Capítulo 2: La fiesta Kupatana
(En otra parte de las Tierras del reino...)
En la arboleda de Mizimu, se respiraba un aroma delicioso de nuevas flores de los baobabs floreciendo y otras cayendo. El sol calentaba plácidamente, mientras que la tierra brillaba de un lustroso color verde. Varios animales estaban cantando y compartiendo frutos frescos y recién recolectados, conociendo y respetando el lugar de cada uno en el Círculo de la Vida. Aquel día era un día para celebrar a la comunidad de los habitantes de las praderas... era un Kupatana.
Un mandril adulto paseaba de un lugar a otro, revisando desde los árboles que no hubiera problemas. Detrás de él se le acercó una garceta adulta.
"Rahisi" le dijo el ave, "Su majestad y la guardia del león están próximos a llegar"
"Muy bien, Ono" le respondió Rahisi, "Todo está en orden, comunícales a los demás invitados"
Ono asintió y pasó volando por encima de todos, llegando al inicio de la arboleda, donde le esperaba un león adulto de melena rojiza algo oscura. En su ojo izquierdo llevaba una cicatriz, pero su sonrisa era de alguien bueno y amable.
"Su majestad" le saludó Ono, "Estamos listos para su discurso de recibimiento y celebración de Kupatana"
"Ono... ya lo hablamos..." le respondió este.
"Oh, perdón. Bueno... Dan, estamos listos..."
"Sí, muchas gracias... ¿dónde están mi hermano, Shany y los cachorros?"
"¡Por aquí!"
Un león con un pelaje más marrón, junto a otros leones adultos llegaron, cada uno de ellos llevaba en su costado la marca de un león rugiendo, la marca de la guardia del león.
"No iras a comenzar sin nosotros, ¿verdad?" preguntó el líder, Koda.
"Por supuesto que no" le respondió Dan, "Todos deberían venir a esta fiesta"
"Es una lástima que no todos vengan" dijo Lea, "Una manada de ñu está pastando algo lejos de aquí, pero me aseguraron que enviarían un ave si necesitaban ayuda"
"Por lo demás, todo está cubierto" finalizó Mako, "Nunca he visto una Kupatana, seguro que ha hecho un buen trabajo majestad... quiero decir, Dan"
"¡Ya llegamos!" gritó Shany, llegando junto con Simba, Amira, Haki y Salma.
"¿Todo en orden entonces?" preguntó Dan, "Bueno, podemos empezar"
El grupo de leones entró en el claro, el cual se veía tan verde y colorido, como debía significar la primavera. Los frondosos árboles de baobab con las blanquecinas flores daban un toque aún más pintoresco y joven al claro; cambiando con los bellos colores del atardecer hacía de aquel lugar algo mágico. Ono, adelantándose, anunció:
"Con ustedes, ¡el Rey y la Reina de las praderas!" dijo, "¡Y también, la valerosa guardia del león!"
Los animales presentes (estaban grupos de cebras, elefantes, jirafas, cocodrilos, antílopes, guepardos, hipopótamos, y demás) hicieron reverencia cuando el grupo de leones se aproximaban a la roca. Una vez en el lugar, y por tradición, debía ser el rey quien diera un discurso. Dan se aclaró la garganta antes de empezar:
"Queridos amigos y hermanos de las tierras del reino. Sean bienvenidos a esta celebración de amistad y confraternidad. Hoy estamos aquí, no solo para presenciar el florecimiento de las flores de baobab, sino para celebrar nuestra comunidad. Reunidos aquí, en la más rejuvenecida que nunca Arboleda Mizimu, la cual ha pasado por muchas situaciones difíciles al igual que nosotros. Pero gracias a nuestra unión, hemos logrado preservar la felicidad de este día hasta ahora gracias a nuestra unión... ¡Feliz Kupatana a todos!"
"¡Feliz Kupatana!" respondieron todos los presentes. Dan bajó de la roca mientras que recibía elogios.
"¿Te sirvió practicar todas las noches, verdad hermano?" le preguntó entre risas Koda.
