Capítulo 12: La esperanza nunca se pierde

El viejo perro se pasó un rato observando al león que estaba frente a él. No mostraba el menor miedo, sino que le miraba como si hubiera supuesto la gran verdad.

"Eres tú... no puedo equivocarme" le dijo el viejo.

"Em... no sé de qué me habla" respondió Dan, tratando de ocultar la verdad.

"No tienes que mentirme..." tosió, "A mi edad no es fácil esconderme la verdad"

"Abuelo, ¿tú le conoces?" preguntó Sam.

"Podría decirse que sí..."

"Dan, ¿usted le conoce?" preguntó Ono al león.

"Pues sí, también podría decir que sí..." respiró este, sabiendo que debía contarlo.

"¿Cómo se conocen?" volvió a preguntar Sam.

"Has cambiado bastante" le dijo el viejo perro a Dan.

"Nunca pensé... que volvería a verte" le respondió este.

"¿Quién es?" volvió a preguntar Sam.

Dan miró fijamente al cachorro.

"Yo fui transformado en león" explicó, "Antes de serlo, era un niño humano que un día, desinteresadamente le dio de comer a un perro en la calle que apenas parecía con vida. Ese era tu abuelo"

"Humano..." tartamudeó Sam, pero luego empezó a gruñir, "No puede ser verdad, ¡y yo que te creía bueno!"

El cachorro salió corriendo del lugar.

"No se preocupe, le vigilaré para que no le pase nada" sugirió Ono, y voló detrás de él.

"Es sorprendente en lo que te has convertido" dijo el anciano cuando estuvieron solos, "Quien diría que ese niño que me regaló esperanza sería un fuerte y grande león"

"¿Le regalé esperanza?" preguntó Dan.

"Era un perro callejero después de todo. Cuando se vive así, no hay mucho que comer. Un día, estaba casi en las últimas, hasta que tú, con un gran corazón me ayudaste. Me devolviste la esperanza"

"Oh, vaya... Me alegra haber hecho algo por ayudar"

"Después de eso, me recuperé de mi hambruna y comencé a luchar por mi supervivencia. Hace casi un año, conocí a una pareja de perros que había tenido una camada. Luego vino la perrera, y se llevó a toda la familia, excepto a Sam. El me llama su abuelo, pero no lo soy"

Dan recordó como encontró el también una familia cuando estaba perdido.

"Desde entonces, le he estado cuidando, enseñando... pero me temo que ha fomentado un odio hacia los humanos por lo que le hicieron a su familia"

El perro tosió nuevamente. Se notaba su estado de debilidad en el cuerpo.

"Pero me estoy volviendo viejo y no me quedan muchos días" terminó, "Ahora que estás aquí, quisiera pedirte un favor: quiero que cuides de Sam y le enseñes lo diferentes que pueden ser los humanos"

"Me gustaría ayudarte..." le contestó Dan, "Pero no sé si pueda hacerlo: ahora que has revelado lo que era antes, tu 'nieto' me tiene cierto rencor a mí también. Además, también estoy buscando a mu familia: mi hijo fue secuestrado y creo que fue trasladado a un circo, ¿sabes algo de eso?"

"¿El circo del loco Sharp?" preguntó el perro, "Sí, está en las afueras de la ciudad, hacia el oeste. Ha habido rumores de un desastre causado por un cachorro de león, pero no sabía que fuera tu hijo"

"Bueno... digamos que él tiene un talento para meterse en problemas... Creo que sí, puede ser él, ¿Puedes llevarme al lugar?"

El perro intentó caminar un par de pasos, pero se le notaba raquítico.

"Estoy demasiado viejo para ir" le dijo, "Habla con Sam y tráelo de nuevo aquí, les diré el camino para llegar. Confía en él, seguro que le acabarás agradando"

(Por su parte...)

Ono estaba siguiendo a Sam, quien solo pateaba una lata, molesto por lo que había escuchado. Al notar la presencia de la garceta, no se lo tomó muy bien.

