Глава семь



Capítulo siete.


Mayo amarró a Mike y lo sentó en el mismo tronco donde estaban sus hermanos.

—Mapa, por favor muéstrame el camino al escondite del Rey de la montaña —pidió Raptor. Mike se volteó a sus hermanos, como queriéndoles reprochar—. Oh si, tus hermanos han sido muy habladores en tu ausencia.

—Si, hablaron como periquitos —concordó Víctor mientras todos reían.

Mike cerró los ojos y tensó la mandíbula. En ese momento, deseaba tener las manos libres para ahorcar a sus queridos hermanos.

Raptor le pasó el mapa mágico a Rius, quien no tardó en enrollarlo para protegerlo, y se inclinó frente a Mike para empezar a hablar:

—No sé que nos espera en esa montaña, pero si sé una cosa: que tú y tus estúpidos hermanos tendrán el honor de descubrirlo primero.

Mike frunció el ceño.

—¿Qué hay con Javier?

La pregunta del rubio le sacó otra carcajada al príncipe Raptor de Dinamarca.

—Me casaré con él, ¿cuántas veces debo decírtelo? —respondió con una sonrisa burlona, pero al cabo de unos segundos, se puso serio—. No me malinterpretes, muchacho, pero si vuelves a desafiarme, no me importa reinar yo solo. Trágicos accidentes de casa ya han ocurrido en los círculos reales.

. . .

El sol ya empezaba a esconderse después de caminar otro rato. Raptor, Rius, Víctor y Mayo cabalgaban en sus respectivos caballos, mientras que dejaron a los hermanos Bernal caminar, con las manos atadas y enfilando entre Víctor y Mayo.

—Gran rescate, querido hermano —voceó Flex en algún punto del recorrido. Mike resopló.

—Bueno, debiste ver el intento de Flex por rescatarnos —interfirió Sparta, con tono burlón—. Jamás había visto algo así, fue-..

—¡Sparta! —lo calló el mayor de los hermanos.

El resto del camino fue en silencio.




Pararon en medio de los árboles de abedul cuando la luna salió.

Amarraron a los hermanos con una soga a uno de los árboles mientras ellos asaban pato y reían frente a una fogata improvisada.

Había amarrado a los caballos en otro árbol más lejano, dejándoles agua y comida, para evitar otro intento de huida por parte de los chicos.

—¿Por qué nos detenemos ahora que sabemos a dónde vamos? —preguntó Mayo mientras comían.

—Porque, mi inculto amigo, si la leyenda del Rey de la montaña resulta ser cierta, entonces el ogro caza de noche —respondió el príncipe—. Todo lo que debemos hacer es esperar a la mañana, cuando es su hora de dormir.

Los amigos del príncipe se echaron a reír.

—Hagamos un brindis —dijo Rius de repente, alzando su pieza de comida ligeramente—: por el próximo reinado del príncipe Raptor; el sabio y valiente.

Raptor pareció saborear el halago.

—Olvidaste decir "guapo", pero lo dejaré pasar —exclamó, haciendo reír a los demás.

Mientras tanto, los hermanos se morían de hambre, amarrados al tronco. Al final, por el conflicto en la taberna, no habían alcanzado a comer nada.

Ya llevaban varios días sin comer una porción digna de comida. Y el olor del pato asado a escasos centímetros de distancia suya no ayudaba a controlar el hambre.

—Tengo mucha hambre, daría lo que fuera por un poco de pato frito —murmuró Sparta, sintiendo su barriga gruñir.

—No mires, sólo empeora —le recomendó Flex.

—Oye Raptor —lo llamó Mike—, ¿cómo derrotaremos al ogro con el estómago vacío?

Raptor volteó a ver a su leal amigo, Rius.

—Buen punto —respondió el castaño. Le hizo una seña al chico que estaba a su lado, quien tomó un buen pedazo de comida y la lanzó hacia ellos—. Si lo alcanzan, es suyo.

Los demás se echaron a reír.

—¿Qué esperan? —burló Víctor.

—Si, solo agárrenlo —repitió Rius.

Mayo solo observaba, pasando intercaladamente sus ojos de los chicos al pato que yacía en el césped.

Después, algo hizo click en su cabeza.

—Es gracioso porque están atados a un árbol y no pueden alcanzarlo —exclamó cuando al fin entendió la broma. Después se echó a reír escandalosamente.

—Si, es por eso. Por eso es gracioso, eres muy listo —respondió Raptor, con tono obvio. Siguió riendo.

—¿Qué creen que esté haciendo papá? —preguntó Sparta a sus hermanos—. ¿Creen que lo volveremos a ver? Lo extraño.

Ninguno respondió.

Unos segundos después, el relinchido de los caballos calló las risas de los demás. No alcanzaban a verlos, pero parecían estar adoloridos.

