.

Cuando ya ambos citados se habían marchado los dos espías salieron de su escondite, cada uno poseía en su rostro una emoción completamente distinta a la de su compañero. El más alto poseía una cara de asombro inigualable, sus pupilas contraídas y su boca semi-abierta, claramente estaba confundido y no entendía lo que había pasado. Inversamente, su compañera parecía tener una sobredosis de felicidad, su sonrisa iba de oreja a oreja y sus ojos verdes brillaban más que nunca, para ella esto era un avance.

-¿Qué acaba de pasar?- pronuncio el ojiceleste dejando un breve espacio entre cada palabra.

-creo que Chaka por fin acepto la realidad.- contesto la de ojos verdosos emocionada.- o eso quiero creer.-

-no entiendo.-

-esto podría ser un avance, es probable que él pueda llegar a hablar con tu hermana sin que se entristezca.- explico la morena.

-bien por él, pero ahora Wema está más confundida que antes.- reprocho el macho.

-todo se solucionara y volverá a ser como antes, tenlo por seguro.- calmo la morena.

-muy bien, confió en lo que me dices.- el silencio se apoderó del lugar por unos momentos hasta que Nama lo rompió.

-Ray, ¿puedes venir con migo?- pregunto nerviosa la leona.

-¿A dónde?- dudo él.

-sígueme, ya lo veras.- contesto ella comenzando el andar seguida por Ray.

Nama estaba nerviosa, ¡no! eso queda corto, estaba teniendo una guerra interna que no la dejaba pensar ni actuar bien, ni siquiera sabía lo que estaba haciendo, bueno en realidad sí, lo que le pasaba era que no pensó que podía llegar a hacerlo pero así paso, las palabras salieron de su boca y allí se encontraba dirigiendo a su amigo a un lugar muy especial.

Ray se encontraba siguiendo a la morena por detrás, no se había adelantado ni puesto a su lado, solo se dejaba guiar por la hembra que estaba solo a unos pasos delante de él. En su mente se encontraban bailando millones de escenarios que podrían pasar, y es que así pasaba cuando Ray se encontraba con Nama, el macho simplemente se perdía en los ojos de ella, en su sonrisa, en su rostro.

Para él, ella poseía las esmeraldas más bellas de todas, siempre que se las quedaba viendo parecía que su cuerpo recibía algún tipo de hechizo pero para la leona esto ocurría de forma contraria ya que, según sus pensamientos, era ella la que en realidad se quedaba perdida en el rostro de grisáceo observando cada fino detalle que tenia, su coloración tan inusual que para ella era simplemente hermosa, su ya algo crecida melena marrón en la que estaba convencida que se vería sumamente frondosa cuando le termine de crecer, la sonrisa tan simpática que decoraba su rostro y sus bellos ojos color cielo que terminaba de completar su aspecto, sin duda un león perfecto tanto físicamente como en personalidad.

Pasaron unos diez minutos o menos desde que empezaron a caminar y ya habían llegado al destino que Nama tenía planeado. El lugar no era la gran cosa, no había un bellísimo lago o flores que inundaban el suelo, más bien era una simple colina que estaba recubierta del más suave césped pero esa no era la sorpresa. Al subir por la colina se tenía una gran vista, en realidad ese era el mejor lugar para poder ver el atardecer.

-¡wow!- exclamo Ray.- y yo pensé que en la roca del rey solo se vería de esta forma el atardecer ¿Cómo conoces este lugar?-

-ser princesa me da el privilegio de conocer varios lugares de este estilo.- respondió la ojiverde en un tono superior pero al mismo tiempo juguetón.

-jaja, ya veo señorita princesa ¿entonces dice que conoce más lugares para estar a solas?- dijo él siguiendo el juego.

-precisamente, ¿Por qué? ¿Acaso le gustaría pasar tiempos a solas?-

-me encantaría, necesito despejar mis pensamientos pero solo aceptare que me de la ubicación de tales lugares con una condición.-

-¿y cuál es esa condición?-

-que tu pases tiempo con migo, a solas, en tales lugares.- concluyo el ojiceleste dejando a Nama sonrojada.

