Capitulo VII Tu...yo...y mi bebe...
"... ¿Qué puedo hacer?...¿mi vida esta dentro de mi?...¿debo cuidarlo?...¿o tal vez...?"
Pov Serena
-¿Por qué me odias, mamá...?-me pregunto con inocencia, y a la vez mi boca no dejo de abrirse después de aquella confesión, lagrimas brotaban de mis ojos rodando por mis mejillas sin previo, acaricie su rojiza cabeza de manera inconsciente, levantando aun mas su mirada, sus ojos, tan puros...tan limpios de maldad ¿Cómo puede ser hija de él?...de Hades, de un ser lleno de maldad, pero..., también es mi hija y esta creciendo dentro de mi...
-yo...
-es un moustro-otra voz resonó en el ambiente en medio del caos y la destrucción que se vivía en ese lugar, obligándome a levantar la mirada encontrándome con una enorme sombra frente a nosotras
-¿Quién eres?-le desafié
-es un moustro Serena, el engendro que esta dentro de ti...
-¿Qué?- pregunte dudosa, ¿Cómo ella puede ser peligrosa?, ¿mi hija? Y su voz sonaba tan seguro de lo que decía que yo...
-ese engendro traerá la destrucción de todo el mundo que te rodea, Serena, todo lo que conoces, morirá...-sentencio
-no..., no puedes decir eso! ¿Quién eres?
-es su destino, mira a tu alrededor, todo esto lo ocasionara tarde o temprano, ese engendro traerá la muerte a todo el mundo como una plaga, solo esta en ti...ponerle fin a esto...la decisión esta en tus manos..., decide...
-mamá...¿me odias?...
-yo...-suspire abriendo mis ojos lentamente, la luz me molestaba un poco, regresándome a la realidad, pero...¿Qué realidad?, me sobresalte al encontrarme introducida en un automóvil de un completo extraño, dirigiéndonos a quizás donde -¿Quién eres?
-ya te lo dije, soy Darien y te llevare al hospital ahora, te encontré casi desmayada en la calle, ¿estas embarazada?-pregunto indiscretamente, extrañándome, ni si quiera se me nota la panza
-¿Cómo lo sabes? ¿acaso eres un adivino?-pregunte cundo pude ver una leve sonrisa en sus labios respondiéndome
-algo así...
- bueno gracias por ayudarme, solo déjame en la próxima esquina y listo
-¿quieres a ese bebe?
-¿de que estas hablando?
-de tu embarazo, ¿de verdad quieres al bebe?-pregunto seriamente y antes de que pudiera responder, reformulo sus comentarios extraños- te vi correr espantada de una casa gritando que no lo querías-silencie, era verdad, al principio..., baje la mirada, no puedo evitarlo, me encuentro demasiada confundida, por un lado yo, el segundo lugar, ese hombre llamado Diamante rey del inframundo y le daré un hijo...-puedo ayudarte con eso-mis ojos se abrieron ¿Qué fue lo que dijo?, levante la mirada mirándolo a través del espejo retrovisor esperando que lo repitiera
-¿eh?
-te dije que puedo ayudarte con tu caso, no quieres el bebe, ¿Qué fue? ¿abusaron de ti?-pregunto tan directamente que enrojecí enseguida, no recuerdo..., mi mente y mi cuerpo lo sentía tan familiares que yo...
-no le importa
-soy medico ahora vamos al hospital, puedo emplearte un aborto y todo terminara
-¿todo terminara?
Fin pov Serena
Llena de preguntas sin responder, Serena había silenciado, llegando a las puertas del hospital, era su oportunidad, la primera opción nuevamente había cruzado por su cabeza, descendiendo del vehículo siguiendo al profesional de salud quien le había hecho la oferta de su vida, regresarla a su vida normal...
Los pasillos para ella se volvieron un enorme laberinto en un solo instante, caminando por inercia entre ellos como si su propio cuerpo le pesara, ¿Qué es lo que le pasaba? Se preguntaba, ¿culpa? ¿de hacer algo que no quiere? ¿o que tal vez si lo desea con todas sus fuerzas?, si desaparecía a la criatura dentro de su vientre, aseguraba el destino de la humanidad, pero con una culpa que la cargaría de por vida, podia ver a las personas con sus propios problemas tratando de salir adelante a pesar de todo, sintiéndose miserable en que en sus manos, esta la esperanza o la extinción de todos
Entre pasillos, se cruzaron por casualidad por el gran salón de maternidad, madres primerizas que recibían a sus bebes después de tantos meses de espera, iluminando sus rostros cuando se encontraban los bebes entre sus brazos mirándose entre si como si el mundo no tuviera el lento paso del tiempo, como si ellos existieran en un espacio llego de felicidad y armonía
-¿Por qué?...-se pregunto rodando una lagrima en su mejilla,-¿Por qué mi pequeña tiene derecho a vivir? ¿Por qué yo debo decidir sobre su vida? Quiere nacer, desea hacerlo, sentir el aire, recibir los rayos del sol a medio día, abrir los ojos cada mañana, conocer a las personas, tener sueños...¿seré capaz de quitárselo?
