Mis días en aquel mundo parecían más una eternidad de tristeza y desesperación. Desde que tengo memoria. El dolor se convirtió en mi compañero más cercano, y la esperanza parecía un sueño inalcanzable.

Crecí en un hogar roto, donde las discusiones y los gritos eran mi canción de cuna. Mi padre, sumido en sus propios demonios y egoísmo, nos abandonó cuando era solo una niña, dejándonos a merced de una madre cuyo amor parecía haberse marchitado hace mucho tiempo. Me esforcé por llenar el vacío que dejó, tal vez si cumplía sus expectativas eso cambiaría las cosas... que ingenua fui, cuanto más lo intentaba, más me sentía invisible para ella.

En la escuela, el acoso era mi sombra constante. Mis compañeros de clase encontraban en mí una vía de escape para sus propias frustraciones. Me insultaban y me menospreciaban, y cada burla cortaba como un cuchillo en lo más profundo de mi corazón. Intentaba mantener una sonrisa, pero el dolor me estaba consumiendo poco a poco.

En mi soledad, me refugié en los libros y en mi imaginación. Pero incluso allí, el mundo era implacable. Las palabras en las páginas parecían burlarse de mí, recordándome una y otra vez que no pertenecía a ese lugar. No había escapatoria.

Las noches eran las peores. El silencio solo era interrumpido por los sollozos ahogados en mi almohada. Luchaba contra el insomnio, deseando un sueño reparador que nunca llegaba. No había consuelo para el tormento que habitaba en mi mente.

Un día, cuando mi desesperación alcanzó su punto máximo, me encontré caminando sin rumbo por el parque cercano a mi casa. Mientras me perdía en mis pensamientos.

Vi a un niño en peligro, al parecer los frenos de un auto habían fallado y este se dirigía hacia el. No tuve tiempo de siquiera pensarlo dos veces pues mis piernas se habían empezado a mover solas. Con un impulso, lo aparté del camino justo a tiempo, salvándole de un destino trágico.

Sin embargo, aquel acto valeroso me costó caro. El auto no tardo en alcanzarme, y la última imagen que vi fue el rostro agradecido pero cubierto en lagrimas de aquel niño y su madre mientras caía inconsciente al suelo.

Y entonces, desperté en un lugar desconocido. Mi cuerpo se sentía extraño, y al mirar mis manos, encontré garras afiladas en lugar de dedos. Mi piel se había transformado en escamas iridiscentes, y un par de impresionantes alas se extendían desde mi espalda.

La confusión me envolvió, y traté de volver a mi realidad anterior, pero no había vuelta atrás. Una voz suave y cálida resonó en mi mente, diciéndome que había sido bendecida con una segunda oportunidad.

En ese momento, recordé toda mi vida pasada, cada dolor y sufrimiento que había soportado. Pero esta nueva forma, esta reencarnación, me ofrecía una perspectiva diferente. La voz me llamaba Seraphina y me aseguraba que ahora podía cambiar mi destino y el de otros. 

En ese momento una especie de pantalla medio transparente se mostró frente a mi.

Nombre: Seraphina 

Especie: Dragón de Cristal 

Edad: 1 hora 

nivel: 1

Estadísticas:

Ataque: 35Defensa: 50Velocidad: 60Probabilidad de crítico: 15%

Habilidades:

Aliento de Cristal: Seraphina puede exhalar un aliento de cristal que congela momentáneamente a sus oponentes, ralentizando su movimiento y reduciendo su probabilidad de acertar ataques.Vuelo Ágil: Sus alas cristalinas le permiten maniobrar con gran agilidad en el aire, lo que le da una ventaja en la evasión de ataques enemigos y le facilita explorar lugares de difícil acceso.Escamas Resplandecientes: Las escamas de Seraphina irradian una luz tenue, lo que la hace difícil de ver en la oscuridad y también puede deslumbrar momentáneamente a sus enemigos.

Habilidades Pasivas:

Resilencia Cristalina: Su piel de cristal le otorga una resistencia natural a los ataques físicos y mágicos.Afinidad Elemental: Tiene una conexión especial con la energía cristalina del entorno, lo que le permite absorber energía y fortalecerse cuando está cerca de formaciones de cristal o lugares mágicos.

