Capítulo 11: El llamado a la guarida

Mientras continuaba disfrutando el paseo, Lea seguía pensando en que debía decirles qué clase de león era su propio padre. No obstante, tenía aún el miedo en que ya no confiaran más en ella, por lo que siguió fingiendo que estaba disfrutando el recorrido...aunque realmente lo estaba disfrutando.

En cuanto al resto del grupo, le resultó muy divertido tener a una nueva amiga con quien dar una vuelta, para mostrarle todo lo que se había perdido de cachorro. Dan estaba maravillado en cómo Shany conocía lugares que solo había visto de vez en cuando a la distancia desde la roca del rey, tanto así que estaba confiando que Lea era una amiga y no debía preocuparse tanto. Por otro lado, Koda estaba sintiendo un cierto interés por su nueva colega.

Por su parte, a Rahisi le pareció un buen día para olvidarse de su estudio e ir a relajarse; después de todo, Rafiki le había dicho que 'tomara un poco de aire'. Visitaron las guaridas de los osos hormigueros, el bosque de babuinos, las llanuras Chakula y el (revitalizado y más verde) valle de Kilio.

"Woah..." dijo Akira mientras miraba a su alrededor, "He oído historias, ¿no fue este el lugar que se quemó hace tiempo?"

"Sí, los desterrados iniciaron un ataque y este lugar se redujo a cenizas" explicó Shany, "Pero fue hace tiempo y el valle vuelve a florecer"

Shany se adelantó mientras Koda se acercaba Dan y le decía:

"Ahora veo porque te gusta: ambos son dos sabiondos"

Dan solo sonrió y luego respondió: "Al menos estudiamos en lugar de ir de un lado por el otro comiendo insectos y diciendo Hakuna Matata"

Rahisi, quien escuchó eso, no pudo evitar reírse y Koda tuvo que callarse.

Luego de su recorrido por el valle de Kilio, el grupo se dispuso a regresar a la roca del rey a través de la sabana. Lea, quien había disfrutado el viaje, aún no había reunido valor para decirles la verdad de por qué estaba allí.

"Oye, ¿cómo sigue tu pata?" le preguntó Akira.

Lea había estado tan absorta entre su miedo y su entretenimiento que no había recalcado en ello: al mover la pata nuevamente, la encontró completamente curada. El hueso estaba sanado y el dolor se había ido.

"¡No me lo creo, ya estoy bien!" gritó de alegría, "Rahisi, tu maestro sí que es un genio"

"Sí... solo me gustaría ser como él algún día..." mencionó el babuino.

"No te desanimes, lo serás" le apoyó Dan.

"Bueno, si te sientes mejor, ¿qué les parece una carrera entre todos?" propuso Akira, "De vuelta a la roca del rey"

"Suena bien" dijo Lea, "Quiero poner en marcha las cuatro patas en una carrera. La verdad es que no lo hago desde hace tiempo"

"Muy bien pues, de vuelta a la roca" exclamó Jabari, igual de emocionado.

Primero, dibujaron una línea de salida y asignaron a Rahisi para que declarara la misma. Sin embargo, para no quedarse atrás, Dan se ofreció llevarlo sobre su lomo. El joven león sabía que sería una desventaja para él, pero conocía bien a Shany: ella siempre le había ganado en las carreras así que no tenía nada que ganar. Por otra parte, le deseaba suerte a los demás.

Entonces, usando si bastón como bandera, el Mjuzi aprendiz se la ondeó mientras gritaba:

"En sus marcas... listos... ¡corran!" gritó.

Ni bien hubo dicho la última palabra, tuvo que agarrarse tan fuerte como pudo mientras los competidores se lanzaban a la carrera. Dan, quien llevaba peso extra, tenía algo más te tiempo y experiencia que Koda, por lo que ambos estaban al mismo nivel. Mientras tanto, Jabari corría junto a ellos también.

Sin embargo, ambos no se comparaban con la batalla de leonas que tenían al frente: tanto Shany y Akira como Lea eran más veloces que los chicos y estaban igual de parejas. Y si esa era la rapidez que tenía Lea a penas recuperada de su lesión, era difícil de imaginar cómo sería si nunca se hubiera lastimado.

"Vaya" pensó Akira, "Nunca pensé que sería tan rápida"

No quedaba mucho trecho y las tres leonas llegaron simultáneamente a la roca del rey con todas sus energías agotadas. Jadeante, Lea le dijo a Shany:

"Buena carrera, creo que podemos dejarlo en empate"

Shany sonrió mientras decía: "De acuerdo, pero la próxima vez será diferente"

"Al menos, no fui la última..." comentó Akira mientras veía a los chicos llegar.

Dan, Koda y Jabari llegaron jadeantes y cansados. Rahisi se bajó de Dan y se sentó sobre una roca.

"¿Qué les pasa chicos?" se rió Akira, "¿Por qué tardaron tanto?"

"Siempre graciosa" contestó Dan, siguiéndole el juego.

Tomaron unos minutos para recuperase totalmente hasta que Koda dijo:

"Bueno, creo que ha sido suficiente por hoy..."

