Perder para ganar

Morir...

¿No es algo que todos hacen en algún punto de la vida? Mas tarde o más temprano, la muerte es parte de nuestra existencia, pero el conocimiento del tiempo para ello, es algo que no está programado, no en todos los casos al menos...Pero sobre todo, es algo traumatizante, sin embargo que podría ser mas traumatizante que todo lo que había pasado cinco años atrás, no temía a la muerte, en cierto modo la ansiaba para acabar con tanto dolor que llevaba acumulado, pero no podía darse ese lujo hasta estar segura de que sus hermanas y tía estuvieran a buen resguardo una vez que ella no estuviera para protegerlas y para eso necesitaba tiempo.

Tiempo que se le acaba con cada segundo que pasaba.

Dos meses después del accidente de Azul, esta ya se encontraba mejor, su vida, según los médicos, se había salvado por un milagro que no lograban comprender ni ellos mismo, en tanto Alma sentía que cada día era uno menos que le quedaba. Tenía poco tiempo, pero eso no le molestaba en realidad, sino el hecho de que una vez muerta sus hermanas la olvidaran como pretendían hacerlo ahora que estaba con vida y descuidar todo el esfuerzo por protegerlas que hasta el momento.

La recuperación de Azul movilizo por un tiempo a la familia y la mantuvo unida pero ahora que las cosas regresaban a su modo habitual de ser, volvían a estar en una pendiente que Alma sentía casi como un abismo.

¿Cómo hacer para que sus hermanas fueran felices?

Vaya ironía la suya... ella quien ya no creía que eso fuera posible, que no creía siquiera que la felicidad como tal existiera deseaba sobre todas las cosas la dicha de sus hermanas, en tanto ellas tan solo querían tenerla alejada.

La actitud de Azul hacia su hermana mayor no había cambiado en lo mas mínimo, continuaba evitándola, mientras que Brisa, simplemente pretendía que nada había sucedido, que nadie estaba mal, ni que su familia se estaba derrumbando por completo.

La muerte estaba resentida por el trato al que la obligo Alma y por ello casi nunca aparecía, aunque si lo hacía en ocasiones en las que la chica debía estar más concentrada, como en el trabajo o en reuniones de trabajo, como si hubiese decidido sacarla de sus casillas de esa manera o como si fuera una niña con una rabieta.

Brisa se quedo en casa por un tiempo hasta que Azul comenzó a sentirse mejor, después de ello, volvió a huir de casa y a faltar a la universidad.

Brisa parecía querer vivir la vida de manera vertiginosa, sin importarle en lo mas mínimo a quien dejaba rezagado en el camino. Ya no respetaba a nada ni a nadie, mucho menos a su tía y hermana mayor. Su grado de rebeldía parecía haber aumentado a niveles alarmantes, tanto que su tía la llamo cierta noche, varios meses después de que Azul sufriera el accidente, muy alarmada y sin poder hablar casi a causa del llanto.

―Tía que sucede, cálmate porque no te entiendo nada.

Su tía contuvo un sollozo y luego gimoteo entre cortadamente.

―Brisa y Azul tuvieron una pelea, quise calmarlas porque estaban a los gritos pero Brisa me empujo contra la pared... y después se puso a golpear a Azul... luego se fue de la casa... no sé donde fue... dejo el móvil y el auto... por favor ven a casa...

―¡Voy para allá! ¿Como estas tu y como esta Azul?

―Estamos bien, Azul esta algo golpeada pero nada grave... esta más furiosa que lastimada... por favor no tardes...

―Me visto y voy para allá.

Cuando colgó, la risa burlona de la muerte la hizo estremecer, algo malo sucedería lo presentía y por ello se apresuro a salir hacia la casa de sus hermanas. Lo que mas temía era que la ultima vez que la muerte se rio de manera tan desagradable, había pasado lo de Azul y su mayor temor era que una vez mas le hubiera puesto una trampa.

Azul estaba hecha una furia, apenas llego la increpo diciéndole que más vale le pusiera un alto a Brisa o la próxima no respondería de si, luego se fue a encerrar a su cuarto en tanto su tía le traía una taza de café y ordenaba una taza de te para Azul, le puso la pastilla dentro tranquilizante y se lo llevo personalmente para asegurarse de que lo tome. Una vez que se aseguro luego regreso junto a Alma.

―¿Porque discutieron?― pregunto Alma mientras terminaba de enviar un mensaje a su hombre de confianza, el que había puesto para seguir a Brisa sin que ella lo supiera, ya que de cierta manera esperaba que algo similar sucediera de un momento a otro.

―No lo sé, estaba en mi habitación cuando escuche los gritos... Brisa estaba fuera de sí, como si...

―Como si que tía...― la insto a continuar Alma.

―Mira cariño no pretendo decir algo de lo que no estoy segura, pero Brisa parecía como drogada o ebria... no entendía razones, estaba muy agresiva... fue espantoso ver como golpeaba a Azul― volvió a llorar― ni los sirvientes lograron sacarla de encima de la pobre Azul.

