Primer trato con la Muerte.
El día del aniversario de la muerte de su padre Alma ya se encontraba en la casa esperando la llegada de sus hermanas, mientras su tía terminaba los preparativos, y ella aun en casa continuaba atendiendo asuntos de la empresa por medio de la computadora.
Extrañamente ese día en particular la presencia de la mujer de capa negra no estaba acosándola desde que despertara, sino que en todo el día no la vio. eso la tenia tranquila y también preocupada, en especial después de su ultima amenaza.
Era de cierto modo un alivio y también sentía como si algo faltara, ya que la mujer permanecía junto a ella de día y de noche, a todas horas y aunque intentaba por todos los medios ignorarla sabía que ahí estaba. En especial el día de conmemoración a la muerte de su padre. Como si se regocijara del dolor de las tres hermanas o la de ella en especial.
Brisa llego poco antes de las 16:00 hs, miro los preparativos con expresión de evidente fastidio y subió las escaleras de dos en dos para bajar 15 minutos después apropiadamente vestida, se sentó junto a ella y miro la foto de su padre sin decir una sola palabra, pero mas que nada fijo la vista en su hermana mayor, quien no quito la mirada de la pantalla de la computadora donde no dejaba de escribir.
―Hola...― la saludo Alma y la menor elevo una ceja con impertinencia.
― ¿Acaso me hablas a mí?
―Brisa por favor no te comportes de esta manera, sabes que yo...
―Ahórratelo Alma, no tengo ganas de escucharte― corto sus palabras con brusquedad― ¿a qué hora llega Azul? Quiero acabar con esto de una vez, ni siquiera se porque lo hacemos, ellos ya están muertos.
―No lo sé, ya debería estar aquí― respondió por Alma su tía, dejando una bandeja junto al altar― esa niña siempre llega tarde a todos lados pero hoy se paso de la raya― se quejo su tía sentándose junto a ellas, ademas no tienes porque ser irrespetuosa con tu hermana o con tu difunto padre.
―La llamare para ver en donde se encuentra _dijo entonces Alma, evitando la discusión habitual con Brisa, no estaba de humor para eso ese día.
La idea de tolerar las impertinencias de sus hermanas justo ese día no entraba en su agenda, pero la memoria de sus padres eran importante para ella, y nadie mas parecía querer darse cuenta de que esa fecha era como una tortura, cada vez que llegaba los recuerdos del pasado volvía a su mente con mayor ímpetu que los días anteriores o después de la fecha. Rememorar lo vivido, lo sufrido, eso que a toda costa deseaba poder olvidar, no era lo mejor que le podría pasar a alguien en su situación. Sin embargo, como cada año, sus hermanas parecían querer olvidar a propósito quizás, el hecho que esa fecha significaba para Alma, un poco mas de dolor acumulado.
―Quizás lo olvido― comento su tía.
―Oh quizás fue inteligente y no quiso venir― replico su Brisa.
― ¡Niña!― la regaño su tía mientras Alma se levantaba e iba por el móvil que estaba en su bolso pero antes de que pudiera marcar el número de su hermana, comenzó a sonar.
Alma miro el numero, era desconocido, lo cual le extraño pero su teléfono comenzó a rastrear el origen de la llamada al instante, fue cuando Alma la vio de nuevo... allí se encontraba, parada delante de ella, quieta, expectante... un escalofrió recorrió la espalda de Alma cuando la muerte señalo el móvil indicándole que atendiera.
Se llevo el aparato al oído y casi deseo no haberlo hecho...
Era del hospital, Azul había tenido un accidente...
El auto de Azul se había volcado con ella dentro...
Estaba en quirófano en esos momentos...
No se salvaría...
Era mejor despedirse de ella...
