Capítulo 2: El cachorro misterioso

Danny no creía lo que estaba viendo... su último familiar estaba muerto. Pero no tenía tiempo para pensar en lo que eso significaba: si el ruido fue tan fuerte, podría haber alertado a los depredadores. Así que podría considerarse comido.

Ya era de noche, y el camino no se veía nada bien. Danny se puso a correr hacia un rumbo desconocido, no le importaba si fuera adentro o fuera de la reserva, lo que más importaba era realmente huir. No sabía por dónde realmente iba. Lo que recordaba fue estar subiendo unas rocas sin sentido.

"Ayuda... necesito ayuda" pensó, estaba realmente cansado de correr y escalar.

Llegando a la cima, no pudo ver bien dónde o a qué altura fue a parar. Estaba demasiado cansado, y cayó de rodillas. Justo en ese momento, algo se resbaló de su cuello: el colgante. Él lo examinó más detenidamente con la escasa luz que había: era un hermoso amuleto.

De la nada, unas voces llenaron el aire, pero Danny no lograba comprender lo que decían... parecía un lenguaje extraño (era Suajili). Levantó la vista y vio luces de colores, como una aurora boreal o algo así, pero eso solo pasaba en el norte, donde era bien frío, no en un lugar caluroso. A diferencia de esas luces que una vez vio por televisión, estas eran de colores doradas y escarlatas. Pero eso no fue lo más extraño, lo más extraño fue cuando notó que esas luces estaban tomando una forma animal parecida a...

"¿Un león?" pensó, seguro que estaba tan cansado que esto debía ser solo una ilusión.

El león le sonrió (o, al menos, eso parecía que hacía) y luego fue cegado por las luces que lo rodearon. De repente, se quedó sin energías, su cuerpo se desplomó y lo último que sintió fue caer en lo que parecía pasto.

(Al mismo tiempo...)

En otro lado, en un árbol de baobab, un viejo mandril estaba comiendo un par de frutas mientras admiraba las estrellas. A su lado, había un montículo de frutas.

"A pasado bastante tiempo" decía Rafiki mientras miraba el cielo, "Debes sentirte muy orgulloso de tus nietos Mufasa: han traído la paz a loas Tierras del reino"

Diciendo esto, bajó la vista hacia la zona de su árbol donde hacía sus dibujos. En él, había dos que estaban bastante juntos uno del otro: uno era de un león con pelaje moreno y melena negra, el otro era de una leona con un pelaje normal.

"Me pregunto..." dijo, pero de repente, una gran ventisca de aire llegó desde algún lugar desconocido, haciendo volar varias hojas alrededor.

Cuando el viento se tranquilizó, Rafiki miró extrañado a su alrededor: cuando algo tan sencillo como una ventisca ocurría, es porque algo realmente importante acababa de pasar. Su boca se abrió de la incredulidad al igual que sus ojos cuando volvió a mirar al dibujo: debajo de los dibujos de Kovu y Kiara, acababa de aparecer un tercero, uno que representaba un cachorro de león.

"¿Quién...?" preguntó Rafiki impactado, "Es imposible... Todavía no ha nacido un cachorro... ¿Cómo es que...? ¿Qué ocurre Mufasa? ¿Quién y de quien es ese cachorro?"

Los cielos no le respondieron.

"Muy bien" dijo luego, "Si no me lo quieres decir lo entiendo... al menos dime cómo es que está aquí... yo no he dibujado esto... has sido tú"

Una suave brisa le roció el rosto. Luego, sin previo aviso, una fruta de las que guardaba Rafiki cayó sobre el resto que tenía en el suelo.

"Umm, ¿ha venido a formar parte de las praderas?" dijo pensando, "Pero, ¿qué tiene que ver con Kovu y Kiara? Estoy seguro que no son de la misma sangre de ninguno"

El viento volvió a soplar y, nuevamente, algo cayó: un coco que se partió a la mitad. La última vez que esto había pasado, era señal de que Kovu y Kiara estaban destinados a ser pareja. Pero, esta vez, el babuino tomó el coco y notó la diferencia: era más grande que antes. Al sostenerlo frente a los dibujos, pudo imaginar que pudiera encerrar a los tres leones juntos.

