Capítulo 9: El tercer reino, el Reino del Pasado
(Por la mañana, en las Tierras del Reino...)
El amanecer en las Tierras del Reino pintaba un cuadro hermoso y sereno, como de costumbre. Los primeros rayos de sol teñían el horizonte de tonos dorados y anaranjados, iluminando las majestuosas llanuras y los bosques que se extendían a lo lejos. Dan salió como siempre de la cueva; sin embargo, esta vez, en lugar de disfrutar las vistas matutinas como de costumbre, su rostro reflejaba preocupación y ansiedad. Su corazón se sentía inquieto y ansioso, pues su mente estaba llena de pensamientos sobre sus hijos y amigos. A pesar de que el espíritu al que el más confiaría, el de su abuelo Simba, estuviera vigilándolos, la preocupación de un padre por sus hijos era normal.
Dan se sentó en la cima de la Roca del Clan, suspirando y tratando de calmarse. Sin darse cuenta, Shany, su compañera y reina de las praderas, se le unió.
"Oh... Shany" dijo al darse cuenta, "Lo siento, estaba..."
"Preocupado, lo sé..." respondió ella notando la preocupación en su rostro y se acercó a su lado con un gesto de cariño y comprensión. Shany posó su cabeza contra la de Dan y le susurró palabras de aliento.
"No debes preocuparte tanto, mi amor. Sé que nuestros hijos y amigos están bien", dijo Shany con confianza en su voz. Ella tenía una conexión especial con los jóvenes leones, una conexión que iba más allá de lo común.
"¿Cómo estás tan relajada Shany? Simba y Amira están en un mundo extraño, y nos necesitarían"
"Es normal que porque seas su padre te preocupes. Pero yo sé que están bien, pues soy su madre, ¿lo olvidaste? Puedo percibir su seguridad y bienestar, incluso a kilómetros de distancia. Y, como confío en ellos, estoy segura que Bambi, Sam y los demás están bien"
A pesar de que una leve preocupación aún pesaba en el corazón de Dan, se sintió reconfortado por las palabras de Shany.
"¿Sabes algo? De una forma u otra, siempre me animas" le dijo, "Lo has hecho desde que éramos cachorros"
"Tú también me has ayudado, más de lo que piensas" respondió ella. Luego, girando la vista, Shany señaló, "Oye, mira"
Dan giró la mirada y sus ojos se posaron en Geno, el gran príncipe del bosque y padre de Bambi, que caminaba inquieto al pie de la Roca del Clan, junto a Selene, su pareja. Incluso desde esa distancia, se notaba la misma preocupación que sentía Dan se reflejaba en Geno, quien también ansiaba la seguridad de su hijo y sus amigos. Y, por la actitud de Selene, ella también trataba de tranquilizar a su pareja. La unión de dos reinos, unidos por la amistad y la necesidad, se manifestaba en la inquietud compartida de ambos líderes.
Luego, Koda salió de la cueva, reuniéndose con su hermano y, todos juntos, se reunieron con Geno y Selene.
"¿Están listos los preparativos?" preguntó Geno, "Debemos ir a rescatar a los niños"
"Aún debemos esperar el aviso de Kuchimba..." aclaró Koda.
"¡Mirad!" exclamó Shany.
En el cielo matutino, la figura de Ono se podía distinguir volando hacia ellos. Al aterrizar, este se inclinó hacia el grupo.
"Sus majestades, Líder de la Guardia del León, Gran Príncipe del Bosque..." saludó.
"Buenos días Ono" dijo Dan, "¿Qué noticias tienes?"
"Kuchimba ha informado que el túnel está listo. Estamos listos para avanzar"
"Muchas gracias, Ono" dijo Shany, al igual que Dan, "Eso es un alivio"
"Entonces, ¿qué estamos esperando? Vamos a traer a nuestros hijos de regreso" dijo Geno.
"Vayamos de paso por el árbol de Rahisi, dijo que nos ayudaría" propuso Koda, "Está de camino a las Cavernas de Nadembo"
"Bien, adelante"
(Unos minutos después...)
Adentrándose en las Cavernas Nadembo, Dan, Shany, Geno, Koda, Rahisi y su ayudante Milo continuaron el camino (ahora más ensanchado), siendo guiados por Ono y el viejo Kuchimba.
"Mis hijos han logrado agrandar el túnel y nos hemos topado con un extraño arco de piedra" explicó este último.
"¡Hapana!" exclamó Ono, "Ese es el que atravesamos hasta llegar a aquel extraño lugar"
Frente ellos, estaba aquel arco de piedra, similar al que habían encontrado los jóvenes leones el día anterior. Como los cachorros, los adultos notaron de inmediato aquel velo mágico que cubría al otro extremo del túnel.
"¿Qué es esta extraña aura en el arco?" preguntó Shany.
