Capítulo 42
-¿Podría estacionarse allí? -señaló la casa de KyungSoo. Llegó en taxi para mantener un perfil bajo. Se preocupó mucho más cuando no fue él quien llamó sino su propia hermana.
Pagó al chofer, sacudió su abrigo de piel -claro que era falso, no era un Cruelo The Vil-, y tocó el timbre. Inmediatamente Hae Soo abrió con una cara llena de preocupación pura por su hermano.
-¿Cuánto tiempo lleva así? ¿Por qué no me hablaste antes? -no se detuvo ni para saludar y más bien trotó hasta poder llegar a la habitación, la cual estaba cerrada. Volteó hacia ella cuando la escuchó hablar.
-Tiene más de cuatro días sin salir de allí, no sé si ya comió algo porque cuando le hablo lanza objetos a la puerta -no sabía absolutamente nada, cuando llegó en el auto que había enviado la Secretaría de LuHan, no pudo oír nada más que silencio. La puerta estaba abierta y pensó que lo más seguro era que nadie había llegado. Se preparó un emparedado y se metió a su habitación.
Dos horas después escuchó mucho ruido proveniente de la recámara principal, pensó que algún listillo habría querido robar, pero después de escuchar sollozos conocidos y gritos de dolor, se dio cuenta de que se trataba de su hermano mayor. Corrió hasta la puerta e intentó abrirla un millón de veces, golpeó con mucha desesperación y ansias por saber si todo estaba bien pero no funcionó.
-¡Kyung-ah! ¡Abre ahora mismo esa puerta o te juro que llamaré a mamá! -golpeó una vez más e incluso durmió junto a esa puerta una noche intentando escuchar algo que le tranquilizara.
Primero pensó que su hermano quería conseguir su perdón de esa manera o sólo quería ser el centro de atención, así que lo ignoró. Después se quedó pensando en que ChanYeol no había regresado y que KyungSoo había faltado al trabajo. Fue entonces cuando se preocupó y empezó a buscar ayuda. Encontró una tarjeta de presentación en el último abrigo que había usado y llamó a ese número sin pensarlo dos veces.
-D.o-ssi -tocó la puerta y acercó su rostro lo suficiente para que se pudiera escuchar-. Soy RyeoWook. Quiero saber si estás bien, déjame verte.
Esperó unos segundos por una respuesta que jamás llegó. RyeoWook parpadeó decepcionado, estaba realmente mal, peor de lo que su hermana había dicho.
-Tendremos su forzar la puerta para entrar -le susurró a ella, quien sólo asintió nerviosa. Sacó su cartera e introdujo una de las tarjetas de plástico en la cerradura de la puerta. Batalló unos minutos pero lo consiguió, tenía conocimientos de cerrajería, y el mecanismo interno de algunos picaportes por mera curiosidad, pero jamás había intentado abrir uno a la fuerza.
Ambos entraron, más que temerosos, estaban preocupados y consternados. La habitación era un desastre, un montón de sábanas estaban tiradas en el suelo hechas bolita, ropa salida de los cajones entreabiertos, un espejo roto, un olor pudiente y un bulto que no se movía en la cama.
RyeoWook sintió su alma volver a su pecho cuando vio que KyungSoo se encontraba allí, pudo haber hecho cualquier barbaridad, cualquier locura pero se había quedado en casa.
Se acercó con paso lento, tratando de prepararse mentalmente para lo que se avecinaba, verlo vivo era el premio mayor aunque verlo deshecho era lo que le dolía más.
-Kyung~ -su corazón se debilitó por un instante al mirarle envuelto entre las cobijas. Apenas abrió los ojos después de que hyung pasara una mano por su cabello enredado. Tenía los ojos dilatados por tanto llorar, los labios resecos, las mejillas empapadas y la mirada desviada, ni siquiera estaba seguro de que pudiese enfocar su vista en una sola cosa-. Hyung está aquí.
Una lágrima rodó desde su ojo hasta la nariz y cayó en la cama.
-Me dejó -alcanzó a pronunciar con la voz rota-. Se fue.
Se revolvió su estómago, en lugar de pensar en su salud o que debía recuperarse, sus primeras palabras hicieron referencia a su ruptura con ChanYeol. RyeoWook le ayudó a levantarse para que este le pudiese abrigar con sus brazos para que le reconfortara.
KyungSoo no correspondió su abrazo, no se movió ni un centímetro, ahora no era más que un simple y básico vegetal.
-Necesitas ver a un doctor -anunció sin darle la oportunidad de oponerse porque después de un segundo de alejados, KyungSoo devolvió todas las frituras baratas que había comido en el suelo-. Sip, un doctor y rápido.
