Capítulo 7
Después de horas y horas de hablar con Euterpe, finalmente Steph decidió regresar al castillo en el que había despertado, cuando se puso de pie y se dispuso a marcharse Euterpe le preguntó:
-¿Vas a volver a palacio?
-Sí, no me hace ilusión, pero mis amigos Carlos y Mark están allí, no los puedo dejar sólos, que pensarán de mí.
-Esta bien, te acompañaré.
-Gracias.
Salieron del templo ambas y enfilando el camino de regreso al castillo, Steph iba perdida en sus pensamientos. No dejaba de darle vueltas a la cuestión de su vínculo instantáneo con Euterpe, es como si se conociesen de toda la vida, cómo si fueran las mejores amigas en todo el mundo.
Desde que ella y sus amigos habían llegado a Venus todos le hablaban cómo si fuera una Dama Inglesa de la corte de la Reina de mediados del sigo XIX, sin embargo Euterpe la trataba normal, con confianza, como una amiga más y eso le daba un poco de seguridad en medio de toda la situación aunque no tuviera ni idea de por qué.
-Estás muy callada- dijo Euterpe sacandola de su trance.
-Lo siento es que estaba pensando.
-¿En qué?
-En que eres la única que me ha tratado como una igual y no como alguien extremadamente importante de la era medieval en pleno siglo XIX.
-¿Quereis que empiece a trataros cómo una majestad?- le preguntó Euterpe aunque el sarcasmo de su voz era evidente.
-¡Para nada!- exclamó Steph- Amo que me trates así, había olvidado lo que se sentía ser una persona normal, lo extrañaba.
Los ojos de Euterpe comenzaron a aguarse con ese comentario, lo cuál, llamó la atención de Steph.
-¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?- preguntó Steph desconcertada.
-No- se disculpó Euterpe- Es sólo que me recordaste a la Reina, ella me dijo lo mismo hace no mucho tiempo en una situación muy similar a esta.
-¿Querías mucho a la reina?
-Era mi mejor amiga, la única persona que realmente sentía que me entendía, con la que podía contar.
-Lo siento, en serio, se lo que se siente perder a alguien que te importa. Ya pasé por ello.
-No lo sabía- se disculpó Euterpe.
-No te preocupes, ya esta superado.
El Castillo se hacía cada vez más grande a medida que se acercaban a el, hasta que porfin llegaron al enorme portón dónde una bella dama que usaba una corona de oro y una pluma y un pergamino en sus manos; con una hermosa cabellera rubia y llevava un vestido verde.
-Bienvenida vuestra merced- saludó muy cortezmente la dama de las alas de ángel.
-Calíope- dijo Euterpe.
-Por lo que veo has venido con ella, puedo ver que ya sois amigas.- Dijo Calíope a lo que Euterpe asintió.
-¿Quién es ella?- Preguntó Steph a Euterpe.
-Ella es Calíope, la mayor de las nueve musas de las Bellas Artes y es la musa de la elocuencia y la poesía épica.
-Encantada de conoceros al fin, mi señora- dijo Calíope en un tono super formal.
-Gra... Gracias, el pla... Placer es mío.- Respondió Steph muy cohibida.
-Por favor disculpad la forma en que se os han traído aquí pero es que era extrictamente necesario.
-Sí, Euterpe ya me lo ha explicado.
-Eso es maravilloso- dijo mientras Anthea llegaba a la puerta y se paraba junto a Calíope- Por favor, os ruego que vallais con Anthea, ella os llevara con vuestros amigos, yo debo hablar con Euterpe.
-Por aquí por favor- dijo Anthea dirigiendose al interior del palacio, mientras Steph iba tras ella.
Euterpe y Calíope entraron también pero esperaron a que Anthea y Stephanie desaparecieran de su vista antes de empezar a hablar con libertad en el salón.
-Es ella, estoy segura- afirmó Euterpe.
-¿Cómo estás tan segura de ello?
- Porque yo conocía a Afrodita, mejor que nadie, ella era mi mejor amiga, por eso estoy tan segura de que Stephanie es ella- un destello de esperanza brillaba en sus ojos.
-No te ilusiones Euterpe, por favor, ella también puede ser La Madre Monster Galáctica reencarnada. ¿Tengo que recordarte que su alma tampoco se halla en Plutón?
