Capítulo 20: El legado del rey león
(Amanecía...)
Ono guio al grupo de animales hacia las lejanías, donde un grupo de hienas bajo las órdenes de Jasiri y Janja les escoltaron hasta que pudieron cruzar hasta la roca plana, el límite entre las lejanías y las praderas. Cuando cruzaron, los Badil, Dalila, Maya y Sam se sorprendieron debido a lo bello del paisaje matutino.
"¡Es fantástico!" exclamó Badil, "¡Se respira un ambiente fresco!"
"¡Es bellísimo!" comentó Dalila, "Miren cuantas flores y plantas silvestres"
"¡Y que bien que podemos estar sin una soga o cadena!" les apoyó Maya.
Mientras que Ono se sintió feliz de finalmente haber regresado a casa.
"¡Que bien se siente regresar!" luego, se dirigió al grupo de animales, "¡Sean bienvenidos a las Tierras del Reino!"
Todos los animales rescatados estaban enormemente alegres de aquel recibimiento y no duraron a empezar a comer como cualquier herbívoro. Por su parte, Simba también se sentía agradecido con todo de haber regresado, pero miraba continuamente atrás para ver si su padre les seguía.
"Espero que no tardes, papá" se decía.
(Mientras tanto, cerca de la Roca del Clan...)
Amira, la hija de Dan y Shany, había despertado hace unos minutos y estaba moviendo una pequeña piedrita de un lado a otro sin ánimos de nada. Desde que el rey se había marchado, constantemente miraba el horizonte, esperando ver algún día tanto a su hermano o su padre llegar a la roca del Clan. Cada día que pasaba es una tortura para un niño que espera a su familia.
"Amira" le dijo Koda, quien también acababa de despertar, "¿De nuevo, esperando?"
La cachorra no contestó inmediatamente, pero luego dijo:
"Tío Koda, ¿regresaran mi padre y hermano?"
"Por supuesto que regresarán, no pierdas la esperanza" le respondió.
La cachorra se echó en el suelo, con un rostro de todo lo contrario. Koda comprendió.
"Una vez creí que había perdido a mi hermano" le contó, "Él me salvó la vida y no pude agradecérselo... pero tu bisabuelo Simba me demostró que el creer en la familia era importante y mi hermano regresó a mi lado"
"Bueno... voy a ser un poco más positiva y... ¿eh? ¿qué es eso?"
En el horizonte, una manada de distintos animales marchaba en dirección a la roca del clan. Aunque no tenía tan buena vista como Akira, pudo ver a Ono volando enfrente del grupo.
"¡Ono!" exclamó, "¡Son ellos! Amira, ve y despierta a tu madre, han regresado"
"No es necesario Koda" interrumpió Shany, quien acababa de salir, "Ya estoy despierta: tuve una sensación de que habían regresado. Vamos a ver"
Cuando el resto de la manada despertó, todos los leones bajaron de la roca del rey, hasta reunirse con los recién llegados. Al llegar al encuentro, Koda se reencontró con Ono.
"¡Ono!" exclamó, "Sabía que eras tú, has vuelto"
"Lamento haberme ido majestades" se disculpó la garceta, "Pero he regresado y con un nuevo grupo de animales que desean vivir en las tierras del reino"
"Bueno... entonces, sean bienvenidos" les saludó Shany, "Pero Ono, ¿Dónde está...?"
"Aquí estoy..." dijo Simba, saliendo de detrás de la pata de un elefante, pues estaba un poco temeroso, "Hola mamá"
Por un momento, el cachorro pensó que le reprendería. No obstante, Shany solo se acercó y procedió a acariciarlo como cualquier madre leona haría por su cachorro. Al entrar en contacto con su madre, Simba se sintió mucho más animado y feliz de regresar.
"Te extrañé muchísimo" le dijo, "No vuelvas a hacer esto, por favor"
"Sí, mamá..."
"¡Simba!" le recibió su hermana Amira, abrazándole también. Luego, le dio un golpe leve con su pata, "No vuelvas a ser tan imprudente"
"Au, está bien..."
