Así que viviría con KyungSoo.

Esto es real, no es sólo un pequeño juego.

No es algo pasajero, no es algo cotidiano.

Es simplemente algo extraordinario.

KyungSoo lo es, ellos dos juntos lo son.

Está fascinado.

Aún así no quería que Kyung lo acompañara a su departamento, ahí existía un ChanYeol que él no conocía, uno despilfarrador y estúpido pensando que el dinero podría comprarlo todo, todo incluso el amor.

Pero sabe que nunca podría comprar el amor de KyungSoo, no es algo material que se consiga en una tienda.

Vería su antigua vida, sus antiguas costumbres y no tendría lista una buena explicación para ese apartamento lujoso. Pues su novio no sabía que él era millonario heredero de una gran empresa, blablablá.

Pero el pequeño no desistió de acompañarlo, sobre todo por lo que sucedió en la mañana.

Debía estar en casa pero no lo logró, salió del departamento cuando Minseok no estaba viendo y fue al centro de la ciudad para comprar algo para ChanYeol en agradecimiento por ser como es.

Un alocado que vino a poner la vida de KyungSoo de cabeza, que se iba a estar imaginando en esa situación.

Nunca.

Se acercó a una repisa de peluches, pero no sabía que escoger, vio un pingüino y recordó que ChanYeol le dijo una vez que él era un pingüino malvado.

Aún así es un mal regalo, suena a "Te compro esto para que pienses en mí mientras lo veas".

Eso soñaba desesperado y así era como él se sentía por no encontrar el regalo perfecto.

-Prueba con Rilakkuma -se escuchó una voz desde atrás-, le gusta más.

KyungSoo volteó, esperaba que no fuera quien creía, lástima. Debió quedarse en casa como ChanYeol dijo.

Lo vio.
De cerca.

Era muy bello, demonios, irradiaba pasividad y sensualidad, ambas cosas, KyungSoo no las tenía.

Estaba muy bien vestido, un pantalón gris que no estaba tan ajustado, quizás era uno casual.

Un suéter de brillos nítidos y un cabello castaño despeinado que se asomaba a sus ojos.

Con una sonrisa de villano pero que se veía condenadamente dulce, pobre chico, si supiera que KyungSoo odia lo cute.

-Soy Byun BaekHyun -extendió su mano sin respuesta-, ex novio de ChanYeol .

Tenía suerte que KyungSoo considerara valiosa cada vida en el planeta y además que estuvieran en un lugar público.

El pequeño sólo lo vio con ojos molestos, como hace siempre con todas las personas. Hasta intentó ahorcarlo con la mirada, pero fue en vano.

Se volteó hacia el estante, tomó una jirafa y comenzó a caminar sin decir nada.

BaekHyun apresuró el paso, lo alcanzó, caminó al lado del opuesto por unos segundos y trataba de entablar el contacto visual.

-Escuché que tu nombre es KyungSoo -sonrió con algo de delicadeza-. ¿Es cierto?

-Sí. Yo oí que por tu culpa casi se muere alguien.

BaekHyun se detuvo ofendido al escuchar eso, no pensó que el novio actual de su ex tocara el tema muy abiertamente.

Kyung sólo siguió caminando hasta llegar a la caja de la tienda.

-Y-yo lo sé, lo siento muchísimo.

Él ya estaba cansado, ¿Qué quiere?¿Por qué regresó?

Pasó el peluche por la banda giratoria y contestó:

-Felicidades.

Abrió su cartera en cuanto le dijeron el precio.
550 pesos por un mendigo peluche de 30 centímetros de altura, revisó su dinero y le faltaba.

Trágalo tierra.

Él no tenía miles de millones en su cuenta como de seguro el estúpido ex novio sí, las ropas que vestía, la forma de moverse y expresarse.

ChanYeol, los padres de ChanYeol y la hermana de ChanYeol también lo tenían muy asegurado en el Banco, pero KyungSoo no sabía que ahora era novio de un multimillonario.

Jamás le habían importado las trivialidades de la farándula o los rostros importantes de las revistas económicas.

BaekHyun lo notó e intentó pagar.

KyungSoo le detuvo en el mismo segundo.

-Prefiero morir de hambre a tener que deberte comida.

Terminó diciendo a la cajera que no lo iba a llevar, que lo disculpara pero no lo iba a comprar.

Caminó hasta la puerta y BaekHyun lo siguió de nuevo, con la jirafa en las manos.

-Toma -se tomó unos segundos para recuperar el aire y le dio a Kyungsoo el peluche-. No lo hice por ti. Es para ChanYeol, ¿no?