-Lo sé pero no es ella, Stephanie es la reencarnación de nuestra Reina, yo lo se, su sentido del humor, su manera de ser, su sonrisa, su manera de hablar. Es ella, estoy más que segura.
-Cómo sea aún debemos ponerla a prueba para estar seguras.
-¿Qué tienes en mente?
-La canción a su amante perdido, ella debe oirla. Reunete con Polimnia y las demás, diles que vengan a palacio para presentarlas a Stephanie. Ya va siendo hora de que las conozca.
-¿Y que piensas hacer con la canción?
-Tú, Polimnia y Yo la llevaremos al Tabernáculo de los planetas, le mostrareros las diferentes puertas que conducen a cada planeta y allí empezaremos a tocar la canción. Si la chica resulta ser nuestra reina será capaz de cantar la letra.
-¿Y si no resulta?
-Tiene que resultar. Puede que ella se niegue a recordar su pasado por todo el dolor que le trae pero esa canción es inolvidable para ella.
-¿Crees que sea por eso que aun no tenga recuerdos de nada? Anthea nos dijo que ya había empezado a soñar, son los primeros signos de que su memoria esta comenzando a volver.
-Sí, pero no podemos confiarnos, debemos estar seguras.
Euterpe asintió y finalmente estuvo de acuerdo con la propuesta de Calíope, necesitaban hallar a su Reina si querian que Venus sobreviviera, el planeta estaba muriendo lentamente, cada ves se apagaba un poco más y sin la reina no pueden avivarlo, ya que ella es la única que tiene el poder suficiente para eso.
La situación era desesperada y se les acababa el tiempo, pero es que, por otro lado las cosas no pueden ser forzadas, jugar con la mente de Stephanie podría traer severas consecuencias si resulta que no se trata de la Reina Afrodita, si no de la Madre Monster, ella no era malvada, al contrario, su bondad no conocía los límites, pero hacerle daño podría causar su ira y esto generaría una tremenda catastrofe a nivel de la galaxia pues su furor es inconmensurable.
-Espero estar en lo cierto- dijo Euterpe con un tono que denotaba preocupación.
-Yo también lo espero- le contestó Calíope en el mismo tono- Por nuestro propio bien espero que no estés errada.
Mientras tanto, Steph se reunió con Carlos y Mark, los cuáles aún seguían en la habitación. Cuando Steph entró se los encontró besándose.
-¡Uy!- exclamó algo apenada- ¿He interrumpido algo? Si es así puedo volver más tarde.
-No, no- dijo Carlos incorporandose- Sólo estábamos besandonos, no teníamos intenciones de más nada te lo juro.
-Ay tranquilo, Carli. Tú sabes que a mí eso no me importa, yo los apoyo. Siempre he creído que el amor Gay es uno de los amores más puros que he visto y a veces me gustaría poder tener algo así en mi vida, soy cómo un chico gay atrapado en un cuerpo de mujer- les dijo mientras les lanzaba un beso en el aire y les guiñaba un ojo.
Cada vez que ella hacía eso a Carlos se le aguaban los ojos, adoraba a Stephanie, había veces que sentía que ella era esa madre que siempre quiso y que nunca tuvo, a pesar de saber que Stephanie sólo era tres años mayor que él aún así no le importaba, la veía como una madre y como una amiga, la mejor que ha tenido en toda su vida.
-¿Por qué me miras de esa manera?-preguntó Steph con una risa nerviosa.
-Nada, sólo que te adoro, ¿lo sabes no?- le dijo Carlos con un aire de complicidad mezclado con sinceridad.
-Lo sé bobito- le dijo Steph sentandose en su otro lado que aún seguia vacío.
Mark permanecía callado al otro lado de Carlos. No se atrevía a hablar, ni siquiera a moverse. Desde que había llegado a Venus trataba de alejarse lo más posible de Stephanie, ya que estar cerca de ella le producía una sensación muy extraña que lo aterraba cantidad, sentía como si de un momento a otro ella le fuera a hacer algo malo, sentía miedo de ella y no podía entender por que.
Por otro lado, Stephanie no se sentía muy diferente, desde que llegaron a Venus sentía como si deseara que Mark estuviera bien lejos de ella y de Carlos, como si el fuera una amenza.
