Capítulo 12
Estaban muy cansados, afortunadamente no hubo ningún difunto, pero sí un número significativo de heridos, el fuego no perdona.
Quemaduras de primer y segundo grado se hicieron presentes, pero no pasó a mayores.
Regresaron a la estación junto con otros compañeros a las 3:16 de la mañana, pues ya era de noche cuando los bomberos solicitaron apoyo, además, habían muchas familias muy grandes en las viviendas afectadas.
Sacar con calma a todos fue lo más difícil, también a un pobre hombre que jugaba tener otro hijo aún dentro de su casa, KyungSoo personalmente entró y buscó por todas partes, pero no encontró a nadie, quería quedarse más tiempo para poder salvar al pequeño pero el techo estaba demasiado frágil y Jongdae tuvo que sacarlo a la fuerza, antes de un accidente innecesario.
-¡KyungSoo! -JongDae gritó sin poder ver a su compañero por la cantidad de humo-. ¡Debemos irnos!
-No voy a dejar a nadie aquí. ¡Vete!
JongDae encontró a KyungSoo gracias al sonido de su respuesta y lo jaló del brazo para poder sacarlo de ahí.
-¡No! Espera, debemos encontrar al chico. ¿De qué sirve ser rescatista si dejas que las personas mueran?
-No hay nadie aquí, pero si te quieres quedar -tosió por la inhalación del humo-, no podré explicarle esto a ChanYeol.
Bien, esa flecha tocó justo en su talón.
-Bueno, vámonos.
Llegaron a la conclusión, quizá el padre no tenía un varón, y lo comentaron con los paramédicos, quienes investigaron para saber, que el señor, sí tenía un hijo menor, pero estaba muerto.
En otro incendio, era normal pensar que estaba en peligro de nuevo, pero eso ya tenían que verlo los especialistas correspondientes.
Se cambiaron de ropa, y llegaron a casa por fin.
Minseok veía desde la puerta, JongDae estaba muy fatigado, y movía su cuello como si tuviese dolor, y avanzó sin mucho esfuerzo hasta su habitación.
El corazón de Minseok se arrugó, ese torpe le había roto el alma, pero verlo de esa forma le dolía aún más, trató pero no pudo, entró detrás de él al cuarto.
JongDae estaba cambiándose la ropa sucia para ponerse la pijama, pero tenía descubierta la parte superior, y dejaba admirar el bronco pecho del menor.
Hizo que Minseok babeara mentalmente por unos microsegundos, hasta que dejo de verlo, aunque ya estaba un poco avegonzado.
-Minseok. No sabía que vendrías.
JongDae se acercó unos pasos más, y cuando estuvo demasiado cerca tan sólo se sentó en la cama.
-Vi-vi-vine para saber si necesitas algo.
Sólo Dae podía convertir al fuerte Minseok en un manojo patético de nervios.
JongDae lo pensó un momento, su corazón latía muy fuerte, estar así juntos, es incómodo pero placentero.
Hace tanto que no veía a Minseok de cerca y la única verdad, es que no había cambiado. Era el mismo Minseok insensible que se fue a China para alejarse sin darle ninguna razón.
Estaba tan bellísimo, como si el tiempo no hubiese pasado y ambos fuesen los mismos tontuelos enamorados que eran hace tres años, se veían a los ojos, pero parecía que nunca se habían separado, al igual que sus corazones.
-Ahora que lo mencionas, me duele un poco el cuello.
Minseok se acomodó en la cama detrás de él y comenzó a dar un pequeño masaje en el área mencionada.
La piel, el tacto, era insoportable, la suavidad, la tes y la forma de aquella espalda marcada era simplemente sofocante para Minseok. Estaba a punto de enterarse a sus placeres más profundos y sus impulsos más animales para devorar el cuello de Jongdae.
Pero éste se dio la vuelta y al tenerlo frente a frente, dijo:
-Minnie... -Así le decía cuando eran felices, les dolió siquiera recordar los tiempos mejores, cuando estaban irreparablemente enamorados, hace tanto, lastimosamente-. ¿Qué nos sucedió?
