Capítulo 14: Reencuentro en el cañón
Antes de decidir qué hacer (si pelear o huir), el Diente-Afilado Cornudo había saltado de la roca y caído con tal fuerza en el suelo que terminó rompiéndolo; aparte de eso, mientras caía empezó a rugir, quizá porque era conducta de un depredador contra su presa... pero los cuatro amigos sabían cuál era el motivo real: estaba alertando a sus demás amigos. Como lo sospecharon, no hubieron movido ni una pata en correr cuando escucharon el sonido de los otros Diente-Afilados (uno por el lado Oeste y el otro del lado por el que iban), seguidos por el movimiento de sus pisadas en el suelo.
"¿Cuál es el plan?" preguntó Geno.
"Tendremos que abrirnos paso por uno de ellos" respondió Dan, "¡Rápido! ¡Por aquí!"
Sabiendo que no debían perder el tiempo, Dan, Koda, Geno y Bron empezaron a correr hacia el lado Este del páramo, aun sabiendo que uno de los otros Diente-Afilados estaría allí para interceptarlos. Frente a ellos, el terreno rocoso se extendía, pero no tuvieron tiempo de buscar la ruta hacia el cañón que se supone que los llevaría al Gran Valle, pues en ese momento el segundo Diente-Afilado ya los veía y se acercaba a su encuentro.
"Continuad" les dijo Koda a sus compañeros, "Yo lo detendré solo unos segundos"
Koda se puso al frente y, tomando fuerza de su interior, rugió con toda su fuerza, creando un torbellino que repentinamente se convirtió en un poderoso tornado; el Diente-Afilado, luchando contra aquella extraña fuerza (para él) clavó sus garras para soportarlo. Sabiendo que no podían quedarse parados, Dan, Geno y Bron rodearon al Diente-Afilado.
Koda era fuerte con el rugido, pero los dinosaurios no son del tipo de animales que ni la nueva ni las previas guardias del león tuvieron que enfrentar: eran un gran peso. A pesar del rugido de los ancestros, este depredador apenas se movió unos metros y, rugiendo furioso, se iba contra quien lo había alejado. Para empeorar las cosas, los otros 2 Diente-Afilados se acercaban.
Sin embargo, cuando parecía que iba a quedar acorralado, el primer Diente-Afilado rugió de dolor 2 veces: la primera, era porque Dan había conseguido morder una de sus patas; la segunda, Geno también había herido esa misma pata. El resultado fue que el carnívoro estaba saltando en una sola pata por dolor. Para derrotarlo, Bron extendió su larga cola como un látigo y le pegó en la cara al Diente-Afilado, derribándolo.
"No era necesario que regresaran por mí" les dijo Koda.
"Sabes que no te dejaría, hermano" le dijo Dan.
"Amigos, rápido" dijo Geno, señalando a los otros 2 Diente-Afilados que iban a ellos.
"¡Por aquí!" gritó Bron, guiándolos hacia la zona rocosa. Sin perder el tiempo, los tres amigos le siguieron.
(Mientras tanto...)
Mientras que el sol (o cómo lo llamaban los habitantes del reino del pasado, el Gran Círculo Brillante) se ocultaba en el horizonte, pintando el cielo con tonos cálidos y naranjas, Shany y Ono cruzaban el cañón rocoso (el que Bron había mencionado antes), el cual era accidentado, con enormes piedras y formaciones rocosas que se alzaban majestuosamente. Desde el aire, Ono le seguía, tratando de estar al lado de la reina lo más posible, pues (desde el punto de vista de la gaceta) aquel cañón era mucho más grande que el de las Tierras del Reino y no quería volar demasiado alto y dejarla sola.
"Este cañón parece para dinosaurios" pensó Ono.
"Ono, ¿qué es eso?" preguntó Shany en su momento, señalando una gran roca.
Frente a ambos, se alzaba una imponente formación rocosa que parecía esculpida por la misma naturaleza en la figura de un cuello largo, similar al de un dinosaurio. La roca tenía una textura rugosa y estaba iluminada por los últimos destellos del sol poniente, que resaltaban los detalles de la escultura natural.
