Capitulo 12

๑۞๑,¸¸,ø¤º°'°๑۩ (Πόνος) ๑۩ ,¸¸,ø¤º°'°๑۞๑

Act XIII

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El Reino mineta se vestía de rojo....Los cuerpos inertes en el suelo de soldados y "Rebeldes" con sangre seca por el suelo y las paredes, los cuervos disgustándose de tal festín y las moscas y gusanos pasándose por ahí, el grupo de mujeres estaba en el salón principal en la planta alta del castillo para evitar el olor putrefacto de los cuerpos, Los sollozos de una chica dominaban la gran sala, Mina estaba llorando y Fuyumi con Yui trataban de consolarla, pero... ¿Cómo puedes consolar a una persona que acaba de perder a la única familia que tuvo en su vida?, el ambiente no ayudaba en nada, el silencio en todo el castillo reinaba, lo único posible de escuchar era los cuervos devorando los cuerpos y volando de un lado a otro.

Las chicas observaban la escena y trataban de hacer lo posible para cambiar de tema y calmar a Mina, pero era imposible quitarle el dolor en su corazón y en su alma, sus sollozos no eran los únicos en la sala, una chica "rebelde" que sobrevivió a la masacre estaba junto a ellas, su nombre no lo había dicho, estaba asustada y arrinconada en una gran cama, la revolución ocurrió por parte de las criaturas del pantano....Pero no pudieron ni disfrutar de su libertad.

Un sollozo triste salió de esa chica, mientras observaba las afueras del castillo por la ventana su hogar, ese triste pantano ahora manchado de rojo en donde ella y su familia vivieron felices- padre...<kero> -sus ojos observando las luciérnagas iluminando el pantano en esta oscura y fría noche, observaba con todo el sentimiento mientras lagrimas caían de sus ojos y con su brazo se confortaba a si misma, Rumi la acompañaba, ella no tenia ni la más remota idea de como confortar a una chica desolada, ella vivió en un bosque sola y por mucho tiempo, sus recuerdos son vagos sobre su familia y no tiene ni idea de como hablar correctamente el idioma de ese tiempo, pero aunque tenga tantos "defectos" estaba junto a la chica, sentada en la cama mientras observaba como actuaba.

Sin importarle que ni la conociera la sentó en la cama y la abrazo, mientras sentía en su hombro las lagrimas de la chica- Tranquila, eres libre - Rumi sabia que abría una pelea en el lugar, Fuyumi le explico que diablos era una revolución, y ella solo entendió que querían ser libres, en su abrazo demostró su fortaleza, compartiendo su fuerza de voluntad a la chica mientras acariciaba su cabello con estilo materno.

Entre sollozos y lagrimas Mina estaba rendida en su asiento, agarrándose la cabeza y tratando de evitar que Fuyumi la abrazara- Esto no puede ser....mi reina no.... !!YO debía ser la que tuvo que morir, no ella¡¡ - Entre gritos intento zafarse de Fuyumi pero fue en vano, ella tenia la suficiente fuerza como para derrotar a Fuyumi sin esfuerzo alguno, pero sus brazos no querían reaccionar, su cuerpo ni se inmutaba, solo quería disfrutar del afecto de la fémina frente a ella.

Con voz firme Yui se levanto y se acerco al centro del cuarto- Tenemos que irnos...- era un hecho el escapar del castillo, era solo cuestión de tiempo que regrese el ejercito o que vengan saqueadores, los dos no presentaban gran cambio, eran mercenarios a paga que mataban todo lo que tuvieran al frente - Los saqueadores o el ejercito del rey ese pueden regresar, no podemos quedarnos en esta noche aquí, busquemos un refugio por las cuevas o en otra parte, pero aquí no podemos quedarnos.-

-Yo conozco un lugar, tiene un guardia que es amigo mío, así que no tendremos problema en quedarnos-Rumi hablo confiada y sin miedo mientras sin darse cuenta aun tenia a la chica encima de ella, la cual estaba más que confundida el como diablos estaba flotando- Esta por las montañas, es secreto y seguro, pero si queremos llegar pronto, debemos partir en este instante, con suerte no nos encontraran en el camino -

La noche era helada, y las ventanas rotas dejaban pasar mucho del frio de las afueras, Yui y Fuyumi solo temblaban, Mina estaba seria aun con lagrimas en sus ojos, pero no sentía nada, pero en cambio, Rumi estaba cansada, son sueño, y con mucha hambre, observaba la Luna y sentía que podría pasar algo malo, al final del día, ella se salto 2 días de su hibernación anual.

