capitulo 22: intentando seguir el plan.


Kiara cae a un lado y al estar inconsciente se hunde en el agua, Kovu al darse cuenta de ello nada hasta ella y logra agarrarla para poder sacarla del agua.
Ya fuera del río Kiara logra recuperar aire fresco y reaccionar.

–¿En dónde estamos?– preguntó la leona ya despierta.

–Estas a salvo, en Las Praderas.– contestó el moreno con una sonrisa altanera.

–¿En Las Praderas? ¡No! ¿Tu quién eres? ¿Y por qué me trajiste aquí?– confrontó, no reconocía a su salvador.

–soy nada más ni nada menos él que te salvo la vida.–

...

En la Roca del Rey Simba se encontraba en la punta de la misma dando vueltas desesperado esperando a que Kiara volviera, ya había pasado tiempo y según él ella ya debería de haber regresado de su cacería, Nala le había dicho que no se preocupara que ya regresaría, pero él no estaba convencido de ello. Sus ojos se agradaron asustado cuando en un rápido vistazo noto el humo que se veía a la distancia, Kiara había ido hacia allí.

Rápidamente llamo a la manada para salir en busca de su hija, le pidió a Zazu que se adelantara para que le informara de cualquier cosa. Apenas el emplumado logró divisar a la princesa en compañía con un león desconocido no tardó en dirigirse hasta Simba y advertirle.

–¿Qué haces?– preguntó el moreno al ver que la princesa no le daba la espalda.

–¿Kovu?– preguntó con cierta duda, recordó a verle escuchado esa pregunta alguna vez.

Simba, Nala, Zazu y hasta Kion habían llegado hasta la escena, este último se encontraba anteriormente con la guardia y Ono le alertó al líder del incendio, el pelirrojo no tardó en darse cuenta que allí se encontraba su hermana y salió corriendo sin dar explicaciones a su grupo hasta el lugar. Al conocer Las Praderas a la perfección logró encontrar un atajo llegando junto con sus padres.

La reina rápidamente se dirigió con su hija a abrazarla, se había preocupado por ella cuando Simba le advirtió del incendio. Lo que menos quería Nala era perder a otro hijo. Simba, por su parte, no apartaba su vista del oji-verde que estaba frete a él, no le agradaba en lo más mínimo y si tenía algo que ver con el incendio no perdería tiempo en pelear contra él. Kion, luego de asegurarse de que su hermana esté bien fue con su padre a hacerle frente al adversario, algo en él le decía que ya conocía al moreno, pero no estaba del todo seguro.

Kiara se encontraba decepcionada y enojada con su padre, lo único que le había pedido era que le dejara hacer algo sola sin su vigilancia y él rompió la promesa, pues bien sabía que sus "tíos" no escapaban del fuego por casualidad, ambos se encontraban en la Roca del Rey cuando ella salió de allí.

–Kiara, ¿estás bien?– preguntó Nala preocupada.

–Si,..– respondió ella a su madre, pero rápidamente dirigió sus palabras a su padre.‐ Papá, ¿por qué ronpiste tu promesa?–

–Me da gusto haberlo hecho.– respondió el rey sin dirigirle la mirada, seguía amenazando al desconocido que no se dejaba intimidar tan fácil. Simba gruño con enfado.

–A mi también me da gusto.– habló esta vez Kion que al igual que su padre gruñó al adversario.

–Pero Kovu...–

Ella fue interrumpida por su padre.–¡¿Kovu?!–  escupió Simba con furia. Kion se sorprendió un poco aunque no lo demostró, sabia que conocía a ese león.


Por poco comienza una pelea entre Simba, Kovu y Kion si no fuera por un alocado mandril que desde su posición grito para que le escucharan.

–¡Hey tú! ¿Como te atreves a salvar a la hija del rey?– gritó Rafiki con ironía y gracia en su voz.

Simba volteo su mirada al consejero real y luego volvió nuevamente su vista al forastero con disgusto ¿Había salvado a su hija? ¡No!, debía ser una trampa ¡Era un forastero del clan de Zira!

–¿Tu la salvaste? ¡¿Por qué?!–exigió el macho con enojo.

