Capítulo 24: De nuevo, en casa

Mientras veían a Zazú volando en el cielo, se pudo notar que debajo de él estaban Nala, Tiffu, Kiara y Kovu.

"¡Kion!" dijo Nala mientras corría a su menor hijo, viéndolo algo lastimado, "¿Estas bien?"

"Un poco herido, pero confío que me sentiré mejor en unos días" respondió él.

"Me alegra que conserves el optimismo Kion" le dijo Kiara.

"Creo que estos niños son los vuestros" dijo señalando a Dan y Shany.

"¡Shany!" dijo Tiffu lamiendo a su hija, "Mi pequeña... me preocupaste muchísimo, no vuelvas a hacer eso, por favor"

"Lo siento por preocuparte, mamá" le respondió Shany abrazándola y llorando de felicidad.

(Mientras tanto...)

"Dan" dijo Kiara abrazándolo también, "Nos preocupaste mucho a nosotros también"

"Estoy bien..." respondió este en voz baja. Estaba arrepentido de lo que había hecho y el peligro que había afrontado, pero también estaba un poco incómodo de volver.

"Eso parece, jovencito" dijo Kovu, acercándose también, "Al menos me alegra que todos estén vivos"

Con esas palabras, Dan se sintió un poco culpable: Simba casi muere, Kion fue herido y Zira se había sacrificado por él. Ese último pensamiento era el peor de todos, pues no sabía cómo iba a explicarlo, pero tenía que hacerlo. Sin embargo, como si previera lo que iba a hacer, Kion y le dijo:

"No te preocupes por lo que pasó, yo me encargaré de decírselo a Kovu"

Dejando al resto de la guardia nocturna para encontrarse con sus familias y amigos una vez más (Timón y Pumba ya estaban despiertos y se alegraron de ver a Bunga nuevamente, Beshte se fue a reunir con su padre, Ono se reencontró con su parvada y Anga le acompañó), Kion, Fuli, Kiara, Kovu y Nala se dirigieron al árbol de Rafiki. Dan también los acompañó, no sin antes prometerle a Shany que, esta vez, se verían luego.

Al llegar, vieron al babuino hablando con el rey león. Simba ya parecía estar en mejor forma, pues, estaba de pie y sus sentidos estaban en orden ya que los vio llegar. Al caminar hacia ellos, era claro que estaba ligeramente cojeando.

"Su majestad, me alegra ver que está mejor" le dijo Fuli.

"Papá, ¿cómo te sientes?" le preguntó Kion.

"Estaré bien, Kion" le respondió calmadamente. Luego, se fijó que Dan estaba con ellos, "Me alegra que hayas regresado Dan, esperaba que así fuera"

"Gracias Simba y... lo siento..." le respondió apenado de que gracias a él esté así.

Simba vio el rostro arrepentido del cachorro.

"Ya te lo dije antes: no es tu culpa de lo que pasó, solamente sucedió" le consoló mientras le abrazaba, "No te preocupes, aún estoy en el ciclo de la vida, y no guardo rencor. Lo que me importa, es tener a los cachorros de mi familia a salvo"

Al oír a Simba decir eso, se sintió mucho más seguro y mucho más miembro de la familia que antes de toda su aventura.

(Unos minutos después...)

Rafiki se encargó de tratar las heridas de Kion con sus artes naturales. Dan observó con asombro la habilidad del babuino para curar, aunque la verdad era que nunca había visto a un médico antes.

"Listo" dijo Rafiki mientras vendaba con unas hojas el hombro lastimado de Kion, "Dolerá un poco, pero pasará en unos días"

"Gracias Rafiki" le dijo Kion, "Siempre serás el mejor amigo de la guardia y la familia"

"Esa es mi deber con mi familia real" se rió, "Por cierto, ¿cómo va ese ojo?"

"Hace tiempo que mi curación se completó, ya no tengo problemas"

"Entonces, ¿regresarás a las praderas nocturnas, Kion?" preguntó Nala.

"Esto..." dijo mientras se miraba el resto del cuerpo.

"Podemos esperar un par de días" dijo Fuli, "Nuestros demás amigos están disfrutando el regreso a las praderas"

"Es cierto. Además, creo que será mejor que esperes al menos un día más hasta que se curen tus heridas" añadió Rafiki, "Para ese entonces, tendrás suficiente fuerza para viajar"

"Y yo creí que tenías ganas de regresar" se rió Kiara, "Pensé que de seguro echabas de menos a Azaad"

Todos rieron un poco. Por un momento, Dan pudo notar que Fuli se sonrojó con ese comentario, pero no dijo nada por felicidad. Si había algo que tranquilizara su mente luego de ser perseguidos por cazadores maniáticos, era la familia y los amigos. Entonces, se despidieron de Rafiki y se encaminaron al hogar de la manada: la roca del rey.

Durante el corto camino, Dan pudo notar que Kion hablaba con sus padres Simba y Nala. Luego Kovu se unió a la conversación. Sin embargo, no pudo escuchar nada pues Kiara le habló con voz calmada:

"Dan, ¿por qué te fuiste sin decirnos nada? Me preocupaste bastante"

Llegó el momento en que debía hablar. Antes, tuvo suficiente valor para rescatar a sus amigos y enfrentarse a la muerte. Ahora, debía enfrentarse a su propio miedo interno: el de no pertenecer a una familia tan maravillosa como esa.

"Kiara, lo que ustedes hicieron por mí..." dijo, "No tengo palabras para describirlo. Son una hermosa familia y me alegro que me hayan aceptado antes, pero... no soy como ustedes. Yo... antes era un humano"

Eso era todo: lo había dicho. Se sentía tan libre de decirlo que se sentiría mejor si dejara de pensar en las consecuencias que esas palabras darían. No obstante, nunca se hubiera imaginado lo que sucedió después: Dan sintió la lengua áspera, pero cariñosa de Kiara.

"Lo sé... mi papá me lo dijo luego que discutimos la tarde anterior" le dijo, "Realmente lo lamento, fue entonces lo que dije lo que te lastimó y por eso huiste, ¿no es así?"

Dan se sintió en parte aliviado de oír eso, pero luego agachó las orejas. Ahora debía confesar que escuchó la conversación de ella y Kovu.

"Eso y... también los escuché hablar la noche anterior" respondió, "Sé que tendrán un hijo. Es por eso que me fui... ya ustedes podrán depositar toda su felicidad con él"

Kiara lo miró, pero luego, sonrió:

"Sí, voy a tener un cachorro" le dijo Kiara, "pero no es el primero, hay otro que ya ha vivido con nosotros como familia"

Dan la miró muy confundido.

"¿Otro?" preguntó.

"Estoy hablando de ti", explicó Kiara, "Dan, ¿quieres ser mi hijo y tener un hermano menor?

Por un momento, Dan no pudo creer lo que estaba escuchando. Aunque quería llorar de alegría, se resistió.

"¿En serio?" preguntó.

"Bueno, por supuesto, pequeño" dijo Kiara mientras le pasaban una lengua áspera de nuevo, lo que Dan rara vez se sentía agradable. "Los amaríamos por igual y tú te convertirías en hermano mayor. Mi padre fue quien me enseñó que: somos uno, todos somos una familia

Dan no pido aguantar más y, finalmente, echó a llorar. Simba, Nala, Kion, Fuli, Kovu y Zazú, se voltearon al escucharlo y se preocuparon al verlo llorar.

"No es nada" les dijo el cachorro, "Solamente me alegro de estar en casa"

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top