Capítulo 25: El nuevo príncipe de las praderas
(P.V de Simba)
El sol caía en las praderas, bañando el ambiente de tonalidades naranjas. Era sorprendente que todo haya salido bien, a pesar del peligro que corrieron su familia y los habitantes de las lejanías. Mientras miraba al horizonte, Simba se puso a pensar que la llegada de Dan estaba predestina para esos hechos y por eso su padre se los envió.
"Padre" dijo mientras miraba a los cielos, "Tengo que confesar que tuve algo de preocupación cuando Dan me dijo que era un humano. Pero ahora, veo que ha demostrado ser más valiente de lo que pensé"
Dio un largo suspiro para continuar.
"No sé qué pasará de ahora en adelante, pero con todo lo que hemos pasado, el futuro en las praderas ya no parece tan oscuro: Kion es rey con Rani en las praderas nocturnas, los forasteros fueron perdonados y son parte de la manada, Kiara tiene a Kovu, y ahora ambos tienen a Dan... Solo pienso que, algún día pueda tener la felicidad de verlos a todos como tú nos ves ahora"
Se silenció por un momento, mientras respiraba una suave brisa que seguramente su padre le enviaba para despejar sus dudas. Pero, a la vez, le daba un mensaje en el aire.
"¿ En serio?" preguntó como si el mensaje fuera una gran noticia, "Eso lo explica... entonces, él será... bueno, si tú lo consideras correcto..."
"Simba... ¿necesitabas hablar conmigo?" preguntó Kovu interrumpiendolo.
"Sí Kovu..." le respondió al mismo tiempo que se giraba con dificultad.
"Aún estás algo débil. Rafiki dijo que tardarías unos días en estar como antes"
"Estaré bien. Pero quería hablar de eso precisamente. Veras... por fin llegó la hora de que tú y Kiara sean los nuevos reyes"
Kovu le miró como si no hubiera escuchado bien.
"¿Estás seguro? ¿Tan pronto?" le preguntó.
"Bueno... Kion ya es rey del árbol de la vida a su edad" respondió Simba, "Y, como podrás ver, estoy algo viejo para seguir cuidando de mi familia, aunque por supuesto que lo seguiré haciendo... pero tú eres más joven y has demostrado cuidar de las tierras del reino cuando yo estaba lastimado. Y te agradezco por ello"
"No me agradezcas, todos cooperamos"
"Y así, un rey une a todos para que trabajen juntos por un bien en común. Kovu, cuando te vi pro primera vez, tengo que admitir que no me agradaste. Pero viendo en cómo eres ahora, solo puedo decir que me llena de orgullo llamarte mi hijo y heredero"
Kovu hizo una inclinación llena de orgullo.
"Es un orgullo serlo" le dijo.
Luego que terminó la inclinación, Simba agregó:
"Existe algo más que debemos tener en cuenta... Mi padre me dijo que Dan..."
(Por su parte...)
Dan descansaba plácidamente dentro de la cueva. Decir que todos los sustos, golpes y demás cosas que había vivido eran bastantes, era realmente quedarse corto. Su cuerpo de cachorro necesitaba descansar. Sin embargo, mientras pensaba en ello, aún le quedaba una duda en la cabeza:
"Terminé mi papel aquí, ¿no? ¿el resto de los cazadores se habrán rendido? ¿o este momento es solo es un respiro? Tengo miedo que regresen"
Mientras seguía durmiendo, notó que estaba soñando algo extraño: estaba en un ambiente parecido a las praderas, y él estaba en la punta de la roca del rey. Ya era de noche y el cielo estaba igual de estrellado. Era... como si estuviera despierto en la vida real, pero siendo consciente de que estabas durmiendo y soñando.
"Bien hecho, Dan" dijo una voz a sus espaldas, la cual le pareció lejanamente familiar.
"Mufasa" dijo Dan al verlo dentro de su sueño.
"Has aprendido mucho de ser un león, ¿no es verdad?"
"Bueno... al principio no estuve muy a gusto con esto... pero ahora, tengo amigos y un lugar en esta familia. Solo digo... que no me esperaba algo así"
"El ciclo de la vida nos da varias, pero solo cosas especiales les pasan a seres especiales..."