Min recordó toda esa escena terrible, en el centro comercial más grande de toda Seúl, JongDae saliendo de una tienda de maquillaje, riendo con ella, tomando la mano de ella, besándola a ella.
-¿Quieres saber?
-Sí.
Minseok lo besó, lo extrañaba tanto que hería su pequeño corazón. JongDae respondió al instante, tomando como inciativa aprisionar las cálidas mejillas del rubio.
Jongdae no sentía lo mismo cuando besaba a Irene.
Jongdae recordó a Irene.
Jongdae no tenía porque besar a Minseok si tenía novia.
Bromear con terminar con ella, era sólo eso, bromas, que únicamente compartía con KyungSoo, sí la quería como para lastimarla.
Minseok se separó en cuanto sintió culpa, de su parte y de JongDae.
Estaba apenado y triste de todo eso último, pero no arrepentido, no del todo.
-Deberías descansar, ambos deberíamos descansar.
Min se dirigió a la puerta, apagó las luces y se fue.
KyungSoo caminó hasta su habitación para ver a un ChanYeol dormido como si se le fuese la vida en ello, fue imposible no sonreír, los pies del gigante sobrepasaban los bordes de la cama.
Se acostó a su lado y acarició su cabello. Enredando sus dedos en él.
No quería faltar en su vida, no quería arriesgarse tanto como lo hacía antes, si su trabajo era peligroso, KyungSoo hacía que las posibilidades de salir ileso disminuyeran de forma considerable, pero ya no más.
No se iba a perder la oportunidad de tener una larga y feliz vida a su lado.
ChanYeol despertó a sentir el tacto. Comenzó a asegurarse de que Kyungsoo estaba allí y no era un sueño, se sentó en la cama en un sólo segundo.
-¡Kyung! -Gritó, lo vio a los ojos y lo registró como si trajera un arma, nada era mejor que asegurarse-. ¿Estás bien?
-Sí, sólo estoy algo cansado.
-Entonces, recuéstate -golpeó suavemente la cama para indicar el lugar donde dormirá-. Ahora vuelvo, voy a tomar agua.
KyungSoo se acostó y quedó rendido, ni siquiera sintió cuando ChanYeol regresó a la cama.
Sin embargo cuando despertó ya no tenía zapatos, ni pantalón, pero estaba cubierto con la sábana.
Lo primero que buscó fue a ChanYeol a su lado, pero no encontró nada con su mano, entonces abrió lo ojos, y nada.
Se levantó corriendo y de nuevo buscó en el baño, en el ropero, debajo de la cama, no había nada.
Salió preocupado, despavorido de su habitación, y vio un Minseok tomando su usual café de la mañana, sonriendo como culpable de película de suspenso.
-¿Qué? ¿Se te escapó el príncipe, bello durmiente? -Sonrió de nuevo y bebió su café-. Se fue hace dos horas.
KyungSoo vio la hora, 10 minutos para las 10 y casi se fue de espaldas.
-Mi alarma no sonó -rápido encontró un culpable y Minseok levantó ambas manos lavándose de ese problema.
-Órdenes del general Park -se excusó y estaba a punto de citar todo lo que Yeol había dejado dicho antes de irse desde temprano a la estación-. "Que KyungSoo descanse y desayune bien" "No dejes salir a KyungSoo solo y menos al trabajo, es su día libre pero sé que igual querrá ir a la estación a trabajar" y no se qué más, blah blah.
KyungSoo no hizo mucho caso a Minseok, de seguro él estaba amargado y por primera vez era Kyung quien derramaba miel, a nadie le gustaba.
Se acercó a la mesa y pudo ver el desayuno listo, un par de hot cakes con miel de maple a un lado, un té y una flor, junto con una nota:
«Sube tu bello trasero a la cama y toma una manta para descansar porque probablemente lo necesites.»
Y dos más.
«JongDae no te comas esto, es para KyungSoo.»
«JongDae hablo enserio.»
Comenzó a reír, mientras comía lo que ChanYeol había preparado, aún seguía tibio, y no cocinaba tan mal.
Estaba sonriendo, sin ninguna gota de ironía.
Eso se llamaba felicidad, si alguien puede parar el tiempo, por favor que lo haga en este momento.
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