16. Sentimientos encontrados
¡Hola! ¡Feliz navidad y año nuevo atradisimo!
Aquí Ohayo, esperando que este año haya más actualizaciones, de hecho, cuando acabe este libro, quiero hacer un libro de OS de Leo y el Charro jsjs
Bueno, les dejo este dibujo de Valentina con el cabello corto, por si se preguntaban cómo se veía, su vestimenta es la misma que la del final de la película de las momias.
Voten, comenten, eso me ayudara a saber que les gusta la historia y a no tenerla tan abandonada <3
Valentina con cabello corto jsjJs
Xóchitl y Leo caminaban por las ya solitarias calles de Puebla, hablaban sobre lo acontecido momentos atrás con el menor. La fantasma que "caminaba" a su lado dio un suspiro pesado.
---Es que Leo, eso no tiene ningún sentido. ---Comento ella, a lo que el castaño volteo a verla.
---¿E-enton...Entonces co-como expli-plicas...? ---Lo gruño con frustración, ¿a qué se debía que el tartamudeo no se fuera?... ¿El shock? ¿La llorona? ¿El temor de pensar que decepcionó a sus amigos? Tomo aire y trato de calmarse. ---¿E-entonces... C-co-como ex-ex-explicas lo que m-me di-dijo el se...se... ¡Ñor!
La azabache dio una pequeña sonrisa y le puso la mano en el hombro, se sentía como hace más de 8 años cuando conoció aquel niño que le tenía miedo a todo y se hacía del baño encima.
Leo volvió a suspirar y se sentó en la banqueta, la verdad se había acostumbrado hablar con tanta normalidad, que había olvidado cuánto llegó a costarle hacerlo cuando era "lengua de calambre".
---Tranquilo Leo, ya se te pasará, te sentías muy intranquilo por lo que hizo Alebrije. No has hecho nada malo, solo la gente no está acostumbrada a los cambios. ---San Juan levantó la mirada y se encontró con una suave y cálida sonrisa de la fantasma, la cuál fue devuelta por el cazafantasmas. Xóchitl se sentó a un lado del menor y beso su mejilla.
Leo no borro la sonrisa de su rostro, la fantasma siempre lo había hecho sentir cómodo y esa no era la excepción. ¿Cómo es que Xóchitl siempre era tan buena con él? Pues era muy rara la ves que se enojaba con él, podía recordar que la única ves que se "enojo" con él había sido en Guanajuato mientras celebraban la boda de Don Andrés y Gloria... ¿Que habrá sido de ella?
---Xóchitl. ---Llamo el menor, sintiéndose aliviado de haber dicho de una el nombre de su amiga, ella que estaba recargada en el hombro de él. Lo miro. ---L-lo siento... D-urante todo es-este tiempo t-tú me hagas apo-apoyado y... Y ni siquiera te he pre-preguntado co-como te sien-tes...
La fantasma no borraba esa cálida sonrisa de su rostro. Tomo la mano de San Juan y la puso entre las suyas, como si la a cunara.
---Bueno, realmente estoy feliz de que estés haciendo tu vida Leo. Lo nuestro no hubiera podido ser, a menos que tú mueras. Pero, quiero que tengas una larga vida, así que estoy bien. ---Xóchitl suspiro con suavidad, mientras su sonrisa se borraba un poco. ---Pero, tambien debo admitir que si tengo algo de celos, porque, en verdad me hubiera gustado tener una relación contigo. Pero, está bien, estoy bien y si tú eres feliz, yo seré feliz.
La fantasma nuevamente dio un beso en la mejilla de San Juan, el cual no borro esa pequeña sonrisa. Y es que nunca iba a negar que la compañía de la chica le traía paz, pues fue con ella con quién se adentro aquella casona abandona a encontrar a su hermano, fue con ella con quién perdió el miedo y fue ella su primer amor, que aunque de forma infantil, ella lo era.
