Capítulo 17: Reunión con la manada nocturna
(Mientras tanto...)
El viaje de Koda, Shany, Jabari, Akira, Lea y Mako había empezado, solamente que estaban siendo guiados esta vez por Rahisi quien también había ido porque deseaba volver a ver a su prima en el árbol de la vida. Además, ahora estaba en posesión de un nuevo bastón.
"Realmente lo lamento por lo de tu antiguo bastón" se disculpó Mako , "De haberlo pensado mejor, no lo hubiera tomado"
"No pasa nada" le dijo el mandil, "El maestro Rafiki dice que de los errores se aprende"
"Es verdad" agregó Koda, "Este viaje para mí es la forma de disculparme con mi hermano y traerlo de vuelta: es un error que debo solucionar"
"¡Oigan chicos!" les gritó Shany, quien estaba mucho más adelante que ellos, "¿Se van a mover como tortugas o vamos a ir a toda prisa?"
"¿Por qué Shany está tan apresurada?" preguntó Lea.
"Solo digamos que ella y Dan han tenido historia juntos" explicó Akira, "Shany tiene una gran amistad con Dan..."
"¡Aquí está el primer punto!" interrumpió de nuevo Shany.
Los cuatro habían llegado a una cascada grande. A su alrededor, el área que la rodeaba estaba compuesta de césped, árboles y rocas. Al tocar una roca con el bastón, Rahisi reveló un dibujo del árbol de la vida indicando así el camino correcto.
"Woah, ¿qué es eso?" preguntó Mako sorprendido.
"Una piedra moja kwa moja" explicó Rahisi, "Es una especie de marca que señala el camino correcto al árbol de la vida, así me lo enseñó el maestro Rafiki"
"¿Ahora qué sigue?" preguntó Shany. Se podía notar que estaba un poco desesperada.
"Pues..." intentó recordar Lea, "Creo que un árbol enorme con varias ramas alrededor..."
"¿Cómo ese?" preguntó Akira.
Desde cierta distancia er un poco borroso, pero la buena vista de Akira era bastante útil. Allí, sobre una pequeña colina a la distancia, esta aquel famoso árbol. Habiéndolo localizado, se dispusieron a seguir su camino.
Pero, a mitad de él, donde algunos arbustos se atravesaban en él, un grupo de tres leopardos les sorprendió.
"¿Qué estáis haciendo por aquí, grupo?" les contestó el que parecía el líder.
"No queremos problemas..." les avisó Jabari.
"Ni nosotros, nuestro clan ya ha tenido suficientes bajas desde que nuestro antiguo líder nos abandonó, ¿a dónde se dirigen?"
"Hacia ese árbol..." les indicó Akira.
El leopardo miró hacia el árbol Iroko, y luego volvió a fijar la vista en los visitantes, en especial en Koda: había algo en él que le hacía dudar si era buena idea atacar o dejarlos pasar. Uno de los suyos le preguntó:
"¿Y qué has decidido, Tahad?"
Otro leopardo reconoció a Koda:
"Oye, si no me equivoco, tu tío es Kion, ¿no es verdad?"
"Así es... ¿de qué conoces a mi tío Kion?" preguntó Koda.
El leopardo pareció alegrarse por ello: "¡Pues lo conozco porque él y su guardia del león me ayudaron una vez a ser valiente!"
"¿En serio es el sobrino de Kion, Badili?" preguntó Tahad.
Badili asintió. Luego, Tahad dio un respiro hondo y ordenó: "Déjenlos pasar"
Los otros leopardos se miraron el uno al otro muy confundidos. Por su parte, al grupo de leones eso también les pareció extraño.
"Oye tú" le dijo a Koda, "Tienes la mirada de alguien que posee el rugido. Si eso es cierto, sois de la guardia del león. Prefiero dejarlos pasar antes de tener problemas nuevamente con un grupo así"
Koda pareció entender el motivo de su rendición absoluta. Al parecer, ellos ya habían experimentado en carne propia un rugido. Por suerte para ellos, no sabían que Koda apenas estaba aprendiendo a usarlo.
"Tahad, pero..." intentó decir uno de los suyos.
"Si quieres salir volando como Makucha, Jiona o Fahari, está bien" contestó Tahad, "Pero esta vez voy a ver por la seguridad de una manada en lugar de enfrentar lo imposible..."