-¿Ray...?- la morena estaba confundida, sus mejillas ardían y su corazón parecía explotar, el rumbo de la conversación se había desviado.- ¿ha hablas en serio?-

El macho se acerco mas a Nama, el sol ya había bajado por completo dando paso al manto oscuro que cubría el cielo, la luna comenzaba a aparecer y las estrellas empezaban a brillar, mientras que las luciérnagas danzaban alrededor de ambos felinos mostrando así su belleza luminosa en fin, el momento perfectamente romántico.- claro que hablo en serio, siempre lo hago si hablo de ti.-

-Ray yo...-

-shh.- silencio el nombrado.- no necesito que digas algo, tus ojos ya me lo dicen todo Nama....-dio una pausa y luego prosiguió.- yo... te amo, ya lo dije, no lo puedo evitar pero es que me encantas Nama, eres sencillamente perfecta para mis ojos y tengo el presentimiento que tú sientes algo parecido con migo.-

-Ray, yo... también te amo.-

El chico sonrió dulcemente, ella hizo lo mismo, sus frentes se habían pegado al estar tan cerca y sus ojos no podían desviarse de los de su compañero. Era perfecto, todo era perfecto, el lugar, el momento, ellos..., ambos se dijeron lo que sentían y un peso desapareció sobre los dos al saber que eran correspondidos. Sus respiraciones chocaban, podían sentir el calor del otro esto hacia que se sintieran en las nubes, se acercaron un poco mas y lentamente serraron sus ojos, sus labios se juntaron en un intento de beso algo torpe pero que al fin y al cabo demostraba todo lo que sentían cuando se veían.

Lentamente se separaron, ambos con la cara roja de la vergüenza, sus frentes seguían unidas y sus ojos brillaban como nunca antes, sonrisas nerviosas adornaban sus rostros. Era el primer beso para ambos y pudieron darlo con el animal que amaban.

-yo... este...- empezó nerviosa ella ¿Cómo debía hablar ahora?- no... no se qué decir.-

-no digas nada entonces.- su voz parecía un susurro, susurro el cual acariciaba los oídos de la leona.- Nama, no te voy a obligar a estar con migo si no quieres o si no estás lista, pero me encantaría que podamos estar juntos.-

-Ray yo... me encantaría pero... no quisiera incomodar a Chaka y a Wema estando contigo.-explico ella.- ¿podrías darme tiempo para pensar?-

-el que necesites.- contesto él de un modo en el que no haga pensar a su compañera que sus palabras lo entristecieron.- deberíamos de ir a casa.- se despego de ella e intento cambiar el tema de conversación.

-así es, ya es tarde.-

-puedo acompañarte si quieres.- ofreció Ray.

-gracias, me gustaría.-

Ambos empezaron a caminar hacia la roca del rey que estaba a unos veinte minutos más o menos de donde estaban. El camino a casa de Nama fue silencioso, ninguno de los dos emitía palabra alguna y esto empezaba a incomodar a cierta leona mas para Ray le era gratificante, después de todo estaba pasando tiempo con la leona que le gustaba y eso le hacía feliz.

...

Debajo de la cueva de rey un silueta esperaba impaciente a uno de los integrantes de la familia real, ya era de noche y esta no aparecía, si no llegaba a dar rastro de vida en unos cuantos minutos el mismo seria quien iría a buscar a su hija. Mas para el moreno sus plegarias fueron escuchadas ya que a lo lejos pudo divisar a su pequeña, su corazón se tranquilizo al saber esto, pero sus sentidos se pusieron en alerta cuando pudo ver que su pequeña no venia sola, una segunda silueta se encontraba con ella ¿Quién era? La oscuridad y lo lejos que se encontraban no ayudaban mucho en ese momento. Poco a poco cuando ambos se iban acercando pudo ver mejor de quien se trataba ¿acaso no era el amigo de sus hijos? Precisamente ese era.

-hola papá.- saludo alegre la ojiverde ya cuando habían llegado.

-hola hija ¿Dónde estabas? Tardaste mucho en volver.- cuestión el mayor.

