Capítulo 2: Los llegados de otro reino
Luego que se ambos leones se retiraran con el cachorro dormilón, los demás se volvieron a sentarse para que Rafiki continuara narrándoles la historia. Pero, mientras lo hacía, se escuchó una voz familiar y algo alarmada. Era Zazú.
"¡Majestades! ¡Guardia del león!" exclamó al posarse cerca, "Rafiki, ¿dónde está Vitani? ¡Hay una emergencia!"
"Se ha ido a ayudar a un elefante en los pantanos de barro" respondió este, tratando de calmarlo, "¿Cuál es la emergencia?"
"¡Hay dos cervatillos atrapados en las corrientes de las cataratas Maji Baridi, a punto de caer!"
"¿Cervatillos?" preguntaron los cachorros, excepto Dan, puesto que nunca habían visto uno de verdad, pues no era una especie que se veía comúnmente por las Tierras del Reino.
Por su parte, Dan solo había visto un ciervo en su vida, o mejor dicho, en su antigua vida, y no le agradó ese recuerdo: cuando era humano, su tío había llevado un ciervo muerto a su guarida y el olor nauseabundo de los químicos que usaba mientras lo disecaba le dejó mareado hasta el día siguiente, donde contempló con tristeza la cabeza del pobre animal en la sala de estar.
Volviendo al presente, Zazú dijo mientras volaba: "¡Entonces iré a avisarles...!"
Dan podía ver el ave alejarse, pero un instinto en él no quería abandonar aquellas vidas que pendían de un hilo (o simplemente era aquel recuerdo que no quería que se repitiese), de modo que se levantó y, antes de que lo imaginara, Shany también lo había hecho.
"¿Piensas ir sin mí?" preguntó ella con una sonrisa.
"¿Yo? Bueno..." trató de excusarse
"No finjas, quieres ir a ayudar a los cervatillos antes de la guardia del león" le reprochó ella.
"Pero es peligroso..."
"Ja, no conozco el peligro" mencionó Jabari, "Voy con ustedes"
"Además, si dices que es peligroso, no debes ir solo" aclaró Akira, "Yo también me apunto"
"Chicos..." dijo Dan, comprendiendo de que no podría hacerlos cambiar de opinión, "Vale, ¡Vamos aprisa!"
Rahisi, mientras miraba a los cachorros irse en dirección al peligro, le preguntó a su maestro:
"Maestro Rafiki, ¿no intentará detenerlos? Digo, ¿no quiere prevenir que se hagan daño?"
"No se puede detener un alma decidida" le explicó este, "Dan tiene la valentía de ayudar a otros a pesar del peligro, por eso le permitieron usar el rugido de los ancestros una vez. Pero también tiene la preocupación por sus seres queridos y el respeto por el ciclo de la vida, cosa que sin duda lo hace parecido a Mufasa. Aunque tienes razón: es peligroso, ¿podrías ir a ayudarlos?"
"¿En serio?" preguntó este algo desconcertado.
"Sé que en el fondo quieres hacerlo. Date prisa"
Rahisi asintió, sabiendo que eso era lo que deseaba y fue a ayudar a sus amigos.
(En las cataratas Maji Baridi...)
Como Zazú había dicho, los dos cervatillos gemelos estaban en el agua... o bueno, luchando contra la corriente: el macho estaba sosteniendo con sus patas a su hermana mientras que con su boca se sostenía de la rama de un arbusto cercano, el cual había crecido entre unas rocas. No obstante, el esfuerzo del joven ciervo estaba siendo en vano, pues la rama estaba cediendo. Pronto, caerían por la catarata.
Al borde de la corriente, el cuarteto de jóvenes leones había llegado a contemplar la escena. Con un rápido vistazo, Akira confirmó la situación descrita previamente y se lo informó a los demás.
"El agua de la corriente es muy fuerte para cualquiera de nosotros..." también ella observó, "Si quedamos atrapados, caeremos"
"Tal vez, ¿podamos construir un puente?" preguntó Jabari. Mirando alrededor.
Los demás hicieron lo mismo y Shany notó un viejo tronco hueco que estaba caído.
"Usemos eso" les indicó.
Todos estuvieron de acuerdo y, con un trabajo de equipo todos empujaron el tronco lo mejor que pudieron hacia el río para poder crear el puente. Sin embargo, este era demasiado pesado como para poder moverlo a tiempo...
"¡Les ayudaré!" exclamó Rahisi, llegando a empujar también.
"¡Rahisi!"