Leo bajo un poco la cabeza y beso la frente de la azabache que había recargado su cabeza nuevamente en el hombro del joven.
Xóchitl no lo pudo evitar y Leo no lo detuvo, la fémina había entrelazado su mano con la del castaño, el cual le dio un pequeño apretón de forma amistosa.
Leo siempre tuvo ese anhelo de ver a sus amigos, pero sobre todo aquella fantasma y aunque ya había comprendido que su amor no podría ser por el hecho de ser de mundos distintos, no quería perder a su amiga, o más bien a todos sus amigos; ¿El padre de Manuel sería aquel ente? Esa pregunta daba muchas vueltas en su cabeza, si bien el hacendado era alguien misterioso y del que poco sabía... No se le hacía una mala persona como el charro. Admitía para si mismo que el mayor tenía un carisma y galantería equilibrados, además de que, desde el principio se preocupaba por él y más cuando el pueblo le atacó por "rarito", el adulto joven lo iba a proteger aunque eso incluyera el hecho de no verse más con tal de mantenerle a salvo.
Leo miro la mano de entrelazada de su amiga con la de él y se dio cuenta, que no podría estar de la misma forma con Manuel o al menos no en la plaza o en un lugar con gente.
Suspiró con pesadez.
¿De dónde habían salido tantas cosas? El pequeño anhelo de ver a sus amigos le trajo que conociera al hacendado, que sus amigos volvieran pero sobre todo, el regreso del charro negro. ¿Lo enfrentaría? Eso era más que obvio, pero, debía admitir que no estaba comprendiendo la forma de actuar del ente, dando pequeñas señales y mostrándose en sus sueños... Tocando eso último, Leo pensó en su último "sueño" que tuvo con el charro, tan vivido, tal real...
Tantas cuestiones, tan pocas respuestas.
Miro su brazo izquierdo, envuelto en aquel listón rojo... Debajo de ella, la maldad estaba creciendo nuevamente... ¿Era malo? ¿Estaba listo para enfrentar su "destino", o para aceptarlo? Claro que lucharía, pero, si perdía ¿se sometería a ser el sucesor del charro? ¿Que pasaría con sus amigo? Su hermano, Manuel...
---X-xóchitl... ¿T-tú crees que y-yo sea ma-malo? ---Pregunto a su amiga sin verla realmente.
---Para nada Leo, creo que no hay alguien tan puro como tú. ---Comento ella, el nombrado solo asintió, iba a comentar algo más, cuando un fuerte rayo los hizo gritar, pues había caído bastante cerca de ellos, quemando un árbol que estaba en el centro de la plaza. ---C-reo que... Deberías irnos.
San Juan asintió y mientras se levantaba ambos amigos salieron corriendo del lugar. ¿De dónde rayos había salido eso?
...
---No lo se Leo, te e dicho que veo eso como algo improbable. ---Menciono la azabache nuevamente, estaban a unas calles de la panadería. ---Los fantasmas no podemos tener hijos ni nada de eso.
---Bu-bueno, pero el cha-rro no es un fan-fantasma cualquiera. Es un ente de-de-demoniaco. ---Para olvidar el asunto de la plaza, ambos volvieron a comentar lo que venían hablando desde que se fueron del monte. La azabache no apartaba la mirada del castaño.
---... Bueno, en eso tienes razón... ---Los chica pensó un poco. ---Aunque sigue siendo algo improbable, podrías... ¿Preguntarle?
---No c-creo que se-sea lo más coherente... ¿Q-que le voy a de-decir? O-o-oye Manuel de pu-pura casualidad ¿Tu pa-pa-padre no será el mis-mismisimo Charro Negro? ---Ambos disputaron con pesadez.
---Bueno, seguro algo saldrá mañana que venga a verte. ---Leo que ya se había dado media vuelta para seguir su camino volteo a ver a la fantasma.