Esto la hacía sentir muy frustrada y culpable, el pobre Mark no se había metido con ella, al contrario, parecía respetarla y amarla mucho, tanto que se mantenía en silencio sin hablar cada vez que ella estaba cerca o hablando con Carlos, y también sentía la distancia que él estaba intentando mantener de ella.
Harta de toda la situación, decidió dar el primer paso y poniendose de pie se dirigió al otro extremo de la cama en el que se encontraba sentado Mark, y sin pensarlo dos veces se sentó a su lado.
-Hola Mark- le saludó Steph de manera muy casual.
-Hola- le respondió Mark tímidamente.
-¿Sabías que estoy muy felíz de que tú y Carlos estén? En serio, me alegra mucho.
-Gra... Gracias Stephanie, viniendo de tí significa mucho para mí.
Stephanie sin dudarlo abrazó a Mark, él estaba confuso los primeros segundos pero despues le devolvió el abrazo y entonces ella lo apretó y el hizo lo mismo. Eso los reconforto a ambos: a ella y a él, logrando así, aliviar la tensión que entre ellos había.
Anthea, que se encontraba observándolo todo desde una distancia prudente, no pasó por alto lo que acababa de pasar.
"Jm, al parecer desde que llegaron aquí la tensión entre Stephanie y el joven Psique es evidente- pensó Anthea- Al parecer sus almas aún recuerdan las sensaciones y los sentimientos acumulados.
<<Se que Mark en realidad es el joven Psique, que una vez fue el amante de Eros, el hijo de Afrodita, al parecer en sus vidas terrenales se volvieron a encontrar y se han reunido lo cuál me termina de confirmar qué Carlos es la reencarnación de Eros.>>
<<Lo qué me lleva hasta Stephanie, estoy ahora todavía más segura de que ella es Afrodita, pero necesito trabajar con los recuerdos contenidos en sus sueños.-Anthea en ese momento recordó el retrato de la Madre Monster en el salón del trono- ¡Eso es! Si ella es la Madre Monster, verse a sí misma nos podría dar una pista a nosotros y a ella.
-Discúlpadme- dijo Anthea, al fin.
-¿Sí?- dijeron los tres al unísono, mientras Mark y Steph rompían su abrazo.
-¿Os gustaría hacer un recorrido turístico por el castillo?¿Yo os puedo guiar?
-Pues claro- dijo Carlos hablando por los tres- Nos gustaría.
-Por favor, seguidme.
Dicho esto comenzaron el Tour, Anthea les mostró cada rincón de aquel resplandeciente castillo, a pesar de que el planeta fuese amarillo, el interior de ese palacio no podia ser mas blanco y luminoso, al iguál que el templo de las musas.
Anthea también los llevó por el lugar dónde solían estar los jardines del palacio hasta la muerte de la reina y finalmente terminó el recorrido en el salón del trono.
Cuándo llegaron allí se encontraron a Calíope sentada en el escalón del pedestal dónde estaba el trono, escribiendo algo en un pergamino.
-Calíope- dijo Stpeh
-¿Si?
-¿Dónde está Euterpe?
-Ha ido a encontrarse con las demás musas para pedirles que vengan a palacio, están ansiosas por conoceros y creo que ya es hora de que os veais.
-Entiendo.
-¿Espera las demás musas de las Bellas Artes también vendrán?- pregunto Carlos.
-Pues sí- le reafirmó Calíope.
-¡Eso esta De Lujo!- Exclamó Mark.
-¿Anthea que haceis?
-Sólo les enseñaba el castillo, ya este es el último sitio que quiero que vean- dijo Anthea, y dirigiendose a los invitados les dijo- Bienvenidos al salón del trono, ese de ahí- señaló al trono detrás de Calíope- es el trono de la reina y eso otro- señaló a un cuadro que había en la pared de al lado del trono- Es un retrato de la Madre Monster Galáctica, la que dió a luz a los primeros seres galácticos.
Steph se quedó mirando detenidamente ese cuadro que mostraba a una dama de vestimenta super rara y estrambótica sentada en un torno que flotaba sobre un planeta enano a inicios de la galaxia.
-¡Esperen!- exclamó Steph de pronto- ¡Yo conozco a esta mujer!
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