"Eso parece un cuello largo esculpido en la roca, ¿no es fascinante, majestad?" preguntó Ono, asombrado por la curiosa formación.
"Impresionante, no creí ver una roca tan fascinante en un mundo tan antiguo" comentó Shany.
Pero, aquella pequeña distracción con la formación rocosa había desprevenido a Ono por unos segundos. Justo cuando volvió a centrarse en su tarea, este vio el peligro y exclamó para alertar a tiempo a Shany:
"¡Majestad, cuidado!"
No solo gracias a la advertencia, sino a sus propios instintos, Shany saltó hacia un lado justo a tiempo, para evitar la arremetida de un Diente-Afilado. Sin embargo, este no era del mismo tamaño que los anteriores, además que sus brazos y hocico eran más largos. Aquel carnívoro rápidamente arremetió de nuevo, intentando alcanzar a Shany, pero la leona era mucho más ágil y logró esquivarlo de nuevo, contratacando arañándole la cara a su atacante. Si bien lo consiguió, este no quiso retroceder y se lanzó con sus garras. Sin embargo, Shany saltó hacia la pared que tenía detrás de ella y saltó esquivando nuevamente los ataques del depredador. Pero...
"¡Majestad! ¡Otro a su derecha!" exclamó Ono.
Ahora, la situación se había puesto peor: detrás de otras rocas, apareció un segundo Diente-Afilado, del mismo tamaño que el que Shany ya estaba enfrentando, parecían casi el gemelo del primero, solo que de color verde. Poco a poco, empezaron a cerrarle el camino a Shany. Ono voló hasta colocarse entre ellos y la reina.
"¡No les permitiré hacerle daño a la reina!" exclamó con valentía.
"¡Ono, retrocede!" le dijo Shany, "¡Es demasiado peligroso para ti!"
"¡No se preocupe por mí! ¡Es mi deber!"
Ono parecía resuelto a su tarea de proteger a la reina. Sin embargo, por suerte, cuando los dos Diente-Afilado iban a atacarlo, algo amarillo y con forma ovoide llegó volando y cayó sobre la cabeza de uno de ellos, explotando en algo rojo y jugoso. Al sentir aquello, de inmediato el carnívoro gruñó de miedo o asco y se apartó del lugar. Su compañero, se quedó mirándolo sin saber qué hacer hasta que otro objeto cayó, esta vez en su cara. Esta vez, Ono pudo verlo mejor.
"¿Frutas?" preguntó, ante la misma extrañeza de Shany.
"¡Mamá!" se escucharon unas voces muy familiares, Shany giró su cabeza para ver a Simba y Amira, junto con Bambi, Sam, Milo, Nabil y Maya y el grupo de Pie Pequeño con sus amigos.
"¡Niños!" exclamó ella. Pero, rápidamente volvió su mirada hacia los dos Diente-Afilados que luchaban por quitarse el jugo de aquellos frutos, como si fuera algo grotesco. Sin mirar a la leona, la garceta o los niños, estos se alejaron corriendo lo más rápido que podían.
"¡Tomen eso!" exclamó Cera hacia los Diente-Afilados, "¡Váyanse con su jefe!
"¿Los conocen?" preguntó Maya.
"Esos eran Screech y Thud" les explicó Ruby, "Los Diente-Afilados que acompañan a Garra Roja"
"¡Niños!" exclamó Shany, acercándose junto a Ono, "¿Qué estáis haciendo aquí?"
"Vinimos a ayudar mamá" respondieron Simba y Amira.
Shany los miró, como pareciendo algo decepcionada porque sus hijos hayan desobedecido (de nuevo) la orden de quedarse en un lugar seguro. Sin embargo, Ono intervino diciendo:
"Debe estar orgullosa de ambos, majestad. Nos han salvado"
"Tienes razón" dijo Shany, volviendo a calmarse, "Es solo que han pasado tantas cosas y nos hemos separado tantas veces que me preocupo un poco. Gracias niños"
"Sí, gracias" repitió Ono a los chicos, "Por cierto, ¿qué es eso que les arrojaron a los carnívoros? ¿alguna especie de fruta?"
