La destructora...todo regresa a su cause.

Capítulo Final.

La espuma apenas cubría su cuerpo, el agua ondeaba a su alrededor cuando ella se movía dentro de la tina y se mordía los labios provocativamente, en tanto el ángel se encontraba parado junto a ella, observando cada línea de su silueta.

―¿Te agrada lo que ves?― le pregunto Alma a Jeremy cuando este aparto la mirada, en el momento en que ella se paro quedando desnuda por completo frente a él―¿no te gusta?― volvió a preguntar con una sonrisa dibujada en los labios.

―¿Que quieres Alma, porque me has hecho venir?

―Jeremy...mi querido Jeremy...― susurro Alma― saliendo de la tina para pasear desnuda por la habitación― recuerdo lo mucho que me deseabas, recuerdo como tus manos se deslizaban por mi piel cuando ansiabas hacer mucho más que solo rozar mi piel.

―Jamás hice nada indebido― replico Jeremy al instante― te he respetado y...

―Lo sé...aunque recuerdo perfectamente el modo en que solías insistir...

―Alma...¿podrías vestirte?

La chica lo miro divertida y negó con la cabeza caminando a su alrededor, mientras tocaba sus hombros y espalda.

―Amor...¿Es que ya no me deseas?― pregunto susurrando a su oído.

―¿Amor?― pregunto atragantado Jeremy― Alma no juegues de este modo, soy un ángel y no debería...

―¿No deberías sentir el deseo corriendo por tus venas? ¿No deberías verme con lujuria?― rio Alma pegándose a su cuerpo― ¿No deberías desear tomarme de manera salvaje y apasionada como ahora mismo deseas hacer?

Jeremy la miro extrañado al escucharla decir eso. Se aparto un poco y se paso las manos por el cabello con evidente nerviosismo.

―¿A que estás jugando, que es exactamente lo que has recordado?― pregunto poniendo más distancia de ella.

Alma entorno los parpados y sonrió de costado, mientras se sentaba en el borde de la cama y cruzaba las piernas.

―Tu me ayudaste y me protegiste de mi traidor esposo...ahora necesito nuevamente tu ayuda mi querido ángel...aunque...¿Tu padre no se molestara si pierdes tu divinidad?

―¿Porque le perdería?― pregunto girando hacia ella, para bajar la mirada hacia el suelo automáticamente, pues Alma estaba acariciándose los pechos mientras lo miraba― Por favor...ya vístete, ya te divertiste suficiente...

―En realidad no aun...― susurro poniéndose en pie― en verdad ¿No me deseas?

Jeremy la tomo fuertemente de la cintura con un rápido movimiento, aprisionando sus labios en un beso ansioso y necesitado, mientras sus manos acariciaban el contorno de la silueta de Alma. En tanto ella se dejaba besar y acariciar, llevando las manos hacia la espalda de Jeremy, deslizando los dedos por sus alas blancas, tomando cada una con una mano, entonces y sin que el esperara su acción arranco de un solo golpe las bellas alas del ángel, apartándose de él. El grito de dolor fue tan agudo que hizo vibrar todo el recinto...en tanto Alma lo observaba con una sonrisa de satisfacción.

―¡Que has hecho!― grito Jeremy cayendo de rodillas al suelo.

La sangre brotaba de su espalda a raudales y la palidez en el semblante del ángel era cada vez más intensa.

Se escucho la voz de Laiz del otro lado de la puerta llamándola, pero no podía entrar pues ella la mantenía cerrada con el poder de su mente, en tanto se acercaba al ángel, pasando las manos sin tocarlo sobre su espalda, deteniendo así el caudal de sangre.

