Capitulo 3: Los preparativos.

Había muchas cosas que organizar para realizar el largo viaje. Por una parte tendrían que deshacerse de muchas cosas que tenían en la casa que no podían llevarse, y con el dinero que ganaran, comprar cosas útiles, como ropa de abrigo y mantas, ollas y cazuelas para hacer y calentar las comidas, herramientas como cuchillos y hachas etc.
Luego tenían que reparar y poner a punto los 2 carros que tenían los Irish.  Jeff había heredados de sus padres, esos carros, junto con el caballo mas viejo. El otro caballo mas joven, lo había ganado Jeff, en una apuesta hacia 2 años.
Juntando las cosas que tenían o habían comprado  ambas familias y el dinero que habían ganado vendiendo otras, estaban casi preparados para emprender el viaje. Ahora solo faltaban los preparativos finales y fijar la fecha de partida.
Claro; tanta actividad no había pasado desapercibida en el pueblo. Tampoco le paso desapercibida a Trevor, que era el culpable de que hubieran despedido de sus trabajos a Thomas y Jeff.
Así que un día se acercó a Robert (el hijo mas pequeño de los Hann) y le preguntó cuando lo vio solo jugando a tirar piedras, en un riachuelo cercano.
!Hola Robert! !Que grande y fuerte te has hecho!
- ¿Quien es usted? ¿ Como sabe mi nombre? Pregunto Robert.
- Soy un compañero de donde trabajaba tu padre. Tu padre siempre hablaba de ti y de tu hermana, ( Bueno sobre todo de ti ), cuando estaba conmigo trabajando. Y a veces te he visto en el pueblo con el. Así que me dije: Este debe de ser Robert. ¿ A que no me equivoco?
Sí, yo soy Robert, su hijo.
-Sin duda te quiere mucho tu padre, dijo Trevor.
!Que pena que lo despidieran del trabajo!
Yo estuve hablando con su jefe, bueno y el mio también... para que no le despidieran, pero nuestro Jefe es un hombre cruel y sin sentimientos. Solo piensa en el dinero. En fin...
Oye cambiando de tema, me he fijado, que tus padres y la familia de Jeff Irish, estáis muy ajetreados. ¿ Cual es la razón?
- Es porque vamos a mudarnos muy lejos de aquí. Contestó el pequeño Robert.
- Y ¿a donde os marcháis? ¿Estas contento de irte de aquí?
- No sé el lugar, pero esta muy lejos, muy al norte, y estoy muy, muy contento, porque vamos a hacernos muyyy ricoss. Y me podrán comprar muchas cosas. Lo primero que les pediré es que me compren un caballo para mi solo, y también quiero tener ropa nueva y tambien ... ( Hablaba cada vez mas  rápido y emocionado Robert )
- ! Para!!Para un poco chico!... ( Le interrumpió Trevor...) Pues me alegro mucho. ¿ Y como te vas a hacer tan rico, Robert?
- Bueno, es que es un secreto... lo siento, pero no puedo contarle mas.
-Vaya, hum... no te preocupes. Oye sabes una cosa, si quieres puedo llevarte a ver unos caballos muy bonitos, que tiene un amigo mio. Quizás hasta puedas elegir uno, para comprartelo cuando seas tan rico. ¿ Te gustaría?
- Sí, me encantaría.
- ¿ Puedo encontrarte aquí, mañana a esta hora?
- De acuerdo. Hasta mañana.
Ah, una cosa... no digas a tu padre ni a nadie que has hablado conmigo. No quiero que tu padre se ponga triste, por recordar lo de su despido y demás... Además a lo mejor no te dejan venir a ver los caballos...
- ! Vale !
Será nuestro secreto... y por lo que veo tu sabes guardar muy bien los secretos ¿ Verdad ?
- Claro, no se preocupe. ! Hasta mañana! !Aquí estaré!
- Hasta mañana...