―Entiendo... la buscare tía, yo me encargo― le dijo poniéndose en pie dejando la taza de café a medio beber sobre la bandeja que estaba sobre la mesa ratona.― ahora veré a Barry, el me ayudara a encontrar a Brisa.

―Por cierto y esto no tiene que ver con tus hermanas― le dijo su tía caminando hacia el buro― te llego este sobre, con todo el revuelo de lo que sucedió olvide decirte.

― ¿Un sobre para mí?... ¿Aquí?

―Al parecer quien lo envió no sabe que ya no vives en esta casa.

Alma asintió y tomo el sobre, lo metió en su cartera y luego salió de la casa seguida de cerca por la muerte quien le pisaba los talones sin decir una palabra.

*

*

Desde el infierno Lucifer se encontraba al pendiente de lo que estaba sucediendo con Alma.

Sonriendo de manera seductora, se puso en pie y miro atentamente a la nueva pieza que usaría el dios de los cielos en su partida.

― ¿Así que usaras el factor amor?― dijo a la nada pero en realidad le hablaba a alguien que lo había escuchado perfectamente― bien... veremos que sucede en adelante.

*

*

Alma estaba preocupada por todos los acontecimientos que estaban sucediendo en su vida y analizaba todo, mientras Barry manejaba el auto intentando descubrir donde podría haberse metido Brisa.

El accidente de Azul marco un punto en su mente que permanecía allí, intacto y oculto. Un punto en el cual sus recuerdos mas recientes parecían querer esquivar a su razonamiento.

Recordaba perfectamente haber hecho un trato con la muerte y recordaba haber tomado su mano al cerrar el trato, sabía que un año de su vida había sido sacrificado en pos del alma de su hermana pero había algo más... algo que escapaba de su mente, como si un recuerdo hubiese sido reprimido.

Solo tenía la sensación... la sensación de una presencia más en la habitación del hospital... algo que la estremecía, algo que la llenaba de vibraciones podría decirse casi sexuales, pues cuanto más intentaba recordar eso que sabia se le escapaba, mas sentía como si hubiese estado bebiendo hasta quedar inconsciente y al despertar estaba junto a un hombre sin recordar como llego allí y que fue lo que hizo... era esa la sensación que tenía en esos momentos...

como tener sexo sin recordarlo.

Era una idiotez esa comparación, ella no tenía sexo y punto. No tenia porque no quería, porque le daba asco y porque recordaba cosas que no quería recordar cuando intentaba tenerlo. Eso era algo que había quedado fuera de la jugada para ella cinco años atrás en esa habitación en la que estuvo cautiva.

Sacudió las sensaciones, los recuerdos y todo lo demás para concentrarse en su hermana menor, porque cuando dejaba que los recuerdos se abrieran paso en su mente, sentía que perdía el control y eso ella no lo toleraba.

― ¿Aquí la viste la ultima vez?― le pregunto a Barry mirando el lugar con cierto recelo.

― Si, entro y salió pero fue el último sitio en que la vi.

― ¡Aun no comprendo como hizo para escaparse de ti Barry, se supone que eres el mejor, para eso te contrate!― gruño por tercera vez Alma dejando ir las dudas que estaban en su mente para centrar su concentración en encontrar a Brisa.

―Es muy hábil, ha aprendido diferentes maneras de evitarme, y por mucho que yo sea bueno, ella parece adivinar mis tácticas...― se defendió Barry algo ofendido― tu hermana parece adivinar lo que...

―Déjalo Barry lo único que me interesa es encontrarla y regresarla a casa sana y salva.

―Deja que voy por ella... veré si vino aquí...

Bajo del auto y se encamino a la bodega con sigilo, mientras Alma esperaba en el auto llena de tensión... no pasaron ni 5 minutos cuando escucho disparos en el interior y vislumbro el andar pausado de la muerte al ingresar al lugar. Con el presentimiento de que la tragedia se había desatado una vez más para su familia, Alma salió del auto y corrió a toda velocidad hacia la bodega. Al entrar lo primero que noto y sintió, fue el olor de la pólvora mezclado con el inconfundible olor a sangre... después mientras obligaba a sus pies a continuar andando, pero esta vez con mayor cautela, el gemido apagado de un tono femenino, se escucho casi como si fuera una súplica muda...

Estremecida camino entre la penumbra del lugar y vio a Barry tendido en medio de un charco de sangre... se le heló la sangre al darse cuenta de que estaba muerto, con el arma a un lado de su cuerpo, justo cerca a el había dos cuerpos que Alma no reconoció ...pocos metros mas allá estaba Brisa y gemía quejándose, junto a ella estaba parada la muerte...

―¡Dejala ir!

―¿Alma? ― susurro con voz tremula y adolorida.

Su hermana mayor la ignoro y se centro en la muerte, quien estaba aun en pie y en silencio junto a Brisa.

―No te la vas a llevar, dime que quieres y lo resolveremos como la ultima vez.

"SABES LO QUE QUIERO"

―En ese caso, negociemos ― respondió Alma con decisión.

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