---¿Ma-ma-mañana? ---A pesar de lo oscuro de las calles Xóchitl noto el color rojo en las mejillas del humano. ---Me-mejor dicho en unas ho-horas.
Pues el sereno había anunciado las 12 de la noche, y aunque no era la.primera ves que estaba tan tarde por la calle, si desde que había vuelto a su casa. La fantasma le comento a Leo que es lo que había dicho el hacendado antes de irse, que vendría al día siguente para ver cómo se encontraba el menor de los hermanos.
No es que a Leo le molestaran las visitas del mayor, todo lo contrario. Pero estaba acostumbrado a las llegadas de sorpresa o repentinas del joven adulto y no a las programadas o anunciadas.
---¡Aquí están! ---La chillona voz de la pelirroja junto con su pequeña lluvia de luces en varios tonos de rosa se hizo presente. ---¿Saben? Llevo horas buscándolos, cero cool. Osea, no saben que no deben salir tan tarde... Dah!
Los otros dos contrarios solo la miraron, Teodora se cruzó de brazos mostrando su molestia.
--Ademas, Nando está súper preocupado por ti. Saliste corriendo y yo tuve que pagar el mariachi... Y lo peor, no aceptan tarjeta de crédito ¡Los puntos de mi tarjeta de van a perder! ---La fantasma picó el pecho de San Juan, el cual dio una sonrisa nerviosa.
---L-lo se-se-sentimos Teo. ¿Pu-pu-pu...? ---Leo dio otro suspiro con frustración, Teodora se separó de él y floto a su alrededor, Xóchitl trato de decir algo pero la pelirroja no la dejo.
---¿Qué te pasa Leo? Andas rarito. ---El nombrado levantó una ceja a modo de pregunta. ---Como sea, es mejor que te apures, porque las otras veces que volví sin ti, Nando me pidió que fuera por ti. Y créeme, con los mariachis y Nando mi paciencia ya se terminó.
---Señorita Teodora, exactamente ¿por donde nos busco? ---Pregunto Xóchitl. La nombrada solo la miro unos momentos.
---Por las calles cercanas, la plaza.... Osea no soy mapa de búsqueda para dar con ustedes con rapidez.
La azabache solo sonrió con paciencia, así que los tres se dirigieron finalmente a la casa de San Juan, donde Nando se había quedado dormido en la mesa mientras esperaba. Los alebrijes estaban charlando en la sala y las calaveritas hacían una torre de cosas sobre la cabeza del hermano mayor de Leo.
Do Andrés los alcanzo cuando estuvieron por cruzar la calle, la noche había sido agitada para todos. Nadie le dijo nada a Leo y Leo no dijo nada más haya de un buenas noches.
....
---Deja ver si escuché bien.... ¿Me estás hablando que un ser oscuro y vil, puede que haya tenido un hijo para llamar la atención de nuestro querido amigo Leo y así, este no escape de su destino de ser el sucesor del este ente oscuro y vil? ---Pregunto don Andrés a la fantasma mientras la miraba. Xóchitl asintió, ambos se encontraban en la biblioteca de la casona abandonada, aprovechando que Alebrije y Evaristo dormían en una de las tantas habitaciones que está tenía. ---Suena igual de descabellado como cuando me lo contaste querida.
---Lo se, además de que es algo improbable. ---Comento la chica, el español tomo una pose pensativa mientras se volvía a pasear por la gran biblioteca de los Villavicencio.
---Bueno, en algo de razón tiene Leo. El charro no es como nosotros, sabes que él viene de las penumbras. Así que... Bueno, está esa pequeña posiblidad de que el padre del joven Manuel sea Charro negro. ---La fantasma se tiró en el sofá mientras ecñxclamaba con frustración. ---Querida, ¿enserio crees que el joven Manuel sea hijo del charro?
