-Sí, soy tu tía- dijo Eris con un tono bastante irónico- ¿Tu mamaita no te había hablado de mí? Pero que malvada, es una vívora venenosa
-Cállate Eris, aquí la unica vívora venenosa eres tú. ¿Qué demonios quieres?- el odio contenido de Afrodita era evidente.
-Ya te dije, ver a mi sobrinito- esta vez habló en un tono de inocencia muy fingido.

Eros y Psique permanecían allí contemplando la escena, Afrodita y Eris, una frente a la otra mirandose con un evidente odio y desdén. Anthea al ver lo que pasaba decidió intervenir.

-Hola exelencia- dijo dirigiendose a Eris- No pense que vendríais aquí, despues de todo las tierras de Venus estan libre de discordia, por lo que no os podéis aprovechar de nadie.
-¡Cierra la boca lacalla patética! Y apartate de mi camino.- apartó a Anthea a un lado y se dirigió a Eros- Hola querido sobrino, yo soy Eris, La Diosa de la Discordia, era hermana de tu padre.
-Ho...hola, es un gusto, mi padre nunca me habló de ti- dijo Eros algo cortado, sabía que todo alrededor de su tía era destruccion y por eso mantuvo las distancias.

-Ósea que mi hermano tampoco me mencionó, ay que triste, de la bruja de Afrodita me lo esperaría pero de él.
-La única bruja perturbada aquí eres tú, Eris- dijo Afrodita en tono de burla- ¿O acaso tengo que recordarte cierto incidente en la boda de Tetis y Peleo en el planeta tierra?
-¿Perdona?- devolvió Eris en el mismo tono burlón con un aire mordaz- Yo no hice nada, fueron ellos mismos, ¿quién los mandó a invitar a las 3 diosas más orgullosas de la galaxia? Tú, Hera y Atenea parecíais unas niñas estúpidas pelenadose por el caramelo- una carcajada salió de la boca de Eris- Eres tan ridícula Afrodita.

-¡¿Ridícula yo?! ¡Fuiste tú quién arrojó la manzana de la discordia!- el tono de Afrodita pasó del enojo a la ironía cuando dijo- ¿O debo recordarte que estabas tan despechada porque Zeus invitó a todos los dioses del sistema solar, excepto tú, a esa boda tan majestuosa? Tu naturaleza es tan destructiva que fuiste completamente ignorada- esta vez la que se estaba carcajeando era Afrodita- Sentiste tanto despecho que hiciste la travesura de la manzana intentando ser relevante, ¿quién es la ridícula aquí mi querida?

-¡¿A sí?! Al menos yo no provoqué la guerra de Troya, ¿o ya se te olvido? Viste a Hera y a Atenea sobornando al joven Paris para que les entregara la manzana y ¿tú no podías quedarte atrás verdad? Decidiste hacer lo mismo prometiendole al chico la mujer mas bella entre las bellas, te aprovechaste de que el chico era jóven e impulsivo y ganaste la apuesta, pero por tu culpa Troya fue condenada.

-Yo no fuí la responsable de la caída de Troya, Hera y Atenea fueron las rencorosas que no soportaron perder y se aliaron para acabar con la ciudad y el príncipe Paris. Yo luché en esa tierra, junto con Apolo para intentar salvarla, hasta que ya no pude más. Preservé el cadaver de Hector despues de que Aquiles lo matara para que no se descompusiera ni se lo comieran los buitres, Apolo ayudó creando nuves que taparan el sol.

-Pero tú le facilitaste las cosas a ellas dos ayudando al joven Paris a robarse a la bella Helena, sólo pusiste en práctica tus truquitos de Diosa del Amor y zam, Helena ya estaba en el saco.
-¡Había hecho un pacto con el chico! Tenía que cumplirlo, tu sabes de lo que hablo, ¿o tengo que recordarte tu pequeña aventura con Simbad y el libro de la paz de Siracusa en el planeta tierra también?

-Tú lo que eres una hipócrita falsa- dijo Eris mirandose las uñas y con un claro tono mordaz- De verdad no entiendo que fue lo que mi hermano vió en tí.
-¡Lo que jamás nadie verá en tí, bruja perfida!- la ira de Afrodita ya había alcanzado el estado de hibris.
-¡¿Cómo me has llamado?!- respondió Eris en el mismo estado.
-¡¡¡BRUJA PERFIDA!!!

La tierra comenzó a temblar, movida por la ira de ambas diosas, los cielos también comenzaron a tronar y una fuerte ráfaga de viento azotó el castillo. Eris, a pesar de su hibris, no perdió la compostura, así que irónicamente respondió:
-¿Bruja Perfida? Gracias, es alagador. Yo sabía que en el fondo estabas muerta conmigo.

