Capítulo 3: Con miedo al pasado

( Al día siguiente... )

Dan dormía y tenía un sueño extraño: no podía ver su cuerpo y caminaba por su propia voluntad. Solo vio que estaba subiendo por un sendero rocoso ascendente.

"¡Taka! Mamá me dijo que te buscara ... ¿llegas tarde a ... Taka?", Preguntó una voz, pero no era la suya.

Luego, frente a sus ojos encontraron a otro cachorro de león que sostenía un huevo de un nido cercano, listo para ser arrojado. Dentro del nido, la madre ave le exigía que se lo devolviera.

"¡Taka!" gritó antes de que la imagen cambiara.

Luego, estaba frente al mismo cachorro hablando en tono serio:

"No deberías vengarte de alguien de todos modos", dijo, "¿Por qué no hablas con mamá o papá?"

"No sabes cómo es él ..."

"Tal vez, pero lo que sí sé es que romper el ciclo de la vida por venganza no es la forma en que un príncipe o líder de la guardia debe comportarse. Mamá y papá se volverían locos "

"No, por favor no les digas ... Prometo no volver a hacerlo".

Se oyó el sonido de una respiración.

"Está bien, pero trata de olvidar cosas como la venganza, van en contra del ciclo de la vida"

Y luego se volvió sin volver a ver al cachorro.

Dan se despertó: aún era de noche y estaba durmiendo junto a Kiara, quien abrazaba tiernamente a Koda.

"Qué sueño más extraño ..." pensó y luego se volvió a dormir.

( Minutos después... )

Un joven león corría entre las llamas mientras veía las praderas incendiándose a su alrededor. Sin embargo, no estaba intentado escapar del fuego, sino de algo peor.

Un sonido de un disparo resonó en el aire e impactó en una piedra, muy cerca del joven león. Este, sin perder tiempo, continuó escapando. Aun corriendo, se giró hacia atrás: la silueta de un hombre se disponía a lanzar un segundo disparo.

Justo cuando giró la vista hacia adelante para ver qué podía hacer, se detuvo: un barranco se extendía frente a él y tuvo que detenerse al borde de este. En el fondo, árboles ardía como teas encendidas y esperando que una víctima caiga en aquella trampa mortal. Cuando el cachorro se giró, el desconocido estaba a solo un paso hacia él, sosteniendo el rifle de caza en su dirección.

El sujeto no disparó inmediatamente, sino que pareció jugar con su presa antes de matarla. El león retrocedió lentamente hasta que sintió que le faltaba el suelo y escuchó el sonido de piedras cayendo. De improviso, el borde se quebró y sintió todo su cuerpo caer... hasta que sus garras delanteras se clavaron en las rocas.

"¿Aún crees que vale de algo tu nueva vida, niño?" le preguntó el desconocido, quien estaba contemplando la escena desde el borde.

"¿Q-Quien? ¿Quién eres?"

"Que viva el rey..." dijo el desconocido. Luego, una sombra lo cubrió y, cuando se despejó, el cazador se había ido y ahora estaba un león adulto con melena negra con una cicatriz en el ojo izquierdo.

"¿Q-Quien? ¿Quién eres?" volvió a preguntar.

El león se acercó amenazante. Sin embargo, otra voz se llegó a oír:

"¡Deja a mi hermano!"

Un joven león apareció de un costado y empujó al de la cicatriz, cayendo ambos del barranco.

"¡Koda!" gritó Dan, mientras veía en cámara lenta como caía, "Koda... Koda..."

Luego, sintió algo encima de su cabeza: era tibio y cálido... y muy pequeño. Dan se despertó.

"¿Koda...?" preguntó al ver al cachorro quien, sorprendentemente, se había escapado de los brazos de Kiara y se había dormido en la cabeza de su hermano. No había recorrido mucho trecho puesto que Dan dormía entre Kovu y Kiara.

Con sumo cuidado de no despertar a nadie, Dan bajó a Koda de su cabeza y lo devolvió a Kiara, quien estaba tan dormida que no notó nada. Luego, sin hacer el menor ruido, salió de la cueva.

El fresco aire matutino de las praderas le devolvió el ánimo, mientras que el sol naciente calentaba tiernamente el ambiente y su peludo cuerpo. Las aves empezaban a volar y sus cantos daban vida al lugar. Dan recorrió con la vista todo ese hermoso paisaje, pero se detuvo en el gran barranco.

Aún recordaba como habían salido de milagro allí... esperaba que esa fuera la última vez que hubieran estado en semejante peligro. Al menos, por lo que supo después, los cazadores no volverían a molestar más en mucho tiempo. Pero luego le vinieron memorias de su pesadilla... el barranco...

No queriendo pensar en nada de ello, continuó recorriendo con su vista las praderas:

"El gran manantial" se dijo a sí mismo cuando vio a lo lejos una fuente de agua. A pesar de la distancia, el reflejo del sol hacía brillar aquel lugar, "Recuerdo que Shany me llevó a visitarlo una vez"

Luego, cerca de allí, estaba la arboleda. Era un lugar bastante tranquilo y nadie vivía por allí. Uno podría quedarse bajo un árbol y quedarse dormido mientras veía las hojas caer.

