19. "REF"

Hola! Hola!

Disculpen la enorme tardanza de este capítulo. Créanme, el trabajo me ahora demasiado y no me dan ganas de escribir, pero ¡ey! Nuevo capitulo que espero les guste <3

Antes de empezar, les dejo el dibujo de Leo que subí a Instagram ya que al parecer no todos pueden verlo.

"¿Pago? Ni siquiera sabrás lo que me he llevado"







































"---Y el muy idiota pensó. ---Declaro la gruesa voz del ente mientras mostraba el pequeño collar a los presentes. ---Que podía evitar pagarme usando este ojo de venado.

El Charro rompió el talismán cerrando el puño con fuerza, a lo que Rupertino dio un paso hacia atrás cubriendo a su hija.

---¡T-toma mi alma! ---Exclamo lleno de pavor. El de ojos rojos sonrió y con sorna declaro.

---No, no te preocupes, ya no la quiero. ---Movió la mano de un lado a otro en gesto de negación. El zacatecano sonrió.

---¡¿Enserio?! Muchas graci... ---Hablo en ese tono esperanzado. Más la pequeña risa del charro lo hizo temer nuevamente.

---Ahora me cobraré. Con el alma de tu hija. ---Hablo demandante y volviéndose aquella luz roja se acercó con rapidez y por detrás de la niña, tomándola desprevenida. Fue algo rápido para ella, el alma se le escapó del cuerpo y se quedó con el ente. Rupertino volteo hacia donde estaban los dos muchachos. Pero estos no estaban, la gitana no estaba... Solo podía ver cómo el Charro negro se llevaba a su pequeña y le dejaba su cuerpo sin vida..."

---¡No, no, no! ---Desperto de golpe y totalmente agitado mientras seguía gritando.

---¡Papá! ¡Papá, cálmate! ---La voz de una fémina joven se hizo presente, junto con ella traía un candil que dejó en la mesita de aun lado. Rupertino tardo en calmarse, pero al final su hija logro controlarlo. ---¿Estás mejor papá?

---Beatriz, hija... Yo pensé... ---Trataba de regular su respiración, la castaña dio una sonrisa comprensiva y acostó a su padre nuevamente en la cama.

----Tranquilo papá, solo fue esa pesadilla otra vez. Yo estoy aquí. Trata de descansar, que el camino es largo. Yo y la tía estamos cuidando. ---La adolescente beso la frente su padre mientras lo veía.

---Ay mija. Yo debería estar cuidando, no tú. Haber, déjame y ahorita les ayudo. ---Trato de levantarse, pero la castaña lo detuvo.

---No hace falta. Cómo dije, descansa, ya estás grande y debes de hacerlo. Te prometo que estaré aquí cuando despiertes. ---Rupertino finalmente cedió ante las palabras de su hija. La cual se levantó de la cama tomando el candil, llegó hacia el final de la carreta que ocupaban como hogar. ---Te quiero papá.

---Yo también te quiero Beatriz. ---El mayor se acomodo en la cama nuevamente. Viendo como su hija desaparecía tras la gruesa cortina que hacía de puerta.
Las castaña oscura suspiro y se cubrió con el reboso al sentir el frío de la noche. La cual se veía mucho más lúgubre que en otras ocasiones. Pues la ausencia de la luna era bastante notable; sin la tenue luz del astro nocturno no podían seguir moviéndose, así que el acampar era la mejor opción.

---¿Cómo está tu papá? ---Pregunto la gitana al ver a su "ahijada", Beatriz se sentó aun lado de ella.

---Esta mejor. Ya sabes, teniendo la misma pesadilla de siempre. ----Se le oía decaída.

---Tranquila Beatriz, ya verás que tu papá se pone mejor. Reacciona así, porque no quisiera volver a perderte. ---La mujer beso la mejilla de la chica en forma de consuelo. Ella solo soltó un suspiro que demostraba lo cansada que estaba.

---Ya han pasado poco más de dos años desde que no volvimos a saber nada del Charro negro, pensé que papá estaría mejor con eso. Pero creo que como yo, él tampoco se siente seguro. ---La gitana se separó de su hijastra y sirvió en dos tazas el café que habían puesto a calentar. ---Eso y que está está guerra en todo el territorio.

---Bueno, es normal Beatriz. Ambos pasaron por experiencias nada gratas. Pero demos gracias a dios de que ese demonio ya no está aquí. ---La mencionada frunció el entrecejo un poco mientras recibía la taza que su "tía" le daba.

---"¿No está?". De eso no estamos seguros tía. Tal vez ese sea el hecho de que papá no a podido descansar bien y de sus constantes pesadillas. ---Beatriz se levantó y la gitana la miro. ---¡Desde que nos separamos de ese chico y su hermano ya no supimos nada! ¿Qué tal si ese ente se sigue paseando de aquí, allá y nosotros pensando que a desaparecido? ¡Pero si lo vuelvo a ver te juro que...!

La chica no termino su arrebato de ira, porque lanzo su taza directamente a la lumbre, junto al pocillo del café, dónde la infusión acabo consumiendo las llamas. Beatriz dio un gruñido por ello.

---Mija, mija, cálmate. ---Trato de calmarla la gitana a la adolescente. Después de un rato lo logro. ---Vamos, de eso no estás segura. Mejor vámonos a la cama.

La castaña suspiro y finalmente asintió. Apagaron bien las brazas de la pequeña fogata y ambas subieron a la carreta, la hija de Rupertino fue la última en entrar, más antes de cerrar la gruesa cortina se quedó mirando al oscuro paraje. Puso una expresión perpleja y trato de escuchar con atención.

¿Niños?

Se pregunto a si misma, era un canto suave, alegre... Algo que contrastaba con tan lúgubre escena.

"El patio de mi casa, es particular, se moja y se seca como los demás..."

Beatriz miro al interior, viendo como su tía Ana se acostaba junto a su padre, de manera silenciosa salió de la carreta al frío de la noche.

"...Aganchense y vuelvan se a agachar. Las niñas bonitas se saben agachar..."

¿De dónde venía? El canto de aquellos infantes la tenían como hipnotizada, caminando sin fijarse por dónde iba y de manera sorprendente sin tropezar cómo si el camino se hubiera vuelto liso sin objetos que la hicieran caer.
La noche estrellada era preciosa, pero sin la presencia de la luna todo era tenebroso y el canto de los grillos hacían más espeluznante el hecho de que los niños seguían cantando.
Beatriz se quedó quieta cuando la voz de los niños paso a ser la de un adolescente y la canción paso a ser otra.

"Arroz con leche me quiero casar, con una señorita de San Nicolás..."

La zacatecana se detuvo en seco cuando vio el leve brillo pasar por detrás de ella. Fue cuando se dio cuenta que ya estaba bastante lejos de la carreta. Dio media vuelta para marchar, pero, todo el paosaje le parecía el mismo y no sabía que camino había tomado. El aire frío la golpeó con fuerza que la hizo temblar, pero hubo algo más que solo eso.

"...Que sepa coser, que sepa cantar, que sepa abrir la puerta para ir a pasear..."

Dio otro giro repentino cuando oyó pasos por detrás de ella. Entre toda esa penumbra un ligero destello rojizo se hizo presente. El miedo la invadió y se dio cuenta de como se iba acercando a ella. Trato de retroceder, pero el miedo la tenía paralizada. La sombra oscura de borde rojizo fue tomando forma a cada paso que se acercaba.

"... Con esta si..."

Una figura humanoide la cual aún no se diferenciaba más allá de los ojos rojizos y la macabra sonrisa que le mostraba. Le oyó cantar con esa voz de ultratumba.

"...Con esta no..."