―Una vez hace mucho tiempo, cuando era una simple humana sin recuerdos...pensé haberme enamorado de un hombre que parecía igual de enamorado que yo...¿Pero sabes que sucedió?― le dijo Alma tomando una bata negra de la cama, envolviendo su cuerpo con la prenda, ignorando el golpeteo incesante en la puerta, regresando hacia donde Jeremy estaba de rodillas abrazándose a si mismo― esa chica descubrió que ese hombre le mintió, la uso e incluso la entregó a otros hombres para que le hicieran daño...¿Puedes imaginar el dolor que sintió en su cuerpo por años?...¿Puedes llegar siquiera a imaginar todo lo que paso por su mente cuando era maltratada, violada...? ― se detuvo llena de furia ante los recuerdos de su vida como humana― cuando sus padres murieron...jamás, tu glorioso ángel podrás siquiera imaginar todo el tormento que esa mujer paso y solo por celos...¡Por los celos de un imbécil que se supone es hijo de la verdad y el amor!― le dijo entre dientes mientras lo observaba sufrir.

―Alma...escúchame...

―Lo siento Jeremy...no he sido creada para escuchar...¿Si recuerdas para que fui creada?

Los ojos de Jeremy reflejaron el temor que sus palabras le provocaron. El azul de su mirada se intensifico debido al temor mientras los de Alma se tornaron cada vez más rojos e incandescentes. La chica se puso en pie, sonrió caminando hacia el buro, giro hacia Jeremy y entre cerró los ojos de manera despiadada.

―No te robare la eternidad...eso sería ser piadosa contigo y tu no mereces ni un poco de mi piedad...voy a mantenerte con vida y serás mi diversión por la eternidad....

Jeremy retrocedió cuando ella se acerco lentamente a él cayendo de espaldas, un agudo grito de dolor se escucho en todo el recinto al mismo tiempo que la puerta de la habitación de Alma se abría rompiéndose en varios fragmentos, la chica giro hacia la entrada y miro furiosa a Laiz, mientras este veía pasmado el volar de cientos de plumas alrededor de su ama.

―Mi señora...― susurro mientras ella giraba dándole la espalda, caminando hacia el balcón extendiendo sus alas blancas y ahora también negras.

―¡Mi señora!― grito Laiz antes de que ella emprendiera el vuelo.

―Volveré por ti Laiz― fue lo último que ella le dijo antes de lanzarse al vacío.

*

*

Lucifer caminaba de un lado a otro en el departamento de la verdadera muerte con el terrible presentimiento de que algo no andaba del todo bien y cuando vio a la chica detenerse en seco mirándolo fijamente lo confirmo.

―¿Que sucede?

―No lo siento más...

―¿A quien?― se impaciento Lucifer tomándola de los hombros para sacudirla con violencia― ¡¡dime si le sucedió algo a Alma!!

―Ella está bien...¡Me haces daño!― replico con un quejido la muerte― es Jeremy...ya no siento se presencia, ya no puedo sentirlo...

Lucifer soltó a la muerte y la miro fijamente.

―¡Dime si aceptas el trato o no!

―Acepto― le dijo esta, entonces el rey del infierno desapareció.

*

*

Alma miro el recinto vacío que una vez fue su hogar, muchos milenios atrás...camino lentamente por el lugar empapándose de los aromas de cada rincón, reviviendo una y otra vez esos días de intensa pasión...cuando lo único que le importaba era estar junto a su demonio sensual, sentir el calor de sus manos recorriendo su cuerpo, la humedad de sus besos marcando su piel...dejo escapar un gemido de excitación y sonrió girando sobre sí misma cuando escucho pasos detrás de ella, pues pensó que se trataba de él.

Pero esa sonrisa murió en sus brazos cuando vio a esa chica caminando algo confusa tomándose de las paredes.

―¿Quien eres tú?― trono furiosa― ¡Entonces si había una mujer con Lucifer!

La chica intento enfocar la mirada en ella pero se notaba que estaba muy mareada y que apenas podía mantenerse en pie.

―¡Dime quien eres y que haces en el palacio de mi esposo!― grito llena de furia Alma caminado directamente hacia la chica.

Sin siquiera llegar a tocarla físicamente, levanto la mano haciendo un gesto como si estuviera espantando una mosca y la chica voló por los aires golpeando el cuerpo contra los muros del palacio varias veces, hasta caer boca abajo en el centro a unos pasos de ella.

―¡Voy a gozar haciéndote sufrir por haberte metido con mi hombre!― amenazo dando un paso hacia ella pero se detuvo en seco cuando otra chica se paro entre ella y la mujer caída e inconsciente― ¿Y tu quien carajos eres?