Talentos:

Aprendizaje Rápido: Como dragona joven, Seraphina tiene una mente ágil y es capaz de aprender rápidamente nuevas habilidades y tácticas.Curiosidad Innata: Es extremadamente curiosa y siempre está dispuesta a explorar nuevos lugares y conocer a otras criaturas, lo que la lleva a descubrir secretos ocultos y valiosos recursos.

Títulos:

Renacida

Tras examinar mis nuevas estadísticas, me sentí emocionada y ansiosa por probar mis habilidades recién descubiertas. Sin embargo, antes de aventurarme en una aventura más desafiante, decidí explorar un poco más mi entorno, note que me hallaba en una cueva la cual tenía cristales por todos lados y que junto a mi yacía una cascara de un huevo blanco con motas azule supongo que se trata del huevo del que nací. Me desplacé con cautela por la cueva, maravillándome con la belleza de aquellos cristales los cuales creaban un juego de luces hermosos.

De repente, vi a lo lejos un pequeño monstruo de aspecto adorable pero a su vez peligroso. Era una criatura con forma de serpiente y colores brillantes. La pantalla de estadísticas mostraba que era una "Serpiente Cristalina" de nivel 5.

Decidí que sería el oponente perfecto para mi primera batalla. Me acerqué sigilosamente, tratando de no asustarlo, pero mis grandes alas reflejaban la luz de los cristales y la serpiente me detectó.

Sin perder tiempo, se abalanzó hacia mí con su pequeña boca abierta, mostrando afilados colmillos. Con un rápido movimiento, esquivé su ataque y contraataqué con mi "Aliento de Cristal". Un torrente de aire frío y cristalino salió disparado de mi boca, envolviendo a la serpiente y ralentizando sus movimientos.

Aprovechando la oportunidad, me abalancé sobre él con mis garras afiladas. La cuales mi oponente intentó esquivar, pero mis alas me permitían una agilidad sorprendente en el aire. Logré rasguñarlo con mis garras, causándole un daño moderado.

Mi contrincante contraatacó, lanzando pequeñas espinas cristalinas hacia mí. Utilicé mi "Escamas Resplandecientes" para intentar bloquear el ataque, pero algunas espinas lograron alcanzarme, causándome dolor.

No me rendí. Sabía que tenía que seguir adelante y mejorar mis habilidades. Volví a usar mi "Aliento de Cristal" para mantenerlo a raya, y luego aproveché su lentitud para realizar un ataque directo con mis garras. Esta vez, mi ataque fue más preciso y certero, infligiendo un daño significativo.

Sin embargo, la criatura no se dio por vencida. Lanzó un ataque final con todas sus fuerzas, y esta vez me tomó por sorpresa. Sus colmillos se clavaron en una de mis alas, causando un dolor punzante. Pero también sentí una extraña sensación, una especie de conexión con aquella criatura.

A pesar del dolor, decidí no luchar más. Me di cuenta de que esto no llegaría a nada y de que aquella serpiente no atacaba por algún tipo de malicia, solo estaba tratando de defenderse. Utilicé mi "Afinidad Elemental" para calmarlo y transmitirle mi intención pacífica.

Poco a poco, la serpiente dejó de atacar y retrocedió, mirándome con sus ojos brillantes. Noté que la conexión que sentía con ella estaba creciendo, y comprendí que podía comunicarme con las criaturas a través de mi afinidad con la energía cristalina.

Decidí no atacarlo más y, en cambio, extendí mi garra hacia él en señal de amistad. La serpiente pareció entender y, con cierta timidez, tocó mi garra con su cabeza. Fue en ese momento que vi cómo mi nivel aumentaba en la pantalla de estadísticas.

Nombre: Seraphina 

Especie: Dragón de Cristal 

Edad: 1 hora 

Nivel: 2

Estadísticas actualizadas:

Ataque: 40       Defensa: 55

Velocidad: 65    Probabilidad de crítico: 1,5%

La batalla había sido intensa y desafiante, pero también me había enseñado una valiosa lección. No todas las criaturas que encontraba eran enemigas, y podía usar mi poder para proteger y conectar con ellas.