Capítulo 5: Secuestro

Todos estaban durmiendo en la cueva de la Roca del Clan. Dan y la guardia del león estaban demasiados cansados luego de ayudar a aclarar los malentendidos con los ñus y arreglar la arboleda. De igual forma, los cachorros habían tenido suficiente por ahora... excepto por Simba, quien se sentía incómodo con la conversación que había tenido con su padre: ¿realmente merecía llevar el nombre de su bisabuelo? ¿por qué su padre lo veía como tal?

Con aquellas preguntas y sin poder dormir, se levantó y, con cuidado, salió de la cueva, donde la luz de la luna le recibió. Por un momento, se sentó sobre el pico de la roca y se puso a ver todas las Tierras del Reino por la noche. Trataba de mantenerse distraído para no pensar en sus preguntas hasta que notó algo extraño: una pequeña luz en la arboleda Mzigu.

"¿Qué será eso?" se preguntó Simba.

La luz era débil, y luego de unos segundos, se apagó. El cachorro estaba impresionado: nunca antes había pasado algo similar en las Tierras del Reino. Por un momento, pensó que sería buena idea comunicárselo a sus padres, pero luego recordó el desastre de Kupatana...

"¿Debo ir a preguntarle a mi padre o mi tío?" se dijo a sí mismo, "Pero... una luz no puede ser peligrosa, ¿o no?"

Había un sinfín de posibilidades de que fuera buena o mala idea, pero habiéndolo decidido, Simba bajó de la roca del rey y atravesó las praderas en dirección a la arboleda. Cuando llegó, se escondió cerca de un árbol y contempló con incredulidad a los seres que allí estaban: eran totalmente desconocidos y caminaban sobre dos patas.

"¡Eh!" dijo uno de ellos, "Démonos prisa antes de que los demás animales se despierten"

"¿Qué pasa?" preguntó otro, "¿Tienes miedo a esos rumores de leones con poderes?"

"Que varios hombres armados se hayan vuelto locos de la noche a la mañana luego de una cacería infructuosa no me agrada para nada. No quisiera que esos rumores sean realidad"

Mientras hablaban, Simba logró ver que llevaban animales (ñus, chacales, gacelas, cebras, flamencos, entre otros) en alguna especie de caja con palos grises que nunca había visto. La luz que había visto desde la Roca del Clan eran pequeños objetos largos que emitían luz.

"Esto parece peligroso" se dijo así mismo, con mucho miedo, "Debo ir a avisarle a mi tío..."

Mientras trataba de escabullirse para regresar a la Roca del Clan, sintió algo frío y duro en una de sus patas. De inmediato, sintió un dolor sinigual en la misma pata: algo le apretó con tanta fuerza que incluso le hizo sangrar. Un animal no conocía aquel instrumento, pero era una trampa parecida a la que usan para los osos (claro que para animales pequeños).

Era obvio que Simba gritó por aquel dolor, de modo que los cazadores se dirigieron a la fuente de los gritos y encontraron atrapado por aquella trampa que habían plantado. Aún cuando se la quitaban para llevárselo a él también, con toda la fuerza de sus pulmones, gritó:

"¡Papá!"

El aire se llevó aquel sonido concentrado y llegó a la guarida de la Roca del Clan, haciendo un eco leve. Esto despertó a Dan súbitamente, cosa que también sintió Shany, Koda y otros leones más. Cuando dio un rápido vistazo a los miembros de la manada, se dio cuenta de qué sucedía.

"¡Simba!" gritó al darse cuenta de que estaba fuera. Sin perder el tiempo, salió con toda la velocidad que podía. Al mismo tiempo, Koda despertó a su equipo.

"¡Guardia del león, aprisa!" les dijo, mientras corría detrás de su hermano.

Dan bajó tan rápido como pudo la Roca del Clan y rugió, avisando que iba de camino y que había problemas en las Tierras del Reino. No obstante, esto también alertó a los cazadores.

"¡Rayos!" dijo uno de ellos, sosteniendo una botella con un mechón, "¡Suban lo que tenemos y vámonos!"

Dicho aquello, prendió el encendedor, prendió la mecha y creó un muro de fuego para ganar tiempo. Otro de los cazadores (en total eran solo 3), quien llevaba a Simba forcejeando por liberarse, lo metió en una caja de madera con solo unos agujeros para la respiración. Mientras cerraban la caja, Simba volvió a gritar:

"¡Papá!"

"¡Simba!" gritó de vuelta Dan.

No obstante, se topó con el muro de fuego. Justo detrás de él, llegó Koda. Del otro lado del fuego, se escuchó el ruido de un vehículo encendiéndose.

"¡¿Humanos?!" se preguntó Dan al reconocer esos ruidos, "Oh no... ¡Simba!"

"¡Ouch!" gritó Koda.