Afrodita ya estaba en los límites de lo que podía soportar, así que sólo dijo en la misma ironía mezclada con cólera:
-¿A sí? ¿Quieres una muestra de cariño? ¿Que te parece mi puño en tu cara y así enseñarte lo que es el dolor?

-Atrévete maldita, ponerme una mano encima será el error de tu existencia- la voz de Eris se volvió peligrosa, al igual que su mirada.

Erato corrió rapidamente y se interpuso entre ellas, Anthea la imitó y Psique y Eros las sugetaron: Psique a Afrodita y Eros a Eris. Ellos sabían que si las dos diosas se enfrentaban causarian una catastrofe aun mayor de la que Cronos provocó en el pasado.

-¡Por el amor de La Madre Monster controlaos vosotras!- desafió Erato.
-Sí, ¿que demonios os pasa? ¡Parecéis dos niñas de siete años! ¡Sois adultas, por Venus!- añadió Anthea.

-A ver tía- habló Eros al fin- ¿Por qué estás aquí?
-Que lindo eso de tía mi querido, bien sólo quería entregar un mensaje de parte de Hades y Perséfone, pero tu madrecita querida comenzó a atacarme sin razón- eso último lo dijo de una manera dramática y claramente fingida.

-Oh pobrecilla, vino humildemente a entregar un mensaje y lo único que hemos hecho es maltratarla y agredirla vervalmente desde que llegó, ¿debemos darte una medalla o una estrellita?- dijo Afrodita bastante sarcástica y continuó- ¡Oh! Mejor aun aún, ¡¡¡Un Abrazo!!!

-¿Lo veís todos? Es ella, no yo- volvió a mirarse las uñas al responder.
-Por favor no te hagas la inocente, no te queda bien, ¿mensaje tu? Primero ocurre el armagedón en la tierra antes de que Hades o Perséfone cometan la locura de enviarte a ti a entregar un mensaje, cuentame otra.

En ese momento Eris sacó un objeto de una extraña bolsa, que traía en su cintura, y lo elevó en el aire para que todos los presentes lo vieran.
-Este es el sello de Hades- dijo con una clara sonrisa de suficiencia en su rostro- Me lo entregó con la garantía de que ustedes me creerían si se los mostraba y, según veo en sus feas caras, ya empiezan a creerme- rió divertida.

-¡Seguro no le quedó otra opción porque asecinaste a todos sus mensajeros maldita bruja!
-¡Madre ya es suficiente!- la regañó Eros- Tu rabia te cegó.
-¡Tú no te metas Eros!

-Mmmm, delicioso- dijo Eris lamiendose los labios- Me encantan las discordias surgidas entre madre e hijo, sobre todo cuando estos son de la realeza- suspiró- Pero aunque quisiera qudarme para disfrutarlo debo regresar con Hades para informarle que ya cumplí mi misión y Afrodita, yo no sólo soy la diosa de la Discordia, también soy la Diosa del Caos, y todo asunto que concierne al inframundo me la tomo en serio. Yo que tu dejaba de poner las cosas difíciles y escuchaba lo que debo decirles.

Afrodita cerró los ojos un momento y respiró profundo, al parecer tratando de recuperar la compostura, cuando los abrió nuevamente su semblante lucía más tranquilo y asintió para que Eris continuara con su comunicado.

-Gracias- le dijo Eris ironicamente y continuó- Hades dice que tú, el jóven Eros y su amante, el jóven Psique, debeis ir al Castillo del Inframundo en Plutón cuando el sol se ponga aquí en Venus.
-¿Cuando el sol se ponga?- interrogó Erato mirando el aterdecer por la ventana- Ya no falta mucho para que el sol finalmente se oculte.
-Así parece- concordó Anthea- ¿Pero para qué quiere Hades ver a la familia real de Venus?

-Dice que tiene noticias del paradero final de la Madre Monster Galáctica y quiere comunicarselos a ellos para que vallan en su búsqueda, al parecer son los únicos que pueden hacerlo ya que están unidos por la misma sangre.

-¡¿El paradero de Gea?!- exclamó Afrodita en shock.
-Sí, ya sabéis, cuando el sol se halla puesto id a Plutón, os estaré esperando en la entrada del Castillo del Inframundo y os guiaré para que no tengáis problemas con Cervero ni Caronte en la entrada, nos vemos.

Dicho esto despareció de la vista de todos, finalmente se había ido pero Afrodita aún seguía de una pieza ante lo que Eris había dicho. ¡Su hermana seguía viva! ¿Cómo podía ser eso posible? ¿A caso no había perecido en aquella ocación? Necesitaba respuestas desesperadamente por lo que debía visitar a Hades, necesitaba saber que le pasó, debía saberlo.