―Alma...mírame...¿No me reconoces?

Alma la observo con atención sacudiendo la cabeza confusa.

―¿No lo recuerdas?...mírame por favor...hermana...

Alma se llevo la mano a la cabeza y retrocedió varios pasos, golpeando los muros con los puños cerrados mientras gritaba con frustración.

―¡Mi cabeza es un remolino de imágenes! No...se...yo no sé...

―Soy Brisa...Alma, somos tus hermanas...ella es Azul y le has hecho daño.

Alma negó con la cabeza y volvió a golpear el muro con fuerza haciendo que de los techos comenzaran a caer finas hebras de polvillo y las grietas se extendieran desde los cimientos.

―No lo recuerdo...¡No todos los recuerdos han regresado!...¡Ella es la mujer con la que me engaña Lucifer!― grito ciega por los celos arremetiendo contra ellas sin detenerse ante nada.

Brisa resistió cuanto pudo, protegiendo a Azul lo mejor que le fue posible pero Alma era realmente muy fuerte. Con cada arremetida de Alma, cientos de plumas blancas se desprendían de sus bellas alas. Por ello después de un rato, totalmente exhausta se dejo caer sobre el cuerpo de Azul para protegerlo de este modo, con los brazos cortados, los labios sangrantes y los huesos rotos.

―Alma...por favor...detente...

―Ambas morirán

―¡Almas detente!

La chica se detuvo en seco con la mano en lo alto y miro a su esposo que de pronto se encontraba delante de las dos mujeres caídas con los brazos extendidos.

―¿Las defiendes?...¿De mi?

―Cálmate mi amor...ellas son importantes para ti...pero tú no lo recuerdas...

―¡Me engañas con ellas!

―¿Crees eso en verdad? ¿Que podría girar mi mirada hacia otra mujer que no fueras tu?...¿Es que no recuerdas todo lo que sucedió antes por desconfiar de mi amor?

Alma lo miro y pestañeo indecisa...bajando despacio la mano.

―Recuerdo mi origen y algunas cosas sobre mi vida como humana pero no las recuerdo a ellas...¡Esto es parte del juego!― grito enfurecida de golpe― ¡Todo juegan conmigo!

―Jamás he jugado contigo desde que me di cuenta de cuánto te amo― le aseguro Lucifer dando unos pasos hacia ella.

―Detente...no puedo confiar en nadie...fui creada para la destrucción y en el juego en el que me han metido también termine destruida...

―Confía en mi esta vez mi amor, puedo terminar con esto...

―No...

―Alma por favor...

Azul se movió inquieta despertando gradualmente.

Brisa se sentó hacia un costado y miro la espalda de Lucifer y la mirada turbia de Alma fija en ella.

―Lu...esa chica dijo...dale esto a Luci...sabrá que hacer...con esto...― balbuceo Azul dejando caer la pequeña cadena al suelo en tanto Brisa la sostenía con fuerza contra su cuerpo para evitar que se hiciera daño.

Alma dirigió la mirada hacia la cadena y el colgante, el cual reconoció inmediatamente y luego dirigió la mirada hacia Lucifer. Su esposo hizo lo mismo y estaba comenzando a inclinarse para recogerlo cuando, una brisa los rodeo, y Laiz apareció de la nada parado a un costado entre Lucifer y Alma.

―Esto me pertenece, gracias por regresarmelo.

Lucifer se tenso y Alma sonrió de lado.

―Laiz...― dijo con dulzura― menos mal que viniste...

―Supongo que adivine que estaría aquí...mi señora...

Alma se tenso por el tono en que el dijo esas palabras pero no lo demostró, mantuvo la sonrisa seductora y se paro derecha.

―¡Mátalo!― ordeno de pronto― ¡Asesina a Lucifer!

El rey del infierno dejo caer los brazos a los lados de su cuerpo y la miro con intensidad, mientras ella sostenía su mirada desafiante.

―¿En verdad quiere eso?― pregunto Laiz con sorpresa.

―Ya me encargue de Gabriel...¡Ahora tu, asesina a Lucifer!

―Alma...― susurro el sin poder creer lo que escuchaba― mi amor...

