Capítulo 4: Metiendo la pata

Antes de que Vitani se ocupara del aprendizaje de Dan, este último había bajado de la roca del rey para poder darse un paseo antes del 'entrenamiento'. No es que no le agradaba su tía, sino que era un poco... dura. Y era normal, pues ella había vivido en las lejanías, había luchado por su supervivencia y se había convertido en un fuerte líder de la guardia del león.

Mientras caminaba, las dudas en su cabeza le dificultaban pensar con claridad. Entonces, se dio cuenta que había llegado a una bajada de rocas, donde había un abrevadero pequeño pero vacío. Con algo de sed, el cachorro bajó las rocas y se acercó a beber un poco.

El agua no era tan mala... aunque el del gran manantial era mucho mejor. Mientras estaba bebiendo, una sombra inusual se movió en el agua. Dan pensaba que se trataba solo de un pez de gran tamaño, así que decidió ignorarlo. No obstante, algo surgió del agua: un cocodrilo. Por instinto, Dan se movió hacia atrás, pero terminó tropezándose sobre sus cuartos traseros y cayendo de espaldas.

"Deberías ser precavido niño" le dijo el cocodrilo, "Este es mi abrevadero y no me agradan los desconocidos por aquí"

"Lo... lo siento" se disculpó Dan.

"Umm. Podría aceptar tus disculpas, o bien podrías compensármelo dándome algo para reemplazar mi comida"

"¡Makuu!" gritó una voz y Vitani apareció en la escena colocándose entre el cocodrilo y Dan, "¿Volviendo a tus viejas costumbres? ¿no deberías estar en el lago Matope? Aún no es la temporada de sequía"

"Había venido a ver si encontraba algo más de comida aquí" se excusó Makuu, "Pero justo cuando creo haberla encontrado, este cachorro me fastidió la pesca, Vitani"

"Bueno, seguro que estaba un poco perdido. Además, si tienes alguna queja, puedes hablar con Kovu y Kiara. No creo que esté feliz si intentabas comerte a su hijo y mi sobrino"

Makuu bajó la mirada hacia Dan, como tratando de encontrar alguna semejanza entre Kovu y Dan.

"No se parecen en nada" dijo finalmente, "Si lo veo bien, se parece más a Kion que a Kovu"

"Es adoptado, pero parte de la familia" explicó Vitani, "Además, yo también estoy a cargo de él. Y no creo que quieras verme enojada, ¿o sí?"

"Err, no. Bueno, debo irme a seguir pescando. Vigila a ese sobrino tuyo"

Maku se introdujo en el agua de nuevo, y se dirigió a la parte más honda del abrevadero.

"No deberías venir aquí, este abrevadero le pertenece a Makuu incluso en la temporada de lluvias" le dijo Vitani a Dan, "No deberías meterte con tipos como él, se enojan con facilidad y puede ser muy difícil de razonar con ellos"

"Me doy cuenta..." respondió Dan, "Gracias, tía Vitani"

"No hay por qué darlas. Nala me dijo que habías salido a dar un paseo. Por un momento, pensé que te habías escapado de tu entrenamiento..."

Dan encogió sus orejas.

"No será mover rocas de nuevo, ¿verdad?"

"No esta vez. Haremos cosas un poco diferentes..."

(Luego...)

El primer ejercicio que Vitani había preparado para Dan, era atravesar un charco de lodo cerca de los acantilados de Chekundu. Para su fortuna, no había mucha profundidad puesto que algunos animales como los antílopes pasaban cerca sin problemas. El verdadero reto del leoncillo era atravesar un tronco que funcionaba como camino.

"Equilibrio" explicó Vitani, "Tu primer reto es atravesar el tronco de lado a lado si caer al lodo"

Dan se subió al tronco con cuidado y empezó a caminar sobre él, dando un paso a la vez.

"Con cuidado" pensaba Dan, mientras movía una pata después de la otra.

Casi llegando al final, Dan resbaló y estuvo a punto de caerse al lodo, pero rápidamente subió su pata de nuevo para completar el camino.

"Bien hecho, ahora probemos tu velocidad y destreza" dijo luego Vitani.

(Después...)

"Esto debe ser una broma" pensó Dan mientras miraba al frente.

Vitani le había llevado a una zona cubierta de hierba llena de abundantes espinas de color marrón oscuro por todas partes: el campo de espinas de Maumivu.

"Solo imítame" le dijo Vitani antes de dar un salto al frente.

La leona se lanzó hacia los arbustos, moviéndose con velocidad, pero también con seguridad y flexibilidad a través del campo de espinas. Cada vez que pasaba por una zona muy pequeña, encogía las orejas, la cola, las patas y la cabeza para entrar por esos caminos. Otras veces, tenía que arrastrarse para pasar. No le tomó mucho tiempo llegar al final.