Y, diciendo eso, pasó de largo al grupo de leones, decidido a tomar algo de agua. Sin embargo, Badili antes de irse le dijo a Koda:
"Oye, si te encuentras con tu tío, quiero que le digas que estoy agradecido"
"No te preocupes, Badili" le contestó Koda, "Eso haré"
Sin ninguna queja o agradecimiento más, los otros dos leopardos le siguieron. Por su parte, Koda y sus amigos continuaron sin ningún problema más.
(Ya por la tarde...)
Dan continuó su camino guiado por Fuli y Azaad, llegando hasta un bosque nevado. Sin embargo, en todo el viaje, las gemelas guepardos, Alika y Aisha, parecieron un gran fastidio para él pues no paraban de hacerle todo tipo de preguntas.
"¿Cómo son las praderas?" preguntaba Alika.
"¿Alguna vez te has comido un elefante?" preguntaba Aisha.
"¿Tienes novia?" preguntó una de las dos en un momento dado.
La cabeza de Dan le dolía con cada pregunta, pues era como forzarle a recordar. Sin embargo, Fuli notó ello y les regaño:
"Niñas, dejen de preguntar cosas al pobre Dan. Le están causando dolor de cabeza"
"Les juro que, si pudiera recordar, respondería" les dijo a ambas, "Pero por favor, no me hagan más preguntas..."
Las gemelas se decepcionaron.
"Cuidado donde pisas" le advirtió Azaad.
Dan se preguntó a qué se refería Azaad hasta que patinó y casi cayó al... ¿hielo? Estaba prácticamente atravesando todo un lago congelado. Para su fortuna, y gracias a la ayuda de Fuli, sus cuatro patas se acostumbraron rápidamente al resbaladizo suelo.
"¿No es peligroso caminar aquí?" preguntó Dan cuando habían terminado de cruzar el lago congelado.
"Solo si eres bastante pesado o si vas en una gran manada" respondió Fuli, "Además, en esta época el hielo es bastante duro"
Luego, Dan puso ver que se estaba acercando hacia un paso entre las montañas nevadas. El lugar era frío y algo oscuro, pero Fuli y Azaad parecían seguros de a dónde iban. Cuando estuvieron a la mitad del camino, parecía que todo iba con tranquilidad, incluso se podía oír el ulular de un búho, hasta que dos voces gritaron:
"¡Zuka Zama!"
E inmediatamente, una bola peluda cayó sobre Dan haciéndole rodar por la nieve, seguido por una bola peluda rosada.
"¡Bunga! ¡Binga!" gritó otra voz, "Oye, ¡son Fuli y Azaad!"
Un águila y una garceta aterrizaron cerca de Fuli y Azaad. Al oír lo que dijeron, el tejón melero y su amiga, también los reconocieron de inmediato.
"¿Fuli?" preguntó, "Vaya, pensé que se habían ido a un paseo tropical a la playa. Binga y yo estamos encargados del cuidar el paso esta noche, no esperábamos que regresaran tan pronto"
"Bueno, estamos de regreso por el león que tienen atrapado debajo de ustedes..." aclaró Azaad.
"¿Qué...?" preguntó Bunga, pero al notar a Dan, se quitó de encima, "Oh, lo siento"
"Sí disculpa, estaba algo oscuro para ver" se disculpó Binga.
"No, no pasa nada, creo que solamente hoy no es mi día..." se excusó Dan.
"Hey, yo te conozco..." dijo Ono al acercarse volando y mirarlo más detenidamente con sus grandes ojos.
"Es Dan..." le hizo recordar Fuli.
"Dan... Dan... Ah, ¡Dan! Ahora recuerdo, el pequeño cachorro de la otra vez, ¿verdad?"
"Umm" dijo Anga fijando su vista aguda en el joven león, "Sí, sin duda es él..."
"Vaya que creces rápido" le saludó Bunga, "Ven, dale un abrazo al tío Bunga"
Dan fue arrastrado a un incómodo abrazo por Bunga. Si no fuera porque el tejón tenía un cierto olor extraño en la boca, hubiera sido más cómodo. Para cuando Bunga lo soltó, este le miró de forma extraña.
"¿Qué pasa? ¿Ya no te acuerdas de mí?" preguntó Bunga.
"Bueno... yo..." intentó disculparse Dan.
Fuli lo explicó: "Tiene un problema de pérdida de memoria, Lumba-Lumba le salvó en la playa y no recuerda nada más. Lo estamos llevando al árbol de la vida"
"Oh cielos, ¿pérdida de memoria?" se expresó Ono, "Es un problema muy difícil de solucionar, menos mal está en el lugar correcto. Vamos, te llevaremos con Kion"
"Me iré adelantando y le avisaré a Kion y Rani sobre esto" propuso Anga y, tomando vuelo, se fue lo más rápido que pudo al árbol de la vida.
