Capitulo 6: Perdido
Al día siguiente, Thomas, Jeff y su hijo Bernard, madrugaron y se encontraron con Ron, el jefe de ellos. Les señaló en un plano, al bosque que tenían que dirigirse, para cortar la leña.
Era un día frío, y había bastante niebla. Tardaron unas 2 horas en llegar a ese bosque. Al llegar había ya un grupo de hombres que también trabajaban para Ron. Se acercaron a una pequeña fogata que habían hecho los hombres en un claro del bosque, y se calentaron un poco y desayunaron, para poder empezar a trabajar con fuerzas.
Los hombres se dividieron en grupos, según el capataz de los hombres.
Fueron en grupos de 3.
A Bernard le toco ir con el capataz, y otro hombre.
Se adentraron en el bosque y comenzaron a trabajar.
- ! Vaya ! Me he dejado la cantimplora de agua en el claro, junto a la fogata,- dijo el capataz.
¿ Serias tan amable de ir a buscarla chico ?- Le dijo a Bernard.
Como el era el mas joven y uno de los últimos empleados, no se atrevió a decir que no. Aunque no estaba seguro de que camino coger, debido a la niebla que había que no dejaba ver a mucha distancia en el camino.
Todo y así fue, y llego a encontrar el claro, y la cantimplora con agua allí. Así que la recogió y volvió al bosque, para traérsela al capataz.
Volver no fue tan fácil. - Juraria que era aquí donde estaban- pensó Bernard. Siguió buscando, pero cada vez parecía que la niebla se espesaba por momentos. Siguió andando sin rumbo, y lo peor es que apenas veía por donde pisaba. De repente, el suelo pareció desaparecer y notó, como empezaba a rodar cuesta abajo. A medida que rodaba, se iba arañando la cara y las manos, y empezó a ir cada vez mas deprisa, hasta que una gran roca, le paró en seco. El golpe que se dio en la cabeza, fue lo suficientemente fuerte como para perder la conciencia.
El capataz se empezó a preocupar al notar la tardanza del chico. Pero la niebla espesa les estaba poniendo las cosas difíciles a todos. Así que intentaron acurrucarse, pues empezaba a helar, y solo podían esperar a que la niebla se disipara un poco, y pudieran regresar al claro y allí organizar a los hombres para ir en busca de Bernard.
Gradualmente al ir pasando las horas, el Sol empezó a iluminar algo mas y la niebla se fue haciendo mas fina. Así que volvieron al claro. Otros hombres habían regresado también a fin de poder calentarse, en la fogata, que volvieron a encender.
Thomas y Jeff, también volvieron allí.
El capataz dijo a los hombres: Tengo que daros una mala noticia. Uno de nuestros jóvenes, al parecer se ha perdido en la niebla, y no ha vuelto a nosotros. Por tanto propongo que paremos nuestros trabajos y emprendamos la búsqueda de Bernard, que es como se llama el chico.
Rápidamente Thomas y Jeff, se presentaron delante del capataz, y le recriminaron, como había podido ocurrir eso, si el chico había quedado a su cargo.
- Lo siento muchísimo, dijo el hombre apenado. Ha sido culpa mía, le he mandado volver al claro, para recoger mi cantimplora que me la había dejado olvidada. En ese momento la niebla aun no era tan espesa, y lo último que pensé es que se fuera a perder. Pero ahora, no hay tiempo que perder, de aquí a pocas horas, la niebla volverá a espesarse, como suele ocurrir por aquí en este tiempo.
Así que se organizó una búsqueda por el lugar, donde habían estado cortando la leña, el capataz y el otro acompañante.
Estuvieron buscándolo por las siguientes 2 horas pero no lo encontraron.
La niebla empezaba a subir otra vez y relativamente pronto anocheceria.
Así que el capataz, ordenó a los hombres que regresaran al claro todos ellos.
Una vez reunidos allí les dijo: " Como estáis viendo la niebla vuelve a subir, y pronto anochecera.
Si seguimos buscando ahora, lo mas probable es que se pierda alguien mas, y como sabéis estáis todos bajo mi responsabilidad.
Lo mas sensato es que volvamos al pueblo, lo antes posible, y allí nos organicemos para volver mañana con el máximo de voluntarios del pueblo que se unan a nosotros para que mañana a primera hora reemprendamos la búsqueda.
Thomas intentó convencer a su amigo Jeff, que esa parecía la solución mas razonable, pero Jeff se resistía a abandonar la búsqueda de su hijo. Finalmente Thomas decidió dejarle de convencerlo y decidieron entre los dos, que Jeff pasaría la noche en el claro, con la esperanza a que Bernard regresara allí, y él se iria con los demás hombres de regreso al pueblo, pues debía de notificar a la mujer de Jeff, lo que había pasado e intentar de reclutar al máximo de hombres posibles
para reemprender la búsqueda a primera hora.
Jeff, se quedó con suficiente leña para mantener el fuego vivo toda la noche. Tenia la esperanza de que al ser la única luz que se divisaba en el entorno, Bernard la viera y se orientara por ella, y pudiera regresar al claro.
Thomas abrazó a su amigo y se despidió.
La noche no se le hizo agradable para Jeff, aparte del frío y la niebla, oía desde lejos el aullido de los lobos, lo que no le tranquilizaba en absoluto, pues pensaba que esos animales podrían atacar a Bernard, sobre todo en el caso de que se encontrará herido.
Gradualmente se hizo de día, y al cabo de poco tiempo vio aparecer un grupo bien numeroso de hombres del pueblo.
Thomas se acercó a Jeff, y le dijo: Amigo no te preocupes, verás como hoy aparecerá Bernard.
El día por suerte amaneció sin niebla, soplaba el viento y el Sol, hizo acto de presencia.
En medio de esas circunstancias, fue mucho más fácil buscar a Bernard.
Por fin se oyó el grito de unos hombres, !Mirad allá abajo, me parece ver a una persona!
Bajaron con cuidado, pues el terreno hacía mucha pendiente.
Bernard aún estaba inconscente , y además lo encontraron con signos de hipotermia. Al parecer también tenia una pierna rota, que se veía en muy mala condición.
Estaba lleno de rasguños, y se apreciaba un gran chichón de color morado en la cabeza.
Así que con la ayuda de una camilla improvisada hecha de troncos y telas, lo subieron encima, y subieron lentamente la pendiente intentando no perder el equilibrio los hombres que lo llevaban.
Por fin llegaron arriba, y pudo besarlo su padre Jeff, aunque Bernard no respondía.
- Esta sumamente débil, es importante llevarlo inmediatamente al pueblo, para poder atenderlo bien,- dijo el medico que había venido con ellos. - Allí haré todo lo que este en mis manos para poder salvarlo...
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