Rahisi se acercó al extraño arco y lo tocó con el bastón múltiples veces. Luego, procedió a tocar el velo, que se movía como gelatina con cada toque.
"Es una especie de magia que ha estado aquí por años" concluyó Rahisi, "No sé de cuánto tiempo atrás, pero es posible que temblores de antaño hayan obstruido este portal. Aunque ahora que lo pienso..."
Se volvió hacia Dan y Shany, sus amigos desde niños.
"¿Recuerdan esa historia del maestro Rafiki?" les preguntó, "¿La del antiguo reino al final del túnel?"
Dan cruzó miradas con Shany, recordando aquella vez...
(Flashback...)
Dan, Shany, Jabari y Akira estaban reunidos con Rahisi, bajo el árbol de (en ese entonces) Rafiki, escuchando las viejas historias que este relataba.
"¿Tiene alguna otra historia, señor Rafiki?" preguntó Shany, emocionada por ellas.
"Hum..." musitó el viejo mandril, tratando de recordar alguna vieja historia, "¿Alguna vez han oído hablar del antiguo reino?"
"¿El que estuvo antes del Rey Simba? ¿O la que estaba antes del Rey Mufasa?" preguntó Jabari.
"No... hablo de una mucho más antigua, donde animales gigantes caminaban sobre la tierra y nadaban en los mares... cuando no existía un Rey de las Praderas, sino que todos migraban casi todos los días..."
"¿Existió un reino así?" preguntó Akira.
"¿Existió o existe? ¿es real o no lo es?" cuestionó Rafiki, "Mi maestro me dijo una vez que un habitante de las Tierras del Reino encontró aquel lugar al final de un túnel, pero vivió tantas cosas que se desmayó, pensando que era su fin, pues estaría a merced de las criaturas que allí vivían. Sin embargo, el sintió que alguien le ayudó... Cuando despertó, se encontró devuelta en el túnel, pero no encontró el camino de vuelta a ese reino"
"Entonces, ¿fue solo un sueño?" preguntó Dan.
Rafiki se le acercó, y le apuntó el pecho del joven Dan mientras decía:
"Tal vez fue un sueño, pero... la huella de un sueño no es menos real que la de una pisada"
(Fin del Flashback)
"A esto se refería el maestro Rafiki" comentó Shany.
"Sí" afirmó Dan, "Un reino antiguo... creo que, si tomamos en cuenta Las Tierras del Reino y El Reino del Bosque, este vendría a ser el Reino del Pasado"
"Sea cual sea el Reino al debamos ir, es primordial traer a nuestros hijos devuelta" declaró Bambi.
"Es verdad, vamos..." empezó a decir Koda, pero algo lo interrumpió: se trataba de otro topo que no pertenecía a la familia de Kuchimba, sino más bien era el encargado de los mensajes subterráneos.
"Buenos días, Majestades... maestro Rahisi..." dijo, "El señor Mtoto necesita su ayuda, su hijo está estornudando sin control y lo está llevando a su árbol en este momento"
Rahisi dio una mirada a sus amigos, y luego la giró hacia su bastón. Después, miró a Milo.
"Toma Milo" le dijo a su aprendiz, dándole el bastón, "Has aprendido lo suficiente para ayudar a tus amigos, confío en que puedas con esto... así que te regalaré este bastón"
"Pero maestro Rahisi... este es su bastón..."
"Lo era, por eso me acostumbraba a usarlo. Pero mi maestro me legó el suyo, y no lo suelo utilizar muy a menudo. Yo te doy el mío, y yo atenderé a ese elefante con el de mi maestro. Ve con el rey, ¿puedes hacer eso por tus amigos?"
Milo dudó, pero luego asintió con la cabeza, recibiendo el bastón.
"Haré mi mejor esfuerzo" dijo.
"Bien" dijo Rahisi. Luego, se dirigió hacia Dan, "Milo puede ayudar. Me necesitan en otro lado Majestad, si no le importa..."
"Has lo que debas, Rahisi" le respondió Dan a su amigo. Luego, se volvió hacia Milo, "Confiamos en ti, Milo"
"Bien" dijo Koda, "Milo, sube a mi lomo para que pueda llevarte"
El niño mandril subió al lomo del león, y teniendo todo a punto, a Dan solo le faltaba decir una cosa más...
"Shany..." estaba a punto de decirle a su esposa, cuando ella le interrumpió:
"No, no..." le dijo, negando con su cabeza, "Yo también iré"
"Pero..."