Con el apoyo del aprendiz de Mjuzi, lograron empujar el tronco hasta el río, y dejarlo atorado entre las rocas, creando el puente deseado. Sin más que hacer, Dan, Jabari y Rahisi subieron al tronco y cruzaron hasta llegar al otro extremo (Shany y Akira se quedaron en tierra firme, pues demasiado peso para el tronco también era una desventaja. Además, la fuerza del río hacía temblar el tronco de una inestable).
"Rahisi" le dijo el cachorro, "Tú tienes manos, ¿puedes alcanzarlos mientras te sostenemos Jabari y yo?
"Esta bien" respondió el aprendiz.
Entonces, mientras que el joven mandril se inclinaba sobre los dos cervatillos extendiendo una de sus manos para alcanzarlos, con la otra sostenía su bastón de aprendiz, el cual Dan y Jabari sostenían con sus bocas, para evitar que su amigo caiga al río.
"¡Un poco más!" dijo Rahisi, dirigiéndose a los cervatillos, "¡No se preocupen!"
Por fin, Rahisi consiguió agarrar la cabeza del cervatillo y arrastrarlo hacia el tronco. No obstante, cuando creyeron salvarle, la otra cervatilla se resbaló de las patas de su hermano y fue arrastrado por la corriente. Casi sin pensarlo, Dan saltó al agua y, con todo lo que había aprendido de Vitani sobre nadar, le ayudó a volver a sostenerse de la rama, pero este fue llevado en su lugar...
"¡Dan!" gritaron sus amigos cuando le vieron caer por la catarata.
Para su fortuna, antes de que cayera, un león adulto le atrapó. Luego, ambos cayeron al agua con una velocidad menor a la que hubiera sido caer desde lo alto. Al salir y expulsar toda el agua de su garganta, Dan fue bajado y parpadeó un par de veces antes de decir:
"¡Abuelo Simba!"
Simba sonrió mientras le decía: "¿Te encuentras bien, Dan?"
"Sí... muchas gracias"
"¡Dan!" le gritó Shany desde lejos, "¿Estás bien?"
"¡Sí!" respondió este en voz alta.
Al reconocer que Dan estaba a salvo, el grupo de cachorros y el mandril, junto con los dos cervatillos bajaron de la parte baja de las cataratas Maji Baridi. Cuando se encontraron con Simba, todos de inmediato hicieron una leve reverencia.
"No es necesario, cachorros" les dijo Simba, "Después de todo, ustedes son los héroes. Y ahora..."
Se volvió hacia los dos cervatillos, quienes al creer que se los comería, se asustaron.
"¡Ah!" gritó la hembra, "¡Depredadores!"
"¡No se comerán a mi hermana!" gritó el macho, quien, a pesar de estar temblando a simple vista, se mantenía frente a su hermana como un escudo.
"No queremos comerlos" aclaró Simba.
"Así es. Además, acabamos de ayudarlos" dijo Dan.
"No se preocupen, están a salvo" les tranquilizó Simba, "Soy Simba, el anterior Rey de las Tierras del Reino. Este es mi nieto Dan, ¿cómo se llaman ustedes y qué hacen aquí?"
"¿Dijo rey?" preguntó el cervatillo macho, mirando confundido a los leones.
"Ustedes, ¿de dónde vienen?" preguntó Shany.
"Venimos del bosque" respondió el cervatillo macho, "Me... llamo Geno, majestad. Mi hermana se llama Gurri..."
"Estamos perdidos, majestad..." agregó Gurri, "Nos separamos de mamá y papá por culpa de los cazadores"
Al mencionar la palabra 'cazadores' Dan y todos los demás leones se mostraban preocupados, pues todos recordaban lo malo que habían sufrido varios animales a causa de los humanos. De reojo, Dan y Shany cruzaron miradas, pues estos dos eran los que habían estado más cerca de ellos. Al volver a ver a los cervatillos, se dieron cuenta de que tenían rasguños y rastros de mordidas
Mientras pensaban, Zazú llegó volando hacia donde estaban todos.
"¡Majestad Simba!" le dijo Zazú al verlo, "He llamado a la guardia del león..."
"Todo está ahora en orden Zazú" le respondió este, "Regresa con la guardia y diles que nos encuentren en el árbol de Rafiki, tenemos que atender las heridas de nuestros recién llegados. Y luego ve e infórmaselo a Nala, Kovu y Kiara, hay cosas que discutir"
"Sí, majestad" dijo este, y se fue volando.
(Unos minutos después, de vuelta en el árbol de Rafiki...)
