Capítulo 1: El Despertar Oscuro
Título: “El Renacimiento de Sukuna”
en la aldea oculta de Konoha, la noche del 10 de octubre, el destino se retorcía. Kushina Uzumaki, la segunda jinchūriki del Nueve Colas, estaba a punto de dar a luz. Pero no era un nacimiento común.
Minato Namikaze, el Cuarto Hokage, había tomado precauciones especiales. La barrera protegía la cueva remota donde tendría lugar el parto. Anbu vigilaban, y Minato mismo supervisaba el sello que mantenía al Nueve Colas dentro de Kushina.
Sin embargo, un enemigo acechaba en las sombras. El hombre enmascarado, Con su Sharingan, infiltró la barrera y llegó al interior de la cueva justo después del nacimiento del niño.
mató a las parteras y tomó al recién nacido, Naruto, como rehén. Amenazó con matarlo si Minato intentaba restaurar el sello del Nueve Colas.
Minato, desesperado, teletransportó a Naruto lejos de allí, dejando a Kushina atrás. El enmascarado, tomó a la pelirroja que apenas podía luchar y rompió el cello que contenía a zorro, controlándolo con su sharingan llevó al Nueve Colas de regreso a la aldea.
La tragedia estaba en marcha. El Nueve Colas, bajo el control de Tobi, atacaría Konoha.
La aldea de Konoha se sumió en la oscuridad. El Nueve Colas, liberado por Tobi, desató su furia. Sus rugidos resonaron, y las calles ardieron.
Minato Namikaze, el Cuarto Hokage, enfrentó a al enmascarado. Sus movimientos eran rápidos como el viento, pero él era escurridizo. La lucha fue épica. Minato usó su técnica de teletransportación, el Rasengan logrando ganar a medias ya que el extraño había desaparecido.
Kushina, gravemente herida, emergió. Su cabello rojo y ojos decididos brillaban. Ella era la anterior Jinchuriki, debía ser fuerte y aguantar. Con sus cadenas de chakra, Kushina atrapó al Nueve Colas. Su sacrificio permitió que Minato actuara.
Minato…” susurró Kushina, su voz entrecortada. “Cuida de Naruto. Protégelo.” Sus ojos se encontraron por última vez antes de que el Nueve Colas la atravesara con su cola ardiente. Kushina cayó, pero su espíritu seguía vivo en su hijo.
Minato, con lágrimas en los ojos, invocó al Shinigami. Su alma se ofreció en un pacto desgarrador. “Sella al Nueve Colas en Naruto”, ordenó. El Shinigami aceptó, y el sello se formó en la piel del bebé. Minato sabía que su hijo llevaría una carga pesada, pero confiaba en su fortaleza.
El Nueve Colas se calmó, atrapado dentro de Naruto. Pero no era Naruto quien despertó. Ryoumen Sukuna, con cabello rojizo y cuatro ojos carmesíes, abrió los ojos. Observó todo con curiosidad burlesca. “Así que este es un nuevo mundo …”, pensó. “Interesante.”
El Tercer Hokage, Hiruzen Sarutobi, llegó al altar donde Minato y Kushina habían sellado al Nueve Colas. Allí, encontró a Naruto, el bebé de cabello rojizo, abrazado por los cuerpos sin vida de sus padres. La tragedia pesaba en el aire. Sarutobi sabía que el destino de la aldea estaba en manos de este niño.
Con cuidado, llevó a Naruto al hospital. Las enfermeras lo rodearon, preocupadas por las heridas en su pequeño cuerpo.
Mientras tanto, el Hokage se enfrentaba al desorden que quedaba después del ataque del Nueve Colas. Los shinobi heridos eran atendidos, y los edificios destruidos se reparaban.
En una reunión secreta del Consejo, Danzo Shimura, el líder de la Raíz Anbu, reveló la verdad. “Naruto Uzumaki es el Jinchuriki del Kyuubi”, declaró. “La bestia vive dentro de él, y su poder es inmenso.” Los ancianos del Consejo intercambiaron miradas preocupadas. El futuro de la aldea estaba en manos de un niño. Y en lo profundo de ese niño, Ryoumen Sukuna aguardaba, burlándose de su destino.
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