Todas esas palabras giraron alrededor de Alma como si el viento se las llevara de un lado a otro, mientras su mente permanecía en un congelamiento tal que ni siquiera era capaz de hablar... desde que recibiera la llamada, después de que la muerte se rio en su cara y desapareció, todo lo que hizo Alma fue por acto de inercia. Ir a decirle a su tía y hermana lo sucedido, ir por sus cosas, subir al auto, conducir hasta el hospital y caminar hacia la sala de operaciones del sitio donde su hermana menor estaba metida y estaba perdiendo la vida. Firmar los papeles para la admisión y el traslado a la clínica familiar, escuchar el diagnostico del médico, incluso consolar a Brisa y su tía...pero solo fue consciente de lo que en verdad estaba sucediendo, cuando entro a la sala de quirófano para ver a su hermana.
Allí se encontraba Azul, con los ojos cerrados, rodeada de cables, tubos, sonidos que la estremecían, recostada en esa cama sin poder moverse, sin hablar, sin mirarla con el reproche de siempre... Entonces fue cuando Alma fue plenamente consciente de lo que estaba pasando, una vez perdería a una persona importante para ella.
Azul estaba muriendo y ella no podía hacer nada para salvarla. Toda la desolación, la angustia y el dolor escapo de su interior dejándola frágil y totalmente fuera de su eje. Comenzó a llorar sin poder casi respirar, tomo la mano de su hermana y maldijo la mala suerte que sin descanso iba tras su familia.
―Porque...¡¡Oh Azul!!... no me dejes tu también, no podría soportarlo...― lloro ahogada.
"PUEDO SALVARLA"
Alma levanto la cabeza reconociendo la voz de inmediato... el dolor y la ira se cruzaron en ella y por primera vez le respondió abiertamente.
―Tu tienes la culpa de esto verdad... ¿Que hiciste?
"AUN NADA, EN TODO CASO SOLO HAGO MI TRABAJO, PERO PODRÍA SALVARLA SI ACEPTAS TOMAR SU LUGAR"
Alma tembló cuando escucho esas palabras, estaba por abrir la boca para aceptar cuando escucho una nueva voz, aunque no vio a nadie. Esa voz estaba situada directamente detrás de ella, tan pegada a su oído que por un momento pensó que solo era su imaginación.
Era la primera vez que la escuchaba.
La voz era de hombre, sedosa, envolvente, sensual, tanto que Alma dejo escapar un jadeo involuntario cuando volvió a sonar sobre su oído como si estuviera pegado a su costado pero a diferencia de la mujer encapuchada, al hombre de voz sensual no podía verlo. ¿Que maldita cosa estaba pasando?
"Dile que no"― le dijo la voz masculina―" te engañara"
Alma apretó los dientes y miro a la mujer encapuchada que permanecía de pie justo del otro lado de la camilla de su hermana, esperando su respuesta, giro apenas la cabeza con la certeza de que vería al nuevo personaje que de la nada hacia acto de aparición, pero no vio nada. Todo eso parecía cosa de cuento. Dos voces, dos entidades del mas allá o sepa dios que eran hablando con ella y peor aun intentando hacer un trato con ella, aunque si lo analizaba, solo la mujer deseaba negociar, el hombre parecía querer advertirle.
"¿QUE SUCEDE?... ¿PORQUE DUDAS?... ¿ACEPTAS O NO?― insistió la muerte, en tanto la voz masculina volvía a sonar tan cerca que Alma podría jurar que sentía su presencia a su espalda.
"Dile que no "― volvió a decir el hombre.
―No― respondió Alma mientras veía que la muerte se deslizaba del costado hacia los pies de la camilla.
"¿NO TE INTERESA RECUPERAR EL ALMA DE TU HERMANA?"― le dijo con tono seco y molesto.
"Ofrécele tu un trato"― dijo el hombre detrás de Alma― "Si aceptas... ¿Quien te dice que no se llevara a ambas de todos modos?"
Esto hizo dudar a Alma por un segundo. Era verdad... si aceptaba ¿quien le garantizaba que cumpliría su parte del trato?
―Quiero hacer un trato― dijo siguiendo las indicaciones de la voz masculina.
