"3; Cautela"


Espero les guste el capítulo, no se olvide de comentar uwu

Antes de empezar, Les dejo un dibujo de Leo y Manuel <3


Si, Manuel es más alto que Leo uwu

Ahora sí, el capítulo uwu



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"El oscuro páramo es lo único que se podía ver. Leo miro un lado y luego el otro, vacío... Apenas y se podía ver el paisaje frente a él, la noche era demasiado oscura.
La Luna y las estrellas estaban ausentes lo que hacía más macabro aquel lugar.

Dió unos pasos delante y se agachó rápidamente al oir un zumbido por detrás de su persona. Al subir la mirada, logro observar brevemente a un cuervo antes de que este se fundiera con la oscuridad.

---No puedes escapar de tu destino Leo. ---Oyó una voz lejana y volteo de dónde creyó que está venía. Era tan familiar, sabía a quién pertenecía, se levantó con decisión en busca del ente.

---¡Sal de dónde quiera que estés! ¡No te tengo ningún miedo! ---Exclamó San Juan mientras hacía puños con sus manos. Dió otros cuantos pasos más sin saber a dónde se dirigía.

Leo volteo a su izquierda al oir un pequeño chasquido, todo era oscuridad hasta que una chispa roja empezó a recorrer como si fuera una mecha. Retrocedió al verla, pero está lo alcanzo rápidamente envolviendo lo, ahogo un gritó, no podía mover su cuerpo. Forcejeó sin éxito de liberarse.

El sonido de un ligero tintineo se hizo presente y aunque no lo veía del todo, sus ojos café se encontraron con el color rojizo que desprendían los ojos del ente. Ambos se miraron por varios segundos, hasta que el charro llevo su dedo índice a los labios y con una sonrisa burlona hizo un simple... Shhhh...

Para después desaparecer como una bruma de humo negro.”

Leo abrió los ojos, las hojas del árbol se mecian con tranquilidad a causa del viento. Parpadeo un par de veces  tratando de recordarse donde estaba. Se levantó un poco con ayuda de sus codos, un hermoso paisaje estaba frente a él y el sonido del agua que iba por el río hacía tan tranquilo el lugar.

Movió su cabeza un poco a dónde estaba el tronco del árbol, solo para encontrar a Manuel recargado en este, parecía dormido, pues tenía los brazos cruzados al igual que las piernas y tenía la cabeza hacia abajo, lo que hacía que sus cabellos también se mesieran por el viento.

Se incorporó finalmente mientras pensaba en lo que había soñado. ¿Acaso era algún tipo de señal? ¿Acaso el charro seguía vivo?
¿Cómo podría estar vivo? Si Xochitl junto a los demás lo habían derrotado... Miro su brazo izquierdo, en la parte de su muñeca solo se veían ligeramente sus venas. El mal se había ido desde hace dos años.

Suspiro con pesadez. Unos momentos después se cubrió los ojos del sol... Ante ese hecho abrió los ojos de sorpresa, notando que el crepúsculo había llegado... ¡Tarde! Ya era bastante tarde, porque cuando se había encontrado con el hacendado ya era un poco más de medio día.

---Manuel. ---Hablo al mayor mientras se acercaba a él. ---Manuel.

Volvió a llamar mientras lo movía ligeramente. ¿Cómo se habían quedado dormidos tanto tiempo? ¿O más bien, en que momento eso ocurrió? Después de unos minutos, el mayor abrió los ojos y levanto la mirada, los ojos café de San Juan se encontraron con los cobre de López.
Aunque Leo se quedó mirando mas tiempo al ver cómo con el atardecer, el color cobre de los ojos de Manuel parecían de un suave color rojizo.

---¿Leo? ---Llamó ahora el pelinegro. Leo desvío rápidamente la mirada del hacendado, el cual solo sonrió después de unos segundos. ---¿Qué pasa Leo? ¿Te comió la lengua el ratón?

---¿Eh...? ---El nombrado no entendió el porque de la pregunta. Hasta que recordó la hora. ---Manuel, debemos volver al pueblo. Ya es muy tarde y mi familia no sabe dónde estoy.

---Oh... Cierto. Y pido una disculpa Leo. ---Se disculpo el pelinegro mientras se levantaba del lugar, para después extenderle la mano al castaño para que esté se incorporará también. ---Creo que me quedé dormido poco después de ti. Vamos, te llevaré hasta tu casa.

Leo ya no comento mucho después de eso. Nuevamente Manuel lo ayudo a subir al caballo y mientras el sol se ocultaba, ambos volvieron al pueblo, solo esperaba que su familia no estuviera tan preocupada por su ausencia.
Volteo hacia atrás, logrando ver como un hombre de baja estatura iba llegando al mismo lugar donde el hacendado y él habían estado.
Mientras más se alejaban  lo único que podía destacar de aquel hombre era el gran sombrero que llevaba.

