5. "Quemado"

Perdonen la tardanza... ;;












Leo levanto la mirada, observando los ojos castaños de la guanajuatense, la cual al chocar su mirada con la del poblano, le sonrió.
Ambos se habían detenido frente a la iglesia, pues querían agradecer porque la fémina llegará con bien.
Estaban cerca de la entrada pero a una distancia prudente uno del otro, está se encontraba vacía  pues era mediados de semana y rara ves había gente en la iglesia a esas horas.

---¿Cómo has estado Leo? Creo que no me has podido contar todo a través del papel. ---Comentó ella, mientras se sentaba de lado y recargaba su brazo en el respaldo del banco mientras recargaba su rostro en la palma de su mano.

Leo que no había borrado la sonrisa de su rostro, bajo levemente la mirada.

---En eso tienes razón Val, pero hablemos en otro lado.

---¿Tienes miedo a que los santos te oigan? ---Preguntó risueña, haciendo referencia a las estatuas eclesiásticas que la iglesia tenía. Leo dió una pequeña risa.

---No creo que sea el lugar para hablar de... El Charro negro. ---Lo último lo dijo en un susurro y con una leve inclinación a la adolescente. Valentina lo miro unos segundos y asintió, pues conocía del ente gracias a las cartas que San Juan  le había enviado.

Ambos se levantaron, persignaron y salieron de la iglesia. Leo llevaba el equipaje de Valentina, la cual le había contado sobre la nueva educación que estuvo recibiendo en casa de sus tíos.
La guanajuatense ya no era la misma chica que Leo había conocido unos años atrás, seguía siendo independiente y seguía teniendo casi el mismo carácter, solo que ya no trabajaba en minas o sembradíos, ya no llevaba pantalones, camisa ni chaleco. Evitaba las peleas y jugar brusco.
Valentina estaba recibiendo la "educación" que una niña pudiera recibir a principios de siglo XIX.
Y a pesar de que tuvo el gran privilegio de que su padre le enseñará a leer y escribir, lo "mejor" para ella era convertirse en una esposa excelente. Por lo que ahora la chica vestía de manera adecuada de una señorita, y además de aprender cosas básicas para el hogar... Y aún con todo eso, podía seguir repartiendo golpes a diestra y siniestra.

Mientras caminaban nuevamente en dirección a la panadería, Leo contó sobre lo que creyó haber visto aquella noche de tormenta y sobre su sueño (aunque omitió el hablar de Manuel aún), Valentina por su parte lo escuchaba con atención, pensado en qué poder decirle al castaño, el cual se veía algo ¿frustrado? ¿Cansado? No sabría describirlo en esos momentos. Ambos pararon a unas calles de la panadería.

---¿Él no puede volver... Cierto? ---Pregunto el castaño. La guanajuatense lo miro unos segundos.

---La verdad Leo, yo creo que el charro si puede volver. Puede que no de la misma forma, pero podría hacerlo. ---Contesto ella, Leo dejo la caja de cartón en el piso y dio unos pasos alejándose levemente de su amiga, ella lo oyó susoirar.

---P-pero... Xóchitl y los demás lo derrotaron ¿entonces, su sacrificio fue en vano? ---Valentina noto algo de desesperación en el tono de voz de San Juan.

---Mira Leo, por lo que entiendo, el charro era algo así como un ente que hacía relucir los deseos más avaros y egoístas de la gente. ¿Cómo puedes deshacerte de algo como eso? El mundo está lleno de gente que estaría dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de obtener ganancias o el beneficio propio. El mundo está podrido. Son pocas las personas de buen corazón. ---La chica no bajo la mirada, solo mantuvo la mirada en el más alto. ---El charro tal ves no tenga el poder de antes, pero si tiene el suficiente podría volver, nosotros debemos saber que es lo que quiere. ¡Podríamos detenerlo entre los dos!

Exclamo la adolescente con algo de emoción mientras se acercaba a San Juan y le tomaba la mano. Leo la miro unos segundos.

---¿Crees que él quiera algo de mí?

---Un alma tan pura como la tuya es algo que posiblemente, entes como él anhelan obtener a toda costa. ---Leo volteo a otro lado, pues había sentido sus mejillas arder. Valentina oyó como el mayor preguntaba "¿Crees que tengo un alma pura?", Ella con voz suave respondió. ---Claro que si Leo. Sino fuera de ese modo, no hubieras traído a la vida aquellas momias.

San Juan desvaneció levemente la sonrisa de su rostro y puso una de "si, debí saberlo" junto una risa nerviosa.
Después de eso, volteo a ver a la guanajuatense y me sonrió.

---¡Esta bien Vale, tratemos de investigar y detengamos al charro si es que a vuelto! ---La nombrada ensanchó su sonrisa y asintió ante las palabras de San Juan. El cual tomo nuevamente la caja donde Valentina traía sus cosas y caminaron lo que les faltaba a la panadería.











....