"¿Algún plan para mañana?" preguntó Lea, "Sinceramente, me ha gustado este paseo y la carrera del día de hoy"

"Pues aún quedan muchos más..." dijo Shany, "¿no es verdad, chicos?"

"Por supuesto" contestó Dan, "Pero en serio tienes que bajar las frutas Rahisi, pesas demasiado"

"Bueno... estoy en crecimiento..." respondió este.

"¿Koda?" preguntó Lea al ver un cambio de expresión en el rostro del joven león, "¿te pasa algo?"

Koda estaba mirando alrededor como si hubiera escuchado algo extraño. De repente, salió corriendo. Dan, quien presentía algo extraño, lo siguió junto a Lea, Jabari, Akira, Shany y Rahisi, a una parte posterior de la roca del rey.

Koda se detuvo frente a una especie de cueva secreta cubierta con hojas y helechos. Dan vio la cueva y dio un grito sordo pues nunca la había visto a pesar de su tiempo allí.

"¿Qué es este lugar?" preguntó a Akira.

"No tengo ni idea" respondió Shany.

"Shh..." les calló Koda, "¿Escuchan eso?"

Todos aguzaron sus oídos, pero nadie escuchó nada, excepto por Lea, Jabari y Akira.

"Sí, creo que lo escucho" dijo Jabari.

"Sí, es un extraño sonido" dijo también Akira.

"Yo... creo que también lo escucho" dijo mientras se acercaba a la cueva, "No sé lo que es, pero es como si me llamara"

"Yo no oigo nada" reclamó Dan.

"Yo tampoco" le apoyó Rahisi.

"Conmigo somos tres" dijo Shany.

Koda no entendió por qué solo él, Jabari, Akira y Lea escuchaban ese sonido, pero sintiendo curiosidad se adentró a la cueva. Como los demás no quisieron perderlo de vista también se adentraron en la cueva.

Lo que encontraron era un área grande, con paredes cubiertas con muchas pinturas. Muchas rocas de todas las formas y tamaños rodeaban el lugar y algunas partes del suelo estaban cubiertas de follaje. En el medio, había una especie de piscina, donde una roca notable colgaba sobre ella, dando un parecido a la misma roca del rey. Entre las paredes, un pequeño rayo de luz se asomaba desde el exterior.

"Woah" exclamaron Koda, Lea y Rahisi.

"Todo esto, ¿estuvo aquí abajo todo este tiempo?" preguntó Koda.

"Eso parece..." exclamó Rahisi maravillado por las pinturas.

"Es la guarida de la guardia del león" explicó Dan, "Akira, Jabari, Shany y yo hemos venido aquí un par de veces

"Ya veo... sí, recuerdo que Rafiki me contó sobre eso... Hey, miren esto"

Rahisi señaló las pinturas, donde estaba dibujados leones y demás animales, pero de entre ellos, había un símbolo que sí se notaba: el símbolo de la guardia del león que Vitani siempre llevaba en su costado.

"Ese debe ser el tío Kion" dijo Koda mientras miraba la figura del león dorado, "Pero, ¿quiénes son...?"

Koda estaba preguntando por los demás dibujos: había una garceta, un águila, un hipopótamo y un guepardo. Dan los reconoció de inmediato.

"Ono, Janja, Beshte y Fuli" explicó, "Los conocí hace tiempo, vinieron con el tío Kion"

"¿Y quién es ese?" preguntó Lea, mirando un dibujo apartado.

Había un dibujo de un león con melena negra, con su grupo de leones formando otra guardia del león. Igualmente, Dan los reconoció, pues lo había visto en el árbol de Rafiki.

"Scar" musitó.

"¿Scar?" preguntó Akira, "¿Qué hace un villano como él en un lugar como este?"

"Él era el líder de la guardia del león antes que tío Kion, pero perdió sus poderes por la marca del mal... o al menos, eso fue lo que me dijo Rafiki..."

Mientras todos estaban consternados por la explicación, Koda, Lea, Jabari y Akira escucharon ese sonido nuevamente y se dispusieron a seguir sus oídos.

"Creo que viene por aquí" dijo Koda, mientras señalaba unas rocas que tapaban el paso al fondo de la cueva.

Con la ayuda de todos, destaparon la entrada a una cámara oculta. Dentro, existía una gran cueva con estalactitas, con rocas que brillaban de un poderoso color cian. Alrededor y en el centro de toda la cueva había varios pilares con diferentes dibujos, pero estos no se parecían a los otros: parecían mucho más antiguos.

"Whoa... este lugar..." dijo Lea mientras miraba alrededor, "Parece mágico"

"¿Lo dices por las pinturas, o por el extraño brillo?" preguntó Koda.

"Yo diría que por ambos" sugirió Jabari.

"Sinceramente, siento como si ya conociera este lugar... aunque es la primera vez que lo veo"

"¿Cómo es eso?" preguntó Lea.

"No... no lo sé, la verdad"

"Rahisi, ¿qué sabes de este lugar?" preguntó Dan.

"No mucho, mi maestro Rafiki no me dijo nada sobre esto" explicó Rahisi, "Pero esto..."

