7. "Leyenda"
Son la 1 de la mañana... El horario perfecto para actualizar uwu
Al llegar a la panadería San Juan, los hermanos ayudaron a bajar a su abuela, la cual ya se encontraba mejor. Dionisia los recibió con esa sonrisa y alegría que tanto la caracterizaba, claro, esto bajo al saber lo que había pasado en la plaza. Pero al igual que Leo, agradeció a los López por su intervención.
Manuel ayudo a bajar a la guanajuatense, la cual le regaló una sonrisa amable, los ojos cobres del hacendado la miraban y le sonreía, aunque a decir verdad, era pura amabilidad.
---¿No les gustaría pasar? Acabo de preparar un mole que está para chuparse los dedos. ---Comento amable la nana a los dos López, Manuel no borraba la sonrisa de su rostro.
---Nos encantaría, pero mi abuela debe estar cansada también. ---Comento este en ese tono sereno.
---Esta bien Manuel, de todos modos, nadie nos espera en casa. ---El nombrado solo asintió y ayudo a bajar a su abuela del carruaje. Dionisia comento algo de que no se iban arrepentir.
---Bien, niña Valentina, ayúdeme a servir en los platos por favor. ---Comento la alegre mulata mientras se adentraban en la casa nuevamente, Valentina la siguió mientras asentía de forma verbal.
Las dos abuelas entraron, aunque Nando ayudo a la suya.
Leo por su parte ayudo a Manuel a traer un balde de agua para el equino. Que no tardó en beber, pues el sol era abrazador pasado el medio día.
Ambos se encontraban en el pequeño patio que tenían, no era algo grande, pero lo suficiente para tender la ropa sin que está se amontonara, de hecho, hasta tenían un pequeño árbol de manzanas.
Nando que estaba ayudando dentro, de ves en cuando se asomaba por la ventana de la cocina para verlos, no es que no confiera en Leo, pero este llegaba a tardar en darse cuenta de las cosas... No es que Nando sospechara algo, solo era la ligera desconfianza por la orientación del hacendado.
---¿Cómo estuvo tu viaje a Córdoba? ---Pregunto el castaño menor mientras se recargaba en el lavadero. Manuel que estaba sujetándose de uno de los tendederos le miró con una sonrisa.
---Estuvo bien, aunque no llegue hasta allá, como te comenté, solo iba a llegar hasta casi la frontera de Puebla y Veracruz**. ---Explico el pelinegro, Leo asintió. ---Si e ido a Córdoba, es muy bella ciudad. Tal ves, en el futuro puedas venir conmigo.
Los ojos de Leo brillaron, si había algo que le gustaba a San Juan desde hace más de cuatro años, era viajar, claro, extrañaba a su familia y todo, pero le encantaba conocer lugares.
Sabía que el mundo no era pequeño y claro que le gustaría explorarlo todo, disponía del tiempo, pero, no quería dejar a su abuela por el momento. Bajo la mirada algo desanimado.
---Muchas gracias Manuel. Tal ves si, en el futuro. ---El hacendado sonrió y se inclino hacia adelante, esperando que el tendedero no lo traicionara. Leo levantó la mirada y se encontró demasiado cerca de la cara de su amigo.
Era la primera ves que estaba demasiado cerca... Bueno, de su rostro. San Juan apartó la mirada rápidamente mientras reía de forma nerviosa. Manuel sonreía con picardía y río de la misma forma que el menor, aunque está era una risa un poco más segura que la de su contrario.
---Disculpa. ---Comento Leo calmando su risa, evitando el contacto visual con. El hacendado, la verdad si se si tío avergonzado de tal cercanía, pues otro poco y unía sus labios con los de su amigo. Leo le miró unos segundos y volvió a soltar esa risa nerviosa.
Nando desde la cocina se asomo para ver qué sucedía.
---Tranquilo la culpa fue mia. Estaba jugando con el tendedero. ---El mayor de los San Juan no alcanzaba a oír bien lo que decían, pero no salió. Desde donde estaba no se veía tan cercanos como lo estuvieron segundos atrás. ---¿Te incomode?
---¿Eh? ¡No, no! ---Exclamó el castaño un poco más nervioso, la verdad no sabía que decir en esos momentos con exactitud. ---Todo en orden, por cierto...
Leo prefirió cambiar de tema, se sintió nervioso, pero no incómodo. Aún así, prefería hablar de otra cosas, el hacendado solo asintio.
---Cuando venías para acá ¿no se toparon con un par de vendedores de una medicina disque mágica para los dolores. ---Manuel levantó una ceja intrigado.
---¿Mágica? No, ningún vendedor de esos. No me digas que crees en esas cosas Leo. ---El mencionado negó con la cabeza. ---¿Entonces?
---Es que con esos vendedores, viene con ellos una gitana. Necesito ver a la gitana porque una ves me leyó la mano... Necesito preguntarle algunas cosas. ---El castaño volvió a bajar la mirada, mirando de reojo su brazo con el listón.
---Leo, los gitanos no son tan confiables. ---El mencionado miró a su amigo. ---Algunos de ellos igual son estafadores. Mira, si quieres que te lean las caras o la mano, pídelo a mi abuela, ella sabe de esas cosas.
Los ojos castaños del menor miraron al hacendado. ¿Su abuela era gitana? Antes de que pudiera preguntar algo, Manuel hablo nuevamente.
---No, mi abuela no es gitana. De echo ella es una curandera. De hecho ella logro escapar de la Santa inquisición cuando era mucho más joven.
---¿Logro escapar? ---San Juan había odio historias de la inquisición y todas terminaban en muerte. ¿Cómo alguien pudo escapar de semejantes mounstros que decían castigar en nombre de Dios? ---¿Cómo?
Manuel sonrió y nuevamente se inclino.
---¿Has oído hablar, sobre La mulata de Córdoba? ---Leo solo miró espactante a su amigo está ves.. mientras negaba con la cabeza. La sonrisa de Manuel nunca se borró de su rostro.
----Ohayo Pérez
Corto, pero algo es algo, espero les guste, no se olviden de comentar!
Para no perder la costumbre con los dibujos uwu
Leo se ve más gordito es por el chaleco jsjsjs
Nos vemos en la próxima uwu
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