Todos se encontraban reunidos en la base del árbol, desde la guardia del león de Vitani hasta Kovu y Kiara con el pequeño Koda. De la misma forma, estaban las madres de Shany y Akira. Rafiki atendía, junto con su aprendiz, las heridas en las patas de Geno y Gurri. Luego que terminó, declaró que...
"Eran rasguños como los de un lobo, guepardo o..." empezó a decir.
"Fueron perros, señor" dijo Gurri, "Perros que obedecen a los cazadores"
"¿Qué es un perro?" preguntó Shany en susurro a Dan.
"Son como los lobos" le respondió con voz baja, "Pero son animales que viven con los humanos, la mayoría son dóciles y no tiene que ver con la cacería, pero estos deben ser los que fueron entrenados para eso"
"Qué horrible... ¿animales usados por humanos para cazar otros animales? Eso ya es caer bajo"
"Debemos devolverlos con sus padres" sugirió Kiara, abrazando ligeramente a Koda, "Ellos deben estar muy preocupados"
"Geno, Gurri..." les dijo Simba, "Dijeron que vienen del bosque, ¿no es así?"
"Sí" respondieron los dos cervatillos.
"¡Ahora recuerdo!" exclamó Shany, "Rafiki, nos estabas contando del bosque, ¿verdad?"
"Por supuesto Shany" respondió el Mjuzi, "El bosque es el hogar de Geno y Gurri, más allá de la montaña nevada"
"¿Y cómo llegaron aquí?" preguntó Vitani, "Tendrían que pasar por un lago helado para haber sido arrastrados por la corriente"
"Eso también tiene su explicación..."
El Mjuzi entonces usó su bastó y lo agitó hacia los dos cervatillos en una especie de baile chamán incomprensible. Parecían los antiguos bailes de las culturas antiguas alrededor del fuego. Cuando terminó, Dan pudo percibir algo extraño: como una suave brisa que se agitaba alrededor.
"Shany, ¿lo sentiste?" preguntó Dan a su mejor amiga.
"¿Eh? ¿De qué hablas?" preguntó esta, extrañada.
"Yo sí lo sentí" le dijo Simba, observando a su nieto, "Fue una extraña brisa, ¿no es así?"
"Sí..." musitó Dan.
"Como lo sospechaba, están generalmente a salvo debido a que los protege una gran entidad guardián" les dijo Rafiki. Luego, se volvió hacia Simba y Dan, "Así como a ti te protegía el espíritu de tu padre, Simba... y a ti, Dan, cuyo espíritu está unido al de Mufasa, a estos chicos les protege un espíritu de su propio bosque"
"¿Un... espíritu del bosque, maestro Rafiki?" preguntó Rahisi, "Recuerdo que me enseñó sobre ellos antes"
"Correcto. Los espíritus nos rodean y solo los que estamos más unidos a ellos, podemos sentirnos. Podemos ser elegidos por los mismos espíritus o puede ser cosas del destino. Así que supongo, que vuestra familia debe estar muy unida con este espíritu"
"Bueno... nuestro padre es el gran príncipe del bosque" mencionó Geno, "Quizá sea por eso"
"¡¿El Gran Príncipe del bosque?!" exclamaron todos.
Hubo una serie de murmullos por unos segundos ante aquella noticia. Cuando terminaron, Vitani propuso:
"Si lo ordenas Kovu, la guardia del león puede escoltar a los cervatillos de vuelta al bosque"
"Bueno, supongo que..." empezó a decir Kovu.
"No será necesario" interrumpió Simba, "Yo los llevaré de vuelta"
"Pero papá..." le dijo Kiara, "Tú..."
"Descuida Kiara" le dijo Nala, "Tu padre estará bien y ya se repuso de sus heridas. Además, no ira solo: yo también iré con él"
"¿Usted también, majestad?" preguntó Vitani, "¿No sería peligroso?"
"No te preocupes Kiara, tú y Kovu son los reyes de las praderas ahora" les dijo Simba, "Por eso deben quedarse y cuidar de ellas junto con la guardia del león. Debemos ir en una misión diplomática. Y te prometo que tu madre y yo regresaremos"
"Bueno..." dijo Kiara, reconociendo que era verdad lo que su padre le decía, "Solo prometan regresar"
"Pero partiremos mañana" declaró Nala, viendo el sol caer, "La noche va a caer y andar el camino será difícil en la oscuridad"
"Es cierto" reconoció Kiara, "No se preocupen, Geno y Gurri, pueden quedarse en la roca del clan esta noche"
"Muchas gracias, majestades" respondió Gurri.
"Sí, muchas gracias majestad" dijo Geno.
Así, el grupo deleones llevó a su par de invitados a descansar antes de regresar a su casa.
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