A partir del día de la tormenta, todas las cosas fueron a mejor. Los días eran más cálidos, aunque las noches eran un poco frías aún.
Esa mañana al despertar a un nuevo día los ánimos de todos eran buenos. Por fin faltaba muy poco para la llegada, a lo sumo unas cuantas horas de viaje para llegar a su anhelado destino.  ¿ Qué les depararía allí ? ¿ Tendrían la vida anhelada por todos ? ¿ Podrían encontrar el tesoro oculto ? ¿ O alguien en todos aquellos años lo habría encontrado primero, y todas las ilusiones de una vida mejor se verían truncadas ?
Demasiadas preguntas, que serían desveladas en muy poco tiempo.
— Según el mapa — dijo Jeff a Thomas, debemos de estar muy cerca, quizás a unas 7 millas aproximadamente más, lo que me hace suponer que hoy mismo, por la tarde llegaremos allá. Pero ahora lo que me preocupa es que encontraremos allí. No sé si la casa en que vivieron mis padres aún estará en condiciones habitables.
— Sea lo que sea que nos encontremos en ese lugar, lo que es seguro es que tendremos mucho trabajo que hacer. — Le respondió Thomas.
— Mira papá, — dijo Black a su padre.  Eso de allí al fondo, parece una casa, y creo incluso ver salir humo de la chimenea.
— Es cierto,— dijo Jeff, vayamos a ver. Vosotros quedaros aquí, y Thomas y yo, vamos a ir allá. Esa casa no estará más lejos de media milla.
Cuando estaban cerca de la casa oyeron a un perro ladrar. ¿Sería posible que en aquella Tierra inhóspita viviera alguien más?
En eso vieron salir a una muchacha de aproximadamente unos 16 años.
La chica al verlos, fue corriendo adentro y salió con un arma en mano.
— ¿Quienes sois, y que hacéis aquí? preguntó ella.
— Tranquila, — dijo Jeff con tono calmado — No pretendemos hacer daño a nadie, solo somos viajeros, de camino a Loch Assint.
En ese momento apareció su madre, por detrás de ellos, con una escopeta también.
— ¿Qué hacen hablando con mi hija? ¿Qué quieren?
— No tenemos malas intenciones, solo somos viajeros. — Respondió Thomas.
— Humm, por aquí, no viene nunca nadie. ¿Qué buscan?— Dijo la mujer con notable desconfianza.
— Vamos a Loch Assint. Mis abuelos vivieron allí hace muchos años, y queríamos ver el lugar donde vivieron ellos, y si es posible establecernos allí — Respondí Jeff.
— No se si creerles, pero en fin les daré un voto de confianza, cómo comprenderán no es fácil la vida aquí, en un lugar solitario y apartado....
Entonces apareció Black corriendo, que no había podido resistir la curiosidad de ver qué había en aquella casa.
— ¿No os dijimos que os quedarais, allá? ¿Por qué has desobedecido? — Le reprendió su padre.
Black, se quedó sorprendido de ver a una joven tan bella, y le subieron los colores a sus mejillas, sobre todo después de la reprimenda de su padre.
— Perdón — Respondió Black.
— Pero ¿ Cuantos son ustedes ?¿ Solo han venido varones ?— Dijo la mujer sorprendida.
— No, no, hemos venido con nuestras familias. Yo tengo este y otro hijo varón y una niña, la pequeña, y he venido con mi esposa Josefine, también. — Respondió Jeff
Y yo he venido con mi esposa Ana, y mis dos hijos, un niño y una niña. Y además hemos venido con otro hombre, un amigo llamado Pat. — Dijo Thomas.
— Bueno, y que hacen allá, vengan todos, y les prepararé algo de comer, no es frecuente tener visitas por aquí. Por cierto, permítanme presentarnos, yo soy Brenda y esta es mi hija Julie.
— Bueno, no queremos molestar, solo pretendíamos ver si tendríamos vecinos "cerca". — Dijo Thomas.
— ¿Cuanto hace, que no comen un buen estofado? — Respondió Brenda.
— Sí quédense, —dijo Julie un tanto tímida.
— Black, miró a su padre, con cara de corderito, ( la que solía poner él, cuando quería conseguir algo.)
— Bueno, yo creo que lo del estofado es una oferta muy tentadora. ¿ No crees Jeff?
— Está bien, muchas gracias, esperé que avisaremos al resto y regresaremos.
Con eso fueron avisar a Pat y a sus respectivas familias, y todos se dirigieron a la casa de Brenda y Julie.
Brenda se tranquilizó al ver a las otras mujeres. No parecían forajidos, cómo había temido en un principio.
Ana y Josefine, se ofrecieron para ayudar en la comida. Y Jeff y Thomas, cortaron leña, que tenía la mujer almacenada, mientras Julie hablaba animosamente con las niñas ( Victoria y Sandy ) y llevaban a los caballos al establo a fin de darles agua y forraje para comer.
Julie, no había tenido nunca amigas, así que estaba emocionada, de ver a 2 niñas, aunque fueran algo más pequeñas de edad que ella.
Black no le sacaba ojo a Julie, pero cuando esta le miraba furtivamente también, el desviaba la mirada.
En un rato, todos estaban comiendo un exquisito guisado, preparado por las mujeres. No pudieron comer todos juntos pues no cabían en la misma mesa, pero todo y así se las apañaron para comer en distintos lugares. Unos dentro de la casa y los más jóvenes en una mesa que había fuera en el jardín de afuera, sentados sobre piedras grandes que cogieron como asiento.

— ¿Qué les trajo a este lugar solitario? — Preguntó Ana a Brenda mientras comían.
— Bueno, por asuntos personales — dijo la mujer algo brusca, pues no quería contar detalles de su vida, a unos desconocidos.
—¿No tiene esposo? — Preguntó ahora Josefine.
— No actualmente, mi esposo murió hace unos 5 años. Pero yo decidí, quedarme aquí con mi hija, a pesar de vivir sin él. La vida ha sido dura, pero hemos aprendido a valernos bien por nuestra cuenta, y ahora que mi hija es más mayor, me es de gran ayuda para mí.
— No hay nada que me ate a regresar del lugar de donde provenía, pues llevo viviendo 20 años en este lugar. De hecho mi hija nació aquí, y no conoce ningún otro sitio. Aquí somos libres, y nadie nos dice lo que tenemos que hacer.
— Veo que es usted una mujer muy decidida. — Le dijo Jeff a Brenda.
— Ha sido un estofado estupendo, hacía mucho que no comía tan buena comida, — añadió Pat.
Después de ayudarle a recoger y limpiar todo, se despidieron a fin de seguir su camino, pero prometiendo que volverían a visitarlas, y esta vez tendrían que ser ellas las invitadas, a su nuevo hogar.
Después de 3 horas más de camino, llegaron por fin todos a Loch Assint.