Beatriz abrió los ojos de miedo y sintió que el alma nuevamente se le escapaba del cuerpo cuando la figura se hizo presente. La sonrisa burlesca del Charro negro le saludaba, le vio levantar la mano. Tan frío como un muerto, fue lo que pensó ella cuando esté la tomo del rostro y se acercaba a su rostro.

"...Con esta señorita me caso yo."

Le cantó el ente a la adolescente, la cual solo temblaba ante la macabra presencia frente a ella. El Charro que no borraba la sonrisa burlesca de su rostro.

---Hola, Bestrisita. ---Le saludo y movió un poco su rostro para depositar un beso en su mejilla.

...

---¿Y Beatriz? ---Pregunto Rupertino mientras se levantaba. Ana solo miro con preocupación la entrada de la casa.

---Dijo que ahorita venía. Tal vez solo... ---La gitana no termino, pues el grito de terror de Beatriz los hizo levantarse de golpe.

---¡BEATRIZ! ---Gritaron ambos mientras salían de la carreta con candil en mano.






....







-En Puebla de los angeles-

Leo tomaba de su atole mientras veía a Nando pasar de un lado a otro. No entendía como no se veía cansado, después de la plática que ambos tuvieron anoche, no pensó que iba a caer rendido a los brazos de Morfeo. Despertó horas más tarde por el ruido que Nando hacía... Le sorprendió más saber que Valentina seguía dormida, posiblemente estuviera cansada.

---¿Qué te traes? ---Le dijo Nando poniéndose frente a él. Leo se tuvo que echar para atrás por la cercanía, el semblante molesto de su hermano no lo sorprendió.

---Nada. ¿Por qué estás de mal humor? ¿Por lo de anoche? ---Pregunto ahora Leo, el cual vio como su hermano se separaba. La verdad la plática que tuvieron fue bastante intensa realmente.

---Si me vas a estar mirando así. Lo mejor hubiera sido que no te dijera nada. ---¿Cómo caracoles le estaba mirando?

---¿De que hablas Nando? Si ni he dicho nada. ---Lo vio dirigirse al fogón y luego dar media vuelta. ---Andas muy raro hoy.

---La culpa la tienes tú. Deja de mirarme así... ¿Sabes que Leo? Mejor dimelo ya. ¡Vamos! ¡Sueltalo de una vez!

Lo vio pararse frente a él y cruzarse de brazos. El menor de los hermanos realmente no sabía por dónde iba la conversación, pero si su pariente quería retomar lo de anoche, bueno, ¿qué podía hacer él?

---Bueno... Solo no puedo creer que no quieras que esté con Manuel porque es mayor. ---Dijo en tono calmo, esperando la reacción de su hermano.

El mayor de los San Juan dio un bufido y empezó a caminar por la cocina nuevamente. Leo se sintió más desconcertado aún. Trato de recapitular lo hablado anoche.

"---Leo, se que esto va a ser complicado para ambos. ---Comento su hermano mientras se sentaba frente de él, pues había ido a dejar a Valentina a la habitación ya que se había quedado dormida enfrente de la entrada de la sala (ya que cuando llegó Dionisia parecía estar consolando a Nando por algo y como no quería interrumpir se quedó esperando, pero ambos seguían hablando y al final cayó rendida). ---Pero debemos hablar de una vez.

---Bien. ---Dijo Leo bastante nervioso mientras jugaba un poco con sus manos. No sabía cómo comenzar, ni mucho menos como decir que él y Manuel ya eran pareja, miro a su hermano, el cual había sacado un rosario... ¡¿Lo iba a exorcizar o algo?! Vio a Nando suspirar y nuevamente aspirar aire.

---Tuve sentimientos por un chico cuando estuve en la militar. ---Soltó el mayor de los hermanos de repente. A lo que Leo se quedó estupefacto por lo que Nando acababa de decir.

---¿Qué? ---Fue lo más que pudo decir. El castaño menor puso ver qué el de la pañoleta se ponía colorado. ---¡¿Qué?!

---Antes de que digas algo más, escúchame. ---Volvió a hablar Nando mientras empezaba a jugar con las cuentas del rosario. Levantó la mirada y miro a su hermano menor a los ojos. ----Se que posiblemente parezca una burla y más con mi actitud de las últimas semanas. Pero, quiero que sepas Leo, que es verdad... Esta persona me gusta...ba.... Bueno, me sigue gustando.

Leo solo podía pensar en: ¡¿QUÉ CARACOLES ME ESTAS DICIENDO FERNANDO SAN JUAN?!

---Y no fue sencillo... Llevo poco más de cinco años pensando en ello... Realmente no pensé que me pasará a mí, porque... Bueno, se cómo es la gente y... No voy a negar que me sentía asustado. Incluso yo, fui muy grosero con él cuando me... ---Nando desvío la mirada de Leo y miro nuevamente el rosario, pasando su pulgar por el crucifijo. ---... Yo, quería escribirle, pero, me habían anunciado como desertor y eso había imposible que yo pudiera enviarle alguna carta... Cuando lo volví a ver el día de hoy por la tarde... Sentí que había recuperado algo que había perdido.

Leo se cruzó de brazos y movió un poco la cabeza para ver mejor las expresiones de su familiar. El cual soltó un largo suspiro.

---Y después de hablar con Teodora, que de hecho fue la que hizo darme cuenta de muchas cosas. Yo, yo solo quería verlo a él. ---Leo miro al techo de la casa, trataba de procesar todo lo que su hermano le contaba. Antes de reclamar, una pregunta que él mismo se hizo le llegó a la cabeza.

---¿Cómo? ---Interrumpió Leo, Nando lo miro. ---¿Cómo te diste cuenta que, ese chico te gustaba?

El mayor de los hermanos volvió a apartar la mirada al rosario, una sonrisa se le escapó de los labios. Leo levanto una ceja.

---No fue algo de lo que me diera cuenta rápido... Cómo dije, llevo cinco años pensando en ello y me he dado cuenta que, siempre iba a terminar buscando a alguien que se asemejará a él, ya sea de forma física o en personalidad... ---Las mejillas de Nando se pusieron coloradas. ---Es decir... Pensar en él por demasiado tiempo... Sentir un revoltijo de emociones hasta por la más pequeña acción que él haga. Simplemente es algo, que no se explicar bien, porque, pasaron tantas cosas... No creo que haya una forma "eficaz" para saber algo así...

---Fernando. ---Hablo con voz sería el.menor de los hermanos. Este lo.miro y vio a Leo con los brazos cruzados y una expresión algo molesta. ---Me estás diciendo ¿qué... Todo este tiempo te ha gustado un hombre y... Qué posiblemente me haz estado juzgando en silencio por lo mismo?

Fernando lo miro unos momentos, como incapaz de responder a lo que había dicho.si pequeño hermano. La verdad podría haber muchas explicaciones de aquello, pero, es como si la garganta se le hubiera secado. Así que Leo continuo al no ver respuesta por parte del mayor de los San Juan.

---¡Me estás diciendo que lo mío está mal! ¡Entonces que es lo tuyo! ¿Sabes cómo me he sentido todo este tiempo? ¡Oh. Pero que gran hermano mayor me a tocado! ---Leo se levantó del pequeño sofá y dio unos pasos hacia su hermano. ---¡Enserio, deberás, eres el mejor Fernando San Juan!

---L-leo... ---Tartamudeo el mayor. ---Mira se muy bien que mis acciones dicen una cosa y...

---¿Y qué? ---Leo estaba molesto. ---¿Ahora me vas a decir que tus palabras eran otras? ¡No te creo Nando! "No digas esas cosas Valentina, Leo es un buen chico".

Imitó el cazafantasmas mientras movía la mano. Nando frunció un poco el entrecejo.

---¡Es que enserio Nando! ¡Tienes una idea de como me he sentido en los últimos días! ¡Tienes una idea de...!