"Bueno, no lo hacía tan bien en esos momentos..." respondió este, "Pero me siento bien ahora"
"¡Su majestad!" le dijo Nya, quien fue a ver a su viajo amigo, "Su frase para Kupatana fue inspiradora y muy motivadora, muchas gracias por esta celebración"
"¡Nya!" le saludó Dan, "¡Cuánto tiempo! Gracias por tus buenos deseos"
"A estado tan ocupado, para que haya pasado tanto tiempo, ¿verdad, majestad?"
"Por favor, trata de llamarme Dan" le dijo humilde como siempre, "Y sí... debo organizar la celebración, ser padre con familia y solucionar bastantes problemas del reino. Hago lo mejor que puedo"
"Pues aquellos esfuerzos son grandiosos, las Tierras del Reino son tan pacíficas como los tiempos del rey Simba... A propósito, ¿Cómo está el príncipe Simba?"
"Pues es un cachorro hiperactivo, eso te lo aseguro" dijo girando su vista.
Allí, jugando con su hermana y sus primos, Simba iba de un lado al otro.
"Es solo un cachorro, Dan" le consoló Shany, "Muchos de ellos se meten en problemas desde esa edad, ¿recuerdas?"
Dan rio un poco.
"Se meten en problemas... ¿o es que alguien los mete en problemas?" preguntó en risa.
"No sé de qué me hablas" respondió riendo Shany, mirando a otro lado con una sonrisa.
"¡Yuju! ¡Majestades!" les llamó una voz acercándose, "¡Guardia del león!"
"Vaya, parece que sí le llegó la invitación, majestad" exclamó Ono, haciendo una reverencia y saludando, "Bienvenida, Jasiri, Reina de las lejanías"
"¡Eh! ¿Y no vas a presentarme?" le replicó Janja, quien estaba al lado de Jasiri.
"Por supuesto, Janja..."
"¿Qué más?"
"De acuerdo, Rey de las lejanías..." completó Ono.
Dan rio: "Bienvenidos sean ambos y... ¿dónde están?"
"¡Yo primero!"
"¡No, yo primero!"
Dos cachorros de hiena corrían en dirección a ellos, luchando y jugando, cuando estuvieron lo suficientemente cerca, resbalaron y rodaron hacia los leones.
"De modo que estos son los pequeños Masika y Kyto, ¿no es así?" preguntó Jabari.
"Niños, saluden a nuestros vecinos" les dijo su madre.
Los cachorros se levantaron y saludaron (parecía imposible creer que fueran los hijos de Janja):
"Mucho gusto"
"El gusto es nuestro" les saludó Shany. Luego, se volvió a los cachorros de león, "Simba, Amira, Haki, Salma... acompañen a nuestros invitados, y espero que se hagan buenos amigos"
"Sí mamá" dijo Simba, acercándose a los cachorros de hiena, "Hola, me llamo Simba. Ellos son mi hermana Amira y mis primos Haki y Salma, ¿quieren jugar con nosotros?"
Ambos cachorros de hiena de inmediato aceptaron (pareciera como si nunca hubiera habido rivalidad entre esas dos especies).
"¡No se metan en problemas y avisen si los tienen!" les advirtió Dan mientras los veía alejarse.
"Nunca cambiarás tu modo de ser..." se rio Janja.
"Tu tampoco cambias mucho, Janja..." le remarcó Jasiri, haciendo que esta vez se rían de él.
"Entonces, ¿cómo van las lejanías?" preguntó Lea.
"Pues parece un sueño ver algo de vegetación brotando y, con el último tiempo de lluvia, los estanques están bastante llenos. Todos estamos viviendo en armonía, incluso los chacales"
"Podríamos estar mejor si esos maleantes no causaran tanto alboroto..." comentó Janja.
"¿Maleantes?" preguntó Koda.
"No es nada en realidad, son 3 desertores de la manada: Tabaqui, Ganya, Mwongo. Andan haciendo lo que les de la gana" explicó Jasiri, "Su conducta me recuerda a la de Shenzi, Banzai y Edd"
"Pero, si ustedes tienen problemas, podemos ayudarles" dijo Koda, "Para eso existe la guardia del león"
"No se preocupen, solo son tres y ninguno más de la manada. Ya nosotros nos haremos cargo. Pero si los ven en las praderas, los pueden echar sin remordimiento"
"No hay problema" concluyó Mako.
