6. Confusa revelación
Ay, equipo alfa dinamita alabemos al gato, ¿Cómo puedo empezar este capítulo?
Han sido días tan difíciles, tan duros y tan horribles que sinceramente no tengo ánimos de relatarles lo sucedido, pero sé que es mi deber contarles el final de esta historia y como soy una gata de palabra lo voy a cumplir, lo prometo.
Ni Sama ni yo pudimos pegar un ojo en toda la noche, yo porque soy un animal nocturno, ella por los nervios de haber tenido a Tae-sung tan cerca de nuevo y no haber podido hacer mucho al respecto, por ello nos dedicamos a comer a lo desquiciado mientras veíamos un maratón de películas de Crepúsculo y Cazadores De Sombras en la televisión, a las cuatro de la mañana puso la película de Hasta El Último Hombre, una gran película, en mí opinión, la cual relata la vida de Desmond Doss, un ejemplo de como Dios puede usar a cualquiera en la situación más singular para dar su mensaje y testimonio, además...tiene el bigote tipo Cantinflas, cualquiera con el bigote tipo Cantinflas tiene mi aprobación personal.
Cuando eran las siete de la mañana Sam no tuvo otra opción que ponerse de pie e ir a bañarse, se notaba de mal humor, aunque la entiendo, cualquiera lo estaría si tuviera que bañarse con agua el lugar de la lengua todos los días, ¿Por qué lo hará? ¿Aprobación masculina? ¿Imposición social? Quizás nunca lo sabremos...
Después de un rato martirizándose debajo del agua Sama salió directo a su habitación, caminaba a paso acelerado, lo cual no tenía sentido ya que ella entraba al trabajo casi dos horas más tarde, su horario laboral era estricto pero no lo suficiente como para ponerla de tan mal humor tan temprano en la mañana. Sama entro en su habitación se maquillo, se peino y se colocó un sofisticado vestido negro que se ajustaba perfectamente a su figura, con la falda un centímetro debajo de la rodilla y unas pantimedias también de color oscuro, después me sirvió mí taza de leche y atún fresco, y al marrano le dio sus verduras picadas con una taza de agua.
A penas el jamón vio la comida corrió hacia ella sin prestarle atención a la clara incomodidad de Sama, puede que se viera elegante, sofisticada y hermosa, pero su aroma delataba su incomodidad, ¿Acaso se sentía mal? Debía realmente amarlo como para actuar tan extraño tras hablar con él, creí que lo había superado, pero al parecer no fue así.
Sama termino de aplicarse perfume en el cuello y muñecas, se colocó unas botas también negras de tacón que la hicieron crecer cinco centímetros más, se veía bonita, pero su angustia era palpable. Sama nunca fue de esas chicas que se maquillan tanto que literalmente se hacen un nuevo rostro, esas chicas que son irreconocibles sin maquillaje, ella sólo resaltaba su belleza natural: un poco de rímel en los ojos y una pizca de mascarilla negra en las pestañas, en lo único que si exageraba era en sus labios gruesos, en los cuales suele aplicarse colores mate o bastante intensos; como el rojo menstruación que usaba hoy, por ejemplo.
Intenté captar su atención, maullar o lo que fuera para calmarla, pero solo tomó su abrigo, su bolso, nos lanzó un beso a los dos y tomó las llaves de su auto.
Regreso casi cuatro horas después luciendo peor que antes, no me malinterpreten, seguían viéndose hermosa, pero su expresión corporal se había vuelto tan desesperada y triste que ni todo el perfume del mundo podría ocultarlo. A penas cerró la puerta cayó al suelo llorando, corrí hacia ella y me frote contra sus piernas, sin importarme si dejaba rastros de mi pelaje en sus hermosas botas o medias, ella me tomó en sus brazos y me abrazó con fuerza hasta hacer salir mis entrañas por los oídos, en cualquier otra circunstancia la habría mordido y arañado, pero esto es distinto, algo andaba mal, algo realmente andaba mal. Por mi mente pasaron las posibilidades de que Tae-sung hubiera hecho algo en su contra, ¿Sería capaz? Creía conocer a Tae-sung, pero hace mucho que me dí cuenta que no era así, desde que dejó a Sam sin decir ni miau me he dado cuenta de que realmente jamás llegue a conocerlo realmente, dicen que nunca se conocen a las personas al 100% lo cual es cierto, por ello cientos de incógnitas atormentaban mi mente, Tae-sung literalmente es su jefe, ¿Acaso podría despedirla? ¿Acaso afectaría su rendimiento laboral por celos? Puede que no sepa muchas cosas, pero algo que sé es que el jefe directo de mi dueña, Zhao Yi, tiene intensiones más allá de las "Laborales" con Sama y no lo culpo, ¿Saben lo difícil que es encontrar a alguien sin antecedentes penales en esta época? Te sorprendería saber las cifras.
Es obvio que Samy es una en un millón.
Pero me asusta la idea de que Tae-sung se haya aprovechado de su alta posición y la perjudique de alguna manera, quizás no acepte el trato de fusionar y hacer convenios las empresas con la suya debido a los celos que podría provocarle ver a Sama con Zhao Yi.
