Capítulo 8: Noche en las Cuevas Secretas

(Mientras tanto, una hora antes...)

En las tierras del pasado y en el Gran Valle estaba aún atardeciendo. Mientras los jóvenes leones, el perro y el ciervo se acostumbraban a la comida de aquel mundo, los más adultos (entre ellos el papá de Cera y los abuelos de Pie pequeño) empezaban a debatir sobre los recién llegados, pues era común discutir sobre ello cada vez que una manada o desconocido llegaba al Gran Valle.

Primero, para empezar con una actitud algo orgullosa y desconfiada, estaba el Señor Tres Cuernos:

"Por lo que vimos, son carnívoros como los diente-afilado" decía este, "No me agrada la idea de que haya más como el niño Mordelón en el Gran Valle, ¿qué será lo próximo? ¿invitar a comer a Pezuña-Roja?"

Por supuesto, estaba el abuelo Cuello-Largo para calmar su actitud:

"Ellos aún son muy jóvenes y al parecer, pueden comer insectos como Mordelón" contradijo, "Además, vi a Ruby, Spike y Ducky llevándoles burbujas dulces a nuestros invitados. A diferencia de cualquier diente-afilado, ellos no parecen comer carne tampoco"

"A mí me gustaría conocerlos" dijo Tría. A su lado, la pequeña hermanita de Cera, Trisha, también parecía emocionada, aunque realmente no hubiera entendido nada debido a su edad.

"A mí también" opinó la madre de Ducky, "Si mi Ducky y mi Spike pueden hacer buenas migas con ellos, no veo por qué no puedan ser buenos"

"Lo mismo con mi Petrie" declaró la madre de Petrie, detrás de ella, los hermanos de Petrie estaban agitando su cabeza entre ellos (eran más nerviosos que el mismo Petrie).

"Bueno, conmigo somos cuatro votos a favor de conocerlos" concluyó la abuela Cuello-Largo, "¿Tú qué opinas, abuelo?"

"Por mí tampoco hay problema, abuela" respondió este, girando la cabeza hacia el Señor Tres-Cuernos, "Claro está, que deberíamos estar todos de acuerdo"

El señor Tres-Cuernos se había rendido desde el momento en que su pareja había propuesto conocer a los recién llegados. A pesar de su actitud, lo que de verdad le preocupaba era la seguridad de su familia y de sus hijas. Aceptando el punto de vista de los demás y dejando de lado su orgullo de especie, aceptó que se trajera enfrente a los nuevos jóvenes.

(Mientras tanto...)

"¡Allá va!" gritó Ducky, lanzando con sus brazos una semilla del tamaño de un balón, "Es tuya, Spike"

"¡Ahí voy también!" exclamó Maya, yendo tras Spike. Desde el otro lado, Ruby se acercó mucho más veloz y lo lanzó hacia Cera.

"Bien, ya lo tengo" se dijo a sí misma Cera cuando creyó que la atraparía sin problemas, pero...

"¡Ja!" interrumpió Amira, saltando y atrapando la semilla en medio vuelo, "¡La atrapé!"

"¡Hey!" exclamó la Tres Cuernos, incrédula de que se la hubieran quitado.

A continuación, Amira le pasó la semilla a Nabil, pero Petrie pasó volando rápidamente y la envió hacia Mordelón, quien lo atrapó con sus dientes.

"¡Es mía!" dijo, quitándosela de su boca y usando sus patas para patearlo.

"Yupi, esto es mejor que una pelota" comentó Sam, acercándose a Mordelón y jugueteando por el balón, "¡Ahí va, chicos!"

Sam lanzó la piña en dirección a Nabil y Petrie, pero Maya junto con Ducky se interpusieron para quitárselos de nuevo. En medio del forcejeo, el balón salió volando.

"¡Simba!" gritó Amira.

"¡Bambi!" gritó Nabil.

"¡Pie pequeño!" exclamaron Cera y Ruby.

"¡La tengo!" exclamaron los tres al unísono.

Los tres corrieron por la semilla, pero se tropezaron al chocar todos con sus patas, la semilla cayó un metro delante de ellos. Sin embargo, lejos de pelear como en cualquier juego, se pusieron a reír. Cuando los demás les ayudaron a levantarse, Cera dijo:

"Pensé que era un juego de atrapar la semilla, no se risas"

"Vamos Cera, no tiene de malo reírse de vez en cuando en un juego" le dijo Pie Pequeño.

"Además, jugar con una semilla es nuevo para nosotros" agregó Bambi.

"Nosotros jugamos con cocos en casa" terminó Simba.

"Hablando de casa..." dijo Amira, viendo el cielo empezando de cambiar de tarde a noche, "Ya hemos pasado mucho tiempo, ¿nuestros padres nos estarán buscando?"

