Capítulo 12: El peligroso y Misterioso más allá

"¡Estás de broma!" le gritó Cera a Pie Pequeño, "¡Es demasiado peligroso!"

"¡No pienso dejar a mi papá nunca Cera!" le respondió, "¿Y si fuera el tuyo?"

"¡Mi papá sabe cuidarse solo! Y, por lo que sabemos tu papá está acompañado"

Los dos se miraban con un rostro de enojados y, a pesar de que habían sido compañeros por mucho tiempo, siempre habían tenido sus diferencias en todas sus aventuras.

"Cera... Pie Pequeño..." suplicaba Ducky, mientras que Spike se mostraba también asustado, "Por favor, no se peleen"

"Ser cierto, deber esperar lo mejor" dijo Petrie.

El grupo de Simba y Bambi estaba cerca de allí, pensando en qué deberían hacer: también querían ir a ayudar, pero si estaba lleno el lugar de carnívoros gigantes...

"Confío en Bron, seguro que saldrá de esta y llegará al Gran Valle..." comentó Shorty.

"Yo ya he hecho superado la prueba de líder" mencionó Pie Pequeño, "Además... no quiero que le pase nada... no como mi mamá..."

Simba se sintió muy mal al escuchar aquello, pues tampoco quería que le pasara nada a sus padres: ya estuvo cerca de perder a su padre una vez y no quería que se repitiera.

"Yo voy contigo Pie Pequeño" le dijo, "Mis papás y mi tío están allí"

"También voy" apoyó Amira a su hermano.

"Mi papá también está" agregó Bambi, "Así que yo también voy"

"Simba, Bambi y Pie Pequeño tienen razón" dijo Sam, reflexionando un poco, "Yo también iré: no pude hacer nada para salvar a mis padres o mis hermanos. Ahora, ustedes son mi familia"

"Sí, una gran manada y familia, me apunto" agregó Maya.

"Y yo" le apoyo Nabil, "No se irán a otra loca aventura sin mí"

"Ustedes sí que son valientes" comentó Mordelón, "Yo también les ayudaré, necesitarán un fino olfato como el mío"

"Yo también les ayudaré, necesitarán alguien que los guíe por el Misterioso más allá" propuso Ruby.

Ducky, Petrie y Spike (quien solo movió la cabeza en señal de afirmación) también se pusieron de acuerdo, queriendo ir, demostrando la misma unidad desde el día en que se conocieron. Sin embargo, Cera fue la más difícil de convencer:

"Bien, suponiendo que llegamos, ¿cómo planean enfrentar a los Diente-Afilado?" preguntó ella.

Hasta ahora nadie había pensado en ello.

"Milo, ¿se te ocurre algo?" preguntó Amira a este, pues había estado pensando desde el principio.

"No se me ocurre nada... ni que tuviéramos un repelente para los Diente-Afilado..." dijo Milo.

"¿Qué ser repelente?" preguntó Petrie.

"Es como algo que aleja a otros animales, como algo que les disguste por el olor o por el aspecto"

Hubo un minuto de silencio, hasta que todo el grupo de dinosaurios (solo ellos), exclamaron:

El Valle Secreto!"

"¿El Valle Secreto?" preguntó el grupo de leones, ciervo y el mandril.

"Sí, es un lugar detrás del muro del Gran Valle" dijo Cera.

"Sí, y tener frutos deliciosos para nosotros y enferman a los Diente-Afilado" agregó Petrie.

"Les da dolores de cabeza" comentó Mordelón.

"Y se sienten muy mal. Sí, sí, sí..." concluyó Ducky.

"¡Bien!" exclamó Simba, "Entonces, vayamos a ese Valle Secreto"

(Mientras tanto...)

El grupo de Dan, Geno y Koda, seguía a Bron por un estrecho sendero entre altos acantilados de tonalidades terrosas y rocosas. Las paredes rocosas a ambos lados del camino se alzaban imponentes, marcadas por la erosión del tiempo. La tierra bajo sus patas era firme pero rugosa, con pequeñas piedras que crujían con cada paso.

El aire vibraba con el sonido lejano de (posiblemente) más criaturas, aunque no sabían si eran más Diente-Afilados u otros, y el murmullo suave del viento entre las grietas de las rocas. El sol, aunque alto en el cielo, apenas alcanzaba a iluminar completamente el estrecho sendero, creando áreas de sombra y resaltando la textura rugosa de la piedra. Si se giraban, aún podían ver la gran grieta causada por el terremoto previo.

"Y... disculpad la pregunta, pero, ¿Qué clase de criaturas son ustedes?" preguntó Bron.

"Podríamos decir lo mismo de ti..." respondió Koda, "Es broma... Dan y yo somos leones; Geno es ciervo. Venimos de... bueno, ¿cómo lo explico?"

"Podemos decir que somos de tierras lejanas" resolvió Dan, "De un lugar llamado 'Las Tierras del Reino'. Geno, por otro lado, es nuestro vecino del Reino del Bosque"

"Hum... nunca antes había oído de tales lugares..." dijo Bron.

"Entonces, ¿no nos crees?" preguntó Geno.

"Nunca dije eso. Ustedes me ayudaron y a mi manada, podré ver a mi hijo gracias a su ayuda. Claro que les creo"

A Geno no se le pasó por alto un pequeño detalle...

"Espera, ¿acaso ese niño dinosaurio verde no era tu hijo?" preguntó.