Samara se puso de pie, con sus manos en su cintura y respirando con dificultad, volví a frotar mi cremoso pelaje contra sus botas, pero ella no me miró, supuse que estaba orando, pidiéndole a Dios sabiduría en su situación. El timbre de la puerta interrumpió mis intentos desesperados de captar su atención, ella me miró algo confusa, hija mía, no tengo pulgares, no puedo abrir la puerta, tampoco tengo telepatía (la perdí después de apostar con Fenrir en el Cairo) así que no puedo saber quién está detrás de la puerta, no me mires, ve y ábrela.
Por primera vez en mucho tiempo, Sam pareció entenderme y camino a pasado tranquilo a la puerta, abriéndola, me sorprende lo fácil que puede cambiar de actitud, paso de estar triste y angustiada a tranquila, y elegante, no creo que sea sano, pero ya que.
— ¿Qué haces aquí? — hasta un león retrocedería ante semejante tono tan enfadado.
Rápidamente miré hacía la puerta y allí estaba Tae-sung, con un traje elegante azul, mirando a Sama como un cachorro asustado, ¿Ahora que le hiciste animal?
— Por favor, permíteme explicarte...
— ¿Explicarme qué? ¿Qué según tu padre soy una ladrona? ¿Una embustera que solo se acercó a ti por tu dinero? — Sama bajo el tono de voz y cruzó sus brazos sobre sus grandes pechos, nuevamente una calma aterradora invadió el ambiente —. Ya me dejaste muy en claro lo que piensas de mí, así que vete.
— No.
Sin pedir permiso Tae-sung se acercó a Sam, casi abrazándola.
— Vete — volvió a decir ella, retrocediendo, Tae-sung avanzó.
— No, entiende — sus manos la tomaron por los hombros con delicadeza, estoy lista para morderlo, la defenderé con uñas y dientes de ser necesario, ¡Un feminicidio no se hará en mi presencia! —, no comprendo bien lo que sucedió, necesito que me digas con exactitud: qué pasó.
Una sonrisa triunfal adorno los labios carnosos y rojos de mí dueña.
— Ve y pregúntale a tu padre, se nota que él sabe decirte la verdad.
Lo que pasó a continuación fue ciertamente inesperado, una acción inaudita pero muy bien merecida, Sam tomó de las muñecas a Tae-sung, parecía feliz, al igual que yo Tae-sung se dejó llevar por el rostro de ángel de Sama y cuando menos lo esperaba fue lanzado hacía la calle, con Sama cerrando la puerta detrás de ella.
Decir que estaba orgullosa era poco, está muchacha me llena de orgullo, ¿Por qué estoy tan orgullosa? Verán, como ya sabrán soy un gatita muy culta, por algo hice mí licenciatura en ciencias sociales en Harvard, por ello me encanta leer, en las típicas historias de amor, donde alguno de los involucrados en la relación se va sin decir adiós (generalmente a comprar cigarros, ustedes me entienden :3) el personaje abandonado añora el momento en que quien lo abandonó regrese, generalmente con las piernas abiertas o el pantalón desabrochado, ¡No hay dignidad! Simplemente aceptan a esas personas sin pensarlo.
A penas termine de formular dichos pensamientos cuando nuevamente el timbre sonó.
La poca paciencia felina que me quedaba fue arrebatada con dicho sonido, corrí gruñendo y maullando, con Sama detrás de mí, a penas llegue a la puerta ella me empujó con suavidad y — con la furia de mil gorilas — abrió la puerta de un tirón.
— ¡Te dije que te fueras!
Me asomé lista para morder a Tae-sung en sus tobillos, pero mis bigotes dejaron de cresparse cuando en vez de un coreano vi frente a mí a un chino, mirándome a mí y a mí dueña como un par de lunáticas, de hecho sí, somos lunáticas.
— ¿Disculpa?
Sama se cubrió la boca sorprendida y apenada, yo me escabullí detrás de un mueble, si alguien pregunta fue su idea, los michis siempre somos inocentes.
— ¡Zhao Yi! ¡Lo siento! Realmente lo siento, creí... creí que eras...
Zhao Yi levantó una de sus cejas perfectas.
— ¿Tae-sung? ¿Pensaste que era Tae-sung?
Sama se sujetó el brazo detrás de la espalda, luciendo nerviosa.
— ¿Cómo lo supo?
Zhao Yi se mantuvo sereno, casi podía ver una sonrisa en sus labios finos y rosados, mi nariz no lograba detectar la emoción, ¿Qué estaba pensando? ¿Cómo se sentía?
— Te vi — respondió él, con la misma expresión extraña —, vi cuando la secretaria de Tae-sung te pedía que fueras a su oficina, pensé que era extraño, ¿Qué tendría que hablar el jefe de la multinacional con la cual vamos hacer convenios con mi traductora? — Sama no bajo la mirada, sus ojos seguían fijos en él, en la elegancia inmaculada de Zhao Yi, ahora que lo pienso, quizás él sea mi nuevo macho humano favorito —. Así que fui con la intención de saber qué pasaba, a lo mejor eras una espía que le decía nuestros próximos pasos a nuestra competencia.