Hubo una larga pausa en el que ninguno dijo nada.
"Pero... ¿qué pasará si los cazadores regresan?" recordó Dan, "No sabría que hacer..."
"Ellos ya no causarán más daño" explicó Mufasa, "Cuando se escaparon, a los pocos minutos los rugidos alertaron a los protectores de la fauna en el extremo de la reserva. Todos están arrestados"
Dan respiró tranquilo ante eso.
"Pero... Rafiki me dijo que tenía una historia que vivir aquí" dijo, "Y si ya todo terminó, ¿me tendré que ir?"
"Fuiste convertido en león y has vivido una aventura" le respondió Mufasa, "Aunque ya lo hayas alcanzado, ¿realmente crees que ese es el fin? No jovencito, quizá este solo sea el principio de tu crecimiento. Pero es cuestión de lo que tú decidas a partir desde ahora en adelante... ¿decides hacerlo como humano o como león?"
Hubo un momento de silencio.Luego, Dan respondió:
"Creo que tener cuatro patas en lugar de dos pies es más agradable"
Mufasa sonrió:
"Siempre serás parte de mi familia ..."
Dan sonrió.
"Por mi parte", continuó, "Es hora de dejar de observar las Tierras del Reino desde el cielo: la vida siempre puede renacer. Antes, te dije que una parte de mí estaba en tu corazón. Pero ahora, todo mi ser siempre estará estar contigo..."
Mufasa puso su pata en el pecho de Dan. El cachorro sintió algo diferente en él: como si ahora estuviera completo o ... como si algo o alguien hubiera entrado en él.
"¿Dan...?" preguntó una voz, y entonces, él se despertó.
La noche ya había caído, y se veía la luz de la luna a través de la entrada. Allí, frente a él, estaba Kovu.
"¿Qué sucede?" preguntó Dan algo dormitado aún.
"Ven conmigo un momento" le respondió él, y salió de la cueva.
Dan se levantó y lo siguió preguntándose qué le iba a decir. Afuera, la noche volvía a ser estrellada, tal como lo era la noche en la que intentó escapar. En el borde de la roca, Kovu le esperaba sentado mirando a las praderas. Lentamente, se le acercó.
"Dan" le dijo una vez que ya estuvo a su lado, "¿Ya lo decidiste?"
Entonces, el cachorro comprendió lo que quiso preguntar.
"Hace unos momentos, tuve un sueño muy raro" comentó Dan, "Mufasa me dijeron que a pesar de que todo el peligro terminó, mi vida aún continúa, y es mi decisión irme y volver a ser humano, o quedarme y ser siempre león"
Se hizo un silencio incómodo.
"Creo que... nadie quisiera tener una vida más feliz que esta. Realmente quiero quedarme. Y, por cierto, sería fabuloso tener mamá y papá de nuevo. Muchas gracias"
Kovu le sonrió.
"Soy yo el que debe agradecerte" le dijo, "Kion me contó lo de mi madre Zira... gracias por hacerle ver lo equivocada que estaba. Y no te preocupes por lo que le pasó, nadie tiene la culpa por ello. Para mí, sería un honor que fueras mi hijo"
"El honor sería mío... papá" le contestó Dan.
Kovu sonrió al cachorro y le puso la pata en la cabeza, como un padre para su hijo.
"¡Oye, me estás despeinando!"
(Más tarde. Esa misma noche...)
Kovu se había ido a dormir con la felicidad que tenía de contarle a Kiara al día siguiente que Dan había aceptado ser su hijo. Por otro lado, a penas él hubo cerrado los ojos, Dan se escabulló afuera de la cueva y se echó sobre la gran roca. No tenía intenciones de escapar esta vez, solamente no podía conciliar el sueño.
"No tendrás pensado escaparte de nuevo, ¿verdad Dan?" preguntó Simba, quien se había acercado silenciosamente.
"No... solamente, no puedo dormir" contestó Dan, "Hay algo que me da vueltas en la cabeza..."
"¿Sobre que ahora eres parte de la familia?"
"¿Cómo...?"
"Kiara me lo contó hace unos días" explicó Simba, "Y, por la expresión que tenías Kovu antes de irse a dormir, aceptaste ser el hijo de ambos, ¿no es así?"
