Capítulo 18: Miedo en lo profundo

Era de noche en el bosque de bambú ubicado detrás de las dos montañas nevadas. El grupo de Koda estaba descansando por ahora: su viaje a través de las montañas los había dejado helados y era necesario calentarse y recuperar energías antes de continuar con el viaje. Pero un miembro del grupo en particular no podía dormir: Shany estaba echada en una roca contemplando el cielo, las estrellas y la luna.

Cuando recordaba cómo conoció a Dan, todavía sentía risa de ello. Pero ahora él no estaba a su lado. Bueno... al menos no aún, esa era la razón de acompañar a Koda al árbol de la vida. Sin embargo, si no fuera porque sabía no podía realizar ese viaje sin la ayuda de los demás, ella iría sola sin lugar dudarlo.

"Dan... me ayudaste antes..." se dijo para sí misma, "Esta vez yo te quiero ayudar..."

"Entonces... sí sientes algo por Dan, ¿verdad?" preguntó Lea, quien se había levantado y la había oído.

"Sabes que es mala educación escuchar los pensamientos de otros, ¿no?" le respondió ella algo molesta por eso.

"Oh, lo siento..."

Lea se sintió mal por ello. Shany hizo un esfuerzo por no ocultar sus sentimientos y le dijo:

"Oye lo siento, ¿vale? Es solo que... extraño mucho a Dan, es por eso"

"No te preocupes, según lo que sabemos está bien" contestó Lea, "Pronto llegaremos al árbol de la vida"

"Eso espero..."

(Mientras tanto...)

Dan se despertó al sentir algo extraño, como un dolor en el corazón combinado con un deseo vago de su mente de querer recordar lo más que podía. Dio un rápido vistazo a su alrededor: el resto de la manada de leones nocturnos, Makini y Kion estaban dormidos.

"Haber..." pensó, tratando de recordar algo sobre Kion o tal vez sobre la guardia.

Pero no lo lograba. Queriendo relajarse para pensarlo mejor, trató de cerrar los ojos y tratando de que su memoria regresara mientras dormía: Soñaba con un ser de dos patas... luego, vino una perdida que le dolía en le corazón... castigos, sufrimientos, insultos, burlas...

Y abrió los ojos del susto. Estaba completamente confundido en miedo y tristeza.

"¿No puedes dormir?" le preguntó una vocecita a su lado. Al girarse vio que Janna se había despertado y estaba a su lado.

"No, tuve una pesadilla, eso fue todo" le contestó Dan.

"Yo también tenía pesadillas, pero mamá siempre dice que no debo tener miedo, mis abuelos y mi bisabuela siempre están arriba para protegernos a mí y mi hermano"

Eso le hizo mover el corazón a Dan: era muy tierno y sabio pensar de esa forma.

"¿Tú tienes a alguien allí arriba?" preguntó Janna.

"Yo... bueno... espero que sí..." respondió este, deseando que llegara el día de mañana.

"Si no lo tienes, al menos estás con nosotros, primo..." dijo la cachorra mientras soltaba un bostezo.

Dan sonrió mientras veía que Janna se quedaba dormida a su lado. Por un momento, sintió que si, tal vez, no recuperaba sus recuerdos, tenía unos nuevos. Sin embargo, algo dentro de él le hacía mirar hacia la salida al exterior del árbol: como si alguien estuviera pensando en él.

(A la mañana siguiente...)

Dan se despertó temprano sin ningún motivo, o al menos eso creía él... Lentamente hizo a un lado a Janna y salió al exterior. Allí afuera, el fresco aire de la mañana, mezclado con el olor de las verdes hojas del árbol de la vida calmaban cualquier tipo de preocupación.

Teniendo algo de sed, decidió buscar algo de agua en algún lugar cercano. Pero antes de que diera todo un paseo, Zaji pareció repentinamente y se montó sobre su lomo, causándole un susto.

"¿A dónde vas tan temprano, primo Dan?" le sonrió el cachorro.

"Solo... tenía algo de sed" se excusó este, "¿Podrías bajarte, por favor?"

"Ah... pero es divertido..."

"Esta bien, quédate. Pero al menos dime: ¿dónde puedo encontrar algo de agua?"

"Hay un estanque allí adelante, ¿te puedo acompañar?"

Dan dudó si era buena idea estar algo lejos sin el consentimiento de Kion o Rani, pero el cachorro era tan insistente que la única forma de calmarlo parecía aceptando.

"De acuerdo, creo que me ayudarías si me guiaras un poco..." contestó Dan.

"Muy bien" se alegró Zaji, "Seré tu guía"

(Unos minutos después...)

Zaji guio a Dan a un pequeño estanque rodeado de hierba alta que rodeaba el agua. Algunas rocas están alrededor y camino de terreno rocoso. Aparte de ello, parecía que había una gran roca en el medio.

Una vez allí, Zaji se bajó para beber un momento con Dan. No obstante, el cachorro encontró luego una forma de entretenerse intentado capturar a una pequeña rana.

"Zaji, ten cuidado..." le advirtió Dan algo preocupado por la seguridad del cachorro.

"Descuida" respondió este mientras saltaba a la roca de en medio, "Casi lo atrapo..."

Pero, apenas se posó en la roca, esta se movió repentinamente y del agua salió el resto del cuerpo de un hipopótamo.

"Eh, ¿quién está allí?" preguntó Beshte extrañado, "¿Dan? ¿Zaji? Vaya, gusto en verlos a ambos tan temprano"

"Lo siento, este..." intentó disculparse Dan, pero le costaba aún recordar.

"No te sientas mal, pero recuerda que mi nombre es Beshte. A propósito, ¿no deberías estar en el árbol de la vida para empezar tu curación?"