-bien, hemos llegado-pronuncio el medico azabache invitándola a pasar a la sala, mirando a través de algunas partes libres ante sus ojos aquella camilla impecable que realizarían la operación, a un costado aquellas maquilas las cuales lo succionarían llevándose cada vestigio de vida a través de esos delgados tubos para luego ser desechados a la basura ¿seria capaz de hacer algo tan...
-no...-sacudió la cabeza lentamente retrocediendo un par de pasos hacia atrás
...¿Por qué me odias, mamá...?
-no te odio-se respondió así misma en voz alta caminando hacia atrás mas evidentemente-no quiero abortar! Quiero a mi bebe! –un rayo del cielo se escucho ante esa confesión –mi bebe...puede que traiga la destrucción, pero hare lo que tenga que hacer en mis manos para que eso no suceda, es mi hija, parte de mi esta en ella, la esperanza esta dentro de ella...
-siempre fuiste una tonta, Selene-la voz de Darien cambio de un momento a otro-siempre lo escogiste a él, sabiendo que te llevaría a tu muerte
-¿Selene? ¿de que estas hablando? mi nombre es Serena, no Selene ¿Quién eres?
-que no tienes que eliminar a ese engendro en tu interior!-de un momento a otro saco una espada alzándola contra ella, esquivándola con un poco de suerte, miro de costado en medio de gritos y todos habían desaparecido, mientras que Darien la perseguía por las escaleras subiendo hasta las terrazas del ultimo piso acorralándola sin salida alguna
-Selene este es tu fin, como debió ser desde un principio
-Endymion...-su espada se detuvo en un solo instante-por una extraña razón, sus labios pronunciaron ese nombre- Endymion...
-¿me has recordado?, prometí cuidarte por siempre mi hermosa Selene, pero volviste a caer en sus garras...
-tu eres esa voz...
-ahora vas a morir!!!
-no lo creo...-una línea de sangre se deslizaba a través de de la hoja de la espada, los ojos de la joven de cabello dorado se abrían enormemente al igual que de Endymion frunciendo el ceño indignado, Diamante le había interrumpido el ataque con su mano derecha
-deja a mi mujer y a mi hijo...
-sepultaras a la humanidad Selene!-le grito Endymion, mientras ella se llevaba sus manos hacia su vientre sintiéndose un tanto culpable por lo que estaba sucediendo, bajando la mirada llena de culpa
-yo cuidare de ella-contesto el peli plateado captando toda su atención en él-lo prometí y dile a los dioses que nadie me detendrá, mi hija nacerá...-soltó la espada, perdiendo el equilibrio haciéndolo caer al suelo, pare luego dirigirse a ella
-maldición!-desapareció en medio de una luz enceguecedora perdiéndose de sus vistas
-¿estas bien?-le pregunto acercándose de manera lenta, llegando a su altura ya que había caído al suelo, al no recibir un eventual rechazo aventuro a posar las yemas de sus dedos sobre sus hombros para acariciarla con toda su mano-perdóname...-la envolvió entre sus brazos alrededor de su cintura acurrucándose sobre sus piernas posando su cabeza en ellas, escuchando el leve sonido del corazón del bebe que llevaba en su vientre, gracias a su naturaleza-perdónenme...
-¿Por qué yo?...-le pregunto sin mayor reacción, aun perpleja por la situación-¿Por qué yo...?
-porque te amo...-lentamente la joven comenzó a decaer hacia el suelo de forma delicada, tomándola entre sus brazos inconsciente caminando hacia el borde del edificio con rostro serio-desafié a los dioses por ti mi amada... y por ustedes no me importa si la humanidad se derrumba, vamos a casa...
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Hola espero que les guste este capitulo, muchas gracias por seguir la historia, mil besos!!!! perdon si no he respondido los comentarios, espero su comprension muchas gracias!!!
proximamente............................................Capitulo VIII El inframundo...
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