Simba y Bambi miraron el cielo, también preguntándose lo mismo. Al ver su preocupación, Sam les dijo:

"Tranquilos, seguros que los estarán buscando... digo, a todos nosotros"

"Deberíamos tal vez regresar y ver si la entrada de la cueva ya está abierta..." propuso Amira.

"Esa no es una buena idea; no, no, no..." les dijo Ducky. Detrás de ella, Spike asintió.

"Sí, el Misterioso más allá se mucho más peligroso de noche que de día" comentó Petrie.

"Vaya, si fue peligroso así de día, no quiero imaginarme cómo será de noche" comentó Nabil.

"De noche Pezuña Roja suele irse a dormir, pero Screech y Thud suelen pasearse por afuera del muro" les explicó Cera, "Al menos, es lo que mi papá me contó"

"¿No existe otra salida?" preguntó Maya.

"La había, pero..." respondió Pie Pequeño, mostrándose algo avergonzado, "Los adultos la tuvieron que cerrar por una confusión nuestra..."

"Hey, no era necesario mencionar eso Pie Pequeño" le dijo Cera, "En fin, pueden quedarse a dormir esta noche"

"Sí, hay mucho espacio en las Cuevas Secretas" les dijo Mordelón, "Ruby y yo vivimos allí"

"Pero si quieren, pueden venir a dormir con Spike y conmigo" les propuso Ducky, al mismo tiempo que Spike agitaba la cabeza, "Mi mamá y hermanitos estarán encantados de recibirlos. Sí, sí, sí..."

"O poder dormir con mi mamá y mis hermanos..." propuso Petrie.

"Siento decírtelo, Petrie" le interrumpió Cera, "Pero la última vez que visitamos tu nido, apenas entrabamos nosotros. Ahora, si le agregábamos a tus hermanos..."

"Oh bueno... Entonces, poder ir contigo, Cera"

"Pues... puede ser... creo que Tría y mi hermanita Trisha estaría contenta de verlos. Pero no puedo decir lo mismo por mi papá. Aún más ahora que sabemos que la mayoría son carnívoros"

"Sí, creo que notamos eso en tu papá" comentó Maya.

"Pero ahora también tienen una dieta de insectos y burbujas dulces" les indicó Ruby.

"Bueno, ya estamos acostumbrados a dormir en una cueva" dijo Amira, "Suena perfecto"

"Entonces, está decidido" dijo Pie Pequeño, "Creo que, si lo pedimos a nuestras familias, podremos quedarnos todos juntos en la entrada de las Cavernas Secretas, para acompañar a nuestros amigos"

El grupo de Pie Pequeño se miró los unos a los otros, sorprendidos por la gran idea de su amigo.

"Es una gran idea" opinó Ruby.

"Sí, lo es.. sí, sí, sí" le apoyó Ducky.

Antes de que continuaran hablando, un movimiento de enormes pisadas les hizo girar la vista: eran el abuelo Cuello-Largo y el señor Tres-Cuernos.

"¡Pie Pequeño! ¡los estábamos buscando!" le dijo el abuelo a su nieto.

"¿Qué pasa, abuelo?" preguntó Pie Pequeño.

"Los demás adultos quieren conocer a nuestros recién llegados, para ver si son confiables o no" explicó Tres-Cuernos, "Quieren saber si pueden ser buenos como Mordelón"

El grupo de Simba y Bambi se mostró algo con miedo, Cera miró a su padre, preocupada, a lo que el abuelo Cuello-Largo se apresuró a decir, con un rostro más de amabilidad:

"No se preocupen, como se han hecho buenos amigos, solo quieren conocerlos"

Eso terminó de resolver las cosas, volviendo a generar confianza entre todos los jóvenes.

(Unos minutos después...)

El grupo de Simba y Bambi, acompañado de sus nuevos amigos, siguió al abuelo Cuellolargo y el Señor Tres Cuernos a través de un arco de piedra hacia un área rodeada por un gran círculo de rocas. A la entrada del área, fueron recibidos por los familiares de Pie Pequeño y sus amigos. Había un ambiente de expectación mientras los jóvenes recién llegados se acercaban. En el interior, vieron una asombrosa diversidad de dinosaurios, incluyendo Cuellolargos, Tres Cuernos, Nadadores, Voladores, y muchas otras especies, tal como el relato de la tortuga Ismena había sido.

"Así que estos son los pequeños visitantes" les dijo Tría, "Se ven muy lindos para ser carnívoros"

"Pues lo son, ellos mismos lo admitieron" le dijo el Señor Tres Cuernos.

En el grupo de Simba y Bambi se miraron los unos a los otros, y Maya le dio un empujoncito a Simba.

"¿Crees que puedas hablar con ellos, Simba?" le preguntó.

"Em... bueno... no sé qué decir..." respondió este.

