Capítulo 20: Un rostro del pasado

Dejando a un lado la interpretación del comentario de Janja, Dan le enseñó a Shany como abrir las cerraduras de las jaulas. Por lo tanto, en unos minutos, tuvieron una buena cantidad de animales sueltos, dentro de los cuales incluían: el resto de la manada de Janja, siete chacales y cinco buitres.

"Solo falta esta..." declaró Dan mientras se acercaba a la última jaula. Sin embargo, Janja notó eso y le advirtió a Dan.

"¡Espera chico!" dijo.

Pero Dan ya había descubierto la jaula y revelado al animal en su interior. Un rugido de un león se llegó a oír y el cachorro tuvo que alejarse rápidamente de la jaula ante la amenaza de unas garras. Cunado cayó hacia atrás, vio que el animal en la jaula era una leona muy parecida a Vitani, pero notablemente más vieja y con una mirada de bastante odio.

"No me molestes" dijo mientras miraba a Dan bastante furiosa, "A no ser que quieras que te mate"

"Oye, solo tratamos de ayudarte" explicó Dan mientras se levantaba.

"No necesito ayuda. Prefiero morir a se ayudado por un cachorro de león que de se guro es de la guardia del león o del clan de Simba"

"Te lo dije chico, no te debes acercar a esa loca" dijo Janja mientras se acercaba también, "Zira se ha vuelto más desquiciada que antes"

"¿Ella es Zira?" preguntó Shany incrédula, pues su madre le había contado todo sobre los seguidores de Scar, "¿no estaba muerta?"

"Eso es lo que hubiera deseado" dijo Zira molesta mientras miraba a Janja, "Pero sobreviví al río, y todo... ¿para qué? Para seguir viviendo en un mundo de débiles y traidores"

"Tu 'rey' fue el traidor con nosotros, Zira" le repuso Janja, "Nos traicionó tratando de quemarnos en aquella guarida y luego intentando inundar todas las praderas con lava, incluidos sus servidores"

"Te recuerdo Janja, que tú primero lo quisiste traicionar"

"Tal vez porque ya no planeaba seguir órdenes de un lunático con la cabeza de fuego..."

"Janja, no hay tiempo para esto" interrumpió un buitre, "Yo sugeriría salir de aquí"

Janja se detuvo y pensó en ello.

"De acuerdo Mzingo" respondió. Y luego se volvió hacia Dan "Vamos chico, enséñanos la salida"

"Bueno..." dijo Dan.

Antes de que pudiera decirles que la única salida era la ventana, un sonido alertó a todos los animales presentes: el gruñido de un hombre levantándose.

"¡Les digo que escuché a la leona rugir!" dijo una voz afuera, "Algo está pasando allá adentro"

Todos se miraron los unos a los otros preguntándose qué iba a suceder. Dan por otra parte, se encaminó hacia la puerta y, usando una de las jaulas vacías, se dispuso a moverla hacia la puesta mientras decía:

"Necesito ayuda, esto los detendrá por un momento"

Gracias al apoyo de todos, la puerta quedó bloqueada. Cuando uno de los cazadores intentó abrir la puerta, esta no se movió

"¿Que dia...? ¡Eh, que algo pasa allí adentro!"

Acto seguido, se escuchó el golpe contra la puerta. Sin vacilar, todos se apresuraron en dirigirse a la ventana de uno en uno. Pero, por alguna extraña razón, Dan sintió que algo faltaba.

Entonces recordó lo que le había dicho Mufasa:

"Hay alguien más atrapado allí cuyo corazón de roca necesita un corazón blando como el tuyo para que le ayude a ver que puede ser perdonado"

"Zira" se dijo en su mente, "Es ella. No puedo... no debo dejarla"

Rápidamente se dirigió a la jaula de la leona. Sin embargo, esta no lo recibió con los brazos abiertos, sino más bien intentó arañarlo con sus garras desde adentro de su encierro.

"No me molestes niño" le gruñó.

"Estoy tratando de salvarte, Zira" le contestó Dan, "No puedo dejarte aquí para que te lleven, te disequen o algo peor; nadie merece un final así"

"Primero prefiero la muerte a la deshonra. Ya una vez escuché esas palabras: 'solo trato de salvarte' y me daban igual. ¿No lo entiendes? ya no me importa lo que me pase, no tengo razón para existir"

Mientras Dan continuaba observando su actitud frente a la amabilidad, los buitres ya habían salido y ahora estaban saliendo los chacales y el clan de Janja

"Dan" le dijo Shany mientras intentaba alejarlo para escapar, "Debemos irnos"

"Un momento Shany. No puedo explicártelo, pero debo ayudarla también a ella" le contestó. Y luego se giró hacia Zira, "¿Por qué eres así? ¿Por qué crees que ya no mereces la vida? Aún puedes ser perdonada, Zira"

"¿Y de eso que me vale? Scar y Nuka están muertos, Kovu y Vitani me traicionaron y el resto de mi manada se fue con ellos, ¿de qué me sirve estar viva si no tengo ya razón de existir? ¿si no tengo nada más que me ayude en mi venganza?"

Dan solo miró los ojos amarillos llenos de ira de Zira mientras se escuchaba otro portazo en la puerta. Mientras tanto, ya casi todos los chacales habían salido, y solo faltaba el clan de Janja.

"¿Por qué no puedes dejar a un lado tu venganza?" le dijo Dan, "Tienes familia que aún vive y te perdona por cómo los trataste y educaste. Todos merecen una segunda oportunidad, incluso tú"

"Mientes" le contestó Zira enfadada, "Ellos son los que deberían disculparse conmigo, por traicionarme, por traicionar a mi rey Scar..."

"Si prefieres a alguien como tu rey en lugar de tu familia, nunca debiste ser madre entonces. Tal vez la familia es complicada, tal vez no siempre tengan las mismas ideas, pero siempre se pone antes que la admiración hacia otros"

Zira levantó la garra derecha, pero se detuvo al ver los ojos decididos de Dan, quien no se movió. Por un momento, un recuerdo le entró en su memoria:

"Tu... ¡tú!" le decía ella a su hijo Kovu, mientras se acercaba amenazadoramente. Luego, le dio un zarpazo en el ojo izquierdo.

Kovu gritó de dolor. Luego, se giró para verla a ella con unos ojos decididos, pero sin remordimientos del golpe. En el ojo herido, llevaba una cicatriz que ella misma le había hecho.

"Basta... déjame" dijo Zira luego de volver al presente, "No me importa lo que hagan, ya no me importa nada..."

Y diciendo eso, se echó en el suelo de la jaula mirando al lado contrario de la puerta de la misma. Sin embargo, al segundo siguiente se escuchó un claro sonido.

*Clac*

Zira giró la cabeza para ver qué había pasado: la puerta de la jaula estaba abierta y frente a ella estaba el cachorro de león que la había liberado. Sin embargo, ella se resistió a pararse siquiera.

"Nadie merece estar enjaulado" dijo Dan, "Kovu me contó que, si estuvieras viva, te hubiera perdonado. Bueno, yo no te conozco... apenas sé lo que has hecho y lo que te ha pasado, pero te lo digo como si fuera él: yo te perdono"

Y diciendo eso, regresó con el resto de los animales mientras Janja y una hiena más estaban saliendo.

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