"¡Deja de seguirme!" le gritó, "Si tu rey quiere comerme será mejor que lo haga de una vez"

"No digas eso, Dan no quiere comerte, te lo aseguro" contestó Ono.

"Eso seguro que lo dices como su sirviente"

"Dan no es un rey de los que ordenan y los demás acatan" explicó Ono, "El ha sufrido tanto como tú para llegar a ser lo que es hoy"

"¡Perdí a mi familia por culpa de los humanos! ¿Qué sabe él de eso?"

"Yo también perdí a mi familia" le sorprendió Dan, apareciendo de repente, "Mis padres murieron, y mi tío me maltrataba. Sentía... cólera de mi existencia o ser alguien que no recibía amor. Pero, al igual que tú, conocí a otros... nueva familia, amigos, hogar... una forma de vivir, algo por lo que luchar. Además, en mi otra vida también fui león, por eso lo he vuelto a ser en esta. Sé lo que sientes, Sam: no somos tan diferentes"

"Mi abuelo está muriendo" lloró Sam, "¿No puedes hacer algo para ayudarlo como lo hiciste antes?"

Dan lo pensó, pero algo dentro de él le decía que la condición se agravaría.

"No... no lo creo" dijo, "Si le irradio de luz con ese cuerpo tan viejo y cansado, nadie podría saber lo que sucedería. Podría acelerar su desfallecimiento"

"Entonces, me quedaré solo de nuevo..."

"Los que mueren nunca nos abandonan" le explicó Dan, tocando con su pata el corazón del cachorro, "Sus corazones está con nosotros, siempre. Y su alma, nos mira desde las estrellas"

Sam dejó de llorar al notar la bondad que reflejaba aquel león. Si de verdad era un humano, era muy diferente a los que había visto en toda su corta vida. Agradeciéndole, regresaron con el viejo perro, quien estaba apoyándose contra los tubos de acero.

"Han vuelto..." les dijo. Luego, vio a su nieto adoptivo, "Sam, ¿por fin te calmaste?"

"Abuelo... lo siento" dijo Sam, abrazando a su abuelo adoptivo. Dan recordó con nostalgia el primer abrazo que compartió con Simba.

"No tienes que darlas. Fue un verdadero placer haberte llamado mi nieto... Escucha, llévalos fuera de la ciudad, hacia el Oeste, donde se encuentra el circo"

"Eso haré, abuelo"

El anciano tosió luego de separarse de su nieto. Este se mostró preocupado y llorando. El perro viejo se echó en el suelo de la tierra, listo para hacer lo que muchos pensaban que haría. Mirando de nuevo a Dan, este le dijo:

"Fue un honor verte de nuevo" Luego, se volvió hacia Sam, "Hasta siempre, Sam"

Cerrando los ojos, este viejo perro expiró. Mientras Sam continuaba llorando, Dan, otra vez movido por el instinto y brillante, tocó el cuerpo con su pata. Este se rodeó de la misma luz blanca y se disipó en varias lucecillas que subieron al cielo, mucho más brillante que las luces de la ciudad. Se dice que, los humanos que lo vieron, sintieron una tristeza enorme, sin saber de qué se trataba o por qué lo sentían.

"Abuelo..." continuó llorando el cachorro, mirando aquel espectáculo.

Dan sonrió, pensando en una posibilidad.

"Si quieres, puedes venir con nosotros a las Tierras del Reino, una vez que hayamos rescatado a mi hijo del circo"

"Majestad... digo, Dan" comentó Ono, "¿Es posible esto?"

"Pues claro que puede ser posible" le dijo Dan, "Después de todo, soy el rey, ¿no es así?"

El pequeño cachorro se sintió conmovido al escuchar eso que le abrazó de felicidad. Cuando hubo terminado, les explicó el camino hacia el circo. La mala noticia era que estaría demasiado poblado de humanos.

"Ono, ¿recuerdas que te dije que había una forma de atravesar las calles?" le preguntó Dan, "Bueno, espero que no tengas un olfato tan bueno como la vista"

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