---No lo se. Se que hay algo en él que no me termina de convencer. Pero, no es algo que le pueda decir a Leo con libertad... Se ve tan feliz a su lado... Realmente enamorado. ---La chica desvió la mirada, el fantasma dio una pequeña sonrisa y se sentó en el espacio que Xóchitl dejaba en el sofá.
---Querida. Se que no quieres lastimar a Leo de ninguna forma y que su felicidad es tu prioridad en estos momentos. Pero, en este caso, tendrás que hacerlo para salvarlo de algo peor, además, si Manuel no es quien pensamos que es, pues, esperemos que Leo acepte nuestras disculpas. ---Comento mientras acariciaba la cabeza de la fémina. ---Tiempos difíciles, necesitan medidas desesperadas.
---Suponho que si. ---Fue lo último que respondió Xóchitl mientras la biblioteca y la casona se quedaba en total silencio.
....
---Sin duda alguna son muy madrugadores. ---Comento Nana Dionisia mientras servía café a los hermanos San Juan, la pequeña mesa de cuatro personas, estaba abarrotada nuevamente, Valentina nuevamente se les había unido a ambos hermanos a la mesa desde lo pasado hace no mucho. Los fantasmas y seres mágicos también estaban ahí, degustando tanto café como pan de dulce.
Nando se veía ligeramente serio y Leo sonreía con nerviosismo cuando cruzaba miradas con su hermano. Aunque no tuvo que explicar lo del mariachi, Teodora se había encargado de eso la noche anterior junto con el pago de estos. El sereno ya había gritado que eran las 8 de la mañana, el pan estaba terminando que cocerse en los hornos para la venta de ese día, por lo ocurrido ayer abrirían un poco más tarde.
Pero a pesar de eso, el buen humor de los alebrijes se contagio rápidamente, las calaveritas de azúcar se encontraban jugando por la casa con cocol el perrito de Dionisia.
Para cuando acabó el desayuno, Leo estaba en la panadería, había ido y vuelto de la escuela, se había olvidado que esa semana suspenderían clases, aunque creyó que lo harían hasta el fin de semana, pues las fiestas patronales ya habían llegado a la capital poblana y está siempre lo celebraba en grande.
Xóchitl le ayudaba a Valentina a acomodar las canastas de pan mientras que Valentina estaba ayudando hacer el pan, la guanajuatense ya estaba aprendiendo hacer pan, por si en el futuro cuando se reuniera con sus tíos de nuevo decidía abrir su propia panadería.
Leo que limpiaba el local, miro a Teodora que estaba en la caja flotando mientras se limaba las uñas, algo aburrida. La chica cuando levantó la mirada sonrió y dejo lo que hacía mientras empezaba a cubrir su boca para no reír con más fuerza, el castaño la miro con confusión y volteo hacia atrás para ver qué es lo que le causaba tanta risa a su amiga.
La puerta se abrió al mismo tiempo que San Juan volteo, encontrándose casi de frente con el hacendado. Ambos se miraron unos segundos y Manuel le regaló una sonrisa al menor.
---Buenos días Leo. ---Le saludo, el nombrado sintió las mejillas arder.
---Bu-bu-bu... Ma-ma-ma... Buenos días Manuel. ---Dijo finalmente mientras se recargaba en el palo de la escoba y sonreía con nerviosismo, esperando que el mayor no se riera de su tartamudeo. La sonrisa del hacendado desaparecio y se acercó al más bajo y le acaricio la mejilla.
---¿Te encuentras bien? ---Xóchitl trato de calmar a Teodora, la cuál daba pequeños saltitos en su lugar. Ambos muchachos habían oído el pequeño chillido que dejó salir la pelirroja cuando el mayor puso su mano en la mejilla del contrario.
---S-si ¡To-todo en orden! ---Exclamó el más joven. Mientras se sentía más nervioso. Recordando también la conversación con el pariente del hacendado. ---So-solo un... Proble-problemilla de te-tener la lengua en-enredada.