-No necesita nada tuyo. Me tiene a mí -le regresó la jirafa.

-Lo sé y me alegra que estés con él -BaekHyun se acomodó el flequillo-. No quiero quitártelo ni nada, só-sólo su perdón.

Le puso la jirafa en el pecho y la KyungSoo la tomó.

-Te acercas a él sobre mi cadáver. ¿Me oíste?

La actitud de BaekHyun cambió.

Dejó de tartamudear, levantó la mirada, se mordió el labio y sonrió como demente.

-Entonces nos veremos muy pronto.

Se alejó caminando como una diva, moviendo las caderas de izquierda a derecha, dejando muy preocupado a KyungSoo.

Tenían que matarlo antes que separarlo de ChanYeol y menos por alguien como BaekHyun, que dé seguro terminaría por herirlo, de nuevo.

Caminó hasta la salida del centro comercial, tiró la jirafa en el puesto de basura más cercano y prometió nunca jamás comprar nada fuera de Internet.

-Así que... ¿Está es tu cueva de soltero? -Preguntó el más pequeño tratando de iniciar una conversación.

No exactamente.
Era el departamento que compartía con quien ya saben, pero no iba a responder eso.

-Yo no le llamaría de así -dijo mientras guardaba un par de ropa en una gran maleta.

KyungSoo se paseaba por la habitación, viendo todos los pequeños detalles de ella que decían el nombre de ChanYeol a gritos.

Estaba limpio, si él no había regresado quiere decir que hacen el aseo, o que alguien más había estado ahí antes.

No pensó mucho en ello.

-¿Como le llamarías? -Se sentó en una bolsa-sofá pero fue gracioso para ChanYeol porque se miraba más pequeño.

El más alto se acercó y se detuvo en la orilla de la cama.

-El lugar en el que vivía antes de conocer a KyungSoo.

-Es un poco largo.

-Me gusta más.

KyungSoo quiso levantarse pero no lo logró al primer intento, lo que hizo que ChanYeol se acercara para poder ayudarlo.

El más alto le ofreció una mano, en cuanto el chico la tomó, lo jaló y atrapó hasta abrazarlo totalmente, pero aún viéndolo a los ojos.

-Me parece que hoy nos interrumpieron en algo muy importante -dijo el mayor quien estaba por devorar los labios de corazón-. ¿Proseguimos?

KyungSoo sonrió y levantó sus labios en dirección al gigante, quien comenzó a besarle con dulzura y lentitud.

El pequeño comenzó a mover sus manos al rededor de su cuello y cabeza haciendo presión media mientras inclinaba un poco su cabeza.

ChanYeol comenzó a tocar la parte que estaba haciendo demasiados méritos para volverse su favorita del cuerpo de KyungSoo, su pequeña cintura.

Comenzó a caminar torpemente hacia atrás, donde estaba el mueble más notorio de la habitación.

La cama.

Primero pensó en KyungSoo, en que quizás no estaba listo para tener relaciones aún, después recordó cuántas veces hizo suyo a BaekHyun en esa misma cama en la que ahora tenía a Kyungsoo.

Le dieron náuseas, habría vomitado de no ser porque tenía un lindo endulzante amortiguando la caída, los besos del menor eran exquisitos y lo seguía a paso firme, parecía que no quería detenerse lo cual le estaba asustando, si esto continuaba, ya no podría detenerse aunque quisiera.

KyungSoo se sentó agitado en la cama, justo cuando iba a comenzar a desabotonar la camisa del mayor con urgencia, pudo ver un portaretrato en el buró.

Adivinen quién.

KyungSoo se paralizó y vio hacia la nada durante unos segundos e hizo que ChanYeol se preocupara.

Y entonces logró ver lo que distrajo a KyungSoo, una foto de BaekHyun y ChanYeol en una de sus tantas salidas a lugares enigmáticos. Claro, cuando eran felices.

-Kyung, yo -Le interrumpió un poco molesto sin expresarlo, pero era obvio que los infiernos se encendieron dentro de Kyungsoo.

-¿Por que está eso ahí? -Trató que sonara como una pregunta normal, casual, y no como un interrogatorio del FBI.

Sí, ¿Por qué tenía eso ahí? ¿Qué no se suponía que él había sacado todo las cosas relacionados con Baekhyun de su apartamento desde hace tanto?

Kyungsoo rápidamente se levantó de la cama, tratando de no explotar, reguló su respiración y cerró los ojos para calmarse, pero sus pies continuaban dando vueltas lo cuál pudo incómodo al más alto.

-Tienes que decirme todo lo relacionado con ese chico.