---¡Claro que sí Leo! ---Interrumpió el mayor de los hermanos. Nando se levantó de su lugar y miro a su familiar. ---¡Es un sentimiento confuso, pero de decepción también! Porque crees que le has fallado a todos, solo piensas en lo que dirán, ¡si estás en lo correcto o no! ¡Solo piensas si la abuela hubiera dicho algo, si Dionisia o tu hermano lo harán! Y entre más lo piensas, más te vas al pensamiento negativo y acabas lastimando a la persona que quieres o te quiere... ¡Piensas en los demás antes que en ti y es horrible, porque si conoces como es todo el mundo con respecto a lo que sientes por alguien de tu mismo sexo, piensas que todos te dirán algo...! ¡Así que si Leo, se cómo te sientes, tengo esa sensación desde hace mucho! ¡Gracias!

Leo miro a su hermano. El cual se había exaltado por lo que había dicho, por un momento el menor de los San Juan pensó que su hermano rompería en llanto. Pero Nando solo se sentó en el sofá tratando de calmarse.

---Mira Leo, se que no soy quien para decirte con quién deberías o no estar. Pero, si te estoy contado esto, es para que tú también lo hagas. ---Hablo finalmente después de varios minutos de silencio incómodo.

Leo bajo la mirada unos segundos. Si vista se enfocaba en sus propios zapatos, cómo si fuera lo más interesante en aquella ocasión. Luego miro a Nando, el cual también le observaba.

---...Si... A mí, me gusta Manuel. ---Confeso finalmente. Sintió que se había quitado un peso de encima. El silencio fue largo y Leo no sabía que decir para romperlo.

---No, no, no... ---Oyó a su hermano, levantó la vista Y vio como se llevaba las manos al rostro, como si se lamentará. ---Leo, no me digas eso...

--¿No es lo que querías oír? ---Pregunto confundido y desconcertado. Nando comenzó a negar con la cabeza aún con las manos en su rostro.

---No, no, Leo, no. ---El menor no estaba entendiendo nada. Nando se levantó del sofá y quitó las manos de su rostro. Ambos se observaron mutuamente. ---Leo, enserio, ¿de todas las personas que hay en Puebla, por qué él?

---¿Por qué no? ---Nando empezó a caminar por la sala. Leo seguía en su lugar, oyendo murmurar a su hermano, pero sin entender realmente lo que decía.

---Mañana hablamos... Vete a la cama. ---Ordeno el San Juan mayor. A lo que el cazafantasmas no dijo nada y se dirigió a la pieza, aún en las escaleras le hecho una mirada a su hermano, pero este no se la devolvió. Leo pensó que estaría despierto toda la noche, pero unos minutos después cayó dormido."

Leo levantó la vista al techo, seguía sin comprender a qué se refería su hermano. De hecho seguía sin entender la última actitud de ayer. Nando finalmente se sentó frente a él. También tenia una taza de atole.

---¿Y? ---Comento cómo si estuviera esperando algo. ---Entonces dime. ¿Algo que quieras decir?

--- Si. ---Declaro. ---Si a ti también te gustan los hombres, porque...

---No. No, no. ---El castaño mayor bajo su taza mientras negaba. ---A mí no me gustan los hombres... A mí solo me gusta... Santiago.

Leo vio como su hermano se ponía colorado. ¿Él se vería igual cuando se sentía avergonzado?

---Bueno. Si a ti te gusta Santiago... ¿Por qué te molesta que a mí me guste Manuel?

El hermano mayor dejo salir un pesado suspiro.

---Es mayor que tú Leo. ¡Es decir, tiene mi edad! ---Exclamo. El.mencionado.lo.siguio mirando. ---¡Es como si estuvieras saliendo conmigo o parecido!

---¡No, quita esa imagen mentar de mi cabeza! ----Se quejó Leo. Fernando rodó los ojos y gruño.

---¡Leo, no es el punto! ¿Cuántos años has de tener? ¿15? ¡Él tiene 19, estás chiquito! ---Nando comenzó a levantar la voz.

---¡Chiquito! ¡Tengo 16 Nando, además, te recuerdo que yo vencí a grandes leyendas como...! ---Ambos hermanos se levantaron de dónde estaban. Se mirarán como si se estuvieran retando el uno al otro, Nando interrumpió a su hermano.

---¡Se que venciste hasta al mismo diablo Leo, pero aún eres un niño! ¡Un niño al cual se le han dado muchas responsabilidades! ---Nando movía los brazos a la hora de expresarse mientras que Leo solía pegar sus brazos al cuerpo y hacer puños las manos. ---Osea, se que lo comprendes Leo.

---Pero si mis papás se llevaban por unos cuantos años. ¿Que tiene que yo ande con uno un poquito más mayor que yo? ---Nando llevo las manos a su rostro y soltó un pesado y largo suspiro.

---¡Leo, eso era otra época, eran los 1700! ¡¿Que me vas a decir ahora, que ya que estamos en los 1800, en vez de ser una pareja podemos estar con dos al mismo tiempo?! ---Ambos hermanos comenzaban a perder la paciencia.

---¡No lo sé! ¡Tal vez si se podría! ---Exclamo el menor finalmente abriendo los brazos. ---¡Además, creo que lo que te molesta a ti no es que Manuel sea mayor que yo, sino que, cómo es tu amigo empezó a querer andar conmigo!

---¡¿Acaso no es obvio?! Eres mi hermanito, él un desconocido que se aprovechó de la amistad que teníamos para acercarse a ti.

---¡Bueno y más te vas a enojar porque ese "desconocido" y yo ya somos novios! ---Exclamo el menor de los hermanos, Nando pareció volverse de piedra en esos momentos por lo que había dicho Leo.

---¡¿QUÉ?! ---Leo se arrepintió de haber dicho aquello... ¡Qué tal si Nando encontraba la manera de que ambos no se vieran más! ---¡Leo llevan menos de un par de meses conociéndose! ¡¿Cómo es posible que ya sean novios?!

---¿S-sucedio? ---No pido evitar tartamudear. Nando simplemente se dejó caer en la silla y tomo su taza con atole... Se lo bebió cómo si fuera un trago de tequila, de una sola. ---Además, bueno.... ¿Tienes cuñado?

Nando no hablo, desde que había bajado su taza la miraba como si aquella pieza de barro tuviera todas las respuestas del mundo o al menos la que necesitaba en esos momentos para no acabar en malas relaciones con su hermano menor.
Leo de igual forma observaba a su hermano con atención, tomando nota de cada uno de sus movimientos, porque le daba miedo al rechazo que su familiar le pudiera dar... Si bien la noticia de que a su hermano también le gustaba un hombre le sorprendió, de algún modo se sintió aliviado, porque Nando le entendía también y hasta le dijo cómo se llegó a sentir, con el miedo a lo que se pudiera decir o hacer. De estar decepcionando a todos y todo... Leo nuevamente tomo asiento aun lado de su hermano y le tomo de la mano. Fue cuando la mirada de ambos San Juan se cruzó.

Fernando tomo aire.

---Toda la mañana estado esperando a que dijeras algo acerca de lo que dije ayer... Porque necesito que me grites lo hipócrita y mal hermano que he sido. ---Nando desvío la mirada unos momentos. Leo lo siguió mirando.

---¿Por qué haría eso?... Bueno, se que hay motivos, pero Nando. No quiero y no es porque sea mejor persona o algo así. Simplemente eres mi hermano y lo importante es no seguir con las mismas malas actitudes del pasado. ---El menor le regaló una sonrisa a su hermano. ---No tendría porque preocuparte que yo ande con Manuel, porque él me quiere mucho y... Yo lo quiero a él; se que tú y Santiago podrán ser felices y no tomaras en cuenta la opinión de los demás.

La cabeza de la familia desvío la mirada, torció los labios y negó con la cabeza.