HaeSoo tuvo que limpiar ese vomito del suelo antes de que el doctor apareciera.
LuHan llegó después de quince minutos para revisarlo, analizar sus reflejos y examinar su condición general.
-Bien KyungSoo -sonrió melancólico, ya todos las personas del círculo social de ChanYeol se habían enterado de su reconciliación con BaekHyun-. Lo siento mucho.
No pudo evitar sucumbir ante la situación tan triste de su amigo y le abrazó de manera cálida. Pero es que nadie entendía, ningún abrazo iba a aliviar el dolor que traía consigo.
Se levantó de allí y salió de la habitación para hablar con las personas que estaban al pendiente de él.
-Está muy mal -habló con mucho dolor-. Necesita buena alimentación y tiempo, pero más que nada, tiempo para sanar.
-Gracias -contestó el mayor de todos los presentes-. ¿Crees saber porque vomitó?
LuHan asistió y contestó.
-Mala alimentación y depresión, se le pasará si come algo ligero en las siguientes horas -recogió todas sus cosas y se despidió de la chica, habían logrado entenderse después de todo-. Volveré pronto para seguir checándolo.
RyeoWook asintió preocupado, sintiéndose impotente, no podía ayudar en nada más.
🌼🌼🌼
-¿No vas a hablarme todavía? -preguntó tras darle una cucharada de sopa Hangji, al menos no estaba rechazando la comida, esa era su única motivación para continuar siendo paciente-. Me gusta que hayas aceptado mi visita.
KyungSoo asintió sin más, sin siquiera recurrir al contacto visual, hace tanto que no volvía a ver a alguien a los ojos, tenía miedo de creer en la mirada de alguien más y terminar herido.
HaeSoo entró sonriente por la puerta, tenían invitados por primera vez en algo de tiempo, a excepción del señor diseñador de modas.
-Son tus compañeros de trabajo-anunció HaeSoo quien de repente parecía tener una actitud diferente.
KyungSoo lejos de alegrarse, se deprimió, no quería que nadie lo viera en estas circunstancias. A RyeoWook parecía no importarle pero el pobre chico estaba más que avergonzado con su hyung, lo había visto vomitar y llorar, sin nada porque agradecer.
-Diles que pasen -HaeSoo regresó a la puerta principal y dejó pasar a los chicos que habían llegado. RyeoWook se levantó de la cama y dijo-. Te dejaré para que hablen a gusto.
-N-no. Hyung -era un mal momento pero el castaño sonrió hasta las orejas por escuchar su voz de nuevo, esta no era ni la mitad de especial que la usual, pero le hizo tan feliz que su habla volviera-, quédese.
SeoHyun y DongHae hicieron aparición con una media sonrisa, sabían que por alguna poderosa e inquietante razón el jefe Do no había llegado a la estación ni una sola vez desde el nombramiento de su ascenso. Creyeron que estaría feliz porque siempre quiso y mereció ese puesto, pero no fue así. También tenían importantes noticias que darle.
-¡KyungSoo! -ambos gritaron de felicidad al verlo, le dieron la mano y aunque no pudieron ver su rostro por la mirada baja que se empeñaba en mantener sonrieron felices.
-Jefe Do, lo extrañamos en casa -no pudo evitar soltar una lágrima-. ¿Cuándo va a volver?
-Espero que pronto -canturreó sin malas intenciones-. Ahora que lo escogimos para dar el discurso de bienvenida, debe tener mucha salud.
-¡Arruinaste la sorpresa! -SeoHyun dio un golpe rápido a DongHae y después de dos segundos, se disculpó por ello-. El jefe Do debe concentrarse en recuperarse -se arrodilló cerca de la cama, con una sonrisa cálida-. Hemos decidido que no hay nadie más perfecto que usted para hablar ante los novatos. ¿Qué dice? ¿Lo hará?
RyeoWook quien mantenía silencio decidió intervenir.
-No creo que hablar de esto sea oportuno en estos momentos.
-Lo haré -su gruesa voz inundó la habitación.
-¡Sí, oppa! -gritó y se emocionó tanto que besó sus manos, KyungSoo se sintió extraño y las retiró-. Lo siento -se disculpó y sacó algo de la pequeña bolsa que traía consigo-. Traje sushi para usted.
KyungSoo sintió como las náuseas le invadieron y tuvo que arrastrarse hasta llegar a la cabecera de la cama para no tener que vomitar de nuevo.
-¡Guarda eso! -gritó DongHae, ayudándola a levantarse del suelo y alejarse un poco-. ¿No ves que le molesta?
Ella se disculpó y sacó la comida que traía para la sala, lo más lejos posible de KyungSoo. Su estómago dolía y se sentía terrible.
