Epilogo
Después de tres años de noviazgo se casaron y hoy, en su quinto aniversario de bodas, Tae-sung y Sama se están divorciando, Sama amenazo a Tae-sung con quedarse con todo, de hecho, hasta lo amenazo por falsa violencia domestica y Tae-sung casi esta calvo de la angustia, ¡Ah! Y ambos andan como un par de perros rabiosos viendo quién se queda con mi custodia y con la del cerdo al cual no he podido cocinar con salsa de naranja.
Okay, no, ¿Verdad que te engañe?
Tae-sung y Sama jamás han estado tan enamorados como ahora, ¿Qué les puedo decir que no se haya dicho ya? ¡La vida de casados es una chimba! Claro, Tae-sung y Sama tienen sus desacuerdos, y en más de una ocasión he tenido que dormir entre ambos porque casi arman una muralla China en la cama para poder estar separados después de una pelea, a veces debo hacer el sacrificio y empezar a maullar como el actor de voz de "La Purga" cuando discuten, en una pelea decidí sacar provecho y salte sobre Jocopino, le mordí las nalgas, pero ellos me descubrieron por los gritos que dio el cerdo. Los malditos me hicieron ver "Babe, el puerquito valiente" ¡Rayos! Desde ese día me hice vegana...bueno, no seamos extremistas, vegetariana es suficiente, lo lamento, pero el huevo y el queso es mi kriptonita, aún así he hecho muchos cambios en mí vida tras ver esa película, ahora soy más cordial con Jocopino y la convivencia es buena, es que...¿¡Cómo carajos haces la película de un cerdo tan deprimente!? Después de eso me disculpe con Jocopino y nuestra relación ha mejorado mucho.
Tras su boda — y una buena inspección de problemas médicos después — la vida ha sido una maravilla. El señor Kim finalmente, en un acto desesperado por tener a Tae-sung cerca de él y no perderlo decidió cederle el completo control de su empresa. Fueron años de oración y terapia, pero finalmente Tae-sung ha empezado a acercarse a su padre nuevamente, no como antes, su relación no volverá hacer la misma, aún Tae-sung mantiene todo muy superficial, pero ha ido a visitarlo a su gran mansión, generalmente Sama lo acompaña, parece ser que el señor Kim adora a su nuera, no sé si será hipocresía o algo similar, pero realmente notó lo mucho que el señor Kim sonríe cuando Sama esta cerca, pero sonríe aún más al ver lo feliz que es Tae-sung a su lado. Supongo que como narradora también estoy en la obligación de darles a conocer qué ha pasado con los otros personajes de esta historia, ¡Yei! Echémosle sal en la herida, Se-jong termino por casarse con Eun-yeong tras una prueba de paternidad que confirmo lo que todos ya sabíamos, supongo que debería continuar con algo tipo "Pero su matrimonio no duro, Se-jong resulto ser un abusivo total, la golpeo, se divorciaron, ella le fue infiel con cuanto pene se le atravesó, le dio una enfermedad de transmisión sexual, la empresa fue encontrada culpable de cargos criminales y se fue a la quiebra, y Eun-yeong esta agonizando en una cama de hospital demacrada por la enfermedad" pero no, esto no es la rosa de Guadalupe, amigos, no es una telenovela, no es Netflix o alguna de esas compañías donde siempre el bien triunfa y el mal pierde, no, hasta lo que sé su matrimonio ha salido bien, la empresa de Se-jong le ha ido bien, no tanto como a la Tae-sung, pero en unos años serán competencia directa. Parecen felices.
A la arpía de So-jing aquella escenita en la cena le costo su relación con su amado padre, el señor Kim rompió lazos con ella y Se-jong, sigue teniendo su lineá de ropa y es exitosa, pero cada tanto viene a rogarle a Tae-sung que hable con su padre para poder volver a entablar una relación, pero ni siquiera Tae-sung la quiere ver.