"A, bueno... sí" dijo Dan, "Y creo que, desde ahora, te debería llamar abuelo, ¿no?"
"Ouch, eso me hace sentir más viejo"
Ambos se rieron de ello. Al segundo siguiente, se hizo un silencio. Y luego de unos minutos, Simba volvió a hablar:
"Hace unas horas, les dije a Kovu y Kiara que, a partir de mañana, serán los nuevos reyes"
Dan se quedó en silencio ante eso. No sabía que hacer con esa información.
"Y, por ley, el hijo de ambos debe ser el príncipe" continuó Simba ante los oídos incrédulos de Dan, "Sin embargo, existe una cosa más: como eres adoptado, tienes una decisión que tomar"
"¿Una decisión?" preguntó. Realmente ese día, era de tomar varias decisiones.
"Así es: puedes elegir ser el príncipe y siguiente en la línea o ser el líder de la próxima guardia del león. Es tu libre decisión"
"No es una broma esta vez, ¿verdad?"
"No, no lo es"
"Bueno... yo..."
Muy bien... esa era la decisión más difícil que había tomado en su vida. Si bien, había decidido quedarse como león, nunca pensó en ser líder o rey. Ambas ideas le eran grandiosas, pues significaba tenerle sentido a su vida de nuevo. ¿Qué haría otra persona en su lugar?
Y luego lo recordó:
"no es tu destino tenerlo..."
"Simba... es decir, abuelo Simba" le dijo Dan, "Tu padre Mufasa, me dijo que no podía poseer el rugido, pues no era mi destino poseerlo... Esta vez, estoy seguro de lo que puedo y no puedo hacer: no puedo ser líder de la guardia del león"
Simba le miró y vio un rostro lleno de humildad y rectitud, un rostro que solo había visto dos veces más: en Kiara y Kion.
"Y, ¿entonces...?" le preguntó.
"Supongo... que seré príncipe" dijo finalmente, aunque no parecía muy convencido o a gusto con esas palabras, "Aunque, no llevo mucho tiempo aquí, entonces no sé cómo serlo. Y por eso... quiero que tú me enseñes, por favor"
"Vaya" dijo Simba alegre de escuchar eso, "Para ser pequeño, tienes tanta sabiduría y humildad como un verdadero rey león..."
Dan se alegró de oír esas palabras.
"Bueno, supongo que se debe a que tengo el corazón de uno" le dijo sonriente.
(Al día siguiente...)
Todos los animales se reunieron en la celebración de la coronación de Kovu y Kiara, incluidos los que vivián en las lejanías. Kion y sus amigos de la guardia nocturna también se quedaron el suficiente tiempo para celebrarlo antes de su regreso al árbol de la vida. Entre los gritos alegres de los animales, Kovu y Kiara subieron a la punta de la roca del rey para hacer el célebre rugido, mientras que Dan se quedó a un lado junto a Simba, Nala y, por su puesto Shany y su madre.
Justo al llegar a la punta, Kiara se detuvo, se giró y le dio una seña a Dan para que se les una. Este, algo desconcertado, miró a Simba en busca de una respuesta.
"Por supuesto, ve" le contestó, como si le leyera la mente.
"No te preocupes" agregó Nala, "Puedes ir, eres parte de la familia"
"Ve, Dan" le dijo también Shany, "Te están esperando"
Dan lo pensó un momento y dijo:
"Esta bien, pero quiero que tú también vengas"
"¿Yo...?"
Shany estaba bastante nerviosa ante esa proposición.
"Adelante hija" le dijo Tiffu, "Ve con tu amigo"
Shany le sonrió a su madre y acompañó a Dan hacia la punta de la roca donde los nuevos reyes los estaba esperando. Una vez todos juntos, rugieron tan fuerte que resonó por varios kilómetros.
Dan vio bastantes cosas mientras rugía: A sus nuevos amigos, a su nueva familia, a un hermoso medio ambiente, y un futuro lleno de esperanzas. Entonces, una cosa le quedó bastante clara: él estaba en casa, y eso lo sabía... en el fondo de su corazón de león.
La historia continúa en... El Rey León, Alma de Rey
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