"Mira, una cosa es que sepa como madre que nuestros hijos están bien. Y otra cosa muy distinta es que no quiera ir a buscarlos. Ya una vez me quedé porque confiaba en que traerías a Simba de vuelta y porque sabía que Amira era mi responsabilidad. Ahora, son nuestros dos hijos, así que ni creas que te irás sin mí"
Dan estaba entre las zarpas y la pared; fuera lo que fuera que dijera, Shany iba a ir... siempre había sido así. Por su parte, Geno estaba asombrado del comportamiento de Shany, pues Selene nunca se había mostrado tan firme (quizá por el hecho de que ella era una tranquila cierva y Shany una fiera leona).
"Nunca la había visto así" comentó Geno.
"Y por eso son el uno para el otro" le dijo Koda, sacando una sonrisa a Koda.
Sin tener nada más que decir ni cómo contradecirla, Dan tuvo que aceptar que esta vez Shany fuera con ellos. Finalmente, cruzaron el túnel. El rey de las praderas cruzó el arco con el velo mágico, y por un breve instante, todo a su alrededor se volvió difuso y etéreo. Fue como si estuviera caminando entre dos mundos, con el pasado y el presente fusionándose en un instante mágico; pero, a la vez, se sentía como una simple bocanada de aire fresco. Cuando terminó la sensación, el grupo (posiblemente habiendo percibido la misma sensación al atravesar el arco), se encontró con el resto del túnel, casi oscuro, pues unas rocas tapaban la salida.
"Milo, sube ahora a mi lomo" le dijo Dan. Luego, se volvió hacia su hermano, "Koda, has lo tuyo"
Koda asintió mientras Milo se bajaba de su lomo y se subía al de Dan. El líder de la Guardia del León se puso entonces al frente, sabiendo que no debía rugir tan fuerte para no hacer caer rocas sobre ellos. Con un leve rugido, potenciado por su poder del rugido de los ancestros, las rocas que tapaban la salida salieron volando.
"¿No están?" preguntó Ono al ver que no estaban allí, "Espero que no hayan ido muy lejos..."
"Woah!" exclamaron, admirando (como previamente lo había hecho los jóvenes leones) aquella tierra perdida en los tiempos antiguos de las Tierras del Reino.
"Así que era verdad..." comentó Shany, "Nunca creí que hubiera tal lugar así..."
"Es muy bello este ambiente sí, pero debemos centrarnos en buscar dónde están nuestros hijos" les recordó Geno, "¿recuerdan?"
"Tienes razón" dijo Dan, echando un vistazo al suelo (para él y Koda, las clases de su tía Vitani sí que fueron bastante útiles), "Aquí hay rastros de huellas pequeñas, creo que son de ellos...
"Sí, van hacia el Este" confirmó Koda. Dan se volvió hacia su consejero.
"Ono, por favor, necesitamos tus ojos en el cielo para averiguar dónde podrían haber ido. ¿Puedes hacerlo?"
"A la orden, majestad" dijo Ono, inclinando la cabeza en un gesto de respeto, y alzando el vuelo hacia lo más alto.
Era indudable que Ono había recuperado su antigua habilidad de ver a largas distancias: la garceta exploró el territorio prehistórico desde las alturas, observando un paisaje que era totalmente diferente a lo que conocía (las Tierras del Reino, el Árbol de la Vida, etc...) pues todo era gigantesco. Bajo él se extendían densos bosques de troncos enormes y altos, que alguna vez pudieron poseer helechos gigantes o coníferas, pero varios de esos estaban secos. Varias palmas arborescentes se mecían al viento, y helechos arbóreos se alzaban en busca de la luz del sol.
Al explorar más allá de los bosques y los volcanes, el terreno se volvía más pedregoso y accidentado. También pudo divisar una cadena de volcanes en la lejanía, cuyas columnas de humo se alzaban hacia las nubes. Valles rocosos se extendían entre los bosques, con grandes formaciones rocosas que se alzaban en medio de los campos pedregosos. Estos valles pedregosos añadían un toque de dramatismo al paisaje, recordando la dureza y la aridez de una época pasada
"¡Hapana!" exclamó de repente.
Por un minuto, pensó que solo eran grandes árboles que no poseían ninguna hoja en sus copas, pero luego al verlos con mayor detenimiento, comprendió que se trataban de enormes criaturas (más altas que las jirafas que él había visto en las praderas) que se dirigían del Oeste hacia el Este, posiblemente por un camino cerca de los caminos pedregosos que había adelante.
"No sé si sea seguro ir allí" pensó y, recordando a su misión, observó la dirección que le habían señalado. Con un buen vistazo, notó un lugar que destacaba en el camino que debían seguir: un campo de géiseres cuyas columnas de agua se elevaban hasta el cielo.
Finalmente, Ono descendió al suelo, donde lo estaban esperando todos, informándole de las grandes criaturas y el camino a través de un campo de géiseres. Todos consideraron las opciones.