"Es mi hijo, pero no el biológico" explicó Bron, "Cuando creí perder a mi familia debido al Gran Movimiento de tierra, los busqué por todas partes y, en el camino, encontré a Shorty, sin sus padres tampoco, siendo protector de otros Cuello-Largos aún más jóvenes. No podía dejarlo, entonces..."

"... y decidiste cuidarlo, haciéndolo parte de tu familia" adivinó Dan, sintiéndose un poco empático con la historia.

"Entonces... ¿encontraste a tu hijo y ahora tienes dos?" preguntó Koda.

"Sí, después de un tiempo, encontré a Pie Pequeño, al cuidado de sus abuelos" respondió Bron, "Quería que se uniera a mi manada, para que él y Shorty estuvieran conmigo, pero... quería quedarse a cuidar a sus abuelos y estar con sus amigos. Shorty sí vino conmigo, y desde entonces, le he venido a visitar siempre que he podido"

"Pero, ¿no es tu hijo?" preguntó Geno, "¿No podías estar con él?"

"Calma Geno" le tranquilizó Dan, "Cada uno de nosotros tenemos también nuestras propias responsabilidades. Por ejemplo, como rey no solo debo cuidar a mi familia, sino también de todas las Tierras del Reino"

"Yo también" agregó Koda, "Proteger a los animales con el rugido de los ancestros es una gran responsabilidad"

"Y, si no me equivoco, el Gran Príncipe del Bosque, protege a los habitantes del lugar, ¿no es así?" preguntó Dan

"Pues... sí, es verdad" dijo Geno, "Lo siento, creo que lo he olvidado por tanto tiempo de paz"

"Tal parece que han vivido mucho entre ustedes" comentó Bron, "¿Sois líderes de su manada?"

"Algo así" respondió Koda, poniendo una pata en el hombro de Dan, "Mi hermano aquí es el Rey de las Praderas, y yo el Líder de la Guardia. Geno es el Gran Príncipe del Bosque, el gobernante del reino vecino"

"Llegamos aquí a través de una especie de..." comentó Geno, girándose hacia Dan, "¿Cómo se llamaba?"

"Portal, arco mágico... ya no sé como llamarlo" dijo Dan, generando risas entre sus compañeros, "El punto es que estamos aquí, buscando a nuestros niños. Creemos que también llegaron de la misma forma"

"Así que vuestros hijos están perdidos también..." dijo Bron, "No pierdan la esperanza de encontrarlos"

"Nunca lo hacemos" dijo Geno.

Bron caminaba con seguridad, eligiendo los mejores pasos entre las piedras sueltas. El grupo seguía sus pasos con determinación, conscientes de que cada elección de ruta podría ser crucial. No obstante, en un momento dado, Bron exclamó en voz baja:

"¡Alto! ¡Ocúltense!"

Los demás no pusieron ni una pregunta u objeción del por qué a esa orden, pues Bron era de la Tierra antes del Tiempo y conocía los peligros que se enfrentaban. Cuando estuvieron todos escondidos de una gran roca (Bron tuvo que girar bastante el cuello para que pudiera ocultarse también), Geno percibió aquel olor de un carnívoro buscando alimento. Por su parte, Dan y Koda habían sentido movimiento en la tierra antes de que se ocultaran totalmente.

Un enorme Diente-Afilado apareció caminando, deteniéndose de vez en cuando para oler el aire, como tratando de buscar su próxima comida. A diferencia de los otros Diente-Afilado que enfrentaron en la ladera, este lucía plumas de color verde opaco y oliva, tenían crestas cian en el hocico, piel roja opaca alrededor de los ojos y una capa de pelusa verde azulado que formaba una melena desde el cuello hasta las puntas de la cola. También tenían cejas emplumadas y una mancha oscura entre la nariz y los ojos, los cuales eran rojos.

Cualquiera sabría que debían actuar con cautela si querían sobrevivir, incluso Koda. Para empeorar la situación, detrás del primer Diente-Afilado, apareció un segundo exactamente igual al primero (quizá la única diferencia sería en que el segundo era un poco más bajo). Ambos olfateaban el aire, al parecer detectando el olor de nuestros héroes.

"Rayos, ¿Koda, crees que puedas usar el rugido?" preguntó Bambi, susurrando muy bajo.

"No lo sé... si solo hubiera uno..." susurró este, "Además, no estamos en la empinada ladera para hacerlos resbalar"

"Esperemos a ver lo que hacen, sino ya pensaremos en cómo enfrentarlos" susurró Dan.

"Buena idea" comentó Bron.

Se mantuvieron escondidos, esperando que aquellos depredadores no se les ocurriera hurgar y buscar detrás de la roca en que los héroes se escondían. Sin embargo, el primer Diente-Afilado parecía olisquear más que el anterior... se acercaba más y más a la roca...

"¡Maldición!" estuvo a punto de gritar Dan, al ver que el Diente-Afilado se acercaba, además del segundo, que parecía seguir a su compañero.

Para la buena suerte, un roedor apareció corriendo no muy lejos de allí, lo que no dejaron escapar los ojos de los Diente-Afilado. La criaturilla parecía simplemente haberse extraviado, no siendo consciente de la presencia de los carnívoros, mas cuando los notó, sus pelos se erizaron y salió a todas patas de allí. Los Diente-Afilado se dejaron llevar por sus ojos y dejaron atrás el olfato, persiguiendo al pequeño roedor. Pasaron unos segundos antes de que Bron dijera:

"Debemos continuar, antes de que vuelvan"

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