Milo, Maya, Badil, Dalila y Sam se rieron por cómo lo trataba su hermana a Simba.
"Veo que traes nuevos amigos, Simba" aclaró Koda, al ver al resto de cachorros y el perro.
Simba y Ono entonces procedieron a presentarlos y, cuando terminaron, Shany pidió votaciones a favor de que los recién llegados se quedaran en las Tierras del Reino. No fue sorpresa para nadie que todos votaran a favor (aunque estuvieron extrañados por Sam, ya que nunca habían visto a un perro). Pero...
"Un momento, aún faltarían la aprobación del rey" indicó Lea, "¿Dónde está? Creí que vendría con ustedes"
Antes de que pudieran explicar lo que había pasado, un rugido se escuchó detrás de ellos: Dan acababa de llegar tal como había prometido y lo primero que hizo fue acercarse a Shany, quien le recibió amorosamente.
"Sabía que regresarías" le dijo ella, "Y que cumplirías tu promesa"
"Por un momento, pensé que no la cumpliría" le respondió él, "Pero el destino no quiere que mi tiempo en el ciclo de la vida termine aún"
Luego, procedió a saludar tanto a su hija Amira, quien pensaba en él todos los días; a su hermano Koda quien se había curado hace un buen tiempo, y al resto de su familia.
"Sabía que nada te detendría, hermano" le dijo Koda. Luego, le olfateó y detectó cierto olor, "Oye, ¿por qué hueles como tío Bunga?
"Mejor será que no preguntes. En fin, me pasaré por las cataratas" le dijo Dan, "Pero primero: dejen que estos chicos se queden, necesitan un mejor hogar del que tenían y han perdido a seres queridos"
"Ya veo... De acuerdo: bienvenidos al clan"
(Por la tarde...)
Dan llevó sobre su lomo a Milo hacia el árbol de Rahisi, quien justamente acababa de bajar. Se sorprendió de gran manera a Dan de vuelta.
"¡Majestad!" le dijo, "Sabía que regresaría: los espíritus me lo estaban diciéndolo"
"Los espíritus me han guiado más de lo que uno se imagina, amigo mío" explicó Dan.
"Y, ¿quién está sobre tu lomo?"
Milo salió tímidamente detrás de la melena de Dan.
"Buenas tardes... señor" saludó.
"Buenas tardes amiguito" le dijo amablemente Rahisi, "¿Cuál es tu nombre?"
"Milo"
"Milo curó a Simba vendándole la pata cuando lo secuestraron" explicó Dan, "Pensé que tendría cierta habilidad para ser un Mjuzi y consideré que practique contigo. Claro, si estás de acuerdo"
"Podría hacerlo, pero no puedo obligarle a serlo si él realmente no quiere: tiene que pedírmelo" explicó Rahisi. Luego, se volvió hacia Milo, "Milo, ¿realmente quieres ser un Mjuzi?"
"¿Podré ayudar a mis amigos si lo hago?"
"Esa es una de las principales tareas del Mjuzi: ayudar a los demás y servir al ciclo de la vida. Te prometo que te enseñaré sobre ello y también a hablar con los espíritus ancestrales. Es un camino difícil, pero te apoyaré en todo lo que necesites"
Hubo un minuto de indecisión por parte del nuevo mandril.
"Al menos... sé que ustedes son buenos de verdad" dijo, "Y si puedo ayudar a mis amigos, estaré feliz de ser tu aprendiz"
Dan sonrió por el nuevo aprendiz.
"Creo que sería mejor que conozca tu casa, Rahisi" le dijo, "Pero no tarden: tengo planeada una celebración por los recién llegados y, por supuesto, están invitados"
"Por supuesto, su majestad" agradeció Rahisi, "Estaremos presentes"
"Muchas gracias, señor Dan" se despidió Milo.
(Esa misma noche...)
Dan organizó una gran celebración para celebrar su regreso, el de Simba y todos los nuevos recién llegados. No hay que ser adivino para saber que estuvo repleta de risas y un gran banquete de frutas tropicales que habían madurado desde el día de la fiesta de Kupatana.
