Capítulo 2- Reencuentro
No podía creer lo que sus ojos veían, Natsu se encontraba abajo observándola y Happy se encontraba detrás de ella. Se abrazó más a sí misma impidiendo que no se le viera nada, ya que su ropa se estaba derritiendo. Miró fijamente al pelirrosa que le sonreía y vio como unos guardas le rodeaban para luego llevárselo al castillo. Happy fue tras Natsu y ella se dirigió al castillo también, a esperarle cuando saliera.
Cuando llegó allí esperó en la puerta. Verle la alteró, su sonrisa infantil, sus ojos, su rosa melena, le vinieron más y más recuerdos. Se perdió en sus pensamientos hasta que vio a un gato azul y a un pelirrosa dirigirse a la salida.
-Luce, has venido a esperarnos- dijo mientras se iba corriendo a abrazarla.
Ella se dejó abrazar, quería revivir aquellos momentos, aunque no sabía si acabaría aceptándolo como lo hizo. Se sentía confundida, sus sentimientos le confundían.
-Pero, ¿Dónde están los demás de Fairy Tail?-preguntó confundido.
-Verás...el gremio se disolvió-les anunció dejándolos sorprendidos.
-¿Cómo?
-Sí, pasó un día después de que vosotros os fuerais, el maestro lo anunció y luego despareció.
-Pero, ¿y los demás?
-Todos siguieron sus caminos, dejaron a Fairy Tail atrás, aunque fue duro.
-Pero ¿Por qué aceptasteis eso tan fácilmente? Si el viejo se fue, Laxus podría haberle sustiuido.
-¿Te crees con derecho de decir eso?-susurró con la cabeza gacha.
-¿Qué?
-No, no pasa nada, supongo que no tenéis un sitio donde quedaros, ¿verdad?
-No, no tenemos ninguno.
-Pues podéis venir a nuestra casa-les dijo Lucy girándose para ponerse en marcha.
-¿Nuestra casa?
-Ahí vivo con Wendy.
-¿Vives con Wendy? Tengo ganas de verla-dijo Natsu emocionado.
-Y también estará Charle-canturreó Happy.
-Seguidme, vamos hacia la casa.
Lucy no sabía como decirle que tenía una hija, que era padre, creía que era mejor que lo viera por su cuenta, y allí le dijera, Natsu es tu hija, sino no sabía como hacerlo. Llegaron en un momento, y Natsu se quedó asombrado, solo la fachada ya era bonita, no podía esperar verlo por dentro.
-Así que ahora vives en Crocus Lucy-le dijo Happy.
-Sí, me trasladé aquí por mi trabajo, venga vamos a entrar.
Entraron y subieron las escaleras hasta atravesar una puerta.
-Lucy-san llegas tarde-se escuchó la voz de Wendy que se acercaba.
-Traigo una sorpresa-anunció adentrándose más con Natsu y Happy pisándole los talones.
Wendy apareció con una pequeña pelirrosa de tres meses en brazos. Cuando la vio Natsu se quedó parado en el sitio. No salía de su estupefacción. No podía creer lo que veía,
-¿Luce...? ¿Ella es...?-balbuceó sin poder decir nada claro.
-Sí, Natsu. Es tu hija.
Él miró a la pequeña y luego a Lucy.
-¿Mi...hija?¿pero como?
-Wendy llévate a Nashi un momento a su cuarto.
-Vale Lucy-san.
Cuando Wendy se fue, Lucy se volvió hacia Natsu.
-El último día que pasamos juntos, quedé embarazada.
-¿Aquella vez?¿Después de la cena?
-Sí, me enteré más adelante, y yo...-no pudo acabar de hablar porque la voz un poco bastante elevada de Natsu la interrumpió.
-¿Por qué no me dijiste nada? ¿Por qué me dejaste sin saberlo?
Ella lo miró estupefacta. No, no estaba diciendo eso, ¿verdad?
-¿Qué porque no te dije nada? ¿Acaso te encontrabas cerca? ¡Desapareciste y me dejaste sola!- chilló y se giró para salir, no podía soportar estar en la misma habitación, no en ese momento.
Natsu se quedó allí. Ella tenía razón pero, no, no podía imaginar que no intentara decirle nada, ni cuando se encontraron le dijo nada, no podía contener su enfado. Su Luce le había ocultado ese gran detalle. Él avanzó siguiendo el olor de Lucy hasta llegar a su habitación. Cuando abrió la puerta no pudo avanzar más, se quedó estático al ver lo que se encontraba allí delante.