Manuel lo seguía mirando y Leo llevo su mano sobre la del azabache, el cual con su pulgar le acaricio su mejilla. Si el menor de los San Juan se era sincero, le encantaba perderse en los ojos cobre del mayor, que al estar al crepúsculo (y tal ves al ocaso también) se volvieran rojizos, como si el color del metal de sus ojos estuviera al rojo vivo.
Leo cerro los ojos y frotó su mejilla en la palma de Manuel, no le gustaría saber que el hacendado fuera hijo de aquel ente oscuro, pues ni siquiera se parecían, el Charro era malvado y despiadado y Manuel, el era amable, bueno, ¿como alguien tan vil y oscuro podría tener alguien bueno y gentil como el hacendado?
---¡Ay! Ya den se un beso, ¡por fis! ---Exclamó Teodora con felicidad.
---¡Niña Teodora! ---Repredio la fantasma. Leo abrió los ojos y sintió toda la cara arder, se había olvidado de sus amigas. Se rió con nerviosismo y se separó del hacendado, el cual solo tenía una sonrisa amable en el rostro.
---Buenos días señorita Villavicencio. ---Comento Manuel mientras se adentraba mas en la panadería, Teodora extendió su mano, el joven adulto la tomo y beso sus nudillos con delicadeza. ---El día de hoy tiene el privilegio de gozar de su presencia.
---Adulador. ---Comento risueña la pelirroja, mientras se ponía ligeramente roja.
---Buenos días señorita Xóchitl. ---Volvio a saludar Manuel, la nombrada que le había dado la espalda al hacendado por "revisar" el pan de dulce, volteo y con una voz más calma que neutra de le volvió el saludo.
Leo había ido a dejar la escoba al almacén, bueno esa fue su excusa, porque quería que se le bajarán los colores del rostro, al menos un poco.
Cuando llegó podía ver a Teodora hablando con el hacendado, tenía en la mano su "cajita mágica" y le estaba explicando al hacendado que le haría un "feis" para poder estar en contacto. Manuel tenía cara de no entender nada de lo que ella le estaba diciendo, pero asentía ante lo que le decía.
Se acercó a Xóchitl y le sonrió.
---¿C-crees que de-deberia preguntarle? ---Le susurro a su amiga, la fantasma lo miro unos momentos y luego volteo la mirada hacia atrás, viendo como Manuel se quedaba momentáneamente ciego a causa del flash del celular de la pelirroja.
---Como tú lo veas mejor Leo. ¿O sabes que? También podrías hacerle preguntas sobre su familia y su pasado... Tal ves ahí consigas algún indicio mejor. ---El nombrado asintió, a lo que la fantasma finalmente le regaló una sonrisa.
---Leo. ---Llamo el hacendado, cuando el nombrado volteo, vio a Manuel hallarse los ojos para aclarar su vista. "¡Eres tan fotogénico!" Se oyó a Teodora decir mientras seguía en lo suyo. El castaño pregunto que si necesitaba algo. ---¿Esta Valentina en casa?
Pregunto, los ojos castaños del joven solo miraron uno de los cobre del más alto, pues seguía tallando se el otro ojo. Después de unos momentos Leo asintió, a lo que Manuel le pidió que si podía llamarla.
A decir verdad a San Juan se le hizo extraño que el azabache llamara a la guanajuatense, pero fue por la fémina, la cuál también se extraño de ser llamada por el joven de la hacienda.
Cuando ambos volvieron a la panadería, vieron a Manuel de igual manera entrar, pero en sus manos traía una caja algo grande.
La guanajuatense saludo a Manuel y este le devolvió la sonrisa, pregunto si podía poner la caja en la barra y después de que le dieran el permiso la puso ahí.
Leo los observaba a un metro de distancia, Manuel le sonreía a su amiga y antes de poder decir algo más, unos clientes entraron en la panadería, así que Manuel se quedó callado.