El matrimonio le ha sentado a Sama de maravilla, en los primeros meses tras la boda ella se la pasaba paseando de un lado a otro con las camisetas de Tae-sung trabajando como traductora jefe de la empresa, yo que ella dejaba de trabajar y me la pasaba gastando los millones de mi marido, pero equis, las mujeres santandereanas son muy trabajadoras y les gusta su independencia, por algo hicieron un prenupcial antes de casarse. Sama ha madurado de forma sorprendente, es una mujer trabajadora que ama al esposo que Dios puso en su vida con todo su corazón. La puedo escuchar cada noche orando como agradecimiento a Dios por darle un marido tan cariñoso y entregado como Tae-sung. Sama y él trabajan hombro a hombro por el futuro de la empresa, él sigue siendo la cabeza de la empresa, pero siempre que va de viaje por negocios importantes o necesita a algún representante en el extranjero para firmar acuerdos beneficiosos para la empresa la envía a ella. Son un equipo.
El matrimonio le ha sentado a Tae-sung de forma esplendida. Lo veo más feliz y risueño, es como si una parte de él hubiera vuelto a nacer. Tae-sung ama a Sama con todo su ser, durante su boda — porque yo fui quien llevo los anillos, la mocosa de las flores creyó que podía quitarme la atención, pero no hay nada más lindo que una gata carey con un listón en su cola y una corona de flores, con los anillos atados a mi cuello — vi a Tae-sung llorando de rodillas, pero no eran lagrimas de tristeza, al contrarío, sonreía, eran lagrimas de alegría y gratitud, oraba de rodillas para agradecerle a Dios por darle a una compañera tan idónea para él. Una de las actividades favoritas de Tae-sung como casado es recostarse en la cama con Sama usando sus camisetas y mirarla, simplemente mirarla y admirarla, generalmente en esos momentos hablan de sus sueños o de su día cotidiano, pero son esos momentos, cuando el cielo se vuelve naranja y blanco, cuando la luna surge de las extrañas del océano cuando ellos dos se conectan, con solo un par de miradas lo dicen todo y con un par de caricias curan todo su mal.
Al respecto de la vida cotidiana Tae-sung es quien cocina — ¡Gracias Dios! —, él se encarga de hacer las compras, ponerlas en su lugar y cocinar, Sama hace el resto de la limpieza en general, pero una vez en la semana ambos hacen una limpieza exhaustiva de toda la gran mansión. No tienen nadie que trabaje para nosotros, ellos prefieren tener intacta la intimidad de su hogar, lo cual es una lastima ya que me aburro soberanamente sin nadie a quien molestar.
Sobre los hijos, ambos son libres de una mini versión de ellos mismos, Tae-sung por obvias razones y Sama porque adora tener a Tae-sung solo para ella, ambos se aman demasiado el uno al otro como para compartirlo con un mini ser que les va a sacar canas, además, aman demasiado su libertad. Pero yo también sé que no tienen a un bebé o adoptan por el trauma que supuso para Tae-sung enterarse que sus bebés no son suyos, es una pena, los bebés coreanos son lindos.
Lastimosamente no todo es bueno en esta vida.
En la vida hay muchas cosas por las cuales no estaremos preparados, la muerte es una de ellas.
Fui diagnosticada con leucemia gatuna tres años después de la boda. Mi vida se resumió a tomar medicinas, a ver mis dientes caerse, a no poder comer casi nada, a vomitar como poseída, a sentir como cada día era más y más delgada hasta llegar a los huesos, a que mi pelaje se volviera feo y opaco, y padecer de dolores aberrantes que casi me hacen desmayar. Pese a las múltiples oraciones, ayuno y medicina nada pudo evitar lo inevitable.
Por eso, para aminorar las cosas hable con Pelusa, una gata a unas cuantas casas de aquí que esta embarazada.
— Hola, Pelusa — le dije al llegar al techo de su casa.