Las chicas agarraron todo lo que pudieron encontrar, comida y sabanas, entre ellas se cubrieron las espaldas en la bajada hasta el comedor, en el cual observaron todo el mugriento desastre que quedo.

-T-tsuyu, me llamo...Tsuyu <kero> -entre todo el silencio incomodo que inundaba el lugar la chica hablo, su voz rompió el frio silencio, las chicas la escucharon y gustosas se presentaron, excepto Mina, que le costo un poco formular su nombre.-T-tengo.. mucho frio-  Tsuyu con su piel más pálida de lo normal estaba junto  a las chicas saliendo del castillo, su aspecto no era favorable, y el hecho de estar cubierta con tan solo unos harapos empeoraba la situación.

El camino era pesado, debían pasar el terreno pantanoso para poder llegar a la montaña por el camino largo, para evitar cualquier patrulla que estuviese merodeando por el lugar, por suerte el pantano no era hondo, si no fuera así, tendrían de preocuparse de mojarse una noche Helada y morir de hipotermia.

La montaña que conto Rumi no estaba tan lejos, cosa que asusto un poco al grupo, si alguien existe ahí, ¿Por qué no tendría problemas al vivir por el reino Mineta?, su pregunta obtuvo respuesta cuando vieron la montaña a los lejos, es la parte baja habían armaduras y esqueletos calcinados,  además del pasto y los arboles alrededor quemados y llenos de cenizas.

-Rumi...tu "guardia" es un dragón verdad?- Yui hablo esperando que fuera lo incorrecto, los dragones y gigantes tuvieron una disputa en todos los aspectos de dioses, ya sean nórdicos y griegos, incluso los del otro continente, una guerra entre ellos y un trato que fue destruido hace tiempo.

-Por lo que se ve el lugar creo que adivinaron, pero no se angustien, no es lo que parece a primera vista-Rumi hablo mientras se pasaba por los esqueletos de los cadáveres del lugar, parecía que intentaron subir esa montaña por muchos años, incluso habían restos de un campamento militar que algún maniaco monto en el lugar.

Acercándose más y más al lugar observaron la entrada a una cueva en la parte más alta de la montaña, un pico grande con rocas que lo cubrían, restos de catapultas y ballestas, y muchos arboles cortados en el exterior como barricada.

El ruido estremecedor que se escuchaba dominaba el camino a la montaña, de vez en cuando parecía que temblaba, escuchaban quejidos y susurros, Fuyumi estaba asustada, se imaginaba las almas de los muertos en el lugar, las almas en pena que no pudieron entrar al inframundo vagando en busca de venganza, Yui sabia de donde provenían estos ruidos y mini temblores, además de presenciar el olor familiar del lugar, mientras rogaba a cualquier Dios que pueda estar vivo que el "guardia" amigo de Rumi este de mal humor.

Cuando estaban cerca de cruzar las rocas para entrar a la cueva  observar su interior toda la montaña empezó a temblar, algunas chicas se agarraron de los arboles clavados, otras abrazaron y se aferraron a Mina y Rumi que podían quedarse quietas en el lugar sin inmutarse,  las pequeñas rocas caían de la cumbre, y se presento ante ellas una forma dominante y sanguinaria. 

De imponente figura frente a ellas, pego un rugido inmenso y Yui estuvo alerta, las pequeñas chispas de su rugido, el polvo que su caminar genero, la dominante presencia que generaba asustaba a la mayoría de las mujeres....El dragón observo a las chicas mientras tiraba una pequeña bola de fuego para iluminar el lugar, sus escamas reflejaban un poco de la luz de la luna llena y del fuego a su lado, observaba con cautela a las féminas frente a ella, pero se detuvo en una.

En un rápido movimiento se dio vuelta y movió sus garras en mensaje de que estaban invitadas a pasar.