Leo pensó que se armaría un alboroto en esos momentos, pues una de las personas que habían entrado había sido la esposa del carnicero. Pero todos saludaban a Manuel de una manera cortes y este les devolvió el saludo de la misma forma... ¿Es porque estaba con Valentina? ¿O a qué se debía el que ignoraran al "raro" del pueblo?
Cuando los clientes se fueron Manuel volvió su atención a la otra azabache. La cuál lo miraba con confusión. El hacendado aclaro su garganta.
---Le comenté a mi abuela lo que pasó ayer. Después del coraje, me comentó que de diera esto. ---Manuel tomo la mano de Valentina con delicadeza y puso algo en ella, para poco después cerrarla y besar sus nudillos con una sonrisa. ---Sabe que te servirá o al menos eso esperamos.
Manuel soltó la mano de la fémina y ella abrió la mano. Leo que estaba casi a un lado de ellos miro.
---¿Un ojo de venado? ---pregunto la guanajuatense. Manuel asintió. ---¿Por qué?
---Bueno, ayuda para muchas cosas, y con eso de que andan diciendo que aquellos chicos les metieron un susto, hay que estar precavidos. ---Explico, Leo miraba a sus amigos, por alguna razón sentía un malestar en el pecho. ---Y esto es lo otro. Oí que habían roto.tu vestido y de igual forma se lo comenté a mi abuela, así que, ella te manda esto también.
El joven adulto abrió la caja que aún se encontraba cerrada, las tres chicas abrieron los ojos con sorpresa, un vestido azul pastel con detalles blancos y con varias flores les "saludaba" desde la caja. Este no venía solo, pues al parecer venía con zapatos a juego.
---Oh... Yo no... ---Valentina se sintió avergonzada por semejantes detalle, el vestido era realmente hermoso, lo confirmo cuando Manuel lo saco de su caja y lo extendió para que lo vieran mejor.
---¡Es uno de esos vestidos que están de moda! ---Exclamó Teodora. ---¡De algodón, satín y seda! Esos vestidos son carísimos.
---¿De los que dijo que solo había pocos en Nueva España? ---Pregunto Xóchitl. La pelirroja afirmó.
---Te pido que lo aceptes Valentina. Por favor. ---Le pidió Manuel. La chica lo miro unos momentos. ---Se lo regalaron a mi abuela hace un tiempo atrás, pero a ella no le queda, está nuevo. Así que te lo regalamos a ti, si se queda en su armario, las polillas se lo van a terminar comiendo.
---Ah... Ah... Esta bien, te... Se los agradezco mucho... En verdad. ---La guanajuatense bajo la mirada con una sonrisa y Manuel se la devolvió.
---¡Ah! Esto me lleva a lo segundo que venía hacer por acá. ---Comento Manuel como quien recuerda algo de un momento a otro, miro a Leo, el cual miraba la libreta de pedidos. No es que no ubiera visto el vestido, realmente se le hizo precioso y que a Valentina le quedaría bastante bien, pero, ver cómo le sonreía Manuel a ella, como había besado sus nudillos... Leo sentía esa ligera molestia crecer y no entendía de dónde habían salido. ---¿Leo?
El nombrado volteo a ver al hacendado y dio una sonrisa.
----¿Si? ---Podia ver a Teodora decirle a Valentina que fueran a la habitación de está y que se lo pusiera.
Manuel se acercó a él y se recargo en la barra. Leo lo miraba con atención, feliz de tener devuelta la atención del joven hacia él... ¿Que?
---Bueno... Me preguntaba digo... ---Manuel se enderezó se le veían los nervios a kilómetros. Teodora se detuvo y se quedó callada abrazando a la guanajuatense para que no se fuera. ---Mira, mi abuela hizo un pequeño hechizo.... Algo pequeño.
---¿Un hechizo? ---Leo recordó que la abuela de Manuel sabía de esas cosas.