"¡NO ESTAS EN POSICIÓN DE HACER TRATOS CONMIGO HUMANA!"
"Dile que ella está interesada en ti y solo usa a tu hermana para obtenerte, que te diste cuenta de que eso es lo que desea, tu alma no la de tu hermana."
―Solo me deseas a mí, estoy en posición de hacer un trato, ya me di cuenta de tu interés por mi― le dijo apretando la mano de su hermana Azul con fuerza.
¿Se había vuelto loca?
¿Estaba negociando con la muerte aconsejada por... quien sabe, quien rayos era ese hombre?
"QUE DESEAS...HABLA"― exigió saber la muerte.
"Dile que tu hermana a cambio de un año de tu vida"
Alma se sobresalto al escuchar esto...
¿Cuanto le había pronosticado el médico?
Dos años... quizás unos meses más... pero moriría con certeza, eso la dejaba en... en que la vida de su hermana tenía más valor que la suya pues de todos modos estaba condenada.
―¿Un año de la vida que me queda a cambio de la vida de mi hermana? De acuerdo, tiene sentido ― dijo entonces intentando que su tono sonara decidido.
"PUEDO ESPERAR A QUE MUERAS... ¿PORQUE HARÍA UN TRATO CONTIGO SI DE TODOS MODOS SERAS MÍA?" ― intento volver a negociar la mujer de capucha.
"No tiene tiempo... dile que imaginas que el tiempo está en su contra si ha tenido que hacer esto rompiendo las reglas"
Alma no comprendió a que se refería, era más que evidente que el hombre que susurraba de manera sensual a su oído sabía mucho más que ella sobre todo ese asunto y no estaba muy segura de que podría confiar en el... sin embargo en ese momento estaba siendo de ayuda, y si eso implicaba salvar la vida de Azul... entonces le daría su alma al mismo Lucifer de ser necesario.
―No sé porque― dijo aclarándose la garganta― pero sospecho que el tiempo para ti tiene que ver... has hecho esto con toda la intención de negociar conmigo, dime ¿Acaso has roto algunas reglas para hacer esto? ¿En verdad ha llegado la hora de Azul o solo es parte de tu truco?
La muerte gruño en tono bajo y enojado, mientras Alma rogaba mentalmente que aceptara el trato... la vida de Azul se apagaba con cada segundo que pasaba...
―Ahora soy yo quien te pregunta... ¿Aceptas? Un año de mi vida a cambio de la vida de mi hermana― repitió con mayor decisión.
"¡MALDITA!"― trono con ira la muerte― "ESTA BIEN... ACEPTO..."
Alma sintió alivio de inmediato y tuvo la certeza de que en verdad se había vuelto loca del todo. ¿Acaso había hecho un trato con la misma muerte con la ayuda de otro ente desconocido?
No sabia que era lo que sucedía, ni porque esos seres del mas allá se empeñaban en visitarla, en torturarla y perseguirla, pero si eso salvaba a Azul de la muerte, entonces no le importaba en lo mas mínimo.
Siempre supo que era diferente a las demás chicas, nunca lo hablo con nadie pero esas cosas, esas entidades que ahora interactuaban con ella de manera constante la perseguían desde niña, incluso desde antes de la muerte de sus padres, del secuestro y todo lo sucedido cinco años atrás, solo que las ignoraba, pretendía no verlas y eso con el tiempo hizo que se marcharan y la dejaran en paz... al menos hasta el momento en que fue secuestrada, desde entonces, jamas volvieron a marcharse, por mucho que ella lo intento, esos entes, o mejor dicho esa mujer con capa negra, la perseguía sin descanso.
No sabia si lo sucedido era real o no, tenia la esperanza de que si lo fuera, necesitaba creer que si, porque de ser todo mentira significaba que se había vuelto o había nacido con algún defecto mental que siendo niña afloro y esto provocaba que la fina linea que la ataba a la cordura fuera aun mas fina y ahora casi inexistente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top