―¡¡No me digas de ese modo, tu solo me has usado como todos los demás! El único que siempre ha estado a mi lado y ha sido sincero conmigo es Laiz!― miro a su sirviente― ¡Si tú no puedes, dame la maldita lanza que yo misma me encargare de hacerlo!

―¿Lo harías?― pregunto Laiz llamándola de tu por primera vez― ¿En verdad lo harías?

―Sin dudarlo y a ellas también...todos merecen desaparecer, todos merecen morir...me han creado para ser la destrucción y eso es lo que haré...destruir comenzando con ellos tres.

Laiz sonrió mirando a Lucifer triunfante. El que fue condenado a una vida miserable, a una eternidad de servicio ahora tenía todo el poder pero sobre todo tenia a la mujer que deseaba.

―¿Serás mía después de eso?― pregunto con un ansia que apenas logro ocultar en el tono de su voz.

Por toda respuesta Alma desato el nudo de la bata y se lo saco dejándolo caer a sus pies. Azul y Brisa desviaron la mirada mientras Lucifer gruñía por lo bajo mirándola de modo asesino.

―No te atrevas a tocarlo― dijo entre dientes― ¡Te lo advierto Alma, tu eres mía, no permitiré que nadie más te toque!

Alma lo desafío con la mirada y camino hacia Laiz, abrazándose a si cuerpo, entonces Lucifer dejo escapar un feroz gruñido lleno de ira dirigiéndose hacia ellos.

Laiz activo el mecanismo del dije convirtiéndolo en la lanza...

*

*

El sonido apagado de los gemidos resonaba por toda la habitación, las paredes ocultaban en las penumbras los cuerpos enredados frotándose uno contra el otro, mientras más y más gemidos se escuchaban, hasta que los gritos los reemplazaron y luego solo la calma se escucho.

El silencio fue abrumador por un mínimo instante, roto apenas por las respiraciones entrecortada. El palacio se encontraba desolado, vacío, como si nadie habitara allí pero en el rincón del majestuoso palacio, esas respiraciones evidenciaban a los dos habitantes del lugar. Después de un rato una risita ahogada rompía nuevamente el silencio y una vez más las respiraciones agitadas invadían el lugar rincón por rincón. En esa habitación en penumbras dos amantes se amaban sin descanso, sin esperar nada, sin siquiera contener sus deseos, dando rienda suelta a sus pasiones. La mujer arqueaba el cuerpo ardiendo de pasión mientras el hombre la hacía suya con fuertes embestidas, aferrado a la cintura de su mujer, mientras ella por un momento llevaba la mirada al cuadro que estaba justo frente a la cama en el cual estaba retratado el rostro majestuoso de un ángel con lagrimas en los ojos y una expresión de profunda tristeza. Ella sonreía al ver una vez más a su prisionero y se entregaba a la lujuria que la desbordaba por completo. Satisfecha con su venganza, sabiendo que ese ser atrapado en ese cuadro seria el testigo mudo de infinitas noches y días de intensa pasión...

*

*

Laiz levanto la lanza directamente hacia el corazón del rey de los infiernos, mientras este tomaba la espada que siempre colgaba negligente de su cinturón para defenderse, Alma que se encontraba en medio de ambos, llego a sacarle de las manos la lanza a Laiz y la espada en alto de Lucifer tomándolo del filo provocando un profundo corte en su mano al hacerlo.

Brisa se arrodillo extendiendo la mano hacia Lucifer con los ojos llenos de lágrimas, en tanto Azul volvía a caer inconsciente.

Fue cuando el tiempo se detuvo por completo.

Alma pestañeo repetidas veces y observo a su alrededor con ojos escrutadores hasta que lo vio parado detrás de Lucifer con una mano en su hombro.

―Quien eres...yo te conozco...padre...― dijo Alma con resentimiento aferrando la lanza en la mano.

―Viniste― escucho que decía Lucifer poniéndose derecho y dejando caer la espada para tomar su mano y observar su palma.

―¡Déjame...! No... me toques― le dijo Alma temblando de manera involuntaria cuando el contacto de su mano la hizo sentir un calor dulce que se alojo en su vientre.