Lucy se dirigió hacia un parque y se sentó en un banco mientras lloraba. Eso no debía de haber sido así, no de esa forma. Sus lágrimas recorrían su cara, Natsu seguro que no sabía lo que decía, ¿no? Se dejó caer hacia atrás y suspiró. Volvería a su casa y dejaría a Natus ver a su hija, pero no se haría ilusiones, seguro que nada volvería a ser igual.
Natsu se adentró en la habitación y vio lo que le dejó sorprendido. En frente de él se extendía un tablón con el mapa de Fiore con fotos de todos, sus localizaciones, toda la información sobre ellos. En una esquina se encontraban Happy y él con un interrogante.
-Natsu-san, las cosas no pasaron como crees-se escuchó la voz de Wendy en la puerta.
-Wendy, ¿puedes explicarme que pasó?
-Ven, vamos a la sala.
Natsu la siguió y se sentó en un sillón enfrente de la peliazul.
-Lucy nunca dejó de buscaros, yo la ayudaba, por eso se hizo reportera pero nunca encontró nada acerca de vosotros. Era la primera en quereros encontrar para decirte que estaba esperando un hijo tuyo.
-Entonces...soy un idiota, ¡un idiota!-gritó y golpeó la mesa con su puño. Lucy había sufrido, él la había dejado sola, creía que así la podía proteger, pero no la protegió de él mismo-¿Puedo verla? ¿A mi hija?
-Sí, está en su cuarto.
Él se levantó y fue a la habitación que le había dicho Wendy. Se la encontró con sus hermosos ojos marrones y su cabellera rosa, era una mezcla entre ellos dos. La cogió entre sus brazos y la abrazó mientras unas lágrimas salían de sus ojos.
-Pequeña, soy yo, soy papá. ¿Sabes? Papá es un idiota, ha hecho sufrir a mamá.
-Sí, eres un idiota-la voz de Lucy se escuchó detrás suyo haciéndole girar.
-Luce, yo...
-Shh, no digas nada, yo...no debí ocultártelo, solo que no sabía como decírtelo, perdón.
-No me pidas perdón, yo soy quien tiene que pedirte perdón, por haberte abandonado y haberos dejado solas.
Él avanzó hacia su rubia y la abrazó junto a su hija. Ahora tenía otra persona a la cual proteger con su vida. Lucy acababa de hacerle la persona con más alegría de todos. Esa noche se la pasaron comiendo, explicándoles cosas y experiencias, lo que le hizo recordar algo a Lucy.
-Nee, Natsu, hay algo que se me ha olvidado explicarte.
-Di Luce, ¿qué es lo que pasa?
-Pues que puedo usar tu magia, mira-le dijo mientras encendía su mano con fuego.
Natsu se quedó sorprendido, no entendía porque pasó eso.
-Pero, ¿por qué?
-Eso es por el embarazo, tuvo que asimilar la misma magia que su hija-comentó Wendy.
-¡Uoo! Lucy estás encendida-gritó entusiasmado, ahora podría entrenarla, ya no sería tan vulnerable.
A Lucy le bajó una gota por la cabeza al ver su actitud. Tras unas risas más, acabaron yéndose a la cama. Natsu y Happy se dirigieron al castillo, harían lo que la rubia deseaba. Al día siguiente un montón de guardias del ejército rodeaban la casa de la rubia y peliazul. Lucy se asomó junto con Natsu detrás de ella.
-¿Qué hace el ejército en mi casa?-preguntó la rubia incrédula.
-Tch, ¿ya están aquí?
-¿Qué has hacho Natsu?
No respondió la cogió como princesa y también a su hija y salieron por la ventana. Al lado suyo Happy sostenía a Wendy y salieron con ellos.
-¿Qué está pasando aquí?-gritaron Wendy y Lucy.
Natsu les sonrió con una de sus típicas sonrisas y dijo.
-Vamos a traer de vuelta a Fairy Tail.
Lucy y Wendy soltaron lágrimas de felicidad.
-Si, vamos-gritaron ellas poniéndose a correr juntos.
En la fachada del castillo se encontraba un mensaje de fuego dejado por el Dragneel.
FAIRY TAIL RENACE.
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