Seraphina se adentró más en el mundo humano, fascinada por su capacidad de tomar forma humana. Con su nueva apariencia de una joven chica de cabello azul oscuro y ojos brillantes, pudo interactuar sin despertar temor entre los humanos. Sin embargo, aún debía ocultar su verdadera identidad como dragona de cristal para evitar complicaciones.

Un día, mientras se encontraba en una bulliciosa ciudad cercana al bosque, escuchó un rumor entre los mercaderes sobre cazadores furtivos que habían estado rondando la zona. Los rumores hablaban de un raro dragón azul que, según decían, tenía poderes mágicos que podrían ser de gran valor.

Seraphina se puso en alerta. Sabía que estos cazadores furtivos podían ser una amenaza para ella y para la magia que protegía en el bosque. Decidió seguir los rumores y averiguar más sobre estos individuos.

Siguiendo discretamente algunas pistas, llegó a un campamento escondido en las profundidades del bosque. Desde la distancia, pudo ver a un grupo de hombres con miradas codiciosas y armas preparadas para la caza.

Entre sus susurros, escuchó menciones sobre un dragón de cristal que había sido avistado en el área. Parecían decididos a atraparla y explotar su poder mágico para sus propios fines.

Seraphina no podía quedarse de brazos cruzados. Sabía que debía actuar para protegerse y proteger el bosque. Con cautela, se acercó al campamento, mezclándose entre los árboles y las sombras para evitar ser vista.

En la distancia, pudo ver a un hombre robusto, conocido como el líder de los cazadores, dando órdenes a su grupo. Su rostro estaba determinado y sus ojos brillaban con avaricia. Era evidente que no descansarían hasta capturar al raro dragón azul.

Seraphina sintió una mezcla de temor y coraje mientras se preparaba para enfrentar a los cazadores. Sabía que debía usar su astucia y habilidades para evitar ser atrapada y descubierta.

Con sigilo, Seraphina utilizó su capacidad de volar en su forma de dragón de cristal para vigilar el campamento desde lo alto de los árboles. Observó los movimientos de los cazadores y trazó un plan para neutralizar su amenaza.

Esperó pacientemente hasta que el momento fuera propicio. Mientras los cazadores se dispersaron para rastrear al dragón, aprovechó la oportunidad para desactivar sus trampas y alejarlos de la ubicación de la cueva donde se encontraba el nido de su familia.

Seraphina sabía que el nido era un lugar sagrado y lleno de magia, y no podía permitir que cayera en manos equivocadas. Con cuidado, protegió el lugar, dejando trampas falsas para desorientar a los cazadores.

En una audaz maniobra, utilizó su habilidad de controlar el cristal para crear ilusiones que los distrajeran y los hicieran perderse en el bosque. Los cazadores se confundieron y comenzaron a pelear entre ellos por la dirección correcta.

Finalmente, cuando el caos estaba en su punto máximo, Seraphina se mostró ante ellos en su forma humana. Su mirada les transmitía determinación y advirtió con una voz firme y serena que abandonaran el bosque si valoraban sus vidas. Les recordó la leyenda de los Dragones Guardianes y cómo aquellos que perturbaran su hogar sufrirían terribles consecuencias.

Los cazadores, atemorizados por la aparición de una joven misteriosa con ojos resplandecientes, decidieron no arriesgarse más y huyeron del bosque, alejándose de la magia que protegía el lugar.

Seraphina los observó partir y sintió alivio. Había logrado evitar una tragedia y proteger el nido de su familia. Aunque su misión estaba lejos de terminar, sabía que había tomado un paso importante para proteger la magia del bosque.

Con el peligro alejado, Seraphina regresó a su forma de dragón y voló a lo alto del cielo, disfrutando la libertad de volar por los vastos paisajes. Mientras se desplazaba entre las nubes, se sintió más conectada que nunca con sus padres dragones, sintiendo su presencia en el viento y en el brillo de las estrellas.

Decidió continuar su búsqueda de respuestas sobre el destino de sus padres. Aunque había encontrado algunos indicios sobre su legado, aún quedaban muchos misterios por resolver.

Seraphina sabía que el camino sería difícil y peligroso, pero estaba decidida a descubrir la verdad y honrar el legado de sus padres dragones. Con cada paso que daba, se acercaba más a la verdad sobre su origen y el propósito de su reencarnación como la dragona de cristal.