— ¿Dudas de mí?
La serenidad de Sama me hizo preocuparme.
Zhao Yi negó.
— Nunca dudaría de ti, en el momento en el que te contrate lo hice porque confío en ti — Sama sonrió, pero no fue una sonrisa alegre, sino una de cortesía, el hombre frente a él era su jefe, no podía faltarle al respeto a no ser que lo mereciera —, en quien no confío es en Tae-sung — te comprendo, yo tampoco confío en él —. Aún así me pareció muy singular verlos a ambos hablando de una forma tan acalorada, ambos parecían enojados y después confusos, me preocupe bastante cuando te vi saliendo de la oficina tan alterada — Sama levantó su mentón, como si quisiera imponer su autoridad.
— Es un tema delicado, que espero y necesito que comprenda que es privado — la mano de Sam se movió en la puerta, era claro que la quería cerrar —, y por ello no pienso hablarle de ello, ¿Necesita algo más? Ya ha comprobado que estoy bien.
Zhao Yi bajo la cabeza, era irónico, Zhao Yi actuaba como si él fuera el empleado y ella la jefa, la actitud de Sama era extraordinaria, cualquier mujer en su posición ya habría perdido por completo la serenidad.
— ¿Lo hice? — Zhao Yi avanzó, luciendo bastante decidido —, no creo que estés bien, Sama, no lo creó.
Ella mantuvo su semblante y mirada que desbordaba superioridad.
— Estoy bien — dijo, directa y cortante, queriendo cerrar la puerta posiblemente para llorar y yo estaría allí para consolarla siempre y cuando no se limpiara las lagrimas con mi peluda colita, todo tiene un limite, humana inculta.
Zhao Yi pareció notar que Sama no quería ceder por ello tomó nuevamente una posición tranquila.
— Necesito hablar contigo de algo importante.
Las uñas largas y bien cuidadas de Sama golpearon la superficie de la puerta, inquieta.
— No se preocupe, iré de nuevo a la empresa a penas se termine mi hora de descanso.
— Es muy urgente — insistió Zhao Yi.
— ¿Debe ser ahora?
— Es lo preciso.
Sama suspiró, abriendo por completo la puerta.
— Dígame.
— ¿Puedo pasar? — Zhao Yi miró sobre su hombro, como si temiera que alguien lo viera — Es algo privado.
Sama asintió y me indico con la mirada que me quedará detrás del sofá, lo cual obviamente no hice, en vez de ello reafirme mi autoridad en esta casa y salte sobre el sofá.
— ¿Qué es tan impor...?
Pero Sama no termino la frase cuando los brazos fuertes de Zhao Yi la envolvieron en un cálido abrazo. Los ojos de mi dueña se abrieron de par en par, sus manos se quedaron estáticas en el aire y su posición era rígida.
— No lo hagas por favor, no lo hagas — Zhao Yi se separó de Sama y con delicadeza sujeto sus mejillas rosadas, y grandes, puede que Sama hubiera adelgazado, pero sus mejillas seguían siendo las mismas, cachetona se nace y cachetona se muere —. No finjas que estás bien, no lo hagas cuando no es así.
Sam intento mantener la distancia colocando sus manos en su pecho.
— Estoy bien, realmente lo estoy.
Zhao Yi no parecía creerle, ¿Acaso tendrá la capacidad de oler las emociones como yo?
— Si Tae-sung te hizo algo solo dímelo y lo haré pagar.
Sama se sonrojó ante el aliento cálido de Zhao Yi estando cada vez más cerca de ella. Vamos, Sama, tú eres mejor que eso, virgen hasta el matrimonio, mujer, virgen hasta el matrimonio.
— Gracias, pero estoy bien, además — la firmeza en las manos de Sam aumento, empujando a Zhao Yi — usted es mi jefe, mis asuntos personales no son de su incumbencia.
Zhao Yi casi parecía indignado.
— ¡Claro que lo son! — Zhao Yi sujeto las manos de Sama — Si algo te paso en mi empresa solo debes decírmelo, sólo dilo, no dejaré que alguien te haga sentir mal o incómoda.
Sama apartó sus manos.
Eso hija mía, sigue así.
— Gracias, pero no puedo confiar en que no use mis problemas en mi contra — he visto demasiados capítulos de caso cerrado como para saber que esto es posible.
— Yo jamás te haría daño, lo prometo.
Insistió Zhao Yi, ¿Acaso es amor lo que mi sexy nariz huele?
Sama sonrió, está vez calmada ya agradecida.
— Lo sé, por favor, vete, necesito pensar y meditar en lo que debo hacer ahora, pero sepa bien, señor Yi, que no va a afectar de alguna manera la empresa, lo prometo.
— La empresa es lo que menos me importa, en cambio tu bienestar — Zhao Yi tomó un mechón castaño del cabello de Sama y lo colocó detrás de su oreja — es mí prioridad.
La sonrisa de Sama aumento, era una sonrisa sincera y amigable, empezaba a oler algo en ella, ¿Felicidad? Si empieza a oler a amor la castro.
— Gracias, gracias por todo Zhao Yi.
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