-lo lamento, estaba con Ray no volverá a pasar.- la leona bajo la cabeza, podía llegar a ser muy extrovertida pero le tenía un gran respeto y amor a su padre.

-¿Con Ray?-

-ese soy yo.- hablo el grisáceo.- acompañe a su hija hasta aquí.-

-ya veo, muchas gracias entonces.- agradeció el moreno.

-no hay de que, nos vemos señor, hasta mañana Nama.- se despidió el ojiceleste ante los dos presentes mas antes de irse le guiño el ojo a Nama, claramente sin que Kovu se diera cuenta.

-adiós Ray.- se despidió ella con una gran sonrisa y un ligero sonrojo en sus mejillas.

Rápidamente quiso subir por la piedra y entrar en la cueva con tal de evitar las preguntas que su padre podría llegar a hacerle, Kovu podía llegar a ser algo celoso con sus hijos sobretodo con Nama ¿Por qué? Ninguno de los dos sabía.

-alto ahí princesa.- llamo él apenas la hembra comenzaba a subir por la piedra.- aun no me has dicho quien es él.-

-papá, solo es un amigo.- le explico ella intentando sonar convincente.

-¿Dónde escuche eso antes?- poso su pata sobre su mentón pareciendo estar concentrado pensando algo importante.- ya lo recuerdo, fue lo mismo que le dijo tu abuelo a Zazu cuando le explicó que estaba comprometido con Nala.

-padre esto es diferente, Ray y yo solo somos amigos.-

-entonces,.... ¿El sonrojo de tus mejillas es porque estas enferma?- cuestiono el mayor, Nama rápidamente poso una de sus patas en sus mejillas no solo estaban coloradas también estaban calientes.- ¿el giño de ese tal Ray solo lo imagine? ¿Acaso piensas que no me doy cuenta de que te gusta?- Kovu llego a su objetivo y la cara de Nama claramente daba todas las respuestas a sus preguntas, aunque pareciera que su padre estaba en un estado serio en realidad por dentro no podía aguantar las risas.

-yo... amm...yo.- intento hablar ella pero se le hacía sumamente imposible.

Kovu se acerco a su pequeña y lamio su frente para dar a entender su afecto.- no me expliques nada, estas creciendo eso es todo y yo no puedo hacer nada para evitarlo. Ray se ve un buen león, solo ten cuidado princesa.- su voz paternal hizo que Nama se tranquilizaba, como amaba a su padre.

-gracias.-susurro ella viendo como Kovu empezaba a ir a la cueva.-pero no tienes que decirme princesa.- refuto.

-igual a tu madre.-contesto él provocando una sonrisa ladeada en el rostro de su hija que la seguía por detrás.

...

Oscuridad... silencio.

Eso amenazaba al joven hijo del ex rey. La soledad inundaba su alrededor y su ansiedad aumentaba al saber que solamente era eso,... soledad, oscuridad y silencio ¿Dónde estaba? No lo sabía, un manto de negrura era lo que se apreciaba a su alrededor, eso y una energía peculiar, a su alrededor parecía que alguien se movía entre las sombras jugando a ser un fantasma causando temor al león.
Con sus ojos dispersos y su respiración entrecortada dio unos cuantos pasos hacia adelante, las ganas de huir aumentaban, mas no podía mostrarse débil. Poco a poco un poco de luz se mostro ante sus ojos, las cosas comenzaban a tener algo de sentido para sus retinas y esto hacia que su corazón se valla tranquilizando.

Miro debajo de sus patas, solo era tierra, suspiro con alivio. Miro a su alrededor pero lo demás parecía verse borroso, froto una de sus patas contra sus ojos con tan de poder ver mejor mas no parecía dar resultado ¿Dónde estaba? Se volvió a preguntar hasta que un fuerte rugido lo hizo brincar del susto, retrocedió unos cuantos metros, con un rostro cubierto de miedo y sus nervios a mil intentaba en vano poder descifrar lo que pasaba frente a él. Mas no daba resultado, solo sobras borrosas era lo que podía aprecias contando los gruñidos, rugidos, saltos y zarpazos que sus oídos escuchaban.