Al día siguiente, a media mañana, el pequeño Robert se disponía a salir, para encontrarse con Trevor, a la hora que habían quedado.
-¿A donde vas tan deprisa Robert? Le preguntó su madre.
- Oh, nada...voy a salir a jugar un rato a la calle, contestó tartamudeando Robert.
- No vengas muy tarde, a lo máximo a la hora de comer. ¿ Vale?
Antes de que pudiera oírle Robert, ya se había marchado a toda prisa hacia el lugar donde habian quedó Trevor y él.
Y allí estaba Trevor esperándole desde hacia un rato.
!Hola! Mi pequeño amigo Robert. ¿ Qué tal estas hoy?
Le preguntó Trevor.
- Muy bien, respondió el pequeño. ¿ Puedes llevarme ahora a ver los caballos?
- Si que tienes prisa por verlos.!! Bueno, subete conmigo a la carreta que he traído y vamos a verlos.
Había un buen trecho antes de llegar, así que Trevor, cada vez se ganaba más la confianza de Robert, contándole historias divertidas, y graciosas.
Así que se pasaron riendo casi todo el trayecto.
Al cabo de un rato, ya estaban en el lugar.
Trevor saludo al personaje, que ya les estaba esperando. Resulta que era el propio hermano de Trevor, ( Howard )pero a Robert le dijo que era un amigo.
En fin -dijo Trevor a su hermano.-¿ Has podido traer los caballos, como quedamos ?
- Sí, -dijo Howard, - allí mismo los he puesto en aquel cercado, de la izquierda. ¿ Queréis verlos ?.
- Por supuesto dijo Trevor,-mientras que el pequeño Robert, dijo que sí meneando la cabeza y exhibiendo una gran sonrisa.
Cuando habían caminado unos pocos metros, Robert se quedo fascinado viendo los caballos, en especial, uno que aun  era joven y estaba un poco mas al alcance de la altura Robert. Tenia un pelo blanco brillante.
-¿ Quieres montarte en él? - dijo Howard. El pequeño dijo que sí, y entonces le ayudaron a subir.
- !Cogete fuerte de las riendas!
- Así lo hizo Robert, y mientras, Howard y Trevor, iban a ambos lados del caballo, vigilando que no se cayera.
¿ No puede correr el Caballo? -dijo el niño.
- Claro que puede, pero aun eres pequeño, y te falta bastante practica. Quizás otro día cuando volvamos otra vez... si no te has marchado aún a ese lugar, que me dijistes que os ibais tu y tu familia
Por cierto. Howard, una vez estuvo muy al norte,  cuando fue a buscar unos caballos que tenía que comprar alli, en el pueblo de Pichlory. A lo mejor vosotros vais al mismo pueblo a vivir.
-No, nosotros creo que vamos a irnos a vivir a un sitio que se llama Loch assynt o algo parecido. Huy! se me ha escapado...Bueno, espero que no se enteren mis padres que os lo he dicho.
- No te preocupes, seremos una tumba, ¿ Verdad Howard?
!Desde luego, los amigos siempre guardan los secretos,!
- Muchas gracias, menos mal, suspiro Robert
Por cierto, dijo Howard, ese caballo blanco que tanto te ha gustado, lo reservare para ti, y te lo venderé casi a precio de regalo, porque eres muy buen chico y me has caído muy bien.
Bueno es hora de regresar a tu casa, dijo Trevor, si no te reprenderán tus padres, y aun queda un buen trecho para regresar de vuelta.
- Adiós Howard,-se despidió Trevor de su hermano, subiendo al niño a la carreta.
Tardaron casi una hora en regresar. Cuando llegaron, Trevor dejó a Robert en el pueblo, no muy lejos de su casa y le dijo: Lo siento, no puedo acompañarte más cerca de tu casa, pues tengo una cita muy importante, a la que no puedo llegar tarde. ¿ Sabrás llegar desde aquí?
Sí, ya sé llegar desde aquí, y se marchó corriendo a toda velocidad, pues sabia que se había retrasado mucho más de lo que le había dicho su madre...

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