Una vez que todos tuvieron claro el problema, la guardia nocturna continuó el camino a través del paso hasta llegar al otro lado. Allí, un gran hipopótamo estaba en la salida.
"Oigan chicos, escuché una especie de pelea..." dijo el hipopótamo hasta que vio a los recién llegados, "¿Fuli? Pensé que no regresarías hasta mañana..."
"Surgieron cosas imprevistas, Beshte..." comentó Fuli señalando a Dan, "¿Te acuerdas de él?"
Beshte miró a Dan, quien estaba ya un poco incómodo que lo hicieran... tal vez solo se sentía incómodo porque ellos sí lo recordaban, pero él no podía recordar a ninguno. Luego de verlo detenidamente, Beshte preguntó:
"Acaso no es... ¿el cachorro de león que estaba con nosotros ese día? Woah, solo mírate cómo has crecido, ¿te acuerdas de mí? Soy Beshte"
"Encantado, pero... no recuerdo nada lo siento..." se disculpó Dan.
"Te lo explicaremos luego Beshte..." interrumpió Fuli, "Ahora debe ir a ver a Kion y Rani"
La manada continuó hacia el final del paso. Allí, la nieve había acabado y frente a ellos se extendía un hermoso paisaje:
La guardia llevó a Dan en dirección al árbol. Fuera de este, un grupo de leones estaba reunido con Anga: dos de ellos tenían el pelaje de un marrón rojizo y lucían unas melenas negras. Otra leona (del mismo color) tenía una flor en su oreja derecha y estaba hablando con una mandril de tamaño mediano, quien sostenía un báculo.
Y, en el medio, estaban dos leones más: una era hembra con un pelaje similar a los de los demás y una raya marrón oscuro que le corre por la espalda. Pero su compañero era bastante diferente: tenía un pelaje dorado con una melena rojiza que le rodeaba la cabeza; en su ojo izquierdo llevaba una cicatriz y en su frente una marca igual a la de su compañera.
"Kion, mira quien ha aparecido por aquí" le anunció Bunga.
Kion reconoció inmediatamente a Dan, aunque no podía creer que estuviera allí. Sin esperar el motivo, se fue rápidamente a saludar a su sobrino.
"Dan, me alegra que estés aquí" le dijo, "Se bienvenido al árbol de la vida"
"Gracias..." pero no continuó, pues se sintió nuevamente apenado por no recordar a Kion.
No obstante, este le entendió:
"Vaya, sí que es grave tu problema. No te preocupes, Anga ya nos lo contó todo: te ayudaremos"
Dan se sintió mejor al escuchar esas palabras. Justo entonces, la reina se le acercó.
"Así que tú eres Dan..." le dijo poniendo una pata sobre la cabeza de este y despeinándolo, "Me alegra poder conocer a mi sobrino finalmente. Yo soy Rani, y este es el resto de nuestra familia: mi tío Surak, mi hermano Baliyo, la curandera Nirmala y la Mjuzi real, Makini"
Cada uno de la manada nocturna se presentó con gran entusiasmo pues, al ser Dan el hijo (aunque sea adoptado) de Kiara, era por lo tanto parte de la familia y era un gran placer verlo finalmente luego de solo haber oído sobre él. Pero mientras estaba conociendo a Makini, de nuevo (parecía broma estar pasándole tan seguido), un par de cachorros de león llegaron y le empujaron, haciéndole caer al suelo mediante risas y cosquillas.
"Janna, Zaji" les dijo Kion, "No derriben de esa forma a su primo"
"¿Primo?" se preguntó Dan mientras veía a los dos cachorros:
La hembra era de un pelaje dorado, pero tenía los ojos de su madre. Por el contrario, el macho era de un pelaje marrón rojizo, pero tenía un mechón de pelo que le diferenciaba de su hermana.
"Y... estos son tus primos: Janna y Zaji" terminó Rani con una sonrisa.
"Por fin te conocemos primo Dan" le dijo Janna alegre de verlo.
"¿Jugarás con nosotros?" preguntó Zaji.
Dan no sabía qué decir ni cómo decir que no sabía ni recordaba nada. Pero, mientras estaba tratando de levantarse, al joven león le rugió el estómago. Al escuchar el sonido, Kion no pudo evitar reír un poco.
"Parece que pasaste por mucho" le dijo, "Ven, vamos a comer todos primero y mañana temprano te ayudaremos a recuperar la memoria..."
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