Por su parte, Simba celebró jugando coco bolo con su hermana (Amira), sus primos (Haki y Salma), sus amigos hienas (los cachorros de Janja y Jasiri) y también sus nuevos amigos (Maya, Badil, Dalila y Sam). Mientras jugaban, Koda comentó a Dan:
"La manada crece cada vez más. Papá y mamá estarían felices de ver esto"
"Sí... respecto a eso..." le contó Dan en voz baja, explicando las 2 veces que había hablado con ellos.
"¡¿Es enserio?! ¿tú casi...?"
Dan le silenció, esperando que Shany no le escuchara, pues creía que se preocuparía.
(Aún más tarde, por la madrugada...)
Luego de unas horas de sueño, luego de que todos se divirtieran el día anterior, Dan observaba las estrellas mientras todos estaban ya descansando. Lentamente, Shany (quien se había despertado al notar que su pareja no estaba) se acercó a él.
"¿En qué piensas, Dan?" le preguntó.
"¿Eh? No, nada Shany" respondió este.
"Dime, ¿es cierto lo que escuché en la conversación entre tu y Koda?"
"Oh... así que lo escuchaste... lo siento Shany; sé que prometí dejar de ocultarte cosas, pero..."
Ella negó con la cabeza.
"Sé que no quieres preocuparme, pero confío en ti: has traído a nuestro hijo de vuelta, junto con otros amigos y has vuelto sano y salvo" le dijo.
"Pero no completo..." se dijo Dan mientras miraba su pata, "Ahora me siento un poco solo en mi interior... Sin Mufasa no sé si puedo ser un buen rey..."
Shany le puso su pata en la suya.
"No me importa si eres rey o no, mientras seas tú mismo" le dijo, "Seguro que sabrás qué hacer cuando llegue el momento"
"Siempre y cuando estés junto a mí" le respondió este, abrazándole.
Cuando terminó el momento sentimental, Dan se giró hacia la cueva.
"Ve a descansar adentro" le dijo, "Tengo que hablar... con nuestro Simba"
Ante la mención de su nombre, el cachorro salió de la roca en la que estaba escondido. Shany, al comprender lo que sucedería, regresó a la cueva, sonriéndole a su hijo antes.
"Simba, ven conmigo, por favor" le dijo su padre.
"Papá..." le dijo el cachorro al acercarse, "Los siento, no podía dormir"
"Te entiendo. Has pasado por demasiado y eso no te deja dormir tranquilo"
"No... es solo que... me alegra haber vuelto a casa... Gracias por salvarme, papá"
Dan solo sonrió mientras pensaba: "En realidad, yo soy el que te debe agradecer"
"Papá... ¿Tú siempre estarás ahí para ayudarme, verdad?"
Dan suspiró, sabiendo la respuesta de ello.
"Aunque he estado al borde de la morir, es algo que nos llega a todos, Simba" le dijo su padre, "Llegará un momento en que tú mismo y tu hermana deberán cuidarse entre ustedes, a la manada, a sus amigos y a las praderas por su propia cuenta"
"Pero he cometido errores, y si te vas... ¿cómo puedo saber qué hacer?"
Dan sonrió, pues sabía exactamente como era esa sensación.
"Mira a las estrellas" le indicó, "Alguien me enseñó una vez que nuestros seres queridos, así como los grandes reyes nos observan desde el cielo. Cuando te sientas solo, solo obsérvalas, y sabrás que estarán allí para guiarte... y yo también"
"¿Me lo prometes?" preguntó esperanzado el cachorro.
"Es una promesa que nunca faltaré" respondió su padre. "Llevas el nombre de tu bisabuelo no solo porque confío en ti como el confió en mí, sino... porque confió en que mantendrás vivo su legado, mi futuro rey león"
Entonces, le puso su pata en el mechón de melena del cachorro.
"¡Eh! ¡Papá! ¡Me vas a despeinar!" rio el cachorro.
Y así, luego de entre un par de forcejeos de parte por Simba, ambos leones se quedaron mirando el próximo amanecer en su hogar, las Tierras del Reino, sabiendo que nada podría quebrantar el legado del rey león, ni siquiera un viaje hacia las Tierras más allá del reino.
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