✴️Episodio 4✴️
Varios días habían pasado desde que la Princesa Twilight conoció a los ponis que habían unido a las razas, ella iba y venía entre su centro de operaciones y el faro, estaba la mayor parte del día ayudando a Sunny e Izzy con su magia, pasando el rato con Hitch y dándole consejos del cómo cuidar adecuadamente de un bebé dragón (después de todo tenía experiencia cuidando de uno), con Zipp y Pipp la cosa fue distinta, con ambas hermanas nobles empezó a hablar sobre como era dirigir un reino, también les hablo sobre sus aventuras y demás.
Ahora la diarca de la amistad extendió sus alas y empezó a volar, siendo seguida poco después por Sunny, quien no dejaba de vibrar y soltar palabras de admiración hacia la mayor que se había convertido en su maestra, ¡Twilight Sparkle, la Princesa de la Amistad! ¡Era su maestra!.
Ambas alicornios surcaban los cielos, para Sunny esto no se comparaba en nada a los días de vuelo con Zipp, volar junto a la mayor era casi como estar en un tranquilo sueño, pero no lo era, todo era genuino, ¡El dolor que había sufrido debido a sus constantes desmayos era una confirmación de ello!.
Sunny observó por el rabillo del ojo la melena de la alicornio, desde que la vio había quedado preguntarle al respecto. —Y umm... Princesa Twilight, ¿Me podría decir como es que su melena se mueve sin la necesidad de viento? Había leído que es debido a que los alicornios gotean magia o, bueno, al menos eso decía el diario se mi padre, entonces ¿Si gotea magia?—
Twilight dio un ligero tarareo. —Mmm, de una manera pequeña, supongo. Verás, generalmente los ponis tienen un buen control sobre la pequeña cantidad de magia que corre a través de su cuerpo. En general, se reúne donde más se necesita: unicornios en sus cuernos, pegasos en sus alas y ponis de tierra en sus pezuñas. Como alicornio soy una excepción. Nuestros cuerpos tienen las propiedades de las tres tribus. Reunimos tanta magia que es simplemente imposible para nuestro ser contenerlo todo. El estado de nuestra melena y cola es un subproducto de ese desbordamiento. Es como una manera de liberar ese exceso de acumulación de energía—
—¡Eso es increíble! ¿A mí también me sucederá eso en el futuro? El único cambio radical que tuve al volverme alicornio fue que mi melena obtuvo nuevos colores—
—Podría suceder— Respondió. —Pero se que mi melena no es de lo que quieres hablar, Sunny, ¿Qué es lo que te preocupa?—
—¿Cómo es que...?—
—¿Lo sé? No sabes cuántas veces he estado en tu lugar, por lo que estoy familiarizada, así que... ¿Qué es lo que te preocupa?—
Las orejas de la más joven caen hacia atrás. —Yo... No se si estoy preparada para liderar y la mayoría de ponis viene a mi buscando ayuda debido a que soy la única alicornio que hay, se que ahora estás tú, pero antes no era así... ¿Y qué sucederá cuando debas regresar a tu mundo? ¡No sabría que hacer!—
—¡Espera, espera, espera! ¿Quién dijo que debías convertirte el líder?—
—Nadie pero... Soy una alicornio...—
—El que seas una alicornio no significa que debas convertirte en una líder y menos en la siguiente gobernante de Equestria— Detuvo su vuelo y se sentó en una nube, acción que fue imitada por la más joven. —Sunny, no tienes que ser la líder que los ponis necesitan, sino una amiga a la que ella puedan acudir si tienen dudas. Posiblemente habrá más de uno que querrá que te conviertas en líder, ¡Pero no tienes que hacerlo si no quieres! Solo continúa siendo tu—
Los ojos de la menor de llenaron de lágrimas y por el momento que estaban teniendo, abrazo a la mayor y empezó a llorar, agradeciendo que ella estuviera allí, aún si no era la Twilight de este mundo, seguía siendo la poni a la que había admirado desde que era una pequeña potrilla.
Estuvieron abrazadas por un par de minutos, luego se separaron y volvieron a surcar los cielos. Sunny se mantenía en silencio ahora, aún cuando las palabras de la alicornio la habían ayudado, parecía que no habían penetrado del todo en su mente y corazón, porque las dudas aún permanecían allí.
Tras horas volando llegó la hora de volver, ambas alicornios se despidieron mientras el sol se ocultaba en el horizonte.
Luego de ver a Sunny ingresar al faro, Twilight se volteó dispuesta a regresar a la casa del árbol, lugar donde había estado viviendo desde que llegó a este nuevo mundo, no dio ni dos pasos cuando su pelaje de erizo y sus plumas se vieron esponjadas, lo que la hizo entrar en pánico.
—...Algo va a ocurrir...— Murmuró.
Lejos de las tres ciudades principales, en una montaña que quedaba a unos cientos de metros de lo que una vez fue el Imperio de Cristal, había una cueva donde se ocultaba del frío invernal un poni.