Al ver que Simba estaba muy nervioso para hablar, entonces Amira tomó un paso enfrente, dirigiéndose a los adultos dinosaurios.

"Buenas tardes, señores dinosaurios, me llamo Amira" saludó, "Este es mi hermano Simba y nuestros amigos: Maya, Nabil, Sam y Bambi. Disculpen si les hemos causado alguna incomodidad por nuestra naturaleza, pero la verdad es que nuestros padres nos enseñaron a que siempre debemos respetar el ciclo de la vida. No haremos nada que ustedes consideren malo"

Hubo un minuto de silencio, en el cual ninguno de los adultos creía en lo que estaba escuchando, hasta que Tría dijo:

"Vaya, con tal tamaño y edad, y hablas como un adulto" luego, se giró hacia los demás, "Mi voto es que son buenos"

"También el mío" dijo la madre de Petrie.

"Y el mío" también dijo la madre de Ducky.

"Y también el mío" dijo la abuela Cuello-Largo.

Hubo un segundo más de silencio, en el cual todos miraron al señor Tres Cuernos. Cera no pudo evitar sentir un poco de orgullo típico de su especie, pero se sorprendió cuando su padre dijo:

"Vale, creo que me apresuré rápido en juzgarlos. También tienen mi voto"

"Ahora cuéntennos pequeños..." continuó la abuela Cuello-Largo, "¿Viven ustedes en una sola manada que viaja constantemente o viven en algún lugar del Misterioso más allá?"

"Yo vivo en el reino del Bosque" dijo Bambi, "Y mi papá es el Gran Príncipe del Bosque"

"¿Gran Príncipe del Bosque?" preguntaron varios dinosaurios a la vez.

"Me suena todo esto imposible de creer" comentó el señor Tres Cuernos.

Otro dinosaurio se aproximó, tenía cierto parecido al señor Tres Cuernos, pero no tenía cuernos prominentes sino cortos. Además, tenía un color más claro y una nariz más gruesa.

"Señor Nariz Gruesa" preguntó el abuelo Cuello-Largo, "¿Ha oído hablar alguna vez del Bosque o del Gran Príncipe del Bosque?"

"Nunca en mi vida" respondió este, "He viajado por todas partes, pero nunca había oído nada semejante. Sin embargo, veo sinceridad en estos niños, así que no creo que se lo estén inventando solamente"

"¿Procedéis todos de aquel Bosque?" preguntó Tría.

"No, nosotros procedemos de las Tierras del Reino" dijo Simba, "Amira y yo somos hijos de los Reyes de las Tierras del Reino. Maya, Nabil y Sam viven con nosotros. Y Bambi es del reino vecino, el Bosque"

Un nuevo murmullo corrió a través de los dinosaurios adultos. Sin embargo, la noche ya estaba cada vez más cerca, por lo que la abuela Cuello-Largo propuso:

"Ya se está haciendo de noche y tanto nuestros niños como nuestros recién llegados necesitan descansar. Podemos discutir esto por la mañana, antes de decidir cómo ayudaremos a estos niños"

"Es cierto, no sirve debatir cosas que nos agotarían" dijo la mamá de Petrie, "Vamos, niños. Petrie..."

"Mamá" le dijo Petrie, volando hacia ella, "Mi querer pasar la noche con mis nuevos amigos"

"Todos nosotros lo queremos, abuelo" dijo Pie Pequeño a su abuelo, "Por favor, estaremos en las Cuevas Secretas con Ruby y Mordelón por esta noche"

Hubo un tercer murmullo, esta vez procedente de los familiares de Pie Pequeño y sus amigos.

"Bueno Pie Pequeño, está bien... pero solo por esta noche" concedió su abuelo, con lo que los demás parientes también asintieron, "Y véanos cerca del Gran Estanque temprano, para saber que están bien"

"De acuerdo" dijeron todos los niños dinosaurios.

(Más tarde, esa misma noche...)

En la noche, la oscuridad cubría las paredes de las Cuevas Secretas, sumergiendo el lugar en una penumbra suave. La tenue luz proveniente de las piedras que emiten un brillo suave proyecta sombras danzantes en las superficies, creando un ambiente misterioso y acogedor. El eco de los susurros y murmullos de los habitantes del Gran Valle llena el aire, y el fresco viento nocturno transporta los aromas de la tierra y la vegetación circundante. Ambos grupos, el del pasado y el del presente, compartían historias y vivencias que ambos habían vivido, hasta que...

"¿Quién ser el Rey de las Praderas?" preguntó Petrie.

"¿Es como un líder de una manada?" preguntó Cera.

"Algo así..." respondió Simba, "Pero también es el gobernante del reino, ve por todos los animales, no solo por nuestra manada"

"Sí, y nuestro tío la protege de malvados que amenazan el ciclo de la vida con su poderoso rugido" agregó Amira.