Todos guardaron silencio para escuchar; a lo lejos, sonaba un ligero gruñido.

—Ay, ay, ay —musitó Rius, acercándose a los hermanos para agacharse frente a ellos con una sonrisa burlona en el rostro—. Vamos, chicos. No lograrán engañarme otra vez. ¿Saben? No soy estúpido. ¡Soy listo!

Los demás seguían analizando el sonido mientras se ponían de pie.

—Si pero, los tres están aquí, ¿no? —habló Víctor. Eso borró la sonrisa de Rius.

—Buen punto —respondió mientras se incorporaba. Ahora, los caballos se habían callado, pero ahora se escuchaban los árboles crujiendo—. ¿Qué puede ser entonces?

Un segundo gruñido, ahora más fuerte, respondió su pregunta.

Mike recordó escuchar ese sonido antes.

—¡Oh no, corran! —exclamó Raptor asustado antes de que todos salieron corriendo en dirección apuesta al sonido, dejando a los hermanos atados en el árbol.

—¡Regresen! —gritó Flex, asustado. Pero los chicos seguían corriendo cada vez más rápido—. ¡Libérennos!.

Al ver que no iban a regresar, Mike supo que debía hacer algo. Volteó desesperadamente al suelo tratando de buscar algo con qué liberarse. Una piedra pequeña junto al zapato de Sparta podía ser la solución.

—¡Flex, la piedra! —Mike le señaló a sus hermanos.

Ellos todavía nerviosos, pegaron sus zapatos para tomar la piedra y la lanzaron hacia atrás, pegándole accidentalmente en la cara a Mike. Éste no se quejó y la tomó (con sus manos todavía atadas hacia el frente) y se apresuró a tallar la soga con la piedra.

Estaba funcionando, la soga empezaba a romperse poco a poco. Pero los gruñidos del ogro estaban cada vez más cerca, arrancando árboles para hacerse paso.

—Mike, rápido —murmuró Flex con la voz temblorosa.

El rubio seguía tallando la soga, pero era demasiado grueso y la piedra demasiado pequeña.

—Rápido, rápido —repitió Sparta, cada vez más asustado.

Los árboles siendo arrancados ponían más nervioso a Miguel. De pronto, los árboles frente a ellos fueron arrancados y vieron al enorme ogro salir de ahí.

—¡Mike, ahora! —gritó Flex.

Mike ni siquiera quiso alzar la cabeza. El ogro se molestó al verlos, lanzó un gruñido y tomó el árbol donde los chicos estaban amarrados.

Al mismo tiempo, la soga se rompió, liberando a los muchachos. Todavía tenían las manos atadas, pero era lo de menos. Ellos salieron corriendo, pasando desapercibidos para ogro.

Sparta se regresó hacia la fogata, tomó el pato frito que seguía en el suelo y regresó con sus hermanos, quienes se reprimieron de comentar algo.

Y se fueron en la misma dirección que habían tomado Raptor y los demás hace unos segundos, con los árboles siendo derribados detrás suya.

Pasaron junto a una roca, sin darse cuenta de que detrás de ella estaban Raptor y sus fieles amigos. Estaban lo más pegados que podían a la roca, sobresaltándose cada que sentían una pisada del ogro.

—Quédense aquí, ¡protéjanme! —ordenó Raptor asustado, cuando el ogro parecía estar más cerca de ellos—. ¡Bonos de navidad para todos!

—¿Bonos de navidad? —repitió Mayo, cuando vieron que el príncipe salió corriendo, dejándolos ahí—. ¿A qué se refiere?

Un gruñido leve les hizo saber que el ogro los había encontrado. Cuando regresaron la vista al frente, lo vieron. Sus manos estaban apretados en puños y su rostro no se veía muy feliz.

—Oh no, ¡dispara! —exclamó Mayo, a lo que Rius apuntó con su ballesta al intruso y le disparó una flecha que, sorprendentemente, le dio.

—¡Le di! —susurró emocionado.

Pero el ogro ni si quiera se inmutó al sentirla. Al contrario, se molestó aún más. Lanzó un gruñido más fuerte y los tomó.

. . .

—¡Mike! —escuchó la voz de Flex, por lo que se detuvo y los buscó a su alrededor, él y Sparta estaban escondidos en medio de tres rocas grandes—, ¡por aquí, ven!

No hizo falta que lo repitiera, se acercó corriendo y se agachó a sus lados.

—Tus manos, dame tus manos —murmuró su hermano mayor.

Mike estiró las manos hacia enfrente y Flex le empezó a desamarrar la soga. Una vez que terminó, cambiaron puestos.

Sparta seguía viendo a los lados, completamente asustado.

—¿Qué es ese olor? —preguntaron Mike y Flex al mismo tiempo.