Dios rio por lo bajo y meneo la cabeza, caminando con las manos detrás de la espalda hacia ellos, actitud que Alma tomo como una amenaza y por lo cual retrocedió alejándose de ambos, de todos en realidad.

―¿Me temes hija mía?― pregunto Dios deteniéndose― mira a tu alrededor y dime lo que ves.

Alma así lo hizo y luego volvió a mirarlo fijamente.

―Dos mujeres en el suelo, un demonio traidor y un hombre condenado a perecer― respondió con furia contenida.

Dios sonrió y miro a los presentes en tanto Lucifer suspiraba tomando un pañuelo y con el envolviendo la mano herida de su mujer.

―Te diré lo que yo veo― continuo Dios caminando de un lado a otro con total calma y hablando con tono pausado como si le hablara a un niño que debía ser instruido debidamente― Veo a un ángel llorando por su familia― le dijo señalando a Brisa― Veo a una chica desconcertada que lo único que buscaba eran respuestas...― señalo a Azul― Veo a un hombre enceguecido por la codicia― señalo a Laiz― Quien en pos de sus deseos mezquinos perdió su verdadero tesoro asesinándolo con sus propias manos.

―¿El mato a Alana?― pregunto Lucifer anudando el pañuelo con firmeza sobre la herida― Debí suponerlo.

―Y veo a un hombre enamorado― miro a su hijo sonriendo en tanto este solo lo ignoraba.

―Tardaste en notar ese detalle viejo idiota― le dijo Lucifer con un gruñido mientras su padre solo reía en tono bajo.

―Lo supe desde siempre, insistí en la creación de esta mujer porque siempre supe que necesitabas de ella.

Lucifer no respondió solo volvió a gruñir y Alma comenzó a mover el pie molesta.

―¡Basta!― grito― ¡Quiero que ya termines con este estúpido juego!

―Quiero hacerte una pregunta Alma...― le dijo Dios― ¿Amas a Lucifer?

La chica apretó los puños con fuerza haciendo sangrar su herida.

―Dije que...

―Responde por favor.

―No― mintió Alma desviando la mirada― No lo amo.

Lucifer cerró los ojos con fuerza sintiéndose vacío y herido al escucharla decir esas palabras.

―Ya veo...cuanto lo siento.

Alma lo miro fijamente con mayor atención esta vez pues percibió una amenaza en su voz calma.

―Tenemos un trato hijo mío, ella ha tomado su decisión, tú debes cumplir su promesa.

―Lo se― fue la respuesta apagada de Lucifer― Siempre cumplo mis promesas.

Camino hacia su padre y abrió los brazos delante de el cerrando los ojos fuertemente.

―Que...que haces...¿Lucifer?

Dios levanto la mano y en ella tenía un puñal que brillaba.

―Hazlo padre, no quiero la vida sin ella a mi lado― le dijo Lucifer llenando sus pulmones esperando el golpe final, pero antes de que Dios pudiera hacer algo, Alma reacciono tomando la mano de su esposo alejándolo de el arma y cubriendo su cuerpo con el propio.

―¡¡No!!―grito con los ojos llenos de lagrimas― ¡No lo hagas padre, si lo amo! ¡Lo amo con mi vida! ¡No lo alejes de mi de nuevo, te lo suplico!

Lucifer sonrió mirando a su padre sobre la cabeza de Alma que estaba oculta en su pecho, mientras lo abrazaba con fuerza.

―Se feliz hijo mío.

―Ahora lo seré― le respondió Lucifer, acariciando el cabello de Alma― ya todo paso mi amor, todo acabo.

Alma levanto la cabeza y giro con cautela pero Dios ya no se encontraba en el resinto y tampoco las dos mujeres.

―¿Que sucedió?― pregunto confusa.

―Las cosas se acomodaron como debían estar, ya todo acabo mi amor, somos libres por fin.

Alma lo miro extrañada sin decir una palabra.