"Wow, su familia parece bastante grande" dijo Ruby, "La mía es un poco pequeña"

"Pero debe ser también un trabajo extenuante" dijo Pie Pequeño, "Ser un líder de la manada ya es agotador"

"Parece que lo comprendes muy bien, Pie Pequeño" dijo Bambi.

"El papá de Pie Pequeño es el líder de su propia manada" respondió Ducky, "Lo es, lo es..."

En ese momento, a Simba se le cruzó algo por la cabeza.

"Ahora que lo he notado... Pie Pequeño..." dijo, "Solo hemos visto a tus abuelos. ¿Y tu mamá y papá?"

Se hizo un silencio sepulcral y, a juzgar por la cara de tristeza de Pie Pequeño, Simba no había hecho una buena pregunta, más aún, Cera le veía con una cara algo molesta mientras que los demás le veían con cara de preocupación.

"Mi mamá ya no está..." dijo Pie Pequeño casi derramando una lágrima, "Murió luego del Gran Movimiento de Tierra hace tiempo. Mi papá se había ido a buscar un hogar, pero no nos encontró cuando regresó... me dijo que me estuvo buscando... y se volvió líder de una manada de Cuellos-Largos"

"Pero si te lo dijo... significa que lo has visto" dijo Bambi, "¿Por qué no está contigo?"

"Porque... es líder de la manada. Quería ir con él, pero..."

Pie Pequeño miró alrededor, a sus amigos y Simba entendió como se sentía: cuando fue secuestrado, quería regresar a casa, pero no quería abandonar a Maya, Nabil, Dalila o Milo. Para su suerte, su padre también había encontrado a Sam aquella ocasión y habían acordado llevarlos a todos a casa. Después de eso, le dio una lección importante: los amigos son un tesoro tan importante como la familia

"...él viene a visitarme a veces con mi hermano adoptivo Shorty" continuó Pie Pequeño, despertando a Simba de sus pensamientos, "Al menos sé que ellos están bien"

"Ja, que suerte tienes en tener un hermano que te visita..." dijo Amira, tratando de animar las cosas con una broma, "En mi caso tengo que lidiar con el cabeza-hueca de Simba, que siempre se mete en problemas"

"¡Oye!" se enojó Simba, pero Amira consiguió sacar una risa entre todos, incluido Pie Pequeño.

A medida que la noche avanzaba, los jóvenes de ambos grupos se acomodaron cerca de la entrada de las cuevas, sintiéndose protegidos por la compañía de sus nuevos amigos dinosaurios. Las estrellas brillaban en el cielo nocturno, y la sensación de unidad y amistad llenaba el aire. Era una noche especial, donde dos mundos distintos se habían cruzado y compartían historias y sueños en un lugar que se sentía como un hogar lejos de casa.

(Más tarde, mientras todos dormían...)

Simba se despertó al escuchar un sonido extraño, solo para darse cuenta de que era Spike, quien había rodado hacia él y le roncaba muy cerca de su oreja. Estaba a punto de alejarse un poco de él volverse a dormir, cuando percibió algo: alguien le observaba. Era... aquella misma sensación que había percibido cuando había encontrado el camino al Corazón del Bosque y la que le llevó a este reino del pasado... pero había alguien, o algo más...

Levantándose, trató de agudizar sus oídos, vista y olfato, tratando de percibir a la posible criatura que estaba allí observándolo... ¿y si se trataba de esos Diente-Afilados? No, era imposible: cuando un depredador te acecha, se puede percibir una sensación de miedo, nervios o impaciencia; pero este era un familiar, nostálgico y lleno de vitalidad. 

De pronto, girando la vista, Simba lo vio: una figura de un león observándole y sonriéndole. Sin embargo, cuando parpadeó y le quería hablar, este se desvaneció, como si nunca hubiera estado allí...

"Simba..." le dijo la voz de Amira a sus espaldas. Simba se sobresaltó.

"¡Amira!" exclamó lo más bajo que pudo, para evitar despertar a todos, "Uf, menos mal que eras tú. Pensé que eras alguien más..."

"¿A qué te refieres?"

"Bueno, creí ver a un león en esta cueva, pero creo que fue mi imaginación... Y hace rato tuve una sensación muy extraña..."

"¿Como cuando papá y mamá está con nosotros?"

"¿Eh? ¿También lo sentiste?"

"Sí, es como estar durmiendo tranquilamente a su lado en la Roca del Clan, pero ellos no están aquí..."

"Sí, y eso que vi... ¿crees que esté pasando en solo mi cabeza?"

"No lo sé..." Amira dio un bostezo, "Pero creo que hay que dormir mejor, mañana debemos ver como regresar a casa"

Simba coincidió en ello, siendo contagiado por el bostezo de Amira. Regresando con su hermana, se fue a dormir con el grupo.

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