El hermano también estaba atrapado en una trampa para animales. La cosa había ido a peor: sin Koda apto para rugir, ¿no había forma de cruzar ese muro de fuego?

"Dan, no puedo rugir porque lastimaría a Simba..." le dijo su hermano resistiendo el dolor, "Pero puedo hacer un agujero en el fuego para que uno pase, ¿listo?"

Koda rugió levemente y el fuego se abrió un camino a través de este por un segundo, el cual aprovechó Dan para cruzar. Detrás de él, el fuego se cerró nuevamente y frente a él, la camioneta empezó a arrancar y alejarse. Sin perder más tiempo, el rey fue a por esta, de donde podía escuchar el sonido de Simba y otros animales gritando.

"¡No se llevarán a Simba!" gritó Dan, usando todo su esfuerzo por alcanzarlos.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, saltó hacia el borde del vehículo, quedando con sus dos patas delanteras sobre este y las otras dos sobre algo delgado y metálico. Uno de los cazadores, tomó un arma y apuntó un arma tranquilizante hacia el león.

"Maldición, solo tengo una dosis como para un gato pequeño" dijo antes de disparar, "No importa, bastará..."

El dardo fue disparado y Dan empezó a sentirse cansado y mareado. Cansado y sin fuerzas, se desplomó hacia atrás y cayó del vehículo, no sin antes romper con su peso el objeto metálico del que se había apoyado.

"¡Papá!"

El rey rodó por el pastizal y cayó semiconsciente solo con las suficientes fuerzas para ver como aquel vehículo se alejaba.

"Simba..." gimió antes de caer dormido.

(Minutos después...)

"Despierta cielo" le dijo la voz de Shany en su oído.

"Despierta por favor, papá" le dijo la voz de Amira.

Los ojos de Dan todavía estaban medio desorbitados mientras recuperaba la visión. Junto a él, estaban Shany y Amira.

"¡Simba!" exclamó al recordar todo de golpe, "¡No! ¡Simba!"

"¿Se llevaron a Simba?" preguntó de igual forma Shany (es claro el sentimiento de una madre), "¡No! ¡No es posible!"

Un sonido entre la maleza se escuchó: Koda estaba cojeando hacia allí. Mientras que el resto de la guardia del león estaba llegando con reportes de distintos lados.

"¡Koda! Han secuestrado a varios animales" informó .

"¿Cómo?" preguntó este, "¿Cómo entraron a las praderas sin que lo supiéramos? ¿Cómo se llevaron a animales jóvenes sin que se enteren sus padres?"

"Hay animales dormidos" explicó Mako, "Al parecer, les han dormido como le acaba de suceder a Dan. También ha habido trampas como en las que Koda ha caído. Hemos liberado a varios animales de camino hacia aquí"

"¡Aquí estamos!" gritó una voz desde la distancia: era Rahisi, quien venía a gran velocidad sobre el lomo de Lea.

Cuando llegaron, el Mjuzi usó hierbas mezcladas con un ungüento de su calabaza para vendar la pata de Koda. Después de eso, se acercó a Dan para ofrecerle unas flores que le estimularían y le ayudarían a recuperar fuerza.

"¡Maldición!" gritó Dan mientras pateaba con fuerza el suelo, "¿Cómo pude ser tan débil?"

"No te culpes" le dijo Shany, "Hiciste lo que pudiste, pero... ¡ay pobre Simba! ¿Qué vamos a hacer...?"

"¡Majestad!" exclamó Ono mientras llegaba volando, "¡Tenemos una situación grave...!

Justo mientras hablaba, una manada de animales adultos (ñus, chacales, gacelas, cebras, flamencos, entre otros) llegaban con prisa al lugar de los hechos. En pocos segundos, el lugar estaba lleno de gritos de los mismos animales, rogando por el secuestro de sus crías. Al parecer, Simba no fue el único. Ante la gran cantidad de reclamos, todas las miradas de los presentes se enfocaban en Dan, quien no pudo evitar sentir demasiada presión por lo que sucedía.

"Ono. Por favor, reúne a todos los animales en la Roca del Clan" le dijo Dan, "Voy a ponerle solución a este problema. Mako, ¿puedes ayudar a Koda? Su pata no se recuperará hasta dentro de un tiempo"

"Pero, ¿cómo...?" preguntó este, quien no sabía cómo es que Dan sabía aquello, "Es decir, por su puesto Majestad"

El león más fuerte le ayudó a su líder a caminar de vuelta a la Roca del Clan, junto con Rahisi y el resto de la guardia del león. Detrás de ellos, iba la gran cantidad de animales preocupados guiados por la garceta.

"¿Qué tienes pensado, cariño?" preguntó Shany mientras caminaban.

"Debo salvar a Simba" le respondió este, "Pero hablaremos en unos minutos"

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