*

*

El destino de las personas, de los ángeles y de los demonios está dominado por dos factores, decisión y aprendizaje. Es equivocado decir que uno no tiene el poder de escoger en destino de su vida así como es equivocado creer que el deseo fiel es capaz de dominar el destino. En realidad todo depende del segundo factor...aprendizaje. ¿Alguna vez se han preguntado porque algunas personas creen en el Karma?. Verán...se dice que uno rompe el karma cuando al fin aprende de los errores cometidos...¿Por lo tanto no es el aprendizaje el factor mas importante? ¿Incluso mucho más que la decisión?. ¿O es que ambas van de la mano como hermanos gemelos?. Es irónico pensar que sin aprender de los errores no puedes continuar tu vida y al mismo tiempo saber que debes cometer errores para poder enmendar tu camino. De algún modo cuando comienzas una historia creas un destino y comienzas a tomar decisiones y ellas te llevan o no por el camino que deberías recorrer...o no...

Dios creó a Alma porque Lucifer estaba aburrido de su existencia vacía y solitaria, Gabriel se enamoro de ella sin importarle que fuera la mujer de su hermano, Laiz asesino a su propia hermana solo por el deseo de obtener algo que nunca estuvo destinado en su camino y Brisa junto con Azul fueron daños colaterales de un juego que se salió de control.

¿Entonces seria Dios el culpable de todo lo sucedido?. ¿Cuando su único deseo era complacer y ver feliz a su hijo predilecto?. ¿O fue culpa de Lucifer por no poder ver mas allá del amor desmedido que sentía por la mujer que nunca confió en su amor?. ¿O fue culpa de Alma por dudar del amor del único ser que la vio como una mujer y no como un arma para destruir?. ¿O es que fue la culpa de Gabriel quien no pudo controlar sus propios sentimientos?...La realidad es que todos fueron víctimas y victimarios...

*

Cuando Dios desapareció, Alma comprendió que su vida fuera como humana o como la destructora del universo no era nada sin el hombre que amaba y que por el sería capaz de sacrificar incluso su existencia, como ya una vez lo había hecho.

La prueba impuesta por Dios a su hijo para aceptar el amor que se tenían, fue pasada con creces y cada ser involucrado en el juego fue restituido a su lugar de origen.

Brisa había tomado su decisión cuando se quito la vida y cuando acepto servir a Dios para expiar su pecado por lo tanto una vez borrados sus recuerdos pasados regreso a Paraíso a hacer lo que debía hacer, proteger a los hijos del hombre. Azul, recupero la conciencia en el mundo humano sin tener conocimiento alguno sobre su estancia en Infierno.

Y Laiz...al fin tuvo lo que merecía obtener...La muerte fue restituida en su cargo regresando el cuerpo de Alma a la dueña original, con la condición de que Laiz fuera su lacayo por toda la eternidad, atado por siempre a la existencia de la muerte, quien jamás perecería, quien jamás dejaría de existir, pues sin la muerte la vida no es nada y viceversa. Condenado a cumplir sus mínimos deseos sin tener siquiera la voluntad de negarse nunca, perdiendo su libre albedrío por toda la eternidad. Un castigo bien merecido por desear lo que no era para él y por haber destruido lo único que en verdad podría darle la libertad tanto tiempo ansiada, pues Alana era quien tenía la verdadera llave a su libertad, por haber entregado su alma inmortal al servicio de Dios y sus ángeles a cambio de la libertad de su hermano. El mismo trato que había hecho Lucifer con su padre lo había hecho Alana también, pero ella fallo donde Lucifer triunfo... y el conocimiento de haber cometido semejante tontería, era sin dudas aun más duro castigo que el impuesto por la muerte al tenerlo como su sirviente eterno, después de haberla engañado diciendo amarla para luego intentar asesinarla.

*

El cuerpo de Alma fue restituido y aun los esposos debieron esperar muchos años humanos más para poder estar juntos...pues era la regla que solo al morir ella recuperaría su vida anterior como esposa de Lucifer. Vivió como humana por 30 largos años mas hasta que la muerte fue por ella una vez más, para esta vez llevarla a los brazos de su adorado esposo y allí era donde se encontraba desde entonces...sumergida en los mares del amor, la pasión y la lujuria, y era sus gemidos y susurros y risas cómplices los que agitaban cada día y cada noche los rincones del palacio del infierno...Pues la verdadera reina del infierno, al fin había retornado a casa.

FIN.


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