El mandril se acercó a las pinturas, como si se hubiera familiarizado con ellas. Dejando su bastón reposando a un lado, puso su mano en las pinturas.

"Me contó sobre una historia: hace muchos años, un grupo de leones malvados intentó apoderarse de las tierras del reino. Al hacerlo, casi lo destruyen. Entonces, los leones buenos de las praderas crearon una fuerza imparable para derrotar a los leones malvados, pero solo los más dignos podrían encontrar y usar la fuerza"

"Y es fuerza, ¿es el rugido?" preguntó Koda.

"Exactamente" dijo una voz. Todos se giraron para ver a Rafiki en la entrada.

"Maestro Rafiki..." exclamó Rahisi.

"Me sorprende que hayan encontrado este lugar" continuó Rafiki, "No ha estado habitado desde que Kion dejó a cargo a Vitani de la guardia del león"

"¿Qué es este lugar Rafiki?" preguntó Dan.

"La cámara de la guardia del león. Solo el rey de las praderas o el líder de la guardia conocen de su existencia"

"Si este lugar existía antes, ¿por qué no nos lo mostraron antes?" preguntó Koda.

"Porque jovencito, aún no estás listo para usar el rugido" Koda agachó la cabeza, sintiéndose algo apenado por ello, "Pero hay algo que te ha llamado aquí, ¿no es verdad?"

"Una especie de sonido, como si alguien me llamara"

"Y tú no fuiste el único, ¿no es así?"

Todos giraron la vista hacia Jabari, Akira y Lea, quien también había escuchado ese llamado.

"Sí, nosotros lo escuchamos..." dijo Jabari. Y Akira le apoyó.

"Sí, yo también lo oí" respondió ella, "¿Qué significa?"

"Puede ser que el poder que yace en este lugar los haya llamados a ambos" concluyó Rafiki, "De alguna forma, su destino de ambos está unido a la guardia del león y su historia"

Hubo un minuto de silencio en el cual todos se quedaron impactados por aquella revelación.

(Minutos más tarde...)

Todos salieron de la guarida. No obstante, cuando Rafiki se iba a llevar a su aprendiz de vuelta a casa, este se dio cuenta de que había perdido su bastón.

"O no, creo que lo he dejado en la cueva" dijo al notar que no estaba.

"Aquí tienes" dijo Lea mientras salía con el bastón, "Lo dejaste en una roca"

"Muchas gracias Lea"

"No lo pierdas" dijo Rafiki, "Es muy importante"

Una vez ambos mandriles hubieron regresado a casa, los seis leones subieron a la roca del rey, donde les estaban esperando Kovu y Kiara.

"¿Cómo estuvo su paseo?" preguntó Kiara.

"Nos divertimos bastante mamá" le contó Koda, "Lea ya se siente mejor y parece que encaja muy bien entre las praderas. Y es bastante rápida, hicimos una carrera"

"¿Eso es verdad?" le preguntó Kovu a la leona.

"Sí majestad" respondió, "Me he divertido bastante hoy, y le debo mucho por aceptarme en la manada. Les prometo que nunca traicionaré su confianza"

"Eso me alegra. Creo que podemos confiar en ti"

Lea sonrió por ello.

(Por la noche...)

Toda la manada se había ido a dormir, pero Lea no podía: tenía una última cosa que hacer. Con sumo cuidado de no despertar a nadie, salió de la cueva.

La noche estaba más fría de lo normal para cualquier otro animal sin tanto pelaje. Siendo a dónde ir, bajó las rocas y allí le estaba esperando un joven león: un forastero como ella.

"Padre está de mal humor" le dijo, "Quiere que robes el bastón del Mjuzi"

"No, no lo haré" le recalcó Lea. "Ahora tengo amigos a los que no quiero traicionar, y padre no me obligará a hacerlo"

"Esa no es tu decisión, jovencita" le dijo Hatari, quien se había cercado sigilosamente al encuentro, "Estás dándole la espalda a tu familia por una amistad efímera, no creo que ellos se sientan bien sabiendo de donde desciendes en realidad, ¿no es así?"

"Maldita serpiente... Mako, no voy a continuar con esto, es mi decisión. Si quieres puedes ir a informárselo a nuestro padre, no me importa lo que me pase. Aunque... puedes venir y también pertenecer al grupo, hermano"

Mako estuvo en un momento de duda, pero Hatari le interrumpió:

"Si no lo haces, ninguno de los dos estará a salvo de la ira de Ajabu: los cazará hasta acabarlos, no importa que sean sus hijos"

Mako miró a Lea y dijo algo que realmente no quería: "Lo siento, hermana"

Y diciendo eso, corrió en dirección opuesta. Sin pensarlo un momento más, la serpiente le siguió.

Lea regresó a la cueva con una intranquilidad en su mente: sabía que solo cuestión de tiempo a que su padre tomara acciones más bruscas en su plan. Pero, si trataba de explicar a sus amigos la verdad, tenía que decirles que, en relación a la historia que habían oído en la cueva, ella era descendiente de los primeros leones malvados. No sabía qué hacer, pero solo quería dormir.

Aunque tampoco sabía, que el ruido sordo de hace un momento no era su imaginación: Dan la había visto.

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