---No soy como tu Leo... ---Nando aparto la mano de la que el menor de los San Juan la había puesto. ---No soy tan valiente...

Antes de que el mencionado dijera algo, Nando continuo con lo que estaba diciendo.

---No soy tan valiente como tú es ese aspecto. Que parece que lucharas a capa y espada por defender ese amor... Cómo dije anoche. Me da miedo el que digan, el que hagan, porque ya gente realmente puede llegar a ser muy cruel. Tú ya estás con la persona a la que quieres en menos de un par de meses... ¿Y yo? A mí me ha tomado casi cinco años en aceptar que siento algo por él... ¡Y ni siquiera lo hice solo, porque tuve que Hablar con Teodora con ello! ---El hermano mayor se cruzó de brazos y se deslizó un poco por la silla. ---Tengo miedo a perder Leo... Pero no soy de los que arriesgan y eso lo hace peor.
Cuando estuve de militar, estaba tan confundido, porque Santiago provocaba sentimientos en mí que realmente no comprendía que sucedía... Y en una ocasión me comporte de la forma más grosera e irrespetuosa posible... Me confesó su amor y de solo saber lo que dirían, le rompí el corazón... ¿Por qué es tan complicado?...
Anoche me encontré con él, fue después de hablar con Teodora... Finalmente agarre el valor de decirle que no había sido algo pasajero...

Leo vio como su hermano se levantava y caminaba para la cocina, el menor le siguió, tal vez eso es lo que él quería.

---Después de hablar contigo oí al ejército marchar por la madrugada, se iban al campo de batalla... Leo, me molesta que estés con Manuel, no solo porque tenga mi edad y tú aún seas un chamaco... Sino porque, ustedes no tienen miedo y se que ambos estarán para el otro... ---Nando suspiro mientras veía por la pequeña ventana el árbol que tenían en el patio. Sus brazos se recargaban en la barra decorada en mosaico. Ambos heermanos lograron oír como unos músicos empezaban a tocar---¿Y sabes que espero Leo?

---¿Qué? ---Pregunto con timidez el menor. Leo volteo cuando oyó el hermoso sonido de un arpa que comenzaba un Son y poco después se oyó la letra... Nando desde que había oído el arpa había puesto una mueca como si el sonido le doliera.

"Ay, qué bonito es volar y a las 2:00 de la mañana
Y a las 2:00 de la mañana
Y ay, qué bonito es volar, ay mamá
Volar y dejarse caer en los brazos de tu hermana
En los brazos de tu hermana
Y hasta quisiera llorar"

---Que ese tipo no se atreva a dañarte, porque sino, seré yo quien le parta toda su mandarina en gajos. ---Se oía serio, más no miro la Leo en ningún momento, este sonrió un poco, más por nerviosismo que otra cosa. ---Y quiero que seas puntual con eso de llegar a las nueve.

"Me agarra la bruja, me lleva al cuartel
Me vuelve maceta, me da de comer
Me agarra la bruja, me lleva al cerrito
Me sienta en sus piernas, me da de besitos."

Leo no supo que decir, hasta que entre el son veracruzano que se oía desde la calle, lograron oír al sereno decir que eran las 9 de la mañana. Cómo ese día no tenía clases, pensaba quedarse en casa, pero no sabia a qué horas lo había citado Teodora.

---Voy a salir... ---Antes de que su hermano dijera algo, agrego. ---Voy con Teo... Al rato vuelvo.

Lo vio asentir con la cabeza, más no hubo muchos movimientos por parte del castaño más alto, solo un movimiento de brazo que no supo interpretar.

---Ya verás, te reencontraras con Santiago. ---No sabía que decir. Más Nando bajo la cabeza.

---Eso espero... ---Agrego el mayor de los hermanos mientras su mano apretaba el crucifijo del rosario que le había regalado al militar ya hace casi un lustro.

"Ay dígame, ay dígame, ay dígame usted
¿Cuántas criaturitas se ha chupado usted?
Ninguna, ninguna, ninguna
¿No ves que ando en pretensiones de chuparme a usted?"

Y mientras el arma llenaba todo el ambiente con su música alegre, Leo dio unos pasos atrás mientras anunciaba que iba a salir, acalorando que iba a encontrarse con la criolla. Nando no dijo nada, pero lo dejo marchar, antes de irse Leo dijo que tomaría diez pesos y que devolvería lo que sobraba.

Mientras salía se encontró al grupo que tocaba a dos casas de la suya, una pequeña multitud se había formado para danzar en parejas y otros disfrutar de la música.
También se había topado con Valentina, la cual le había preguntado que había sido todo el griterío, a lo que el menor de los hermanos simplemente le dijo que eran cosas que tuvo que resolver con Nando.pero que al parecer todo estaba solucionado. Se despidió de ella con un beso en la mejilla y fue al mercado a comprar lo que le había dicho su amiga.

"Y ahora sí, maldita bruja
Ya te chupastes a mi hijo
Ya te chupastes a mi hijo
Y ahora sí, maldita bruja"

La música era alegre, llenaba el ambiente con su dulce tocada, pero no pudo evitar pensar en que su hermano se veía muy melancólico desde que esa arpa sonó.
Puesto que el cazafantasmas no sabía que ese Son era especial para Nando, porque fue la primera canción que bailaron juntos, dónde Nando se empezó a sentir feliz con alguien sin la necesidad de fingir para encajar, dónde Santiago empezó a enamorarse de su cadete... La canción donde su vínculo se reforzó... La canción que los unió.

"Y ahora le vas a chupar
Y a tu marido el ombligo
Y a tu marido el ombligo
Y ahora le vas a chupar"

"Me agarra la bruja, me lleva a su casa
Me vuelve maceta y una calabaza
Me agarra la bruja, me lleva al cerrito
Me sienta en sus piernas, me da de besitos."

Durante su trayecto al mercado no se encontró con el hacendado en ningún momento, miraba por todos lados para ver si lo reconocía... Aunque no sabía si había vuelto a usar su sarape para que la gente no lo reconociera, sintió cosquillas en el estómago de solo pensar en el mayor. Fue comprando algunos dulces y frutas fáciles de comer.
Volteo a la plaza donde vio al grupo de charros de la feria pero no reconoció a su pareja, le hubiera gustado acercarse a preguntar, pero no sabía que tan seguro era hacerlo.

Soltó un suspiro y se concentro en lo que hacía, tal vez de camino a la vieja casona se lo encontraría... Usualmente se encontraban en el momento más inesperado.

"Ay dígame, ay dígame, ay dígame usted
¿Cuántas criaturitas se ha chupado usted?
Ninguna, ninguna, ninguna
¿No ves que ando en pretensiones de chuparme a usted?"

Así como había salido de su casa con la gente alegre y con un ambiente fiestero, por dónde pasaba se sentía del mismo modo. ¿Acaso el cielo no era más azul? ¿O por qué todo le parecía mas vivo?
¿Habrá sido por hablar con su hermano? Pues ya no sentía aquella presión de estar fallando o de hacer algo malo. Si Nando lo sabía se daba por bien servido, además de que tenían algo en común, ha ambos les gustaba un hombre.
Pensó en su hermano por última vez, pues la curiosidad le invadió pensado en como habrá sido que Nando se dio cuenta de sus sentimientos o que paso cuando le dijo que había sido muy irrespetuoso. Dejo los pensamientos sobre la relación con su hermano y trato de pensar en algo más

La alegría le invadió rápidamente y sintió las mejillas calientes cuando volvió a pensar en Manuel. En su novio. Se detuvo y se cubrió el rostro por sus propios pensamientos, nunca pensó tener de pareja a un hombre y ahora resultaba que era el hacendado quién más feliz lo ponía.