"Debemos ir hacia esos campos de géiseres" dijo Geno, "Si es allí donde han ido nuestros hijos, debemos encontrarlos"
"Tienes razón Geno; pero, debemos tener cuidado de qué criaturas haya en este..." empezó a decir Koda, pero Dan le interrumpió:
"Dinosaurios"
Todos le miraron extrañados, hasta que Ono recordó:
"¡Es verdad!" exclamó, "Eso nos contó esa tortuga, Ismena"
"¿Dinosaurios?" preguntó Shany, "¿Qué son?"
"Criaturas que vivieron en este Reino, en el pasado" explicó Dan, "Simba y Amira me contaron sobre ellos, y... también recuerdo haber visto una vez sobre ellos cuando era niño... en un viejo libro que alguien había tirado una vez. Tienen razón: este reino es imprevisto y no sabemos quienes son buenos o quienes son malos. Evitemos encuentros con otros animales"
Comenzaron su travesía por un terreno rocoso y accidentado, con escasa vegetación y hierba baja. El suelo pedregoso crujía bajo sus patas mientras avanzaban por este paisaje prehistórico. A medida que avanzaban, las maravillas de la era pasada se desplegaban ante ellos: el cielo despejado revelaba los picos de los volcanes a lo lejos, y los valles pedregosos interrumpían el terreno rocoso.
Finalmente, el grupo llegó al campo de géiseres. Se encontraron con un paisaje impresionante, donde los géiseres lanzaban chorros de agua al aire, creando un espectáculo asombroso. El suelo temblaba ligeramente con cada erupción, y el vapor se elevaba en columnas que se mezclaban con la luz del sol.
"Es... fascinante..." comentó Milo, cuando se bajó del lomo de Dan e intentó acercarse a un hoyo. Pero Shany le detuvo.
"Yo no haría eso si fuera tú" le explicó, tomando una piedra del suelo y arrojándola hoyo, haciendo que salga disparada con gran fuerza cuando el chorro de agua escapó. Milo se dio cuenta de su error.
"Algunas cosas pueden parecer más de lo que aparentan" explicó Shany, comprensiva, "Supongo que aún te estás acostumbrando a todo esto. Descuida, a Dan le costó tiempo correr con cuatro patas"
"Bueno, al menos tengo suerte de aún poder caminar sobre dos" dijo Milo.
Mientras tanto, Dan, Koda, Geno y Ono buscaban rastros de los niños.
"No veo mas huellas..." comentó Geno, "¿Alguien ve algún otro rastro?
"No... el agua ha borrado demasiados rastros importantes" dijo Koda, buscando en el suelo.
"Ono, ¿ves alguna señal de Simba o los demás?" preguntó Dan.
Ono escudriñó el área desde el cielo y respondió: "No veo rastros de ellos por aquí. Pero el terreno es extenso, puede que estén en otro lugar cercano a este campo de... ¡Hapana!"
"¿Qué sucede?"
Pero no era necesario que se lo explicaran: un rugido se escuchó en el aire y, por el sonido, Dan Shany y Koda pudieron identificar inmediatamente a un depredador o... ¿dos? no muy lejos de ellos. Además, por la potencia de aquellos rugidos, se percibía que era de gran tamaño. Por su parte, Ono ya lo había visto:
"¡Una gran criatura... digo, dinosaurio, está atacando a las de cuello largo!" exclamó, informándoles a sus superiores, "No... ¡son dos y caminan sobre 2 patas!"
"Debemos alejarnos, quien sabe de qué tamaño sean aquellos..." comentó Geno, pero Koda tenía otra idea...
"¿No deberíamos ayudarles?" preguntó este, pues era su responsabilidad de ayudar como líder de la guardia del león.
"Esto no es como las Tierras del Reino..." inquirió Dan. Sin embargo, su preocupación por otros seres también le tocaba el corazón, "Pero proteger el ciclo de la vida... Ono, ¿qué opinas?"
"Majestades, saben que los seguiré sin importar su decisión" respondió Ono, "Pero en mis tiempos de la guardia del león, ayudar era lo más importante, no importa quienes sean"
"Es suficiente para mí" dijo Shany, quien siempre se caracterizaba por ayudar.
"Bien... Además, quizá ellos puedan decirnos si han visto a nuestros hijos" se resolvió Geno, "¿Dan?"
"Está bien, vamos... pero tengamos cuidado, nos podrían aplastar con una pisada" dijo este, "Milo, sostente bien de mi lomo, iremos rápido"
Resueltos a ayudar a los desconocidos dinosaurios, corrieron a través del campo, dejando de lado (al menos por un momento) la misión de rescate de sus familiares. Milo, quien iba sobre el lomo de Dan, obedeció a este último agradecido de haber sido avisado antes: todos corrían con todo lo que les daba los músculos de mamíferos. Al llegar una colina, cerca del lugar donde acontecía el ataque, se encontraron con que tal vez, solo tal vez, la misión de rescate se había vuelto más complicada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top