—Aquí, tengo el pato —señaló la comida.

—¿Te volviste loco? —se molestó Flex.

Le arrebató el animal asado con enojo y salió del escondite antes de asegurarse de que no había nadie. Después pateó el pato lo más lejos que pudo.

—Oye, idiota, tu apetito será nuestro fin —le murmuró molesto.

—Lo siento..

El pato chocó dramáticamente en el aire contra varios árboles y ramas antes de volver a caer al mismo lugar desde donde fue lanzado, a unos centímetros de su escondite, sin que nadie lo viera.

Sparta olfateó en el aire.

—Es como si todavía pudiera olerlo.

. . .

El príncipe Raptor escaló un árbol de tronco delgado y se escondió entre las hojas, temblando de miedo.

Un ligero movimiento de hojas lo asustó más. Miró hacia abajo, buscando la procedencia del sonido, pero se relajó al ver un rostro familiar.

—¡Rius!

—Mi señor, no lo abandonaré —murmuró éste, estaba a unos centímetros más abajo, en las ramas.

—Creí que esa cosa te había atrapado —Raptor no pudo evitar su emoción. Vio a Rius negar.

—No, creo que logré escapar.

El castaño rió, pero unos árboles de enfrente empezaron a moverse con fuerza. Después, un gruñido.

—¡Idiota, lo trajiste directo a mí!

—Señor, yo solo quería protegerlo —se disculpó.

Entonces a Raptor se le ocurrió una idea.

—Rius... Me has servido bien. Quiero agradecerte por tantos años de leal servicio —agradeció, haciendo reír al peliblanco—, y por este acto final de auto-sacrificio de tu parte.

El peliblanco lo observó con miedo. Raptor le pisó los dedos de una mano.

—Pero yo estoy bien —escuchó a Rius, pero no le importó y pisó su otra mano.

El albino no logró sujetarse de ninguna de las ramas y cayó del largo árbol al suelo, donde el ogro lo tomó.

Raptor escuchó masticadas, pero eso no fue suficiente para hacerlo sentir ni el más mínimo gramo de culpa. Al contrario, sonrió porque estaba a salvo, al tiempo en que echaba su cabello hacia atrás, victorioso.

Pero el ogro lo vio.

. . .

—¿Creen que el ogro ya se fue? —cuestionó Sparta en un susurro a sus hermanos. Seguían escondidos en el mismo lugar.

—No lo sé —respondió Flex.

Mike se levantó, seguido de Flex, y ambos observaron por un espacio vacío de las rocas para buscar señales del monstruo afuera. Pero otro gruñido les advirtió que el ogro los había encontrado a ellos.

Mike y Flex se echaron para atrás, lo más que pudieron pegados a la roca. Pero Sparta no alcanzó a esconderse y el ogro lo tomó desde arriba y se lo llevó.

—¡Sparta! —gritaron sus hermanos, pero sólo alcanzaron a ver como el ogro iba de regreso a su montaña que, por cierto, ya no estaba muy lejos.

Ellos se quedaron sin aliento. El ogro se había llevado a su hermano y quien sabe si lo volverían a ver.

Se sentían derrotados. Miguel se sentó en una roca, con un nudo de tristeza en su estómago, Flex seguía de pie, de espaldas a él.

—Todo esto... es mi culpa —habló Mike por fin, sintiendo las lagrimas corriendo por sus mejillas. El sentimiento de culpa le quemaba por dentro.

Flex se volteó hacia su hermano, con los ojos salados. Se incó en una roca frente a él y tomó sus manos.

—Sé que me quejo mucho de ti —empezó, tratando de sonar fuerte—, sueñas despierto demasiado. Apenas pones un clavo y derribas la casa... Eres algo único. Tú ves cosas que otros no pueden ver, haces cosas que otros no pueden hacer. Tú logras cosas imposibles.

»Los dos últimos días te he visto batirte con príncipes, usar un mapa mágico y... ¡vencer a ninfas del bosque! —lanzó una risa orgullosa mientras Mike sonreía ligeramente. Se acercó más a él y lo vio directo a los ojos—. Sparta nos necesita ahora. Éste es tu mundo. Y aquí estoy tan perdido como tú en casa. Solo dime que hacer, y lo haré.




***

jelou 👀

oigan, ¿les gusta la portada? 7u7r
arhe no, a mí me gustó, pero siento que le falta algo, ¿ustedes qué dicen? <3

si las cosas van bien, probablemente hoy alcance a subir otro capítulo. y ya mañana se termina, ahora si es la buena AJJAJA :)

quería hacer un especial en agradecimiento por los 900 seguidores, pero no sé qué hacer, ¿ideas? :(

los quieruuu y nos leemos en un ratoo ✨✨ 💕

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