–E dejado a los forasteros, estoy solo y honestamente pido unirme a tu manada.– hablo el moreno con tranquilidad, debía de sonar lo más convincente posible.

–¡No!–

–¡Simba, el salvo la vida de tu hija!– hablo su esposa con desespero, Kovu sería un forastero, pero no dejaría que se cometiera una injusticias.

–Pero él es un forastero, papá.– le susurro Kion quién estaba a su lado. Al más joven no le agradaba la presencia de Kovu allí. Después de todo era el supuesto hijo de Zira elegido por Scar, nada bueno venía de allí.

El rey deba vueltas pensando en que hacer, la situación le frustraba y enojaba bastante. Por un lado sabia que Nala tenía razón, Kovu había salvado a Kiara del incendio, pero Kion tenía razón también, él era un forastero y personalmente temía que todo fuera una trampa por parte del clan de Zira.
Zazu se aproximo a él para darle alguna ayuda al rey.

–Señor, el protocolo real dice que todas las deudas deben pagarse.– pronunció el ave azul en tono formal, y agrego.– Pero en este caso se puede hacer una excepción.–terminó de decir con cierta expresión de asco en su rostro mientras veía de reojo al "acusado".

–Bien, vamos a ver cuanto duras.–terminó de decidir el rey, dando a entender que Kovu podría quedarse pero estaría vigilado. El oji-verde dio una media sonrisa, había entrado.

Simba dio media vuelta para volver a su hogar, seguido por Zuzu, Nala y Kion, Kovu los siguió por detrás y Kiara intentaba entablar alguna conversación con él, pero no sabía como, hacia tiempo que no lo veía y era muy distinto a como lo recordaba, decidió quedarse callada, luego tendría tiempo de hablar con él.

Kion miro de reojo a su hermana y se acerco hasta su padre.–Papá, ¿será buena idea que Kovu venga?– le cuestiono a su padre en un susurro.

–Ya lo veremos hijo.– respondió Simba, se notaba que no estaba de humor en esos momentos.– Quiero que mañana vayas con la guardia a revisar el lugar del incendio, me avisas si encuentras algo extraño ¿entiendes?–

–Si, padre.–

...

Ya al llegar a la Roca del Rey todos estaban entrando para poder descansar, la noche ya estaba cayendo y había sido un día largo para la manada. Cuando el moreno quiso entrar a la cueva real su paso es negado por Simba, quien lo obliga a dormir afuera, aún estaba aprueba por el pelirrojo.
La joven princesa noto lo que había pasado así que decide acercarse a Kovu quien ya se había recostado contra unas rocas, Kiara solo intentaba ser amable y agradecerle por averla salvado de una muerte segura, sin embargo el oji-verde sabía que no debía de distraerse de su objetivo y mantener a Kiara lejos de él era lo que debía de hacer. Para su suerte, vivir en Las Letanías y estar con dos leones mayores a quienes llamas hermanos y que te hacen la vida imposible, sumado a la leona que tenía por "madre" le era suficiente para adquirir un carácter peculiar.

–¿Qué  clase de cazadora eres tu?– cuestionó el macho groseramente cuando Kiara ya estaba frente a él

–¿Disculpa?– la intriga en la voz de Kiara era evidente, no tanto por la pregunta del forastero, sino por la forma en que la dijo.

–No sobrevivirías ni tres días. – un aire de superioridad inundaba la oración, completada con una sonrisa altanera.

–Ah, y de seguro tu eres un experto.–

– ¡Kiara!– la voz de su padre se escucha dentro de la cueva, no debía tardar mucho.

–¡Ya voy!

–Por supuesto que lo soy.– de nuevo ese tono de superioridad, Kiara no sabia por qué lo hacía, pero algo en ese tono le gustaba.

–Esta bien, entonces mañana me enseñas.– terminó ella con una sonrisa. Tal vez y solo tal vez las clases con Kovu sean mucho más divertidas que las de su madre, fue lo que su mente pensó por un fugaz momento.

La leona termina su conversación con él y se dirige a la cueva para descansar, en su cabeza no había más que una duda *¿verdaderamente ese era el Kovu que había conocido?* No, se negaba a creerlo, él debía de estar jugando con ella algún tipo de juego que aún no comprendía, sin embargo había algo en su actitud que le agradaba, no sabía que era, simplemente le gustaba y ya. Sacudió su cabeza para apartar todos sus pensamiento, era suficiente para un solo día y debía de descansar.