---Si y, bueno, como habrás notado. Hace un rato, la gente no me dijo nada cuando entraron. ---Leo asintió y el mayor se rasco la nuca. ---Bueno, mi abuela me dio unos días de paz, en los que la gente no va a recordar que estoy "enfermo". Podré ser alguien "normal" a sus ojos y quería que vinieras a la feria...
Las mejillas de Leo se encendieron nuevamente... ¿Una cita? Era eso ¿no? Ahora entendía el nerviosismo del hacendado...
---Es que me voy a presentar en el espectáculo de charrería y me.... Encantaría que... Fueras a verme. ---Xóchitl lo miro atentamente al oírlo. Manuel aclaro su garganta. ---Aue fueran a verme, después de mi no me volveré a presentar junto a las corridas de toros.
---¿Ch-charrería? ¿Pra-prácticas charrería Manuel? ---Pregunto el castaño, como si le hubiera leído la mente a su amiga.
---Si, es algo de familia. Después de un insidente que tuve aquí y de que me llevarán a Europa y sin mi padre aquí, podré participar nuevamente y me gustaria que tú... Digo, que fueran a verme. ---Manuel sonrió. Leo lo miro y antes de poder contestar, los alebrijes entraron en la panadería, Nando venía con ellos, traían costales de harina.
Nando miro a Manuel y a Leo.
---¿Me perdí de algo? ---Pregunto el mayor de los San Juan, Teodora iba a decir algo, pero fue el hacendado el que hablo nuevamente.
---Si, pero llegas justo a tiempo Nando. --La voz calma del hacendado y su trato calmado solo hicieron al mayor de los San Juan levantar una ceja, Nando dejo sus dos costales de harina en el piso, Alebrije y Evaristo dejaron su medio kilo de harina en la barra.
---¿De que se trata? ---La verdad es que Nando se encontraba serio desde que Leo salió corriendo la noche anterior. Manuel se acercó a él y puso una mano encima de la del castaño mayor.
---Le comentaba a Leo que si no querían venir a la feria. Va haber muchas cosas, charrería, corridas de toro, baile, comida. ---Nando cerro los ojos y se lo pensó un poco.
---¿Todos nosotros? ---Pregunto mientras rascaba su mejilla. Manuel se lo confirmo. ----Esta bien, ahí estaremos.
---¡Fantástico! ¡Entonces los veré allá! ---Comento.el hacendado mientras le daba ligeras palmadas en el hombro a Nando y comenzaba a salir. ---¡Los espero cuando el sereno anuncie a las 12!
Nando lo vio salir y suspiro, luego volteo a ver a Teodora, la cuál solo dijo.
---Calmate, solo le vino a dejar un vestido a Valentina, nada malo. ¡Oh! ¡Podrás usarlo para la feria! ---La pelirroja comenzó a llevarse a la guanajuatense a su habitación. Xóchitl tomo la caja y las siguió.
---¿Y ese quien era? ---Pregunto Alebrije mientras tomaba su harina y comenzaba a caminar, Evaristo le imitó, pero agrego.
---El otro costal carnal. ---Dejando a los hermanos solos, Leo miro la libreta, pero luego miro a Nando que lo seguía mirando.
---¿Pa-pasa algo? ---Pregunto.
---¿No quieres decirme algo? ---Pregunto Nando con esa voz sería,
---No, nada. ---Comento Leo, volviendo a la libreta, el hermano mayor solo gruño, tomo uno de los dos sacos de harina u se fue directo a la bodega. Leo seguia procesando ese extraño sentimiento que le había surgido de ver al hacendado tan cerca de la guanajuatense.
----Ohayo Pérez.
Una disculpa más, enserio, lo siento, el trabajo cansa mucho. Y creí que en mis vacaciones podría actualizar pero valió queso.
Les dejo también una Teodora jsjs
¡Gracias por leer, nos leemos pronto!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top