Capitulo 20: Reflexión y Paciencia

(Horas antes...)

Nirmala llevó a Dan en una caminata por el árbol de la vida, Mientras caminaban, la leona le preguntó al joven león:

"Dan, ¿aun tienes miedo?"

"Un poco..." respondió este tratando de recordar quien era esa criatura de dos patas que estaba llena de miedo y sufrimiento, "Nirmala, ¿puedo preguntarte algo?"

"Lo que quieras..."

"¿Qué pasaría si ya no quiero recordar?"

La leona se detuvo al borde de una bajada, cerca de un río. En el otro extremo, al lado de un pequeño terreno de arena, había una cresta rocosa con un camino hasta la cima.

"Estás escuchando a tus miedos" le dijo, "No debes dejar que los recuerdos malos se sobrepongan a los buenos. Por lo que nos contó Kion, has vivido grandes cosas y tienes amigos. Pero todo debes ser paciente para recordar ello y debes conocerte a ti mismo también"

Dan pensó en ello un momento, y luego respondió: "Esta bien, lo intentaré... Pero entonces, ¿Cuánto tiempo tardaré en recordar?"

"Eso, depende de ti. Por ahora, empecemos en ver que tan paciente eres para recordar"

Nirmala señaló al río mientras decía: "Este es Dirisha, el río de la paciencia. Ahora escúchame: mira a la cima de esa cresta"

Dan dirigió su mirada a la cima: al borde, crecía una flor de color naranja brillante, que se movía suavemente con el viento.

"¿Ves esa flor? Tu misión es traerla" le explicó Nirmala, "Pero debes primero esperar a un tronco que siempre pasa por aquí cada cierto tiempo. Luego, espera a que te lleve hasta esa orilla arenosa. Finalmente, sube a la cima y trae esa flor, ¿tienes alguna duda?"

Dan sacudió su cabeza. Entonces, comenzó a esperar. Por un minuto, parecía que el tronco que le había dicho Nirmala nunca llegaría, pero luego de esperara pacientemente, lo encontró flotando río arriba. Justo cuando pasaba por delante de él, Dan pegó un salto y logró llegar hacia él.

Pero, al dar un paso en falso, se resbaló y casi se cae al río. No muy lejos de allí sobre una ladera, estaba observándolo Kion.

"Se parece bastante a ti..." le dijo Rani, sorprendiéndolo.

"¿Eh? ¿Cómo es eso?" le preguntó.

"Bueno, ambos tienen un tipo de problema que deben resolver y ambos tienen que pasar por una larga curación. Pero también son buenos de corazón"

Kion se rió, pues Rani tenía bastante razón. Luego, viendo de nuevo cómo Dan trataba de salir del agua y subirse al tronco, le hizo recordar su propia perseverancia.

"Yo me caí como unas tres veces..." recordó.

"¿Crees que Dan tardará lo mismo, o más?" preguntó Rani.

"No lo sé, Nirmala es la curandera..."

(Más tarde, ese mismo día...)

Caía la tarde cuando Dan pudo hacerlo bien al intento numero diez. Al parecer, unos cuantos reflejos se había perdido junto con su memoria, pero poco a poco, aprendió con paciencia y parecía haberlos recordado, aunque no lo notaba.

"Bien hecho" le dijo Nirmala, "Ahora, descansemos: mañana continuaremos con tu lección"

"Si no fuera molestia..." contestó Dan, "Quisiera ir al otro lugar que me dijiste, al menos por un momento, para acostumbrarme al día siguiente"

Nirmala pareció dudar de si era buena idea a pesar de que Dan había adquirido paciencia, pero su rostro no reflejaba desesperación ni ansiedad. Entonces, le guio hacia el Pratibimba.

"Este es Pratibimba, mejor conocido como el lago de la reflexión" describió la leona.

El lago merecía ese nombre: sus aguas eran tal calmadas y tan limpias que se podía ver el reflejo de cualquiera, como si se tratara de un espejo.

"Aquí, debes encontrarte a ti mismo..." explicó Nirmala, "Creo que podemos hacerlo mañana, debemos descansar y comer algo antes, ¿vienes?"

"Lo siento, pero quisiera quedarme un poco más..." contestó Dan mientras miraba su propio reflejo, "Ve tu si quieres, yo... necesito un momento..."

Nirmala entendió sus motivos y se alejó, dejando a Dan solo contemplando su reflejo.

(Horas después...)

El estómago de Dan aún estaba vacío mientras continuaba mirando su reflejo. El verdadero motivo es que, aún recordando a aquella criatura de dos patas, tenía un extraño presentimiento: tal vez... ¿era él mismo?

Pero luego, por extraño que parezca, una especie de ondas borraron su propia imagen, cuando estas terminaron, su reflejo no estaba solo: estaba con otra leona cuyos ojos verdes podrían confundirse con esmeraldas relucientes.

"Ella..." susurró Dan.

Se dio la vuelta: aún estaba solo. Pero si lo estaba, ¿por qué apareció ella al lado de su reflejo? Volviendo la vista hacia el lago, se dio cuenta que, nuevamente, solo lo reflejaba a él. Y, mientras continuaba mirando a su reflejo, oyó una voz que le susurraba:

"Dan... Dan..."

El joven león se giró a todas las direcciones, pero no logró ver a nadie. Pero entonces, al ver de nuevo su reflejo, casi podía jurar que era ese el que le había hablado.

"Dan" le dijo una voz de nuevo, y Dan encontró a Kion a su lado, trayendo un enorme pescado, "Supuse que tendrías hambre..."

Dan se sintió mucho más calmado y, con el rugido de su estómago, terminó de afirmarlo. Mientras comía, Kion le preguntó:

"¿Algún recuerdo bueno que hayas recuperado?"

"No... solo sé que debo tener paciencia en eso..." respondió algo apenado, "Me caí como diez veces..."

"Ja, y yo me caí como al intento veinte, no debes sentirte mal: todos fallamos"

Dan le sonrió: a pesar de no recordar, parecía que siempre le cayó bien su tío Kion.

"¿Sabes?" le dijo, "Logré ver a alguien más junto conmigo, era... muy bonita"

Dan se sintió algo avergonzado de haber dicho eso, pero Kion entendió:

"Seguramente viste a alguien que es importante para ti" le dijo, "No estaba a tu lado mientras veías el reflejo, pero este lago puede mostrarte quien eres en verdad y quienes están a tu lado. Rani y yo nos vimos el uno con el otro una vez"

El joven león pareció entender, pero seguía sin recordar quién podía ser. Volviendo a ver su reflejo, se acordó de...

"Hace un momento, juraría que mi propio reflejo me habló..."

"Umm, si es cierto, creo que debes escucharlo más atentamente. Trata de buscar las respuestas que necesitas en ti mismo, no mires tu exterior, sino quién eres en realidad en tu interior"

El rey Kion se levantó.

"Pero ya es tarde para eso, debes descansar. Tal vez mañana puedas conocer la verdad..."

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