"Es tu turno" gritó Vitani, "Como eres más pequeño tienes una ventaja, pero no te confíes: los espinos peuden ser bastante trocioneros"

A Dan le parecía una locura, pero si quería ser un verdadero león algún día, debía demostrar más que solo su corazón: debía demostrar tener habilidades de uno. Entonces, se lanzó a los arbustos.

En el primer arbusto espinoso se pudo pasar con facilidad. Debido a su tamaño, apenas tuvo que agacharse para pasar por él. No obstante, sí sintió el filo de una aguja rozarle su pelaje y, por suerte, no su piel.

"Más rápido y con más cuidado" le gritó Vitani.

Dan tomó consciencia de que debía ser rápido, de modo que saltó al siguiente arbusto, moviendo su cola y encogiéndose un poco para pasar por una esquina. Luego, le siguió el tercero, en el cual se tuvo que arrastrar por el suelo para pasar por debajo.

El cuarto y el quinto arbusto parecieron más complicados ya que Dan apenas tuvo tiempo de pensar por dónde y cómo pasar. En esa ocasión, unas cuantas espinas se clavaron en él. Sintiéndose un poco dolorido aún, saltó hacia el último arbusto.

Pero no logró pasar: se quedó enredado en este último obstáculo y solo pudo ver avergonzado como después Vitani le estaba sacando las espinas una por una.

"Nada mal para un principiante" le dijo, "Pero tienes que ser más rápido, no solo en tus movimientos, el pensar también es importante..."

"¡Au!" gritó Dan cuando le quitó la última espina.

"No grites, debes ser más fuerte que eso. Vamos, pasemos a tu última lección"

Decir que Vitani era un poco dura con Dan era quedarse corto, Después de todo, la forma en que le entrenaba Zira no era para precisamente para defenderse. Sin embargo, aún consideraba que un león debía ser tanto fuerte, veloz y valiente... era algo que había aprendido cuando competía con Kion y su guardia.

(Más tarde...)

Vitani llevó a Dan hacia un río algo grande, con una orilla muy rocosa. Algunas acacias se cernían sobre el costado, y el área cercana estaba llena de pastos de tallo verde bastante alto, con cabezas blancas esponjosas. Si uno miraba esta hierba, podía notar que se inclinaban, como una fuente.

"Es el río Urembo" explicó Vitani, "Tu próxima lección es la valentía. Sé que te he enseñado antes a subir árboles. Ahora, tu misión es escalar aquellas rocas"

Vitani señaló las enormes rocas que se alzaban a lado del río. Dan tragó saliva.

"¿No habría algún otro lugar menos peligroso?" preguntó con algo de miedo.

"Las rocas son estables, lo único que te podría hacer caer al agua es tu miedo" le dijo Vitani, "Además, no considero que el Gran barranco o los acantilados Chekundu sean buenos lugares para escalar"

Dan se acercó a los acantilados, mirándolos como si la cima pareciera inalcanzable.

"Vamos, inténtalo" le alentó Vitani.

Dan subió una pata a las rocas y, luego de esta, le siguió la otra. Antes de que se diera cuenta, estaba subiendo el acantilado sosteniéndose con toda la fuerza que le daban sus garras. Sin embargo, algo recorría el cuerpo del cachorro: el miedo.

Era muy fácil sentir miedo luego de lo que había pasado: Cuando los cazadores intentaron atraparlo a él y Simba, este último había sostenido a Dan con sus fauces y saltado de roca en roca en el Gran barranco y casi habían muerto ambos. No es de extrañar que uno no quede algo traumado de eso.

"Vamos Dan, no querrás caer, ¿verdad?" preguntó Vitani.

No sabía si Vitani le estaba alentando o se estaba riendo de él, pero lo que no quería era ver hacia atrás. Temía que, si lo hacía, sus miedos regresarían.

"Rápido" le gritó, "Un depredador ya pudo haberte alcanzado y devorado. Tienes que estar decidido a hacerlo"

Ya casi había llegado a la mitad del acantilado. Cuando lo logró, un pedazo de roca cedió y lo hizo resbalarse. Dan tuvo que sostenerse con fuerza para no caerse, pero accidentalmente miró hacia atrás: Le pareció haber recordado esa noche, en la cual vio a Simba caerse del barranco. Le pareció que, esa vez era él el que caía.

"¡Ah!" gritó.

Dan se soltó del miedo y sintió su cuerpo caer hacia atrás hasta chocar con el agua del río. Luego, sintió todo su ser sumergiéndose en la fría agua. Mientras este movía sus patas salvajemente, intentando impulsarse de vuelta a la superficie. Algo lo cogió del cuello, y lo llenó devuelta a tierra firme.

Tosiendo, el cachorro pudo notar que Vitani había ido a sacarlo.

"Gracias..." dijo con dificultad.

"No tienes que dármelas" contestó ella, "¿Qué pasó? Lo de caerse lo entiendo... pero creí que eras un buen nadador. Cuando vi que tenías problemas, tuve que intervenir"

Dan no sabía que responder... solo sabía que era su miedo era lo que le había desequilibrado.

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