"Sí, mira..." Amira señaló a los frutos que habían arrojado, "Los Diente-Afilados los odian"
"Sí, le causan un dolor de cabeza y se enferman" explicó Mordelón.
"Íbamos a usarlos para salvar a nuestros papás" dijo Pie Pequeño, "Es bueno que los hayamos encontrado a ustedes junto a la Rocasaurio..."
De repente, otro ruido resonó alrededor del cañón: el rugido de un Diente-Afilado. De inmediato, Ono voló acompañado de Petrie.
"¡Ah!" exclamó Petrie, "¡Venir dos Diente-Afilados Cornudos!"
"¡Sí, pero vienen con sus Majestades y el señor Bron!" agregó Ono.
(Por su parte...)
Dan, Koda, Bambi y Bron corrían lo más rápido que podían, perseguidos por el dúo de Diente-Afilados que les habían seguido hasta el cañón. Si bien los mamíferos podrían haber corrido mucho más rápido, no iban a dejar a Bron atrás: era llegar al Gran Valle o ser comidos.
"¡Casi llegamos!" exclamó Bron.
Pero, inesperadamente, un tercer Diente-Afilado llegó desde la parte superior del cañón deslizándose por la pared de piedra e interponiéndose entre el grupo y su vía de escape. Ahora, se encontraban acorralados.
"Eh... Koda, un rugido estaría muy bien ahora" sugirió Geno.
"No puedo, el ruido resonaría por todo el lugar" respondió Koda, "Podría causar un derrumbe o algo peor sobre nosotros también"
"Pues estamos en un grave aprieto..." empezó a decir Dan, pero se interrumpió cuando vio algo volar hacia la garra derecha del Diente-Afilado recién llegado.
Aquello había sido un fruto el cual, al chocar contra el dinosaurio, explotó bañándolo con jugo rojo. De inmediato, este se sintió incómodo, como si le hubieran golpeado en aquella zona.
"¿Eh?" preguntó Geno, "¿Qué es eso?"
"¡Papá!" exclamó la voz de Bambi.
"¡¿Bambi?!" preguntó Geno, girando su vista y encontrándolos detrás del Diente-Afilado, junto con Shany, sus amigos y el resto del grupo de dinosaurios.
"¡Pie Pequeño!" exclamó Bron, notando a su hijo de igual forma.
"¡Papá!" exclamó Pie Pequeño, "¡No te preocupes, te ayudaremos!"
"¡Simba! ¡Amira!" gritó Dan de felicidad, dándose cuenta de su presencia también.
"¡Papá! ¡Tío!" exclamaron los dos cachorros.
"¡Dan!" le advirtió Shany, "¡Cuidado!"
Los dos Diente-Afilados que estaban detrás de los adultos se abalanzaron al ver a su tercer compañero quejándose. Por fortuna, Bron reaccionó a tiempo golpeando con su cola a uno de ellos e impactándolo contra la pared de roca
Con el otro, Dan saltó esquivando su letal mordedura y subiéndose sobre la cabeza y el cuerno del depredador y corriendo con toda la agilidad de un felino, llegando a su espalda y mordiéndole. Mientras tanto, Geno fue por debajo de este, clavando sus astas nuevamente en la pierna. Con el dolor, el depredador se agitó, tambaleando tratando de quitarse al que se encontraba en su espalda. Por último, Koda rugió levemente, pero lo suficiente para hacer resbalar al Diente-Afilado contra la pared.
El tercer Diente-Afilado aún estaba agitándose, tratando de quitarse aquel aroma del furto, pero el grupo de mamíferos y dinosaurios continuó arrojando los frutos a este, lo que provocó que este enfermara y escapara por donde estaban sus compañeros lastimados, quienes trataban de levantarse. No obstante, los niños también empezaron a arrojar los frutos a los carnívoros débiles, lo que causó que ellos también se espantaran.
Aunque era momento de decir '¡victoria!', nadie pudo decir aquella palabra pues, apenas los tres Diente-Afilados se pusieron a huir, un último rugido se hizo oír: de la parte superior, al lado de la Rocasaurio, estaba Garra Roja.
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