Capítulo 21: La Manada Nocturna

Janja, Shany y Dan eran los últimos en salir. El cachorro de león aún estaba preocupado por lo que había hecho: si bien, Zira antes era enemiga de las praderas y allegada a Scar, ¿había hecho lo correcto al liberarla? Aunque así fuera, él no sabía si aceptaría la ayuda y saldría de su jaula o se daría por vencida con los cazadores. Algo en su interior le decía que había hecho todo lo que había podido.

Sin embargo, las cosas se complicaron cuando escucharon unos sonidos afuera: ya no eran ruidos de golpes en la puerta, sino más bien los sonidos de gruñidos de animales, mezclados con algunos gritos humanos.

"¡Los tengo!" dijo la voz de uno de los cazadores, "¡Jaja! ¿Con que pensaban en escapar?"

Janja, Shany y Dan se quedaron helados. Lentamente, Dan pasó la vista por la esquina del lugar y, entre pesadas redes negras, tanto el clan de Janja y los chacales estaba luchando por escapar de nuevo de sus captores. Al parecer, no habían sido tan cautelosos como habían previsto.

"Y ahora... ¿qué hacemos?" pregunto Shany quien también había visto lo ocurrido.

"¡Ahh!" gritó Janja de repente. Al verlo, una soga con palo le sujetaba el cuello, de la misma forma que lo hizo con Jasiri.

"¡Eh! aquí están el cachorro que perdí anoche", dijo el cazador que sostenía el palo, "Menuda suerte que tengo, ya lo había dado por una baja de dinero"

Los demás cazadores (que 4 más) se dirigieron allí, armados con rifles anestesiantes, redes y palos con soga de ahorque. Pronto, ambos cachorros de león se encontraron rodeados de la banda entera: su plan de escape se había frustrado.

"Por favor..." pensó Dan en su mente, "Los refuerzos..."

"Vaya, vaya, seguro que nos dan una buena cantidad de pasta por ambos" dijo uno, aparentemente el jefe por el mostachón que tenía en la cara. El cual, de no estar en una situación así, cualquier niño se hubiera reído, "Ya por si, uno solo vale una fortuna, entonces... ¡ay!"

El dolor del jefe se debió a que algo blanco y rápido voló y le dio de picotazos en la cara, sin causarle heridas, pero con dolor. Por lo que pudo ver Dan, ese algo blanco era una especie de ave en miniatura: una garceta.

Mientras estaba el jefe distraído con eso, otra ave (esta vez un águila azulada) le arrebató las redes al sujeto que las sostenía y las dejo caer sobre otros dos. Al ver esto, el que sostenía un rifle, le apuntó al águila, pero en ese momento, algo muy rápido le movió el blanco haciéndole cambiar de objetivo al que sostenía el palo que sujetaba a Janja, cayendo inconsciente. Por las manchas y el color amarillo, se pudo ver que era un jaguar.

"Vaya, buena puntería Fuli" dijo Janja feliz de ver caer a su captor.

"Nunca cambiarás, ¿eh, Janja?" sonrió Fuli.

El cazador del rifle había vuelto a cargar otro dardo al ver que había errado el último tiro. Justo entonces, o la tierra empezaba a temblar o algo grande estaba pasando. Antes de que se diera cuenta, al cazador lo golpeó algo grande y gris: un hipopótamo.

"Jaja, lo siento" se rió el recién llegado, "Debí anunciar mejor mi llegada"

"Gracias por salvarnos" le agradeció Dan, "Esto..."

"Me llamo Beshte, encantado" le dijo, "Ella es Fuli"

"Y yo soy Bunga" dijo una voz detrás de él: era un tejón azul, "El más valiente"

Bang!*

El más aturdidor sonido llenó el ambiente. Casi todos los del grupo no sabían lo que era, pero un ex-humano como Dan sabía lo que era: el sonido de un disparo, y no uno de dardos, al oler la pólvora del ambiente y ver el objeto que sostenía el jefe de los cazadores, era claro que era de un revolver. Entonces, tres cosas sucedieron a la vez.

La primera, fue que, afortunadamente, no le había dado a ningún animal. Sin embargo, algo le decía a Dan que no sería por mucho tiempo. La segunda fue que el ruido del arma fue tan ensordecedor que resonó en los oídos de cada uno de los animales, como si fuera un zumbido muy molesto.

En tercer lugar, los ojos del jefe... ¿era la imaginación de Dan o se habían vuelto rojos y enloquecidos? O estaba bastante molesto ahora, o algo le había causado bastante dolor que le había echo perder la cordura. De lo que estaba seguro, era que ahora los miraba fijamente mientras sostenía el arma hacia ellos...

Un fuerte rugido resonó en el lugar e interrumpió el disparo, sacando al jefe a volar y chocarse contra la pared del lugar. Al mismo tiempo, las redes que atrapaban nuevamente a los animales, volaron por los aires, aunque no pasó lo mismo con las de los cazadores. Dan inmediatamente lo reconoció como el mismo rugido que había usado Vitani cuando espantó al resto de los cazadores, pero esta vez, al ver quien rugía se asombró muchísimo: era un león dorado con algo de pelaje de melena rojiza alrededor de su cuello, en un su ojo izquierdo tenía una cicatriz un ligeramente diferente a la que había visto en Kovu. Cuando terminó el rugir, se dirigió inmediatamente a ellos.

"Vaya, eso estuvo cerca" dijo Bunga, "Muy bien hecho, Kion"

"Fue cosa de actuar rápido" dijo Kion sonriendo. Luego, se giró hacia la garceta y el águila, "¿Se encuentran bien ambos? ¿Anga? ¿Ono?"

"Aún estoy algo confundida con ese sonido que hizo..." dijo Anga.

"Esto... creo que fue mi culpa" dijo Ono, "Mientras intentaba distraerlo, me equivoqué y le di en un ojo... y creo que fue por eso que se molestó"

"No te disculpes Ono, intentaste hacer lo mejor para distraerlo" dijo Kion. Luego, se dirigió a Janja, "¿Está bien tu clan Janja?"

"Gracias a que llegaron ustedes" respondió él, "Aunque también recibimos un poco de ayuda..."

Kion miró entonces a Dan y Shany.

"Tu debes ser la hija de Tiffu, ¿no es así?" le preguntó a Shany.

"Sí" respondió ella.

"Y tú debes de ser Dan, ¿verdad? Me llamo Kion"

"Esto... Kion" interrumpió Janja, "¿Podrían ayudarme a quitarme esto para poder irnos?"

"Vaya... ¿y como lo haremos?" preguntó Bunga con solo ver lo complicado que parecía.

"Permíteme ayudarte, Janja" dijo Dan acercándose a él.

"Oye, estoy de acuerdo que sabes abrir esas jaulas..." dijo Janja riéndose, "Pero, esta cosa es..."

Justo entonces, Dan apretó el botón que regulaba la soga alrededor del cuello y Janja quedó libre.

"...diferente" terminó la oración, incrédulo.

"Vaya, qué hábil" le dijo Ono a Dan, "¿Cuándo aprendiste a hacer eso?"

"Es una historia larga" respondió Dan, "Pero, ¿qué tal si mejor nos vamos de aquí primero?"

Todos miraron a Kion, esperando a que diera una orden.

"Si vamos debemos regresar a las praderas antes de que estos tipos se recuperen" declaró finalmente Kion, "Vamos, Guardia Nocturna"

Entonces, la guardia y el resto de animales salieron corriendo en dirección de vuelta al corazón de las lejanías.

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