"Mirad, creo que se acercan más invitados" señaló Shany, "O quizá... ¿problemas para la fiesta?"
El grupo que se acercaba también procedía de las Lejanías; pero, en comparación de Janja y Jasiri, estos eran más numerosos: un chacal macho adulto, una hembra y unos dos cachorros. Dan, Koda y Ono fueron a su encuentro, mientras el resto de la Guardia del León estaba echando un ojo por si alguno de esos cachorros se separaba de su grupo.
"Veo que recibieron nuestra invitación, bienvenidos seas Dogo" les saludó Dan.
"No es que no quisiéramos venir" dijo Dogo, "Pero ya que nos ha mostrado tanta amabilidad su... majestad..."
Parecía que le costaba pronunciar 'su majestad'. A Ono no se le pasó por alto aquello.
"Debéis estar agradecidos porque su majestad los haya invitado formalmente" les dijo, "Pero yo no he olvidado el desastre que causaron la vez anterior"
"Sí... jeje" rio Dogo recordando sus travesuras de cachorro junto a sus hermanos.
"Quiero que esta celebración una nuestros lazos en el Gran Ciclo de la Vida" aclaró Dan, "Por eso les he invitado cordialmente a que se unan a la fiesta. Aun así..."
"Estarán bajo la supervisión de la Guardia del León, para evitar cualquier estratagema que vosotros los chacales puedan hacer" continuó Koda, "Hemos hablado con los otros animales invitados y han decidido darles una oportunidad, pero si roban incluso una fruta, los expulsaremos"
A pesar de las caritas de los cachorros de Dogo y su pareja, no iban a convencer a ambos leones. De modo que tuvieron que aceptar sus términos.
"Amables como Kion, pero prudentes como Simba..." dijo finalmente Dogo, "Está bien, nada de truco de chacal..."
(Mientras tanto...)
El grupo de cachorros estaban jugando con el coco como balón.
"¡Aquí va!" gritó Haki, lanzando el coco hacia Kyto.
"¡Lo tengo!" lo recibió el cachorro de hiena. Luego, este los hizo girar sobre su cabeza y se lo lanzó a Salma.
"Bien. Tu turno, Masika" le pasó Salma.
"¡Aquí vengo!" gritó esta, subiéndose sobre el coco. Por poco se resbala, pero Amira le atrapó.
El coco rodó hasta Simba, quien miraba a otro lado.
"¡Simba!" le gritó Haki, "No es tiempo para que te distraigas"
"Oye Kyto, ¿Cuánta familia tienen?" preguntó Simba, volviéndose a las hienas.
"Una gran manada" respondió este.
"¿Y han venido todos?"
"No, solo nuestros padres, ¿por qué preguntas?"
Simba señaló a lo lejos. Allí, a lo lejos, dirigiéndose hacia los campos Mbali, había tres figuras cuadrúpedas las cuales, por el color de su pelaje y manchas, parecían hienas.
"¿Deberíamos alertar a la guardia del león?" preguntó Amira.
"No si son parte de la manada de Kyto" dijo Simba, "Propongo que vayamos a ver si son buenos o malos. Si necesitamos ayuda, alertaremos a la guardia"
"Me parece una mala idea" le dijo Salma, "Tío Dan siempre dice que no nos metamos en problemas"
"Pero también debemos aprender a solucionar problemas si algún día seremos el rey de las praderas y el líder de la guardia, ¿verdad, Haki?"
"En cierto sentido... Bueno, iré contigo"
"Yo también, los acompaño" les apoyó Kyto, "Amira, Salma, ¿Pueden cuidar a Masika mientras tanto?"
"Sí, está bien" les dijo Amira.
Con todo dispuesto, los dos cachorros de león y el de hiena siguieron al trio de desconocidos. Mientras que, en la mente de Amira, se escribía la frase:
"Tengo un mal presentimiento"
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