-Iré a la farmacia por algunos analgésicos -RyeoWook tuvo que mentir-. No te preocupes que estaré aquí en un segundo.
Salió de la habitación llevándose sus preocupaciones, esperaba no tener razón acerca de lo que estaba sospechando. No quería ni imaginarse nada por el momento, al menos hasta que salieran de dudas.
-¿Pueden cuidar de KyungSoo en lo que regreso? -les preguntó a los chicos que estaban en la otra habitación, ellos asintieron mitad apenados y mitad callados.
RyeoWook volvió después de media hora, no encontró a nadie dentro de la casa, pero escuchó ruidos raros provenientes del baño de KyungSoo. Él estaba allí, vomitando otra vez, sus labios cada vez menos humectados y su mirada cansada le rectificaban sus sospechas.
KyungSoo lloró una vez más después de jalar la cadena del inodoro. Se quedó sentado sobre sus piernas y trató de regular su respiración. Vio a su hyung, con el rostro inexpresivo por primera vez.
-Toma -extendió una prueba de embarazo-. Sal de dudas de una vez por todas.
KyungSoo tomó la caja y un nudo le avisó que no sería capaz de enfrentar lo que se venía solo.
RyeoWook esperó impaciente, tanto que casi podía sentir la gastritis crónica volver. El sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos, agradeció por medio segundo hasta que vio a alguien conocida parada en la entrada.
-Hola -saludó con un tono más su apagado, el momento no le daba para más-. ¿Qué estás haciendo aquí?
-¿Eres el recepcionista? ¿Tan mal te va con YiFan? -preguntó medio sarcástica y medio graciosa-. Vine para hablar con el chico.
-No puedes pasar.
Le dirigió una mirada de incredulidad pero aún bajo esa advertencia avanzó hasta la habitación, maravillándose por lo rústico y especial del lugar. ¿ChanYeol había vivido aquí por tanto tiempo?
Le vio sostenido del lavamanos, viéndose al espejo sin decir palabras, no había visto a ese chico antes, pero pudo notar el sufrimiento en su aura y también se dio cuenta de que estaba peor que cuando vio el estado en el que se encontraba su hermano menor.
-KyungSoo -habló después de hacer una reverencia-. Soy... mhm... la noona de ChanYeol-ah.
El pequeño no escuchaba razones, ni nada más que no fuese un silencio poco común, similar al de un acantilado deshabitado.
Notaba el cierto parentesco con ChanYeol, la belleza de aquella chica de rostro fino, piel pálida y mórbida. De presencia imponente, una sonrisa parcialmente contagiosa y con un destellante brillo en sus ojos.
-Le dije que no pasara -RyeoWook se apresuró a llegar, interrupiendo el momento preciso de Yoora para hablar con KyungSoo.
-Mi hermano está pensando en cometer un gran error. No será para nada feliz si dejas que vuelva con BaekHyun -soltó todo lo que pudo decir, pues no estaba enterada de todo-. Tienes que hacer algo.
-Claro que no -RyeoWook habló fuerte para ambos-. KyungSoo ya pasó suficientes problemas por su culpa.
-¿Disculpa? No tienes derecho de opinar -escupió en su cara y continuó sin retener nada- cuando es claro que su prioridad no es KyungSoo, sino tenerle.
-Todas mis "intenciones", como tú le dices -añadió comillas a su respuesta-, apuntan hacia su bienestar. Algo que tu hermano no supo defender.
Yoora ignoró sus comentarios nefastos y decidió concentrar su atención en algo más importante. Se acercó unos cuantos pasos y entonces ubicó una prueba de embarazo en la mano de su ex cuñado.
-¿Estás esperando? -se emocionó de repente y comenzó a pegar de saltos por todo el lugar-. ¡Eso es estupendo! ¡ChanYeol mandará al carajo a BaekHyun si sabe que está esperando un hijo suyo!
KyungSoo se sintió la peor persona del mundo por un momento, ¿realmente había pensado en eso como una posibilidad? ¿Quién era y que estaba haciendo? No iba a retener a ChanYeol de esa manera tan denigrante ni estúpida.
-No estoy embarazado, no tengo nada -susurró oprimiendo su corazón por haber negado al pequeño ser que llevaba dentro.
📍¡Holaaa!
¡Feliz Noche Buena! ¡Navidad y feliz año nuevo! 🎉
Esta es la última actualización del año, quise aprovechar para desearles que sus navidades sean preciosas todas, la de este año, el que sigue y el que sigue y así sucesivamente☃
Espero que dejen un poco a los xinoz hoy y disfruten de la comida y de sus seres queridos🎄
Recuerden que en estos momentos, lo que más importa es la familia🎁
Sin nada más que decir, los ama mucho, Indi🌸
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