"¿Familia?" preguntó más sorprendido Rafiki, "¿Un cachorro desconocido, formando parte de la familia real? Si así fuera, ¿cómo puede ser?"

Una vez más, el viento sopló y esta vez otro coco cayó de arriba y se partió, pero no solo eso: se dividió en  una mitad perfecta. La primera mitad se apoyo cerca del dibujo del cachorro, y la segunda rodó gasta otra imagen. Cuando Rafiki recogió la otra mitad se quedó asombrado de ver el antiguo dibujo de Mufasa en él.

Mientras las unía de nuevo, musitó unas palabras, tratando de comprender el significadode todo ello:

"Un todo que se dividió en dos partes iguales, ¿este cachorro es la mitad de Mufasa?"

(A la mañana siguiente, en la Roca del rey...)

(Pov de Simba)

Estaba amaneciendo, era hora de comenzar con los deberes de rey. Al lado de Simba, Nala estaba aún dormida, al igual que Kiara. Pero si Kiara estaba allí, ¿dónde estaba Kovu? Simba decidió salir a tomar algo del fresco aire de la mañana, debía disfrutarlo antes de una hora, en la cual Zazú diera su reporte del día.

Fuera de la cueva, en la punta de la roca, estaba Kovu ya despierto: estaba contemplando toda la vista de las praderas en el bello amanecer.

"Has despertado temprano Kovu" le dijo Simba mientras él giraba la vista hacia mí,

"Buenos días Simba" dijo él, "solo tenía muchas cosas en qué pensar"

"¿En qué, por ejemplo?"

"Bueno, para empezar, quisiera agradecerte de nuevo por aceptarme"

"Le debes dar las gracias a Kiara por abrirme los ojos y creer que puedo confiar en ti"

"Ya se lo agradecí, pero también debo disculparme por no tener el valor para decirte lo que planeaba mi madre"

"La familia a veces es complicada, tomemos de ejemplo a mi tío, ya sabes lo que pasó..."

"Sí, y realmente odio verme físicamente como él gracias a esta cicatriz"

"No importa de dónde eres o cómo te vez, sino quién eliges ser"

"Gracias por tu apoyo Simba, espero ser tan buen rey y padre como tú lo eres"

"Lo serás, cuando llegue el momento" respondió él. Luego, se dio cuenta que el sol ya estaba en una altura adecuada, "Bueno, tengo que irme a escuchar el reporte de hoy de Zazú. Deberías despertar a Kiara para que prepare a las leonas para su cacería de esta mañana".

"Así lo hare Simba"

(Más tarde...)

La cacería de Kiara estaba a punto de comenzar, ella se reunió con las otras leonas, incluida su madre, Nala, todo parecía estar listo.

"Muy bien, estamos listas" dijo, tratando de animar.

"Te seguimos Kiara" dijo su madre. Todas bajaron en dirección hacia la sabana.

Tardaron solo unos minutos en llegar, pero valió la pena: habían visto un búfalo en solitario. El animal estaba pastando en la hierba sin ningún tipo de cuidado y sin darse cuenta de que estaba siendo observado por todo el grupo. Sin embargo, antes de atacar, era necesario revisar el área para ver todos los posibles escapes que tendría la presa, esa era la terea de la líder.

Todo parecía en orden, hasta que Kiara vio algo en la distancia. No podía distinguirlo con claridad, pero debía comprobarlo después de que la cacería hubiera sido exitosa. Dejando ir aquella distracción para que no falle en la caza, ella se preparó para atacar al objetivo. Cuando estaba a una distancia de ataque, se abalanzó sobre la parte posterior del búfalo, mordiéndole el lomo, lo que causó que el búfalo se sacudiera de dolor y empezara a querer escapar. Esa era la señal para el equipo que lideraba debía atacar también. Rápidamente, las otras leonas también atacaron y, lograron derribar al búfalo. En cuestión de minutos, el búfalo cayó asesinado por una larga mordida en su cuello.

Logrado el objetivo, las leonas empezaron a llevar a su presa hacia la roca del rey. Pero aun recordando lo que no lograba distinguir hace unos minutos, Kiara decidió acercarse a su madre y pedirle un favor:

"Mamá, tengo que ir a comprobar algo que vi hace un momento, los veré a todos en la roca del rey más tarde"

"Está bien, cariño, solo mantente a salvo y vuelve pronto" dijo ella, "No tardes mucho, sino tu padre o Kovu se pueden preocupar demasiado"

"Sí, lo sé. No te preocupes mamá: estaré bien, no creo que tarde mucho" le dijo con una sonrisa.