Fue una lástima no haberse encontrado con él durante su trayecto a la casona abandonada, hecho un vistazo antes de entrar al interior del inmueble. Nada.
Al entrar la luz del medio día se filtraba por las ventanas, la casona tenía ese aspecto macabro por lo vieja, sucia y sola que estaba. Pero ese ambiente ya no asustaba más a San Juan, ese lugar era su sitio seguro, el lugar donde aprendió a ser valientes y a tener amigos.

---¿Teodora? ---Llamo estando cerca de las escaleras. Oyó murmullos, levantó la mirada al inicio de estás, observó a Teodora y a Xóchitl al inicio de estás. Parecían estar hablando de algo. La sonrisa del castaño se borró un poco al ver a la pelinegra.

Cuando sus miradas se cruzaron, la indígena sonrió y saludo con su mano. San Juan forzó una sonrisa y devolvió el saludo.

---Y está vez no te vayas a tardar, porfis. ---Pidio Teodora mientras sacaba a ambos amigos de su encuentro. ---¡Leo!

Exclamó la pelirroja y corrió escaleras abajo para abrazar al castaño el cual sonrió y le devolvió el gesto.

---Llegas super temprano. Por suerte ya tengo las cosas listas. ---Le comento mientras se separaba y le sonreía al humano.

---Siempre vas un paso adelante Teo. ---Trato de halagar el de cabello castaño, a lo cual ella soltó una risita. ---Hola Xóchitl.

Saludo a la azabache, la cual tenía una ligera expresión de preocupación, pero se acercó al cazafantasmas y le beso la mejilla.

---Entonces, ahorita vuelvo señorita Teodora. ---Anuncio la indígena mientras flotaba hacia la salida de la casona. Leo la siguió mirando hasta que desapareció por el gran portón de madera.

Quería hablar con Xóchitl, que se aclararan las dudas que habían surgido tras su plática con el Charro, que esperaba que le diera un poco de paz al menos ese día.
Volteo la mirada cuando la pelirroja lo empezó a llamar. Dejo de mirar por dónde se había ido la otra fantasma y corrió escaleras arriba, saludando a su paso a los animales fantásticos y al fantasma hispano. Mientras que Finado y Moribunda se habían unido a ellos en la habitación de la novohispana.





...




---¡No, no, perate Teo! ---Exclamo Leo, pero de igual forma sintió como le quitaban el vello de las cejas. ---Auch...

Se quejó San Juan. La pelirroja soltó una risita por el comportamiento de su amigo.

---Ay Leo, aguanta otro tantito, ya voy acabar. ---Dijo ella con las pinzas en la mano. ¿Cómo había aceptado tal tortura? Sentía que tenía toda la cara adolorida y eso que solo la fantasma le había estado quitando ceja tras cejas... ¡Y si ya se las había quitado todas!

---¿Cómo haces esto los días? Duele mucho. ---Leo no pudo evitar llevar su mano a su frente y sobar su ceja izquierda con la que la pelirroja ya había terminado, se sintió aliviado cuando se dio cuenta que aún tenía cejas o al menos lo pocas que le dejo Teodora.

---Pues la belleza cuesta Leo. Lo que me sorprende es que aún tengas la cara muy limpia. ---Dijo risueña mientras le pellizcaba la mejilla al cazafantasmas el cual solo cerro el ojo de la mejilla "atacada". ---Tambien tienes bonitas pestañas, son largas y no tan gruesas.

---¿No me vas hacer nada en las pestañas, verdad? ---Teodora río.

---Obvio no Leo. Osea, si ya las tienes bonitas. ---El mencionado dejo salir otro quejido por qué la pelirroja le había quitado vellos de la cara nuevamente. Cuando finalmente estuvo listo se sentó en la cama; ahora sabía que la diadema era como un lazo de algodón que ayudaba a que el cabello no te cayera en la frente... La criolla le había dado una de color verde, según ella era una rana, aunque Leo no le encontró la forma más haya de un par de ojos. Y su querida amiga igual tenía una, solo que en vez de ojos, eran unas orejas de cerdo... Leo no entendía el porque, pero no se quejó.

Momentos antes de que la fantasma empezará a arreglarle las cejas, le pidió detalles acerca de su salida con Manuel y grito mucho cuando se enteró que ambos eran pareja. Le felicito y le beso las mejillas para luego decirle: "¡Ay Leo! ¡Ahora déjame planear tu boda, porfis!"
El castaño solo se puso colorado, porque realmente no pensaba si su relación con el hacendado escalara a tanto... Aunque ahora que lo pensaba, tal vez la iglesia no los dejaría casarse, ya que no eran "normales".
Dejo eso de lado y se soncentro en seguir platicando con su amiga. La cual le había estado poniendo cremas y demás cosas en el rostro, a palabras de la misma Teodora era para una "exfoliación", aunque Leo no tenía ni idea de que era eso, pero no le quedaba de otra que confiar en su amiga.
Hasta las calaveritas de azúcar se les habían unido y jugaban con las diademas y otras cosas que Teodora tenía en una caja.

---Oye Teo... ---Llamo Leo mientras estaba acostado nuevamente con una tela húmeda en el rostro, la fantasma lo llamaba "mascarilla". La chica hizo un gesto de que lo estaba escuchando. ---¿Crees que Xóchitl oculte algo?

---¿A qué te refieres Leo? ---Cuestiono ella, dejando a Moribunda jugar con sus brochas.

---Bueno... Es que siento que hay cosas que no me ha dicho, aunque para ser sinceros, yo tampoco he dicho mucho. ---Vio cómo la de piel clara ponía una pose pensativa. ---¿Y si, es referente al Charro Negro?

---Ash... Leo, estamos pasando un agradable rato. ¿Tenías que mencionarlo? Osea, cero cool. ---El mencionado no supo que decir. ---Pero... Ahora que lo dices, ella no me ha dicho nada. ¿Por qué preguntas?

---...Bueno... Quería saber si ella tenía una idea... De si el charro negro a vuelto o... ---La pelirroja dejo de arreglar su fleco para ver finalmente a San Juan, el cual se veía bastante nervioso. ---... Algo sobre Manuel.

---¿Por qué tu novio estaría involucrado con ese demonio? ---Pregunto ella, al menor de los hermanos le hubiera gustado poder responder aquello. Pero hasta el llegó a dudar de esa respuesta gracias a que a Xóchitl no parecía caerle bien Manuel.

Leonardo suspiro con pesadez y se sentó en la cama, pues nuevamente se había costado para estar más cómodo, pero ahora no sabía cómo sentirse, demasiadas emociones.

---Es decir... Ella y yo hemos hablado un poco porque pensamos que el Charro a regresado, pero, no pasamos a más de ello. Pensamientos de si volvió o no... ---Leo sintió un ligero hormigueo en el brazo izquierdo. ---Realmente me gustaría saber el "porque" alguien como él me quiere como su sucesor.

---Tal vez se deba a que así podrá descansar finalmente. ---Comento Teo que se había comenzado a limpiarse las uñas, Leo la volteo a ver. Cuando sus ojos castaños se cruzaron con los rojo cereza de la fantasma la vio sonreír. ---¿Acaso no te sabes la leyenda del Charro negro? Obvio no, no te la habían contado. Pero mira, que gracias a dios, me tienes a mí.

La chica se sentía feliz y San Juan lo había notado. Pues el que pusiera su mano sobre su pecho le hacía entender que la criolla se sentía feliz de ello.

---Me la puedes contar Teo. Por favor. ---Pidio el castaño de forma calma y amable. Teo se acomodo en la cama y tomo su teléfono.

---Obvio que si Leo. ¿Osea, por quién me tomas? ---Empezo a teclear en su celular. ---Hasta la descargue porque luego no te voy datos y que fastidio.

El novohispano prestaba atención a la "cajita mágica" de su amiga, la cual puso el celular en la cama.