-Que gusto volver a verte-Rumi hablo contenta y antes de que el dragón desapareciera en la oscuridad de su cueva salto encima de ella y se monto en su espalda, las demás chicas al ver esta acción se calmaron y dejaron de estar alertas, entrando después del dragón a la cueva, donde ni la magia de Fuyumi podía iluminar.

Una vez dentro estuvieron perdidas en esta oscuridad, entre ellas estaban juntas para evitar separarse, el olor a carne dominaba el lugar, un pequeño olor se denotaba en el lugar.

-¿Siempre has hecho buena comida sabes?- el susurro de Rumi era escuchado por las féminas, acercándose al sonido que emitía Rumi, escuchaban carcajadas y la voz de Rumi que sobre todo que parezca un susurro, es le escuchaba bastante claro, era algo raro que tomando en cuenta el tamaño del dragón, no estuvieran tan apretadas, observaron una luz dentro de la cueva que les parecía infinita.

-¿¡que diablos están haciendo ahí paradas!?, se les va a enfriar la comida-Rumi hablo enojada regresando junto a una chica frente a una fogata con carne de cordero encima y unos vegetales en otra mesa, observaron el festín que tenían adelante y quedaron pasmadas, esa era una cueva peculiar, en un lado tenia la cumbre llena de cuerpos y ceniza, pero en el otro lado de la montaña estaba una pequeña casa pegada a la montaña, en la ventana se podía observar un prado basto de flores, las chicas se preguntaron el porque todo ataque fue de frente, se respondieron a si mismas cuando vieron unos esqueletos triturados en el prado de flores metidos en la tierra.

Una chica con la misma vestimenta del imponente dragón estaba en la fogata junto a la carne, tenia una extraña garra de metal tapándole un ojo, y su vestido rojo resaltaba su figura, estaba junto a la carne preparando en una roca partida a la mitad una especie de comida.

-O-oh, disculpen, disculpen, donde están mis modales, me llamo.. R-Ryuko, u-un gusto-La chica ruborizada pero educada estaba frente al grupo de chicas con Rumi a su lado tomándola del hombro.

-Les dije que no era lo que parecía, ¡es una ternura!-Rumi hablo feliz mientras observaba a las chicas, y Ryuko solo le daba un pequeño golpe para que no la avergüence frente a sus invitadas.

-Rumi me dijo que tendría invitadas, y según veo son sus amigas, estoy gustosa de recibirlos, siéntense y disfruten, los amigos de Rumi son mis amigos.- Ryuko junto sus manos y las invito a sentarse, era una gran mesa junto mucha comida en su alrededor.

Yui observo a la dragona ahora en forma humana, y le pareció extraño, los dragones femeninos murieron en la guerra, ella misma observo como su sangre los busco con el hecho de evitar que los dragones se pudieran reproducir, observo como era su naturaleza, salvaje y despiadada.

Ryuko regreso a su labor de cocinera viendo la carne, la mesa tenia muchos platillos, pero faltaba el postre, era impresionante el ver al humo de la carne salir de esa diminuta chimenea, mientras Rumi y las demás seguían comiendo como salvajes, Yui se levanto y al ver a Ryuko alejada se acerco.

-R-Ryuko..... creo que ya sabes que raza soy....¿no?-Yui se acerco a Ryuko por la espalda apenada y con su cabeza baja, sabia bien que lo que su raza hizo estuvo mal, pero era una niña cuando su padre le dio el arma para que matase a ese dragón.

Ryuko se dio la vuelta y observo a Yui, levanto su mano y la poso en el hombro de la mencionada -Tranquila....... lo bueno de ser el único dragón con vida, es que puedo perdonar a cualquiera sin que me juzguen y me obliguen a matarle- Yui cayo rendida ante ella, llorando y abrasándole el abdomen, ella tenia en constancia de la extinción de la raza de los Dragones, pero siempre pensó que existían más de uno.

El festín fue lo más aclamado de la noche, disfrutaron de cada platillo, y se disgustaron toda la noche, Ryuko estaba contenta, después de tanto tiempo, dejo de comer sola, a comer con una chica que vino moribunda buscando refugio, a finalmente comer con un grupo de amigas.

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