Nala era mucho más comprensible... o debería decir 'permisible' que Simba, por lo que le permitió a Kiara ir. Entonces, se separaron. Kiara tenía curiosidad po lo que vio, ya que algo le decía que era importante... Cuando llegó, no podía creer lo que estaba viendo: tumbado en el suelo, había un cachorro de león solo e inconsciente.

Se acercó para examinarlo: no era tan pequeño y era claramente macho debido al mechón de melena rojizo que tenía. Parecía extremadamente cansado y su cara mostraba algo de miedo y tristeza.

Usualmente no había nada de raro en un cachorro de león. Sin embargo, sí que resultó extraño era que nunca había visto a ese cachorro en la roca del rey, debido a que conocía al resto de leonas y a sus hijos. Miró a su alrededor: no había otros leones cerca. Y si no había nadie cerca, ¿dónde estaban sus padres?

Aún era de día, pero Kiara no lo podía arriesgar al dejarlo y pedir ayuda. Tenía que llevar al cachorro con Rafiki: él era el único que podría ayudar a este cachorro. Recordando cómo su madre le solía llevar cuando era un cachorro, lo levantó por el cuello y se dirigió al árbol de Rafiki.

Cuando llegó, bajó al cachorro y gritó:

"¿Rafiki? ¿estás ahí? ¡necesito tu ayuda!"

Rafiki apareció en la cima del árbol sosteniendo un bastón. Al mirar hacia abajo, reconoció a Kiara y respondió:

"Ah Kiara, ¿cómo estás? ¿qué sucede?"

"Encontré a este cachorro en la sabana durante la cacería en la que estaba" le explicó Kiara, "Está inconsciente y necesita ayuda"

Hubo un momento de duda por parte de Rafiki, ya que recordaba lo que pasó anoche. Sin embargo, salió de esos pensamientos, bajó del árbol para poder inspeccionar al cachorro que trajo Kiara. Cuando finalmente llegó al suelo, se acercó al cachorro y puso su mano sobre su cabeza. Pasaron unos segundos hasta que Rafiki dijera:

"Parece que el cachorro solamente está desmayado. También parece que está algo desnutrido, lo que significa que tiene hambre, así que te sugiero que la mantengas vigilado y lo alimentes cuando vuelvas a casa. Por otro lado, está en perfectas condiciones"

"Gracias Rafiki. Por cierto, hay algo que es extraño: he visto a las otras leonas con sus cachorros antes de la cacería y ninguna dijo algo de que se les había extraviado alguno"

"Umm, sí que es bastante extraño..." le respondió él en una forma bastante interesada por el origen del cachorro, "Entonces, ¿posiblemente, no tiene padres?"

"No lo sé, lo encontré solo y débil... Pero preguntaré a alguna de las leonas si este cachorro es su hijo"

"En el caso de que no encuentres a sus padres, creo que deberías cuidarlo tu misma"

Kiara puso una cara de asombro y duda.

"¿Yo?" preguntó, "¿Estás seguro? No lo sé... digo, tal vez ya soy adulta, pero cuidar de un cachorro..."

"Tarde o temprano deberás llevar esa responsabilidad" le dijo Rafiki calmadamente, "En mi opinión... dijo que es una buena idea comenzar temprano. Al menos, piénsalo"

Kiara pensó más detenidamente por unos segundos. Al ver al cachorro inconsciente, le recordó mucho a ella y su hermano.

"Bueno, si logré convencer a mi padre de que Kovu era alguien bueno... Supongo que puedo intentarlo. Lo intentaré Rafiki"

Diciendo esto, se despidió del babuino, tomó al cachorro devuelta consigo y tomó rumbo a la Roca del rey.

(Mientras tanto...)

Rafiki veía irse a una Kiara adulta con el cachorro que encontró. Luego, volvió su vista a los cielos.

"De modo que ese es él" dijo, "Sí, se nota una extraña similitud, aunque habrá que ver qué sucederá"

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top