---Siri, reproduce "La leyenda del Charro negro". ---Ordeno ella. Leo solo ladeó la cabeza y abrió los ojos con sorpresa cuando una vocesilla dijo:

"Reproduciendo: La leyenda del Charro Negro.

Cuenta la leyenda de un hombre que fue traicionado por su ambición.

Este venía de una familia humilde en donde su padres lo amaban, pero nunca pudieron cumplirle sus caprichos. Años después sus padres murieron y él entró en miseria, tomando una decisión muy riesgosa, la cual era invocar al diablo para pedir riqueza.
Finalmente, Lucifer se apareció y le ofreció cantidades de dinero a cambio de su alma. El charro, sin pensarlo, aceptó el trato.

Pasó el tiempo y el charro estaba cansado de gastar sus riquezas en vicios, mientras que la soledad poco a poco lo consumía dándose cuenta que no lo querían por lo que era si no por las riquezas que poseía. Lucifer volvió recordándole que la hora de pagar estaba cerca, causando un terror inmenso al charro. Su miedo fue tan grande que pidio al personal de su hacienda poner cruces por todas las afueras e incluso, hicieron una pequeña capilla. A pesar de eso el miedo no lo dejaba dormir ni disfrutar.

En un arranque de miedo, tomó a su caballo y unas pocas monedas que le quedaban. Huyendo por la noche, sin pensar que el diablo se daría cuenta, este fue a buscarlo y le dijo que esperaría hasta la hora de su muerte, pero por su cobardía y miedo decidió llevárselo esa misma noche. Desde entonces el charro fue condenado a sufrir tormentos en el infierno, esperando ahí solo para cobrar a quienes tienen deudas pendientes, esto con la esperanza que en una noche algún viajero tome su lugar, dejando ir a descansar en paz al charro y su caballo."

San Juan abrió los ojos con sorpresa, no sabía de la leyenda de aquel que le reclamaba cómo sucesor... ¿Descanso? ¿Eso es lo que buscaba el charro? ¿Qué acaso no era un ente? ¿Un demonio? ¡¿No era el mismo diablo?!
Miro a su amiga, luego miro su brazo con el listón, antes de empezar a ser un manojo de nervios. Teodora agrego.

---Aunque si te preguntas, no hay mucho registro de él en la "REF"...

---¿En la qué? ---Teo seguía sonriendo.

---En la "REF". "Registro de Espectros y Fantasmas" en una organización que trata de tener un control sobre la enorme cantidad de muertos que reside del otro lado del más allá. ---Explicó la fémina mientras tomaba su celular nuevamente. ---Del lado de los muertos se juntan muchas épocas, de allí que tuviera el hermoso vestido con el que me has visto y también logré conseguir mi teléfono. Y hace unas cuantas décadas empezaron a usar una página donde ponen la ficha de las personas fallecidas. Así es más fácil saber quién está vivo y muerto.

El cazafantasmas se sintió fascinado por aquello. Se acercó más a Teodora cuando ella empezó a escribir en su cajita mágica. La misma voz que le había narrado la leyenda de hace unos momentos volvió a decir.

"Registro de Espectros y Fantasmas del territorio de la Nueva Hispania:

Nombre: Teodora Vicenta de la Purísima Concepción de la Inmaculada Trinidad Villavicencio.

Año de nacimiento: 1747

Año de muerte:1757

Causa de muerte: Esoterismo."

Leo miro con admiración la caja mágica de su amiga. Verdaderamente sorprendido por la cantidad de datos que está soltaba acerca de su amiga... Una maravilla tras otra...

---¿Y... Puedes buscar a cualquier persona fallecida? ---Pregunto Leo, Teo lo miro unos momentos y dijo algo como: "Leo, ¿no escuchaste o que? ¡Es un registro de todos... Osea, todos los muertos!". El castaño solo dio una sonrisa nerviosa. ---¿Crees... Que puedas buscar a María Isabel San Juan?

La pelirroja lo miro unos momentos y luego sonrió con ternura. Empezó a teclear en su teléfono y a los pocos segundos empezó a soltar la información de su madre. Una mujer que murió a los 27 años junto a su esposo en un accidente de carretera. Pues un mal clima y un pequeño asustado hizo que quisieran llegar más rápido.
Leo pudo ver la foto de su madre y el deseo de verla lo invadió. La extrañaba demasiado y le encantaría tener la oportunidad de volver abrazarla.
Y aunque en aquella ocasión, no recibió un abrazo de su madre, si de su querida amiga. Ambos empezaron a jugar con la página de la REF, oyendo información de la familia Villavicencio, luego la información del padre de San Juan.

Incluso trataron de buscar información de Don Andrés y vaya que el señor ya llevaba bastante de fantasma. Pues su fecha de muerte aún estaba en el ya lejano de 1500. No quisieron indagar Xóchitl a pesar de que al humano le dio curiosidad.
Incluso intentaron buscar personas vivas para ver qué arrojaba la página, cuando buscaron a Nando está arrojo: La persona no a muerto aún. Verifique su información.

---Ahora a tu novio Leo. ---Dijo ella y el entre risas asintió. No sabía cómo es que se empezaron a reír demasiado... Tal vez por algún chiste o porque entre las búsquedas vieron videos de gatos. ---Obvio el no va a salir, está bien vivo.

Hasta el acento chilango y fresa había desaparecido en Teodora. Ambos se tiraron en la cama, mientras el teléfono cargaba la búsqueda realizada.
Más callaron con rapidez cuando está arrojo:

"Registro de Espectros y Fantasmas del territorio de la Nueva Hispania:

Nombre: Manuel López Hernández.

Año de nacimiento: 1599

Año de muerte: 1618

Causa de muerte: Desconocida."

Leo y Teodora se levantaron de dónde estaban y se acercaron al artefacto tecnológico. La pantalla brillaba y junto a la información, un dibujo es lo que mostraba la apariencia de aquel que se llamaba Manuel.
Un joven de aspecto cansado y que se notaba que la vida no lo había tratado muy bien en aquellos 19 años que marcaba el aparato.
Leo tomo el celular para verlo mejor... Se parecía a Manuel... Pero más apagado, más demacrado... Sin esas ganas de vivir y sin ese aire galante.

---¿Esto es un error... Verdad? ---Pregunto casi en un susurro a la pelirroja, la cual también estaba bastante sorprendida.

---¡S-si! ¡Obvio! ---Dijo ella tomando el aparato nuevamente, borrando lo escrito y volviéndolo a escribir, cómo si lo hubiese hecho mal y por eso la página les había arrojado ese dato. ---¡Obvio Leo... Porque Manuel no podría...!

La criolla calló cuando la página cargo y volvió a decir:

"Registro de Espectros y Fantasmas del territorio de la Nueva Hispania:

Nombre: Manuel López Hernández.

Año de nacimiento: 1599..."

Borro y escribió nuevamente, solo para obtener el mismo resultado... Era imposible que se hubiese equivocado, no importaba la coincidencia del nombre, que aquel chico con la apariencia idéntica a la pareja de Leo fuera el primero en salir los estaba empezando a poner nervioso a ambos.

---¡Teodora! ---Exclamo Leo y ella arrojo el celular por los nervios cuando la página por décima ocasión soltó la información del hacendado. ---¡Teodora dime qué está mal!

---¡No lo sé Leo! ¡Se supone que no debería estar registrado! ¡Por qué lo hemos visto... No lo entiendo! ¡Aquí dice que lleva casi doscientos años muerto! ---Ambos podrían estar al borde del llanto.

El castaño no supo que decir en aquellos momentos. El único pensamiento de San Juan a lo que estaba pasando era la fuerte y rotunda negación. ¡¿Había estado saliendo con otro muerto?! No podía ser posible. Simplemente no.podia serlo....