"Es justo lo que quiero saber" dijo una voz. Los tres giraron la vista para encontrarse con Rani, quien estaba acompañada de Nirmala, "Zaji, ¿cuántas veces te hemos dicho que no debes salir sin permiso?"

El cachorro bajó las orejas.

"Lo siento mamá..." musitó.

"No deberías ser tan dura con él, Rani" le dijo Beshte, quien lo tenía en su lomo, "Estaba solo jugando"

"Yo, tuve la culpa..." dijo Dan, culpándose de ello, "Yo debí regresarlo al árbol..."

Rani miró a Dan por unos segundos antes que se pusiera a reír.

"Tienes un corazón noble, eso es seguro" le dijo, "Pero sé perfectamente que Zaji te convenció de ir contigo. Él es siempre así"

"Lamento interrumpir la conversación" intervino Nirmala, "Pero es hora de empezar con tu curación, Dan"

Entonces, Zaji y Dan se despidieron de Beshte. Luego, Rani se llevó a Zaji a otro lugar mientras que Nirmala guio a Dan devuelta al árbol de la vida. Afuera de este, estaban esperándolos Kion, Makini y Ono.

"Vaya, aquí está el olvidadizo" le dijo Ono, "No deberías andar por ahí solo si no estás curado"

Dan se sintió un poco mal por la reprimenda, pero Kion le dijo:

"Ono, no lo culpes: es su primera vez en el árbol de la vida" y luego, se dirigió a Nirmala, "¿Puedes ayudarlo, Nirmala?"

"Haré lo que pueda" contestó ella mientras hacía una especie de reverencia.

"Bueno, vamos: te ayudaremos" le dijo Makini a Dan mientras lo guiaba de vuelta adentro.

Una vez en el interior, Kion, Ono, Makini y Nirmala guiaron a Dan hacia una roca ubicada en la parte más interna de la cueva donde una gran cantidad de raíces cubrían gruesas paredes de rocas con algunas marcas brillosas y dibujos de pinturas rupestres. Nirmala se sentó sobre la roca y Makini sacó una especie de polvo y hierbas.

"Esto puede incomodar un poco" le dijo Makini, "Pero te ayudará a aclarar tu mente"

"Esta bien..." dijo Dan algo preparado.

Makini le dio las hierbas. Dan se las comió: no sabían tan mal como las algas de Lumba-Lumba, pero tenía un gusto algo extraño. Luego de tragarlas, la Mjuzi sopló sobre él el polvo. El joven león lo respiró y estornudó.

"Bien" indicó Nirmala, "Ahora comenzaremos, y debes acércarte"

Dan se acercó a la leona algo nervioso. Cuando estuvieron frente a frente, la leona puso su pata sobre la cabeza del joven león.

"Ahora cierra los ojos y trata de recordar" le dijo.

Obedeciendo, Dan cerró los ojos y entró en su mente una vez más. Su cabeza estaba en blanco, pero, en forma de humo, empezaron a aparecer imágenes en su cabeza: había una criatura de dos patas que lloraba en una esquina. A su alrededor, varias risas se oían y la criatura intentaba tapar sus oídos.

Luego, la imagen cambió: la misma criatura estaba acariciando a un gato mientras le decía con voz triste:

"Al menos tú tienes familia..."

Luego, la imagen cambió una vez más. Esta vez, la criatura estaba llorando de nuevo, pero esta vez era por miedo: otra criatura aún más grande y con una especie de aura oscura estaba gritándole:

"¡Eres un inútil, mocoso!"

En ese instante, Dan gritó y abrió los ojos al mismo tiempo que se soltaba de la pata de Nirmala y caía de espaldas en la tierra.

"¡Dan!" gritó Kion mientras le ayudaba a levantarse, "¿te encuentras bien?"

Pero Dan no respondió, solo temblaba de miedo.

"¿Qué sucedió, Nirmala?" preguntó Kion a la curandera.

Nirmala también se preocupó: no era que los poderes del árbol de la vida le hayan fallado, si no era otro motivo...

"Sus recuerdos están bloqueados" explicó Nirmala, "Parece que hay miedo y tristeza en sus primeros recuerdos y, si no enfrenta esos miedos, no podrá recuperar el resto de memoria"

Makini dio un grito ahogado. Luego, se acercó a Dan y puso su oreja en su corazón. Al notarlo acelerado, sacó de la cantinflora de su báculo una especie de flores azules.

"Toma, cómelas" le dijo, "Son tuliza: te calmaran un poco"

Dan, aun asustado, reunió suficiente ánimo de comerlas. Inmediatamente, se sintió más relajado y calmado, pero su mente aún recordaba las imágenes que vio. Por su parte, Kion habló en privado con Nirmala.

"Kion, ¿qué sabes sobre Dan?" le preguntó ella, "Parece... que tuvo un pasado muy difícil uno que tiene miedo de recordar"

"No sé mucho de eso..." respondió este, "Kiara me contó que lo encontró luego de una cacería. Estaba solo e inconsciente y luego, cuando se levantó, contó que sus padres habían fallecido en una especie de derrumbe"

"Quizá ese sea el caso... Un trauma así es difícil de olvidar. Pero, para recuperar toda su memoria, debe comenzar por sus inicios"

"¿No puedes ayudarlo?"

"Nunca dije que no pueda, solo que... será un poco más difícil y más largo"

Luego, regresaron con Dan y Makini, esta última le estaba enseñando los dibujos en las paredes al joven león, para distraerlo y que dejara de pensar en lo que vio.

"Y este es Askari: el primero en usar el rugido..." le dijo.

"Un momento, Makini" interrumpió Nirmala. Luego, se volvió hacia Dan, "Dan, sé que aún tienes miedo; pero debes recuperar tus memorias de otra manera. Ven conmigo, vamos a visitar a Partibamba y Dirisha"

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