Y aunque le extraño aquello  recordó que aquel hombre debía ser el tío de su amigo. Pues lo había mencionado con anterioridad. Cuando finalmente lo perdió de vista, recargo levemente su cabeza en la espalda ajena.

Al llegar al pueblo, los sonidos de la gente se hicieron presentes. Leo levanto la mirada nuevamente, logrando ver la plaza y el recuerdo de Santos mostrándole los fuegos artificiales cuando era un niño llegó a él.
El sentimiento de nostalgia se sembró de nueva manera en su pecho, aunque también vino acompañado de tristeza. Santos había Sido su único amigo en aquel entonces y el mayor con la falsa esperanza de volver a su madre, lo había engañado para entrar en la vieja casona, llevándolo al inicio de una gran aventura.

Cerro los ojos y se abrazo con algo de fuerza a Manuel mientras hundía su cabeza en la espalda de este.

---¿Leo, te encuentras bien? ---Preguntó el de ojos cobre al sentir el apretón por parte del menor. Pero no recibió una respuesta. ---¿Leo?

Volvio a llamar, mientras iba deteniendo el caballo un poco más alejados de la plaza. Y a tes de que pudiera cuestionar a San Juan nuevamente. La voz de Nando se hizo presente entre la calle en la que se encontraban.

---¡¿Leo?! ---Logró ver como esté se acercaba. A lo que el nombrado se separó finalmente del hacendado, cuando esté llegó aún lado de los amigos. Estos ya habían bajado del caballo. ---¡¿Me quieres decir dónde rayos estabas chisgete?!  ¡Te e estado buscando por horas!

---Yo... ---Leo solo miraba a su hermano. Pero la voz de Manuel respondió primero a la pregunta del ex soldado.

---Fue mi culpa Nando, yo le pedí a Leo que me acompañará y se nos fue el tiempo. ---Comentó este con tranquilidad. El castaño mayor frunció ligeramente el seño y tomo a Leo del brazo para hablarlo y ponerlo detrás de él.

---¿Acompañarte? ¿A dónde? ---Leo no comprendio porque su hermano parecía estarlo ocultado de Manuel. Sintió el cambio de ambiente y el tono de voz de su hermano. ---Mira Manuel... Me agradas como amigo, pero... No me gustaría que... La gente comenzará hablar sobre mi hermano.

---¿Qué quieres decir con eso Fernando? ---La voz de Manuel también se había vuelto sería. Leo seguí sin comprender nada, se inclino levemente para poder ver al hacendado. ---Leo y yo solo somos amigos. Al igual que lo somos tú y yo.

---Sabes a lo que me refiero Manuel. Si, somos amigos. Pero al menos a mí nunca me llevaste a ningún lado. Y no creo que quieras causarle algún  problema a Leo. ---El último mencionado estuvo apunto de decir algo. Pero los dos jóvenes adultos solo parecían prestarse atención entre ellos.

"¿Problemas? ¿Porqué Manuel me causaría problemas?" Pensó Leo. Manuel suspiro finalmente. Y es que a pesar de tener ya 16 años aún no entendía demasiadas cosas... Cómo de las que hablaba su hermano y amigo por ejemplo. ¿Acaso se refería al hecho de que este último era "rarito"?

---Mira Nando, causar problemas es lo último que yo quisiera para Leo. Pero, si te soy sincero. Yo creo que él y yo somos parecidos... Ambos somos raros de distintas maneras para los demás y posiblemente, tu hermano haya Sido rechazado socialmente también. ---Ambos hermanos desviaron momentáneamente la mirada por lo último dicho. ---Y, mira. Si te hace sentir mejor, yo solo quiero ser amigo de tú hermano y nunca haría nada para perjudicar su persona. ¿Acaso no quisieras un amigo más para tu hermano?

Nando bajo la mirada, recordando aquella época en la que, por su culpa su hermano no tenía ningún amigo. Y que gracias a la Nahuala se dió cuenta lo mal persona que fue.
Y sabía que actualmente Leo seguía sin tener amigos, ya que se había acostumbrado a la compañía de sus amigos sobrenaturales, que posiblemente los demás jóvenes de su edad no encajarían con el menor de los San Juan.

---Ahg... ---Gruñó Nado finalmente. ---Solo, solo no te lo estés llevando. No quiero que la gente se le vaya a hechar encima a mi hermano. Mantén algo de distancia... Ya sabes cómo son por aquí.

El castaño menor solo se alcanzo a despedir sacudiendo su mano del hacendado. Porque solo oyó un "Si, tendré más cautela." De parte del mayor antes de que Nando diera vuelta para irse rumbo a la panadería.



----Ohayo Pérez

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