---¡Xóchitl! ---Exclamó de repente el castaño mientras se levantaba a tropezones de la cama. Sin importarle que casi acababa en el piso salió corriendo de la habitación, Teodora por su parte empezó a flotar detrás de él. ---¡Xóchitl!

Llamaba el cazafantasmas por la casona, tanto que los esqueletos salieron asomarse por el escándalo. Tampoco tardaron en aparecer los animales fantásticos y las calaveritas de azúcar. Los cuales iban siguiendo con la mirada a San Juan, a excepción de los dos últimos pares que empezaron a seguir al muchacho en búsqueda de la fantasma.
Preguntado que era lo que ocurría, que si le había pasado algo a Xóchitl, pero las respuestas no fueron contestadas por el joven, que ya había revisado la cocina incluso algunos cuartos que la criolla le había dicho. Corrió al primer piso y fue cuando finalmente la vio, junto a don Andrés ambos parecían llegar de la calle.
El castaño bajo con rapidez las escaleras y cuando ambos fantasmas se dieron cuenta de la presencia de San Juan, este tomo por los hombros a su amiga y le dijo con rapidez y con un poco de desesperación.

---¡Xóchitl! ¡¿Qué es lo que no te agrada de Manuel?! ---Ella dio un pequeño salto en su lugar junto a una pequeña exclamación y miro a San Juan, el cual nuevamente le pregunto. ---¡¿Que es lo que no te agrada de Manuel?! ¡Xóchitl responde, necesita... Necesito que seas lo más honesta conmigo! ¡Si no me has contado nada hazlo ahora!

---¡¿P-pero qué ocurre Leo?! ---Dijo la chica entre confusión y algo de temor, pues nunca había visto a su amigo tan exaltado cómo en esos momentos. Leo la siguió observando.

---¡Vamos chaval, que la estáis asustando! ---Exclamo el fantasma español, Teodora llegó segundos después de Leo y se encontraba detrás de ellos. ---¡Pero dinos qué ocurre Leo!

---Xóchitl.... ---Llamo la pelirroja. La nombrada seguía mirando a San Juan tratando de saber que es lo que pasaba por la cabeza de su amigo... Pero no podía leerlo en esos momentos. ---¿Tú... Osea, dinos...?

---¡¿Sabías que Manuel está muerto?! ---La azabache abrió los ojos con sorpresa y los demás integrantes del grupo exclamaron cuando oyeron aquello.

El silencio de ella solo lleno de tensión el ambiente, Leo sentía que la desesperación crecía en él... No, no, no... Manuel, su querido charro no podía ser un fantasma, no podía llevar tanto tiempo de fallecido.

---¿... Dónde...? ---Fue lo único que pudo murmurar la fantasma. Teodora ahogo un grito de indignación y Leo sin querer apretó los hombros de su amiga.

---¡Dah! ¡La página de la REF! ---Exclamo la pelirroja. El fantasma español miro unos momentos y luego fue el que empezó a hablar.

---¿Y estáis completamente seguros de que se trataba del mismo chaval? Es decir, puso ser solo una coincidencia. Hay que tratar de calmarnos, todos vosotros. ---La azabache y el cazafantasmas seguían mirándose el uno al otro. Xóchitl finalmente había logrado identificar gran parte de los sentimientos de San Juan. Más no se quejó por lo fuerte que esté comenzaba a sujetarla.

---Solo lo sospechaba... Puede que los registros estén mal... ---Hablo finalmente ella. Todos centraron su atención a ella. ---No quise decir nada hasta estar segura de ello... Leo, perdoname por no haberlo dicho antes, no sabía cómo ibas a reaccionar.

---¡Xóchitl! ---Exclamo el castaño, en su tono de voz se notaba que estaba dolido y enojado. ---¡No puedes callar algo tan importante, estamos hablando de la persona a la cual me he enamorado! ¡¿Sabes cómo me hace sentir eso?!

---Bueno... ---San Juan interrumpir.

---¡Tal vez todo sería diferente en estos momentos! ¡Además! ¿Cómo? Si la gente aquí en Puebla lo a visto, hablado y atacado. ---Xóchitl suspiro de alivio cuando Leo la soltó finalmente. ---¡Esto no tiene sentido! ¡No podría estar muerto y que lo vean! ¡Si con ustedes debe pasar un buen rato!

---Exacto Leo. No sabemos cuánto tiempo lleva en el mundo de los vivos. Si Manuel está muerto como dice el registro y lleva aquí mucho tiempo, la gente podría verlo. Los fantasmas tenemos muchas formas de hacer presencia. ---Leo se alejo unos pasos y hecho todo su cabello hacia atrás. No le estaba gustando la conversación. ---Leo, se que debí decírtelo antes, pero no sabía cómo... Además, solo eran sospechas, como yo no entiendo al aparato ese de la niña Teodora era más complicado mí. Leo...

---¡Xóchitl, aunque fueran sospechas me lo hubieras dicho y nos hubiéramos evitado muchas cosas...! Debo decir que yo tampoco he sido muy honesto... ---El humano cerro los puños, sentía enojo, irá, dolor... Algo más que no sabía identificar. ---¡Tampoco me dijiste que no habían derrotado al Charro negro! ¡Y ahora él está de vuelta!

---¡¿Cómo?! ---Gritaron los demás al oírlo. ---¡¿Pero como?!

---¡Porque me a hablado, no de forma directa siempre es en sueños y ayer, durante la feria hizo lo mismo! ¡Dice que viene por mí! ---El castaño llevo su mano derecha al brazo izquierdo y empezó a desatar el listón rojo. ---¡La maldad a vuelto!

Extendió el brazo y todos ahogaron un grito al ver cómo las venas negras estaban ya bastante marcadas. Leo también abrió los ojos con sorpresa... No eran tan oscuras y marcadas hace unos días... También habían crecido y era obvio que en cualquier momento el listo ya no las podría cubrir. La azabache tomo el brazo de Leo, la preocupación estaba plaada en su rostro.

---Leo... Porque no me lo dijiste antes. ---El mencionado solo frunció el entrecejo y apartó con brusquedad el brazo de las manos de la fantasma.

---¡Y tú! ¡Tampoco me dijiste algo Xóchitl!

---¡Leo cálmate, esta claro que todos debimos hablar cuando nos reencontramos! Pero esas no son las formas de hablarle a Xóchitl. ---Regaño el fantasma español, a lo que el adolescente lo miro. Se alejo de ellos por unos pasos y cubrió su rostro con sus manos.

---No, no, no... ---Murmuraba para si mismo. ---¡¿Cómo?!

---Leo, cómo dije, podríamos estar equivocados. Pero, igual, los fantasmas pueden materializarse cuando no están en la zona de su muerte. ¿Porque crees que don Andrés ya no flotaba cuando estaba contigo y los alebrijes? Ya llevaba demasiado en el mundo de los vivos. ---Trato de explicar ella. Más Leo ya no quería escuchar.

---¡Es que él no puede estar muerto! ---Exclamo mientras los voltea a a ver. ---¡No puede! ¡¿Por qué ahora?! ¡¿Por qué cuando el Charro está de vuelta?!

Antes de siquiera pudieran decir algo para calmar al joven cazafantasmas, Leo empezó a caminar hacia la salida. Las calaveritas de azúcar levantaron la mirada cuando vieron por la ventana que el aire estaba soplando con mucha más fuerza. Hicieron pequeños sonidos para que el castaño no saliera pero este no les prestó atención.

---¡Leo! ¿Para dónde te vas? ---Pregunto la azabache.

---¡Con Manuel! ¡Él no puede ser un fantasma! Se los voy a comprobar. ---Es dijo y salió de la casona, la pelirroja y la morena se miraron entre ellas y luego al fantasma español, los tres salieron tras el muchacho que ahora corría ante el fuerte viento que empezó azotar a la capital poblana.