No tenía que ver para poder saber que frente a él se estaba desatando una guerra pero ¿Quiénes eran? ¿Por qué peleaban? Dudas inundaban su mente, incapaz de hacer algo para ayudar.

-disfrutas del espectáculo.- una voz fantasmal con tono hostil y algo ronca invadió los oídos del pelirrojo haciendo que su pelaje se erizará.

-¡¿Quién eres?!- exigió él con tono autoritario.

-¿no me recuerdas? Eso no es muy considerado de tu parte Kion.- la voz parecía moverse alrededor de Kion que intentaba poder percibir de donde provenía.- te daré una pista, soy tu pesadilla, tu fantasma interno, la piedra con la que no quieres tropezar, el temor que inunda tu ser, yo soy tu, vivo en ti y no me quieres dejarme salir.- las palabras salidas del ente giraban alrededor del dorado y una nube negra comenzaba a rodearlo.- acaso no me recuerdas, Kion.- dos ojos verdes brillantes se hicieron presentes al frente del mencionado seguido de esto su cuerpo se hizo visible, un pelaje moreno y una melena negra, acompañado de una delgadez notoria, estaba claro de quien se trataba pero Kion no quería aceptar lo que sus ojos veían.

-Scar...-fue lo único que salió de sus labios, su cuerpo temblaba y en su rostro estaba esculpido el miedo.

-hasta que por fin me reconoces.- dijo asqueado moviéndose alrededor del pelirrojo.- ¿acaso ya te habías olvidado de mi? ¿O pensaste que si dejabas de utilizar el rugido yo desaparecería de tu ser?-

-e dejado de usar el rugido porque me ha causado varios problemas.- defendió el menor.

-claro, claro... y por eso decidiste guardarlo y no dejar que nadie más lo tenga, valla... que egoísta.- escupió el fantasma con una sonrisa retorcida.

-¿¡egoísta!?¡Egoísta fuiste tú al matar a mi abuelo y abandonar a mi padre, egoísta fuiste al condenar a toda la manada a pasar hambre solo porque tú y las hienas desequilibraron el ciclo de la vida!-remarco Kion.

-esos fueron mis cinco minutos de fama.-expreso como si todo lo que hubiera hecho fuera un logro.- ....¿¡y tú que has hecho!? ¡Si no fuera por tu hermano millones de carroñeras hubieran muerto de hambre, si no fuera por tu hermana nunca hubieras dejado entrar a los desterrados! Dime Kion ¡¿En algún momento has hecho algo bueno!? ¡No! ¡Solo has ayudado a los tuyos! Y eso que ¡Hasta los malvados hacen eso! Te has llenado de loores pero no has hecho nada más que ayudar a los buenos y despreciar a los malos.-

-¡No! ¡Eso no es verdad!-

-¡acepta la realidad! Sigues siendo el mismo de hace años.-

-¡No es cierto! ¡Mientes!-

El moreno, ya arto, salto sobre Kion para atacarlo, este serró sus ojos esperando el impacto pero este nunca llego. Al abrirlos su respiración estaba agitada, miro a su alrededor, estaba en la cueva real Fuli estaba a su lado y sus cachorros alrededor de ellos, toda su familia estaba ahí dentro durmiendo. Suspiro de alivio, solo fue una pesadilla.








Holaaa lectores.. perdóneme la tardanza espero haberles compensado eso con el capítulo.
¿Que les pareció? Me gustaría saber que piensan.
¿Que sucederá después?
¿Que creen que pasará ahora con Chaka y Wema?
¿Estaran juntos o alguien más entrara en la vida de cada uno?
¿Ray y Nama podrán ser una pareja definitivamente?
¿Que pasara con Kion después de esta pesadilla?
¿Quienes habrán sido los leones peleando?
¿Veremos nuevamente a los dos primos?

Me gustaría saber sus respuestas a estas preguntas o que quisieran ver en los siguientes cap, que por sierto no falta mucho para que termine.

Bueno, sin más que decir me despido bye.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top