— Hola, Friga — si se preguntan cómo le entiendo a una gata coreana, simple, los gatos venimos con traductor incluido — ¿Qué te trae por estos lares?
Mire su panza, hinchada y llena de vida, Pelusa se veía divina, con el cabello brillante y gorda, llena de belleza, llena de vida. Así estuve yo una vez, pero ahora soy una sombra de lo que alguna vez fui.
— Necesito pedirte un favor — Pelusa me miró casi enojada.
— ¿Qué?
— Quiero que cuando yo no esté le dejes a alguno de tus bebés a mis dueños — ella me observo triste, sabía a lo que me refería —. No quiero que ellos sufran por mí, un nuevo bebé los distraerá.
Vi en su mirada que comprendía lo que me iba a suceder, no es necesario ser un detective para entenderlo, con solo verme sabrían que pronto he de morir, estoy demacrada, estoy fea, no tengo dientes y prácticamente mi boca se cae a pedazos.
— Les daré a los dos gatitos más bellos de mi camada — prometió Pelusa.
Le agradecí y me retire más tranquila, al menos así no tendrán tiempo para llorar, los gatitos ocupan mucho trabajo.
Desde que me diagnosticaron cáncer gatuno supe que mis días estaban contados y que mi amiga la muerte iba a buscarme más tarde que temprano, pero jamás pensé que despedirme dolería tanto.
Supe que mi hora había llegado cuando la debilidad en mí fue tanta que ni siquiera podía mantenerme de pie, hice un esfuerzo sobregatuno para ponerme de pie, camine hacía el campo, entre la hierba alta y verde. Ese día, la ultima vez que los vi ellos me estaban grabando, eso lo han hecho mucho últimamente, creo que ellos ya sabían que mi hora estaba cerca. Quería decirles "Vengan, dejen de grabarme, abrácenme" pero sabía que no me entenderían y yo no tenía fuerzas para ir a su cama, y ronronear como cuando era una gata joven, sana y vivaz.
Y allí en el campo, en medio del bambú seco y el verde pasto me recosté, un pequeño riachuelo corrían frente a mí, suspire, recordando cómo conocí a Samara: su padre literalmente me arranco del resto de mi camada, ya que yo era macho, según él, me llevo en una maleta hasta una extraña casa en un pueblito olvidado de Colombia llamado San Vicente De Chucurí, al salir de la maleta ella me tomó en brazos, sus ásperas manos, sus dulces ásperas manos que hacen las mejores sesiones de caricia del mundo, me tomo en sus ásperas manos y me recostó en su cama, justo al lado de un peluche de una gata blanca gigante llamada "Obediencia" cuyo propósito era recordarle que, válgame la redundancia, debía obedecer.
— Hola, pequeño — sus ojos color mierda pasión me observaban con curiosidad —. Esta es tú nueva casa — sus manos me acariciaban, calmando mi angustia —, desde ahora eres mi mascota favorita.
Seré sincera, mi querido equipo Alfa Dinamita Alabemos Al Gato, nuestra relación no empezó bien, yo la aruñaba, la mordía y me cagaba en su almohada, ella me llamaba fea y me molestaba. Pero luego nos amamos, nos amamos tanto que llego un punto en el que supe que ella no podía imaginarse una vida sin mí. Empezó a orar, le pidió a Dios que me permitiera permanecer 20 años más a su lado, lamentablemente no siempre los planes de Dios son los nuestros.
Por eso hago esto, no quiero que ella me vea así, no quiero.
No quería que ella me viera morir, no lo quería.
Me siento en paz, me siento bien, duele pero sé que pronto voy a descansar y le agradezco a Dios por permitirme vivir una vida tan bendecida como la mía.
Gracias Sama por ser mí dueña, gracias, te amo, nos vemos en la segunda venida, por favor, no me falles, quiero verte en el cielo.
Fin.
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