---¡Ay! ¡Chisguete! Tu novia es muy bonita. ---Comento Mando después de que el menor de los hermanos presentará a su amiga. Las mejillas de Leo acabaron notablemente rojas. ---¡Es un gusto volver a verla señorita!

Comento el mayor, besando los nudillos de la mano derecha de la fémina. La cual también tenía las mejillas ligeramente rojas.
Dionisia también abrazo a la chica y creyendo las palabras del mayor de los hermanos, felicito a ambos, Leo trato de explicar que solo eran amigos, pero las palabras de Nando ya habían surtido efecto.
Poco después fueron con su abuela que a pesar de haber oído todo el alboroto que Nando había armado, salido a la guanajuatense como la amiga que era.

El día había sido agitador y lo único que Leo quería era dormir.
Cuando su hermano apagó la vela y la luz de la luna entro por el pequeño balcón, San Juan miró su muñeca, pero segundos después cayó dormido.







...









“Al abrirlos nuevamente se encontró en un pueblo que no conocía. El pueblo era bonito, pero había algo en el ambiente que no le gustaba de el. Empezó a caminar, todo se veía desolado, como si de un momento a otro todos se hubieran ido.

---¿Hola? …¿Se encuentra alguien por aquí? ---Pregunto lo bastante fuerte, pero solo oyó el eco de su voz.

Se detuvo al ver en el piso huellas de caballo, las miró unos segundos y empezó a buscar con la mirada algún indicio que le dijera dónde estaba, pero... Simple te no lo sabía, era un lugar en el que nunca había estado.
Dio media vuelta y noto una hermosa fuente de piedra, dio unos pasos vacilantes para verla de mejor forma.
Volvió a detenerse a la mitad de la fuente, pues había alguien sentado en ella.

---¿Hola? ---Llamo San Juan nuevamente. Pero la persona no contesto, no podía indentificarla, pues tenía un reboso grande y negro que le cubría el cuerpo, junto a un gran sombrero de paja que le cubría la cabeza y hacia sombra para no ver el rostro.

El moreno iba a llamar nuevamente, pero la voz de alguien más se hizo presente. Era una voz gruesa, penetrante, que daba miedo.

---Es un trato entonces. ---Leo enfocó su vista y vio una gran sombra negra delante de la persona de la fuerte. Tragó saliva pero no pudo hacer nada, lo miro como la persona extendía su mano, el ente oscuro sonrió, apretó su mano y empezó a volverse humo.

Leo retrocedió y dio un grito, su muñeca izquierda comenzaba a arder, como si quemará. Grito, al levantar la mirada, los dos seres lo miraban, el ser oscuro soltó la mano del que parecía un hombre y se empezó acercar a él.

Leo gateo de espaldas. Pero este lo alcanzó rápidamente y lo tomo del brazo el cual dolía como si le hubieran puesto brazas ardiendo.

---Eres el siguiente Leo. ---Yo la macabra voz decir. Leo siguió gritando."

Leo despertó con brusquedad. Gritando por el dolor que aún sentía. Nando que también había despertado de manera violenta por los gritos de su hermano se levantó con rapidez.

---¡Leo! ¡¿Que tienes?! ---Exclamó, pero el menor de los hermanos solo se doblo del dolor, mientras se sostenía la muñeca. Tardó varios minutos, lo único que le oyó decir fue que le ardía demasiado. Nando reviso le tomo con brusquedad de la muñeca y quitó el vendaje que está tenía. ---¡Leo! ¡Leo cálmate! ¡No tienes nada, estás bien, Leo reacciona!

Gritaba Nando. La puerta se abrió con brusquedad dejando ver a una Dionisia y Valentina bastante preocupadas. Cuando lograron calmar al menor de los hermanos, este jadeaba y miraba su brazo. Solo estaban pequenas marcas del listón y uno que otro arañazo que Nando había hecho al momento de quitarlo.

---Leo. ---Llamo el mayor una ves más. El nombrado solo suspiro.

---D-disculpen... S-solo a sido una... P-pesadilla... ---Dionisia miró con preocupación al castaño. Hace años que no le oía tartamudear. Nando también lo noto.

---Veamos niña Valentina. ---Dijo está. Mientras la tomaba de los hombros. ---Veamos a preparar un poco de té de Tila a Leo. Para que se le bajen los nervios.

Nando y Leo se quedaron solos momentos después.

---Leo... ---El mayor no termino. El nombrado comento en voz baja.

---Lo se... No... Pude evitarlo. Se había sentido tan real. ---Ambos hermanos se miraron.

---Esta bien chisguete. Solo esperemos que nada malo se avecine pronto. Ahora... Ve a cambiarte. Yo, quitaré las sábanas y volteare el colchón. No sería una buena impresión para tu novia.

Cuando el menor salió de las cobijas, se logro ver una gran mancha húmeda... Después de 7 años, había vuelto a mojar su cama.













----Ohayo Pérez








Dibujo que hice para que vieran como se vería Valentina en esta historia uwu

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top