Girando un poco más la vista, pudo vislumbrar el grueso árbol en el cual vivía Rafiki. Con tan solo pensar en él, sus dudas se acrecentaban. No tenía una respuesta clara de lo que debía hacer... al menos, aún no.

"Veamos... esa es la cresta rocosa, la sabana de acacias, la arboleda, las cataratas brumosas..." dijo mencionando para sí mismo los lugares que se veía desde la roca del rey (necesitaba desesperadamente alejar esos malos recuerdos y lo mejor que podía hacer era recordar los lugares que había aprendido en su estancia), "Woah, las lejanías se ven... bueno, lejanas. No me sorprende que no muchos vayan allí..."

Llegó a un punto en que se había detenido: un gran lago rodeado de acacias cerca de allí, con un grupo de rocas descansa al lado de este.

"Lago... eh... Sha..." trató de adivinar.

"Lago Shangaza" dijo Nala, quien había salido de la cueva. Al escuchar su voz, Dan pegó un pequeño susto, "Je, veo que aún te cuesta aprender los nombres de los lugares jovencito"

"Oh, buenos días abuela Nala" le saludó, "Bueno... yo..."

No encontró las palabras en su boca. Si bien quería decir la verdad, no quería preocuparla, pero tampoco quería mentirle. Por otra parte, Nala se sentó frente a él.

"Ven aquí, pequeño" le dijo tiernamente. Dan se acercó hasta que, en un momento, se sintió el contacto del tibio pelaje de la leona en un abrazo.

"Puede contarme lo que te preocupa, no tienes que temer: somos familia" le dijo.

"Esto... abuela Nala, ¿puedo preguntarte algo?" preguntó recordando lo del día anterior, "¿Por qué soy el heredero y Koda será el líder de la guardia?"

"Porque claramente eres el mayor"

"Sí bueno... pensé que como era adoptado, no debería ser el heredero..."

"La ley no impide eso. Entonces... ¿prefieres ser líder de la guardia del león?"

"Yo... bueno..."

Dan se calló; no podía serlo ya que cada vez que lo pensaba recordaba unas palabras:

"No es tu destino tenerlo..."

Estaba preocupado porque, a su parecer, no se sentía digno de tal responsabilidad. Además, esa pesadilla le atormentaba y no quería que nada malo le pasara a su nueva familia. Mientras todavía debatía en su mente, la lengua de Nala pasó por su cabeza.

"¿Ya te sientes mejor?"

"Un poco... Aunque ya aprendí a bañarme solo..."

"Je, me alegra. Sabes, la primera vez que te vi desmayado, entró en mí un deseo de que fueras un tercer hijo para mí. Ya ves que tanto Kiara como Kion han madurado bastante y no sé... digamos que quise tener un cachorro como tú devuelta en la roca del rey. Aunque parece que Kiara se me adelantó. Bueno, pase lo que pase, me alegra ser tu abuela"

Dan se sintió un poco mejor al escuchar eso. Sin embargo, aún le faltaba su respuesta.

"Abuela Nala... ¿cómo Simba se convirtió en rey?"

"Bueno; en primer lugar, era el primogénito de Mufasa. Y luego, él ya te lo contó..."

"Ah sí, lo de su tío..." recordó teniendo una ligera sensación de empatía.

"Sí, pero para lograr eso, tuvo que enfrentar primero su pasado" le dijo Nala, "Cuando lo encontré, él estaba con Timón y Pumba y digamos que no tomaba en serio sus obligaciones como rey: todos lo necesitábamos para un mejor lugar en las praderas... Pero lo que el realmente temía era enfrentar a su tío"

"Sí, me imagino..." musitó Dan. Nala no pasó por alto ese comentario.

"Dan, ¿me estás ocultando algo?"

El cachorro tembló un poco antes de responder:

"Tuve una pesadilla: mi tío regresaba y luego... se transforma en un león con melena negra y cicatriz. Y luego..."

Temblaba de miedo que no quería seguir hablando.

"No creo que eso signifique algo más a que tendrías miedo si el regresara" le consoló mientras el volvía a pasar su lengua por la cabeza, "Créeme, cuando Scar regresó, todos tuvimos miedo, pero lo importante para nosotros es saber enfrentar ese miedo. No nos rendimos y el volvió a irse"

Dan se quedó callado mientras Nala le continuaba consolando... se sentía tan feliz con su nueva abuela, así como con su nueva madre.

"Me alegra estar con ustedes ahora" le dijo Dan más animado, "Me gustaría que esto durara para siempre..."

"No importa lo que pase, ni de donde hayas venido" le dijo Nala, "Pase lo que pase, ahora somos familia"

"Espera, ¿lo sabes...?"

"Ay pequeño... realmente piensas que, estando todo el tiempo aquí, ¿nunca lo supe? Deberías saber que no me pueden ocultar nada"

Ella rio y el cachorro le siguió. Mientras tanto, el sol ascendía hasta subir notablemente en el firmamento, lo que significaba que el resto del clan iba a despertar pronto.

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