...

Un nuevo amanecer se desplegaba sobre Las Praderas, aún era muy temprano y casi toda la manada se encontraba dormida, aún así un león de melena pelirroja fue el primero en despertarse. Simba se dirigió en busca de un poco de agua sin percatarse que cierto león moreno lo sigue sigilosamente por detrás.

Kovu se encontraba escondido detrás de unas roca a pocos metros del rey, ya estaba por ejecutar la siguiente parte del plan y lo hubiera hecho si no fuera que dos patas se interpusieron en su camino. Al levantar la vista noto que era la princesa Kiara, quien estaba muy impaciente por su primera clase de cacería con él.

–Buenos días, lista para mi primera lección.– saludo ella con una amplia sonrisa, se veía lo emocionada que estaba.

El oji-verde quedó sorprendido ante tal interrupción, al volver la vista a su objetivo este ya no estaba. No le quedó más remedio que seguir a Kiara, resignado.

...

Kiara se encontraba escondida en el pasto alto, Kovu le dijo que él se acostaria en la tierra y ella debía de intentar atraparlo. La felina se movió lo más sigilosamente que pudo y una vez cerca de su objetivo salta para atraparlo, pero este, ya sabiendo perfectamente donde se encontraba ubicada, solo tuvo que agachar su cabeza para no ser atrapado.

–¿me escuchaste?–preguntó la leona quien estaba tendida en el suelo boca arriba. Kovu no podía creer que aún tuviera la misma sonrisa y emoción al saber que no había logrado nada, parecía una cachorra pequeña.

–Con toda claridad....– pronunció él mientras la miraba para luego apartarse se ella, Kiara se levanta y lo sigue.–Al respirar haces ruido, relajante, siente la tierra entre tus patas para que al moverte no hagas ruido.– le aconsejo el moreno mientras rascaba la tierra con sus garras. Kiara lo imitó.

En eso, Kovu ve a unos cuantos pájaros que descendían sobre una colina y consideró que sería buena idea mostrarle a Kiara como se hace, y claro, tal vez alardear un poco.

–Shh observa al maestro.–

Corrió hasta la colina y salto para intentar agarrar a un ave, pero al hacerlo termina atrapando a Timon, quien se encontraba junto con Pumbaa en busca de insectos.

–No me comas, no me comas, por favor yo no conocí a tu tío, digo a tu padre, quiero decir a Scar.–pronunció el alarmado suricato que apenas y se le podía entender lo que decía.

– Timon ¿qué estás haciendo aquí?– preguntó Kiara una vez que llegó hasta allí y logró ver nuevamente al dúo dinámicos de suricato y jabalí. Ya no podía confiar si los veía cerca, podría pensar que su padre nuevamente intentaba vigilar que estuviera bien.

–Kiara, que casualidad, no creas que te estábamos siguiendo, es que aquí esta el mejor buffet de gusanos de las praderas, hay gusanos por doquier, pero parece que nos reservamos el derecho de admisión.–pronunció Timon una vez que Kovu lo había soltado. Ambos leones observaron que, efectivamente, había un montón de gusanos que eran devorados por las aves.

–¡Hey Timon! él podría ayudarnos.– dijo Pumbaa acercándose a ambos, ya estaba cansado de correr intentando espantar a los pájaros

–Si, seguro, deja a ese forastero.– dijo con desinterés el nombrado para luego retirarse, pero una idea pasa por su mente y chasquea los dedos como señal.– Hey, tengo una idea, él podría ayudarnos.

–¿Qué?– la confusión de Kovu ya no se distinguía si era porque le habían pedido su ayuda o por el cambio de actitud tan rápida de Timon.

Kiara sonrió. –Si, así.– acto seguido la leona ruge con todas sus fuerzas, espantando a varias aves.

Todos miraron al león esperando que hiciera lo mismo, Kovu también ruge y espanta a varias aves.



Bien aquí el capitulo perdón por no subirlo ayer pero bueno.
Espero que les allá gustado y si fue así dejen me lo saber.
A el siguiente cap estarán Kion y Fuli.

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