Aquel misterioso corcel era un unicornio, su pelaje era tan blanco como la nieve, ojos de un tono rojizo brillaban como un par de rubíes, su melena era negra con franjas grises y su fleco era recto (similar a cierta princesa de la amistad). Su Cutie Mark era una copa de vino con una estrella de renfan en su interior.
El unicornio observó el pequeño bolso que había traído consido, en el estaban guardados dos libros: el primero era de Magia Negra, artes oscuras, conjuros prohibidos y demás cosas, el segundo era sobre la antigua Equestria, de cuando las Guardianas de la Amistad aún vivían y las tribus estaban en armonía.
Desde que era un potro, aquel pony había odiabo esas historias de la unión y la armonía, y no por el hecho de que esas leyendas contaban que terrestres, pegasos y unicornios vivían en paz, porque a aquel corcel no le importaban ninguna de las 3 razas pony, ni siquiera a los unicornios, a quienes pertenecía, odiaba aquellas historias porque le parecía algo por de más absurdo que algo tan efímero como lo era la amistad pudiese ser la solución a absolutamente todo.
La amistad no puede resolverlo todo, no es la respuesta que alguien en peligro espera tener, ¡Imaginalo! Un pony que está siendo atacado por alguna bestia super peligrosa pide ayuda y le dicen: "Espera un poco, la amistad te ayudara a resolver tus problemas", ¡Era ridículo! ¡No tenía lógica alguna! ¿Cómo alguien siquiera poder creer algo tan estúpido?.
Por eso estaba aquí ahora, planeaba demostrarle a todos que la amistad no era la solución a todos los problemas. Hizo flotar el libro de magia negra hasta él, aquel objeto, que había encontrado hacia varias lunas. Por alguna razón desconocida, aquel libro llamó su atención por completo.
Durante los años que siguieron, se la pasó metido en su hogar sin salir con frecuencia, pues solo leía aquel libro que de alguna forma lo había hechizado, estaba muy apegado a el, al punto que fue por este que obtuvo su Cutie Mark. Si, su talento especial nació al pronunciar unas palabras de un ritual del tan dichoso escrito. El pony se sentía tan maravillado con todo lo que leía, y tan frustrado al mismo tiempo por no poder realizar muchos de esos conjuros debido a que no poseía magia.
Al menos así fue hasta que un día su cuerno empezó a liberar pequeñas chispas. Al inicio lo atribuyó al libro, pero cuando escuchó un bullicio afuera y salió, descubrió que el libro no había tenido nada que ver, porque todos los unicornios estaban usando magia, algo que no se había visto en milenios. Se sorprendió por el repentino regreso de la magia, pero se emocionó también, porque eso significaba que ya podría poner en práctica los hechizos que había escritos en el libro.
Tras unos meses de práctica y error, logro hacer varios conjuros de magia negra, pero tras eso comenzó a escuchar una voz, una voz que le susurraba al oído las más siniestras y macabras ideas que algún pony podía realizar.
Lo curioso era... que al corcel le encantaba oír todo aquello, a pesar de que jamás las haría porque no lo encontraba necesario... al menos así era hasta que un día escuchó de esa misma voz que el motivo por el que la magia volvió fue por el poder de la amistad.
¡Lo que más odiaba en el mundo le había devuelto si magia! ¡Era lo más absurdo! ¡Era una blasfemia! ¡¿Por qué no simplemente la magia volvía por si sola y ya?! ¡¿Por qué un grupo de estúpidos tenía que usar la "amistad" para que unos malditos cristales del año del pepino volvieran a funcionar?! ¡Era una maldita estupidez! ¡Algo insensato!.
Fue producto del enojo y el odio hacia la amistad que dejó que la voz lo guiará, llevándolo hasta prácticamente los límites de Equestria, no sabía la intención exacta de la voz, pero podía intuir que estaba siendo guiado hacia algo que lo ayudaría a acabar con la amistad de una vez por todas.
Hizo levitar el libro que narraba sobre las guardianas y lo abrió en la página donde aparecía un retrato de las 6 guardianas, luego arranco la página y la arrojó en la fogata que le ayudaba a mantener el calor en aquella tundra helada.
Poco a poco vio como la ilustración de las guardianas era consumida por las llamas convirtiéndose en solo unos segundos en nada más que un pequeño montón de cenizas. —Tal como sucede con esta ilustración, la amistad se va a convertir en cenizas, ¡Nadie necesita tener amigos! Ellos solo te buscan por interés, siempre van a querer algo de ti, o por otro lado, estarán junto a ti por lástima, ¡Los amigos no son reales! ¡La amistad tampoco lo es! Y, me encargaré de hacerles ver a cada poni que la amistad no resuelve todos los problemas. Ellos deberán entenderlo, aún si es a la fuerza... En su mente siempre va a estar presente que la amistad no siempre es la respuesta—
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