"El charro a vuelto... Manuel posiblemente este muerto... Mis amigos volvieron... Él prometió que me volvería su sucesor... La abuela murió... Nando estuvo con alguien en el ejército... Nando estuvo en el ejército..." Recapitulaba San Juan mientras corría hacia la hacienda de los López, más el fuerte viento apenas y lo dejaba ver, para que poco después este comenzará a soltar lluvia. Su respiración agitada y el dolor en el costado lo hizo detenerse en la plaza, viendo como los puestos guardaban con rapidez sus cosas y todos corrían a refugiarse dentro de sus hogares... Oyó que lo llamaban pero ignoro la voz de sus amigos, iba a continuar, pero dio media vuelta rápidamente cuando oyó a un caballo contar.

Más la poca visibilidad que tenía en esos momentos no ayudó mucho, empezó a sentir frío rápidamente pues estaba empapado. Dio otra media vuelta cuando oyó el galope detrás suyo.

---¡¿Dónde estás?! ---Grito con enojo, ya se estaba cansando de los juegos del Charro... ¡Si tanto decía que se iban a ver. Que fuera en ese preciso momento! ¡Que le dijeran si tenía algo que ver o no? ---¡No te tengo miedo!

---¡Leo! ----Se escucho la voz de Xóchitl llamarlo, pero el castaño no fue hacia ella. Algo más había llamado su atención, aquel sonido de las herraduras del caballo golpear contra el piso lo tenían más ansioso. ---¡Leo vuelve!

Y entre la densa lluvia y el fuerte viento, vio caballo y jinete hacia el camino que daba al monte, el mismo camino que tomaba para ir a ese lugar especial que tenía con Manuel.
No lo pensó dos veces y salió corriendo para dónde dicha figura se encontraba; el camino estaba realmente horrible, pues la terracería estaba hecho lodo y se resbaló en varias ocasiones, pero el jinete no corría, mas parecía mofarse de que el castaño le estuviera siguiendo.
Había ríos que venían del monte y bajaban por dónde Leo pasaba, pudo haberse ido de espaldas en cualquier momento a causa del fuerte viento, más Leo seguía empezado en alcanzar al jinete que al igual que él se arriesgaba en ese día de tormenta.
Estaba sin aliento cuando llegó hasta arriba y parecía que el clima se había calmado, tenía el cuerpo empapado por la lluvia y estaba bajo de temperatura.

Los labios le temblaban y apenas podía respirar. El frío y la subía habían podido con él; se agachó y puso sus manos sobre sus rodillas e intento tomar aire para aliviar el dolor de su costado.
Cuando levantó la mirada, vio al hombre de gran sombrero subir al caballo que se había detenido frente de él.

---O-oigan... ---Murmuro con lo poco que se había logrado calmar. Dio pasos torpes hacía el frente y continuo avanzando. ---¡Oigan!

El sombreron volteo a verlo, Leo captó la sonrisa de este y el movimiento de su mamo mano a forma de despedida. El caballo empezó a trotar, San Juan a correr, el clima que parecía ya haberse calmado, empezó nuevamente a ser brusco, el viento provocaba grandes paredes de agua que golpeaban el cuerpo de San Juan y la espesa lluvia penas y lo dejaba ver el camino o a aquellos que estaba queriendo alcanzar.
Tomo aire y sin importarle el dolor de caballo que tenía, empezó a correr nuevamente y como el caballo parecía estar luchando con el clima también, sintió que podía alcanzarlo, más algo llamo la atención de San Juan.

Aun lado del camino, sus ojos divisaron a Rosseau parado que observaba un gran pergamino, el castaño no apartaba la mirada del francés y cuando los ojos azules, fríos como el hielo lo observaron, dio un mal paso y tropezó.
Si no se había roto algún hueso en sus a e tiras. Sintió que en esos momentos lo había hecho. Pues el tropezón que se había dado lo había hecho resbalar hacia el lado más empinando del camino, así que empezó a rodar por este, solo para acabar en el fango, trato de levantarse, pero se sentía bastante aturdido en esos momentos.
Observó al caballo pasar con su jinete y acompañante, levantó el brazo como si eso pudiera detenerlos pero no.

Dejo caer su cabeza en el piso, tratando de pensar como habían llegado a esa situación. "¿Qué prisa tienes? No sabía que me extrañabas tanto." No es que extrañará al Charro negro, simplemente añoraba ver a sus amigos nuevamente, porque en todo ese tiempo no había tenido amigos reales, con quién compartir gustos o alguna plática... Solo quería a alguien que tratara de comprenderlo, que lo hiciera sentir seguro y completo. No pensó en una pareja, pero si en algún acompañante.
No pensó que ese simple pensamiento traería aquel ente de vuelta, también estaba el hecho de que, cuando encontró a alguien con quién podía ser él mismo, no resultó lo que esperaba... ¿Muerto? ¿Manuel enserio ya llevaba bastante de fallecido?
¿Acaso el Charro quería lograr algo más trayendo a Manuel a su vida...? ¿Qué sería?

---¿...Ma... Nuel...? ---Llamó, pues una figura humanoide se acercaba a él, sabía que no era ninguna de sus amigas, porque ellas tenían el cabello largo. Aunque esté también parecía de complexión delgada. Cerro los ojos con fuerza y los volvió abrir, la figura estaba más cerca. Era un chico, un chico que no había visto y que no podia distinguir bien por la torrencial lluvia que caía. ---¿Eh?

Leo lo oyó murmurar, pero no le había logrado entender. Vio sus pálidas manos acercarse a él, quiso retroceder, pero no lo logro, es como si algo lo tuviera paralizado.

---...Es mio... ---Logro entender finalmente, Leo vio como ponía las manos sobre el listo que tenía su brazo. Podía verlo intentar torpemente deshacer el nudo, más Leo empezó apartar el brazo. ---Mio...

El castaño hizo una mueca cuando esté puso las manos de lleno en su brazo, le estaba comenzado a doler. Era insoportable el dolor y se hacía cada vez más fuerte que le estaba haciendo llorar.

---¡...S-sueltame! ---Pidio, pero aquel joven no lo soltaba, Leo acabo gritando por el dolor que tenía, era como en sus sueños, pero estaba siendo mucho peor. ---S-suel... Po...

No podía no acabar alguna palabra a causa del sufrimiento. ¿Quién era? ¿Por qué quería el listón? ¿Lo quería?
Preguntas que no podía pensar con claridad... La voz de una mujer se mezclo con la propia y el sonido de tormenta. Simplemente ya no podía con lo que sentía en esos momentos era demasiado...

"¡Leo! ¡Leo!" Llamaban; "Mio, mío." Decían; "Que pare, que se detenga." Pensaba.
Cuando logro enfocar por muy poco si vista y levantar la mirada al menos unos pocos segundos, ya no vio a nadie más frente de él, aparto la mirada nuevamente e intento divisar, la figura femenina ahora estaba frente de él.
Pero no pudo decir nada, cuando empezó a ver algo oscuro, iba de poco a poco hasta que todo se volvió negro.

Había dolor y oscuridad, en ocasiones oía la voz de una chica... ¿Teodora? Luego otra voz, y otra... Se estaban haciendo demasiadas voces que no podía callarlas, no sabía dónde estaba o que pasaba, pero así como empezó comenzó a calmarse, primero las voces, luego el dolor... Fue disminuyendo que hubo un punto en que ya no sintió nada, pero seguía en oscuridad total...  Lúgubre y solitaria oscuridad, no había un algo.
"¿Dónde estoy?" Se pregunto, más no hubo sonidos, no hubo personas ni imágenes ni escenarios, no había nada.



















---Ohayo Pérez.

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